Capítulo 3¿Porqué no me olvidas?

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Flash Back

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.

Al zorro se le iluminaron los ojos con expectación cuando se encontró con su querido youkai de fuego.

-¡Hiei¿Cómo has estado mi precioso?

-Hn – fue la inexpresiva respuesta del koorime, mientras le dirigía una indiferente mirada al kitsune- Ya era hora...

-¿Recibiste mis rosas? – Preguntó Kurama sin poder ocultar su emoción.

-¿Las que dejaste en la habitación mientras dormía?- Recordó Hiei mientras visualizaba mentalmente el jarrón con las 12 rosas rojas, ordenadas como sólo Kurama podía hacerlo – Hubiera preferido verte a ti al despertar en lugar de a esas inútiles plantas.

-Perdóname...-murmuró el kitsune claramente apenado- "Tú ya sabes quién" me obliga a trabajar cada vez más.

-¡No te dejes!

La repentina exclamación del muchacho sobresaltó a Kurama, era obvio que su Hiei se había enfadado... Oh si... caprichoso como siempre, pero quizá tenía un poco de razón esta vez, en todo el mes apenas habían podido verse un par de veces, y sus encuentros no habían durado más que unos pocos minutos, y la añoranza era tan grande...

Tendría que hacer algo realmente grande esta vez si quería ganarse el perdón de su amado... algo que demostrara de una vez la autenticidad de sus sentimientos, algo único, algo importante, algo especial...

-Hiei, entiéndeme, si no le hago caso no me va a dejar verte.

-Kit... no deberías dejar que se aproveche de ti de esa manera.-esta vez su voz no era autoritaria, parecía más una súplica que un reclamo.

-¿Y qué más puedo hacer? Lo hago para verte, puedo soportar un poco.

-Entonces no me veas, no quiero que sufras por mi causa

-Eso sería mi peor sufrimiento, jamás dejaría de verte.

-¡Están abusando de ti zorro estúpido¡¿Por qué no me olvidas! Sería más fácil...

Esta bien, ya era suficiente. Kurama podía aguantar sus berrinchitos que hasta cierto punto resultaban adorables, sus reclamos ciertamente tenían justificación, pero si había algo que no toleraba era que su koibito le pidiera que se alejara con la excusa de que era para su bien. Eso era algo que no podía soportar, y estaba a punto de perder la paciencia.

-¿Olvidarte¡¿OLVIDARTE!...¿Cómo podría hacerlo! Ni siquiera está dentro de mis posibilidades, me estás haciendo daño al pedirme eso.

-No es eso... ¿porqué malinterpretas todo!

-¿YO estoy malinterpretando!

-... ya cállate, idiota. – sentenció el youkai dando por terminada la discusión; si algo había aprendido Kurama en ese tiempo era que no iba a llegar a ninguna parte tratando de llegar a un acuerdo con Hiei cuando estaba alterado. Sin embargo, esta vez no pudo resistirse a hacer un pequeño comentario entre dientes.

-Ya deja de renegar, todo... absolutamente todo te parece mal... – Grave error. Eso fue lo que inmediatamente pensó Kurama apenas terminó de pronunciar su respuesta sin imaginar la imprevisible reacción de su compañero.

- ... Hiei el berrinchudo, Hiei el dulce, Hiei el hígado, Hiei el chico migraña... – dijo el youkai aguantándose la risa, y dejando estupefacto al zorro quien esperaba como mínimo una amenaza con perder la cabeza... literalmente.

Y sin embargo, el zorro se decidió a tratar de arrancarle un poco de la melodía del cielo a su pequeño tesoro siguiendo el juego.

-Kurama la rosa, Kurama el consentidor, Kurama el pisado, Kurama el zorro, Kurama Papá Pitufo...

-¿Papá Pitufo!

- Porque Papá Pitufo dice...

-que no meta los dedos en el enchufe, eso ya lo sé Kurama..

-¿Ves a lo que me refiero?

-¡Tu no me dices que hago o dejo de hacer! Ya no te vuelvo a hacer caso cuando me aconsejes Kurama, para que luego me lo estés sacando en cara...

-Hiei el hígado... – resopló el zorro ya exhausto por la discusión que amenazaba con prolongarse un par de horas más. Definitivamente su engreído lo había hecho perder ya la paciencia.

-¡Yo no soy tan malhumorado! Y si no dejas de provocarme, baka kitsune, vas a ser pisado de verdad – Amenazó Hiei tratando de cerrarle de una buena vez la boca al zorro hablador.

-¿Ah si¿Y qué me vas a hacer koorime?

- ¿Tú qué crees?

-Pues... no lo se, por algo pregunto mi amor.

-Te haces el inocente, Kurama

-Y tú el depravado, Hiei.

-...

-¿Qué sucede precioso?

-Sabes que te amo... ¿cierto? – preguntó tímidamente el chico de los ojos de rubí mientras se ruborizaba y su rostro adquiría una ternura que disipaba todos los disgustos que el zorro pudiera albergar.

-Claro que lo sé... pero me gusta oírtelo decir.

-¿Cuándo volveré a verte?

-Muy pronto... te lo prometo

Y ambos jóvenes se despidieron con un beso, ansiando que llegara el momento de volver a verse una vez más; pero esa vez sería diferente y Kurama se encargaría de eso.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Fin de Flash Back

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

-¿Sucede algo Hiei? Te has quedado callado de pronto – Dijo el curioso zorro sacando al youkai de su ensoñación.

-¿Acaso he sido conversador alguna vez? – Bromeó en forma de respuesta – Esto es muy romántico, simplemente no puedo creerlo, no puedo creer que hayas hecho todo esto para mí.

-Todo es por ti y para ti, Hiei, porque te mereces esto y mucho más.

Kurama cruzó la puerta de su habitación para revelar la amplia cama cubierta por pétalos de rosas, jarrones de cristal delicadamente colocados para contener coloridos claveles, y velas ubicadas estratégicamente para iluminar con su tenue luz la estancia creando un entorno mágico y acogedor. Invitante, excitante, un lugar donde muchas cosas podrían pasar.

Continuará


Nota: Como podrán notar, no pude resistirme a subir un capítulo más, espero que les sea de su agrado, y no se dejen influenciar por la descarga de romanticismo que les debo estar dando, porque mi fic también incluye sus partes de humor ne?

Espero sus reviews, mientras sigo luchando contra la pereza.

Sayonara!