CAPITULO 4: PRIMERA IMPRESIÓN

Como dije al final del capitulo anterior, tanto Argol como Tari rogaban porque Isis llamara pronto. Los dos estaban esperando esta llamada, sentados en una roca fuera de las casas de los caballeros de plata, sin hablar entre ellos. Sin embargo, pasaron varias horas y ésta no llegó.

-Ya debió haber llamado- dijo Tari, enroscando nerviosamente un pañuelo- tan solo para decir si Ram está bien...-

-Creí que dijiste que no te agradaban tus primos...- dijo Argol.

-¿Y que esperas?- dijo Tari- aunque no respeten mi religión, son mi sangre también...-

-¡Argol¿Dónde has estado todo este tiempo?- dijo una voz. El caballero de Perseo alzó la vista y miró complacido que se trataba de Aioros.

-¡Aioros!- dijo Argol, un tanto aliviado- ¿qué sucedió con Isis¿por qué no nos ha llamado?-

Aioros iba a responder, pero notó la presencia de la otra chica, y adivinó que sería la prima de Isis, pues resulta que él sí le puso atención a la joven egipcia, no como Argol.

-Tú debes ser Tari- dijo Aioros con una sonrisa- soy Aioros de Sagitario. Tu prima y Shura me pidieron que te avisara que no podrán venir por ti hoy, sino hasta mañana...-

-¿Y mi primo¿está bien?- dijo Tari.

-Sí, apenas acaban de ingresarlo- explicó Aioros- parece que hubo una confusión con las horas, no era a las 9 de la mañana sino de la noche... en estos momentos lo están operando...-

-Oh, demonios...- dijo Tari, llevándose las manos a la cabeza.

-No te preocupes- dijo el caballero de Sagitario- puedes quedarte en el Santuario por esta noche. Dudo que quieras quedarte en casa de Argol...-

-Tienes toda la razón- dijo Tari, haciendo que el caballero de Perseo la mirara de mal humor.

-Pues por mí mejor- replicó Argol.

-Bueno, ven conmigo, le diré a Selene que te consiga un lugar en el recinto de las amazonas... no te preocupes- añadió Aioros- ahí solo hay chicas...-

-Menos mal- dijo Tari.

-Vamos- dijo Aioros, cargando el equipaje de Tari y comenzando a caminar hacia el recinto.

-Bueno, supongo que debo agradecerte por ir por mi- dijo Tari, volviéndose a Argol.

-No fue nada- dijo éste.

-Hasta luego- dijo ella, alejándose tras Aioros.

-Espero que no- dijo Argol al verla alejarse.

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Nahir tardó un buen rato en desempacar y acomodarse en su nueva habitación. No era tan grande como la de su casa en Bombay, pero lo cierto es que esta tenía una vista preciosa.

Alguien llamó a su puerta.

-Pasen- dijo ella. El caballero de Virgo apareció en ella.

-Lo olvidé- dijo Shaka, un tanto apenado- no has cenado. ¿Tienes hambre?- Nahir asintió- ven, puedes cenar conmigo...-

Nahir dejó a Sahib sobre su cama y siguió a Shaka hacia el comedor de la casa de Virgo. La mesa estaba puesta y servida para ambos.

-Gracias, Shaka- dijo Nahir, una vez que los dos tomaron asiento y comenzaron a comer.

-No hay de que- dijo Shaka- y dime¿porqué quieres aprender más sobre el budismo?-

Nahir bajó su cabeza un tanto triste.

-Yo... yo no quería- dijo Nahir- yo no se lo pedí a mis padres. Mi madre siempre ha querido que yo lo aprenda bien, y me ha mandado con todos los grandes maestros desde Tíbet hasta Calcuta...-

-Ya veo- dijo Shaka.

-Pero no hay problema- sonrió ella- ya estoy aquí y pues no creo que sea tan malo-

Shaka sonrió.

-¿Y que se supone que me enseñarás?- preguntó Nahir.

-Eso depende de lo que estés dispuesta a aprender- dijo Shaka en voz baja.

Nahir no siguió preguntando, y la cena transcurrió en silencio. Se fue a dormir temprano, pues como Shaka había dicho, estaba completamente agotada.

-Buenas noches, Sahib, que duermas bien- dijo Nahir tras meterse a la cama y apagar la luz.

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Aioros llevó a Tari a la entrada del recinto de las amazonas.

-Aioros¿qué vienes a hacer por acá a esta hora?- preguntó Marín, saliendo del recinto.

-Hola, Marín- dijo Aioros- ella es la prima de Isis, y se quedará con nosotros por esta noche...-

-De acuerdo- sonrió Marín bajo su máscara. Tari estaba un poco asustada por las máscaras de las chicas, pero no estaba tan sorprendida: Aioros ya se lo había advertido en el camino hacia allá.

-Me llamo Tari Khayrat- dijo ella.

-Yo soy Marín- dijo la amazona- ven, te llevaré con Selene para que te acomode...-

-Buenas noches, chicas- dijo Aioros- buena suerte, Tari-

-Buenas noches- respondió Tari.

-Buenas noches, Aioros, saluda a Giselle por mí- dijo Marín.

Marín condujo a Tari al centro del recinto, donde Selene se ocupaba de ordenar las sábanas que Lily doblaba con su magia.

-Hola, chicas- dijo Marín, quitándose la máscara- Selene, ella es Tari, es la prima de Isis, necesitamos darle un lugar para dormir...-

-Hola, Tari, claro que sí- dijo Selene, y se volvió a Lily- no, Lily, necesitamos otro paquete de sábanas para ella...-

Lily asintió y, con un leve movimiento de su vara, cambió el orden de los paquetes de sábanas, siendo exactamente los que Selene le indicó. Tari miró eso, sorprendida.

-¿Qué sucedió?- dijo Tari- ¿cómo...?-

-Magia- dijo simplemente Lily. Tari dio un paso atrás. Jamás había visto nada tan extraño.

-Bueno- dijo Selene, cargando un paquete de sábanas- acompáñame, te mostraré tu habitación.

-Gracias- dijo ella, siguiendo a Selene y a Marín. Una vez que llegaron al cuarto, Selene puso la cama.

-Tu prima es una muy buena jugadora- comentó Marín.

-Así es, todas quedamos muy impresionadas después del juego del campeonato- dijo Selene- y espero que a tu primo lo puedan curar con esa operación-

-Yo también- sonrió Tari- ¿porqué usan máscaras varias de ustedes?-

-¿Porqué usas tú esa mascada?- dijo Marín a su vez.

-Porque mi religión me indica que ningún hombre puede ver mi cabello- respondió Tari- ¿y ustedes?-

-Es algo tradicional, pero nuestra orden nos indica que ningún hombre puede ver nuestro rostro- dijo Marín- si alguno lo ve, tenemos que elegir entre amarlo o matarlo...-

-Vaya, que drástico- dijo Tari.

-Aunque muy pocas veces lo hacemos- sonrió Marín.

-Menos mal- dijo Tari, y volvió la vista a sus sábanas- ¿y estas no están... encantadas?-

-¿Porqué estarían?- dijo Selene.

-¿Esa chica es una bruja?- preguntó Tari.

-Una hechicera- corrigió Marín- bruja es el término despectivo para eso. Sí, Lily es una hechicera, pero es buena...-

-Bueno- dijo Tari, un tanto insegura.

-Te dejamos para que descanses, debes estar agotada tras tu viaje- dijo Marín- duerme bien y no te preocupes. Mandaré a levantarte para desayunar. Buenas noches...-

-Buenas noches- respondió ella. Marín y Selene salieron. Tari abrió su maleta y sacó un pequeño tapete. Lo colocó en el suelo y se arrodilló sobre el, para comenzar su oración antes de dormir.

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Esa tarde, Shaina y Adam habían salido a pasear por la ciudad, y luego llegaron a un pequeño bar cercano al Santuario. Los dos hacían una pareja muy extraña, pero funcionaba para ellos y a nadie más le importaba.

-Todo ha estado muy tranquilo últimamente¿no?- dijo Adam.

-Así es- dijo Shaina- y será mejor que permanezca así...- frunció el entrecejo al ver que su chico encendía un cigarrillo- ¿todavía fumas?-

-Sí, es difícil dejarlo¿sabes?- dijo Adam- pero ahora es solo uno por día, lo juro...-

-Eso espero- dijo Shaina.

-Ya estoy harto de esperar, hermano- dijo una voz masculina detrás de ella, la cual poseía un acento extraño- ¿cuál es el siguiente?-

-Mi contacto me informó que acaba de llegar- dijo un segundo hombre, en voz baja- son muchos millones que están de por medio... es solo una infiel de muy lejos, no hay problema. Juntaremos a la banda y en un par de días lo haremos...-

-Bien, bien...- dijo el primero- paguemos, y en el camino me explicas de que trata...-

Los dos hombres se levantaron y se fueron. Shaina los observó mientras pagaban y salían del bar.

-¿Escuchaste eso?- dijo Adam, quien no los había perdido de vista.

-Sí, y no me gustó nada- dijo Shaina- los dos tenían acento extranjero...- miró fijamente a Adam- ¿los seguimos?-

-¿Estás loca?- dijo Adam- ni siquiera sabemos si hacen algo malo. Además, si en verdad son chicos malos yo no puedo defenderte...-

-Lo sé, usualmente yo soy quien te defiende¿no?- dijo Shaina sin poder evitar una sonrisa.

-No olvides que rompí mi guitarra...- comenzó Adam. Shaina se echó a reír- está bien, vamos...-

Los dos salieron del bar, buscando a los tipos. Demasiado tarde. Los dos habían subido a un auto negro y habían partido a toda velocidad.

-Rayos- dijo Shaina un tanto decepcionada.

-Olvídalo, tal vez es algo sin importancia- dijo Adam, apagando la colilla de su cigarrillo en el cenicero que estaba junto a la puerta del bar-volvamos al Santuario, que hace rato que oscureció...-

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A la mañana siguiente, Nahir despertó perezosamente. Ya había amanecido.

-Oh, rayos, primer día- dijo Nahir, estirándose.

Se dio una ducha y se vistió. Mientras se preguntaba que desayunaría, comenzó a buscar a su tigre por la habitación. No estaba.

-¿Sahib?- decía, buscando debajo de la cama- ¿dónde estás, pequeño?-

No lo encontró por ningún lado. Se volvió hacia la puerta, y vio que estaba entreabierta.

-Oh, no- dijo Nahir, saliendo a buscarlo. No pudo ir muy lejos, pues se encontró con Shaka en la entrada.

-¿Perdiste algo?- dijo el caballero en tono fastidiado, aún así sereno.

-Sahib se salió de...- dijo Nahir.

-Aquí está- dijo Shaka, conduciendo a Nahir a su jardín.

-¿Qué es este lugar?- dijo Nahir, mirando alrededor. El jardín se veía hermoso, el viento corría suavemente y había pétalos de hermosas flores color lila volando alrededor. En el centro del jardín había dos árboles altos.

-Este es el jardín de los Saras gemelos- dijo Shaka- y tu mascota está por allá...-

Nahir casi se muere al ver que el pequeño tigre estaba a punto de afilar sus garras en uno de los dos árboles sagrados.

-¡Sahib¡Ven aquí en este instante!- exclamó Nahir.

El pequeño tigre notó que estaba haciendo algo indebido, así que corrió hacia su dueña y se sentó frente a ella muy mansamente, con una mirada de inocencia que hubiera podido conmover aún a Máscara Mortal en sus días malvados.

-Vaya...- dijo Shaka, sorprendido.

-Lo lamento de veras- dijo Nahir, cargando al pequeño felino entre sus brazos- debe estar nervioso porque no conoce el sitio...-

-Está bien, pero para la próxima vigílalo mejor- dijo Shaka, acariciando la cabeza del pequeño felino, quien agradeció el gesto ronroneando suavemente.

-No te preocupes, no volverá a pasar- dijo Nahir.

-Bueno, volvamos dentro a almorzar- dijo Shaka- luego comenzaremos...-

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Argol no había podido dormir bien esa noche. Había tenido pesadillas que incluían a una chica de cabellos negros y rizados, que lloraba abrazando sus rodillas contra su pecho y con el rostro escondido entre sus brazos. Al mismo tiempo, un par de hombres estaban de pie junto a ella, riendo cruelmente; y una voz femenina gritaba, pidiendo que la dejaran en paz. Y cuando Argol trataba de acercarse, toda la escena se desvanecía y él despertaba sobresaltado.

-Rayos...- murmuró para sí mismo- ¿qué demonios me pasa? Ya van tres veces que sueño lo mismo... ¿será un aviso?-

Pero tras pensarlo unos segundos descartó la idea y se volvió a dormir.

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Tari, por su parte, se levantó adolorida. Nunca había sido buena para dormir en algún lugar extraño a su propia casa. Y no era que la almohada estuviera incómoda, sino que no estaba acostumbrada a ella.

Como dije, se levantó adolorida y tomó una ducha. Se vistió como acostumbraba, aunque esta vez de color azul. Después de ducharse hizo su oración matutina y pensó en buscar a Marín o a Selene. Al salir se encontró con una chica vestida completamente de negro y de alegres ojos color violeta.

-¡Hola!- le dijo Lily alegremente, mostrándole una cesta llena de panecillos de chocolate en su mano izquierda y una charola con vasos de leche en la derecha- ¿desayuno?-

Tari dio un paso atrás, asustada. Realmente no se fiaba de esa chica, o tal vez era que en su país le habían enseñado a temer a todo lo extraño y sobrenatural.

-No...gracias- dijo Tari.

-¿Cómo que no?- dijo Lily, alzando una ceja- pero si no cenaste anoche... debes tener hambre...-

Tari estuvo a punto de decir que no, pero su estómago respondió afirmativamente por ella haciendo un fuerte ruido. La joven egipcia se llevó las manos al abdomen, apenada.

-¿Ves?- dijo Lily, entrando en su habitación y poniendo un vaso de leche y al menos cuatro panecillos sobre la mesa- come, no me iré de aquí hasta que te los termines...-

Tari se cacheteó mentalmente. Tomó asiento sobre la cama y tomó el panecillo. No parecía embrujado ni nada por el estilo. Al contrario, se veía muy apetitoso. Quien sabe que tendrían esos panecillos... tal vez la convertirían en sapo, o la envenenarían. ¡Rayos¿Dónde estaban las demás amazonas en ese momento para salvarla?

-Vamos- dijo Lily, aún sonriendo, sin sospechar nada de los pensamientos de la otra chica.

Ni modo. Alá tendría que protegerla. Tari miró el panecillo y, llenándose de valor, le dio una mordida. ¡Estaba delicioso!

-¿Y bien?- preguntó Lily.

-¡Delicioso!- exclamó Tari.

-Me alegra que te haya gustado- dijo Lily- ahora termina eso...-

Tari sonrió y terminó de comer. La idea de que Lily la iba a envenenar se borró de su mente.

-¡Lily¡Panecillos!- llegaron June y Melody. Las dos amazonas engulleron el esto de los panecillos en menos de dos minutos.

-Pero que maleducadas...- dijo Lily al borde de la risa- chicas, ella es Tari, es prima de Isis... Tari, ellas son June y Melody, ambas son amazonas, pero ve tu a saber donde dejaron sus máscaras...-

-Estamos en el recinto- dijo June- y si los hombres saben lo que les conviene no entrarán aquí...-

Tari sonrió.

-Mucho gusto en conocerlas- dijo Tari.

-¿Ya conoces el Santuario?- dijo Melody, y Tari sacudió la cabeza- vamos, June, tenemos que mostrárselo...-

-Estoy de acuerdo- dijo June- solo iremos por las máscaras... volvemos en un segundo...-

Las dos amazonas salieron corriendo. Tari se sentía con mucha energía.

-Gracias por los panecillos, Lily- dijo la joven.

-No hay porqué- sonrió ella- ahora ve con las chicas, te aseguro que te gustará...-

Tari sonrió y salió de su habitación, buscando a las chicas. ¿Quién lo diría? Al fin las cosas en Grecia comenzaban a salirle bien.

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CONTINUARÁ...

¡Hola! Espero que les esté gustando. Aún no hay mucha acción, pero ya mero, no desesperen... Gracias por seguir leyendo, y por los reviews :D

Abby L. / Nona