EL PRECIO DE LOS RECUERDOS.

Cáp.2: Mi deber, tu destino.

Estaba sentada, justo frente a aquella tumba. Miraba perdidamente aquellas flores, que se encargó de limpiar debido a la sangre y un poco de lodo que las cubría.

Limpiaba su rostro con un pequeño pañuelo, mientras dirigía su vista a sus ropas completamente manchadas.

Estaba en ese cementerio desde aquella tarde, poco a poco estaba anocheciendo y realmente eso es lo que esperaba. Le preocupaba que alguien la mirase en ese estado, solamente haría que se asustaran y que le hicieran una serie de preguntas por su estado, además para esas horas ya debían haberse dado cuenta de aquel asesinato.

Ella sabía la verdad... solo tenía que decirles que la encubriesen, entonces... ¿ a que le temía? ¿a morir?... no, no era eso... no era miedo lo que sentía...era el hecho de que aquel chico era aun muy joven para ser un asesino en serie, le pudo calcular casi la misma edad que ella, con eso no deseaba decir que ambos se veían como unos niños, mas bien era que portaba el uniforme de los hombres de Yord y aun era muy joven.

Su manera de luchar...es muy rápida – Susurró ordenando su cabeza y para su desgracia recordando todas las escenas - ¿Acaso él podría ser...?

Levantó su vista, ya estaba completamente oscuro; se culpó una y mil veces en estar sintiendo lastima por un asesino, se levantó, y dirigió su mirada por ultima vez a la tumba de su padre para luego salir de ese sitio.

Caminaba apresurando el paso cada vez mas al encontrarse con guardianes en cada esquina, que se habían alertado (supuso ella) gracias a ese crimen. Llegó hasta aquella gran mansión que era rodeada por una cerca de acero y custodiada por algunos guardias.

Decidió, tratar de entrar por atrás tratando que nadie la mirara.

¡¿Quién anda ahí! – Pudo escuchar un gritó, pero aquella voz le resultaba familiar.

Hero? – Susurró sorprendida.

Miró como una luz se acercaba, y pudo notar al chico con una antorcha en su mano derecha.

Tamao... – Dijo parpadeando varias veces - ¿Dónde estabas? – Preguntó con seriedad, luego detuvo su mirada por sus ropas que estaban cubiertas de sangre - ¿Estas bien?

Lo siento... – Exclamó un poco cabizbaja – Es que yo...

¿Por qué has salido tu sola? – Preguntó con calma, pero denotando seriedad.

Solo quería...Llevar algunas flores a mi padre...

¿Por qué estas cubierta de sangre? ¿Acaso sabes lo que ha ocurrido?.

La joven pelirosada quedó en un completo silencio, haciendo que la paciencia de su compañero se perdiese poco a poco.

¡Contéstame! – Exigió elevando un poco su tono de voz.

Por favor... – Pidió entre susurros –Prometo...prometo decirte todo mañana...

Aquel joven mostró dureza en sus ojos color miel que hacían juego con sus cabellos castaños oscuros, el color de su piel era bastante clara y aquellas ropas de caballero le iban bastante bien.

Te lo prometo... – Repitió esperando que él no se enfadara tanto, en realidad él tenía todo la razón ya que ella salió desobedeciendo las ordenes de aquel lugar y él al igual que todos los demás en aquel gran palacio debieron haberse preocupado, pero... ¿cómo explicarle que estuvo apunto de morir ese día?

Esta bien – Dijo con mucha mas calma , aunque con cierta desconfianza, era obvio que no podía obligarla a nada.- Es mejor que entres, los demás deben estar preocupados.

De acuerdo... – Dijo sin muchos ánimos comenzando a avanzar hacía la rejilla que custodiaban algunos hombres y luego pasó a la puerta principal, siendo recibida por una señora de una edad mayor, que mostraba en su rostro cierta gentileza aunque en esa ocasión se mostraba preocupada.

Hero la miraba desde lejos hasta que vio que aquella puerta se cerró, Giró e hizo una señal con su mano derecha a algunos hombres para que lo acompañaran a tratar de buscar (por ultima vez) alguna clase de pista que pudiera ayudar a atrapar al culpable de aquel sanguinario crimen.

Caminaron por varios minutos hasta llegar al propio centro de aquel pueblo.

-Señor, parece que no hay señales – Dijo uno de los guardias a su lado – Lo mas lógico es que debió haber huido.

En aquella noche, las calles solamente eran iluminadas por la luz de la luna llena, y un poco de niebla, hacía mas difícil el asunto.

-Hm... - Hero solamente hizo un pequeño ruido que afirmaba estar pensando seriamente en el comentario de el guardia.

A unos cuantos metros atrás de ellos, en una esquina en la que no daba ningún rayo de luz, se encontraba alguien quien se asomaba un poco para poder verlos con mas detalle.

Sus vestiduras negras iban de acuerdo a aquella oscuridad, pasando inadvertido. Su espada, posada en su cinturón era lo único que podría delatarlo gracias al color plata de esta; su mano estaba muy cerca de tomarla, si fuese necesario el caso.

Hero, giró rápidamente sintiendo que algo los observaba, luego miró hacia aquella esquina cubierta por la sombras, lo que hizo que comenzara avanzar hacia ella.

Es astuto... – Susurró el joven de cabellos violáceos tomando lentamente su espada; si ese sujeto se acercaba mas, estaba seguro en poder eliminarlo.

Hero se acercaba cada vez mas, mientras Ren estaba listo para atacarlo, pero algo hizo que el joven de cabellos castaños detuviese su paso.

Señor, no es necesario que busquemos mas, además, la señorita Tamao ya está de regreso en el palacio, sana y salva.- Interrumpió uno de sus hombres.

Hero lo miró con determinación para luego dirigirse a ellos.

Esta bien – Se escuchó no muy convencido.

Ren por su parte, colocó su arma nuevamente en su cinturón, para comenzar a seguirlos. Gracias a la información de aquel guardia podía llegar mas rápido al palacio no sin antes ocuparse de ellos. Era cierto que nunca había visto a la hija del conde, pero se guió por el nombre de esta.

Caminó sigilosamente, siguiendo a aquellos hombres que repentinamente detuvieron sus pasos haciéndolo ocultarse rápidamente entre los arbustos.

Hero miró a su alrededor con seriedad.

¿Pasa algo señor? – Preguntó otro de sus acompañantes.

El chico no respondió, mas bien seguía sumergido mirando hacia todas las direcciones, para luego frenar su vista en algunos arbustos casi al frente de ellos; tomó una pequeña roca del piso y la arrojó con fuerza hacia aquel lugar, al no ver algún movimiento o reacción se sorprendió un poco mientras los hombres no entendían el comportamiento del joven.

Ren estaba sin ninguna expresión en su rostro, su mano estaba hecha puño, colocada justo a centímetros de su rostro, parecía haber atrapado algo.

Lentamente abrió el puño, dejando caer la pequeña roca. Para sus adentros, se sorprendió por la habilidad de aquel chico de cabellos castaños, aun así, este era el momento para poder acabar con ellos, lentamente sacó de su cinturón aquella espada.

¡Cuidado! – Alertó Hero a sus hombres, al ver un brillo color plata entre los arbustos. Rápidamente todos aquellos guardias e incluyéndolo a él , colocaron sus armas en una posición de defensa , mientras aquella figura oscura salía de entre los arbustos.

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No se preocupe – Sonrió con nerviosismo. Había repetido tantas veces aquellas palabras que estaba un poco cansada.

-¿Cómo puede hablar así, solo mire en que estado se encuentra – Dijo la mujer, teniendo en sus manos aquel vestido ensangrentado.

Ambas estaban en una gran habitación que parecía ser la de aquella joven. La mujer, sentada en un silla de ese sitio, esperaba a que la joven de cabellera rosa saliese de aquel baño que sin duda necesitaba.

Necesitamos que tenga mas cuidado – Exclamó la mujer elevando un poco su tono de voz para que la joven pudiese escuchar desde el otro lado de la puerta.

Tamao ya estaba colocándose aquella pijama de una seda blanca que llegaba mas debajo de sus rodillas, sin mangas, dejando parte de sus hombros desnudos ; secaba su cabello con calma, abriendo la puerta y encontrándose cara a cara con aquella mujer.

Lo siento – Dijo en un suspiro – Siento preocuparte tanto, nana.

Supongo que mañana nos dará una explicación – Dijo levantándose de su asiento y dirigiéndose a la salida.

Si... – Susurró por lo bajo, pero no impidiendo así que aquella mujer la escuchase.

Bueno, tendré que llevarme esto – Señalando el vestido en su brazo derecho.

No, no se preocupe, trataré de encargarme de eso...-

Lo dudo mucho – Dijo con tranquilidad- solo descanse, para el gran interrogatorio de mañana.

Dicho esto salió rápido de aquel sitio, colocando a Tamao en una posición bastante incomoda.

Las horas transcurrían y la joven bajo las sabanas blancas, se movían de derecha a izquierda, tratando de alguna manera que el sueño viniese a ella.

Se colocó en una posición de costado hacia la derecha, miraba hacia unas puertas de cristal cubiertas por unas delgadas cortinas, esta entrada daba a la terraza de aquella gran habitación.

Quitó las sabanas que la cubrían y se puso de pie acercándose a aquella puerta; aun sin apartar demasiado las cortinas, solamente buscó las manecillas de ambos lados de la entrada; cuando estuvo apunto de hacerlas girar, escuchó varios ruidos provenientes del exterior.

Ya era muy tarde, por esa razón, dudaba que alguien estuviese afuera, pero si aquellos ruidos seguían estaba segura que despertaría a todos en el palacio.

Giró levemente las manecillas de la puerta y con cuidado la abrió empujándola hacia sí, para poder salir a la terraza. Un viento nocturno y frío se dejó sentir, se acercó hasta los extremos del lugar para apreciar la vista y darse cuenta de algunas antorchas que se dejaban ver bastante bien desde el tercer piso que es donde estaba ella; junto a la terraza se podía ver al frente un gran árbol plantado en el jardín y su altura sobrepasaba la terraza donde la pelirosa se encontraba, dando así paso para que algunas ramas estuviesen muy cerca de ese lugar.

¿Por qué estarán agitados? – Se preguntó al ver moverse varios hombres que por su estado daban a entender que buscaban desesperadamente algo o alguien, entre ellos estaba Hero. Tamao se alegró al verlo aunque su expresión cambió al fijar bien su vista y percatarse de que era llevado por un hombre quien colocaba su mano en el hombro de este para que no perdiese el equilibrio, por su apariencia parecía muy lastimado.

La pelirosa se asustó bastante y estuvo apunto de decir el nombre del joven para así poder bajar de inmediato, pero se detuvo al ver como pequeñas hojas y ramas secas caían.

Fijó su mirada al árbol frente a ella y se sorprendió aun mas al encontrar de pie sobre una rama gruesa a aquel chico de cabellos violáceos, a ese asesino.

Este solamente miraba hacia el piso fijándose en los movimientos de los hombres que sin duda lo buscaban para matarlo.

En su mano derecha tomaba con fuerza la empuñadura de su espada mientras colocaba la misma mano sobre el brazo izquierdo mostrando así que estaba herido, su rostro denotaba enojo mientras presionaba levemente sus dientes.

Tamao retrocedió lentamente, caminando de espaldas y tratando así de regresar a su habitación, aunque al hacer esto no se fijó cuando pisaba una pequeña rama haciendo que aquel joven en el árbol se percatara de ella.

Él mostró un poco de asombro o por lo menos eso pudo analizar Tamao al notar como aquellos ojos fríos y alargados se ensanchaban un poco mas.

La pelirosada quedó totalmente petrificada al observar como este cambió su expresión frunciendo levemente el entrecejo y saltando ágilmente por las ramas hasta llegar a la terraza y entrar rápidamente a la habitación con todo y la joven a la que había tomado de la cintura y empujado al interior del lugar.

Ambos cayeron al piso y sobre él, aquella joven que sostenía de la cintura, para luego con su pierna golpear la puerta de la terraza y cerrarla de golpe.

¡¿Qué fue ese ruido! – Preguntó uno de los hombres que aun revisaban el patio.

-E-ese sujeto... – Dijo Hero con dificultad aun deteniéndose por aquel hombre para no caer al piso – Es muy peligroso.

No se preocupe – Intervino otro de ellos – Trataremos de encontrarlo. ¡Vamos, ¡Busquen por todos los lados ! – Concluyó siendo obedecido por todos ellos.

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Estaba bastante agitado y se sentó con dificultad, después de eso se dio cuenta que aun tenía a la joven tomada de la cintura y esta estaba muy apegada a él, tanto que había puesto su rostro en el pecho de este.

Este la soltó rápidamente haciendo que la joven se alegara de él retrocediendo aun sin ponerse de pie y sonrojándose por el contacto.

Ren la miró sin expresión alguna por algunos segundos, volviendo a colocar su mano sobre el brazo izquierdo.

Este no debe ser mi día de suerte – Susurró con un tono irónico, al haberse encontrado con un sujeto casi tan fuerte como él y el de volver a ver a la misma joven.

Tamao aun estaba sentada, con una mano en su pecho mientras que la otra estaba posada en el piso. De pronto miró en el piso como gotas de sangre caían, dirigiendo su mirada al brazo del joven quien lo tenía sujetado con fuerza.

Ahí estaban, frente a frente, separados por pocos metros.

Deja de mirarme así - Dijo en un tono molesto al notar la expresión de la joven – No podría matarte aunque ese es mi deseo – Finalizó con cierta vergüenza al saber que había perdido sus fuerzas. Gracias a esa pelea, había comenzado a enfadarse y por lo tanto mostrar un sentimiento, lo que causó una total debilidad en su cuerpo.

Tamao lo miró con mas detenimiento, tratando de no asustarse.

El rostro de ese joven estaba cabizbajo, gracias a su respiración se notaba bastante cansado aunque no podía asegurar si realmente era cansancio ya que sus ojos estaban cubiertos por sus cabellos.

Se percató, como poco a poco él dejaba caer su arma dando a entender que no tenía ninguna fuerza.

Demonios – Susurró Ren, tenía que calmar aquel sentimiento de odio si quería recobrar sus fuerzas, aunque aquello tardaría. ¿Acaso sería ese lugar donde lo terminarían matando, era obvio ya que cualquier persona aprovecharía un poco de debilidad por parte de él. Y afirmó aun mas su idea cuando vio a la joven levantarse rápidamente.

De seguro avisaría a los demás y lo matarían, eso era lo mas obvio, pero ¿estaría dispuesto a aceptarlo, por lo menos se libaría de aquel maldito mundo que solo desdichas había traído a él.

Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar el ruido de agua correr y ese sonido provenía de una puerta a su derecha, de pronto de ella, salió aquella joven con un recipiente lleno de agua y un paño en sus manos.

Se colocó frente a él y de rodillas, comenzó a mojar el paño.

Ren estaba de verdad sorprendido, ¿acaso aquella mujer trataba...

Sintió como su brazo era halado levemente y la manga de su camisa oscura era doblada por ella misma hasta dejar notar completamente aquella herida, hecha obviamente por una espada.

La joven tomó con firmeza la muñeca del chico y comenzó a limpiar su herida.

¿Qué se creía esa mujer, estos eran los pensamientos de Ren quien en ese momento se sentía avergonzado al no tener fuerza y dejar que su enemigo lo ayudara.

Simplemente apartaría su mano con violencia y cierto desprecio, pero no podía en ese momento.

¿Qué planeas? – Preguntó de una manera fría mirando como aquella joven estaba concentrada en su herida.

- Tienes un corte profundo – Respondió Tamao, sin dejar de mirar la herida.

Te das cuenta que si me recupero, soy capaz de matarte? –

Tamao se detuvo en seco, sorprendida, era tanta su sorpresa que había olvidado a quien estaba ayudando, pero...

Pero... no dejas de ser una persona ... no puedo dejarte así – Dijo con cierto nerviosismo pero con decisión al mirar de frente al joven.

Esta vez si demostró sorpresa, si antes se impresionaba por las habilidades de sus oponentes al pelear, esta vez se impresionaba simplemente porque una joven había decidido ayudar al sujeto que estuvo a punto de matarla.

Tamao seguía concentrada en limpiar la herida para luego colocar el vendaje, no tenía las cosas necesarias para curarlo mejor pero con aquello era suficiente para detener la hemorragia y que la herida sanase, aunque tardaría mucho.

Ren, sin embargo, al tratar de analizar a la joven, la miró por mucho tiempo, tanto, que ahora en vez de verla como enemiga o como otro sujeto mas, comenzaba a percatarse lo hermosa que era. Tamao por su parte, notó como era observada haciendo que levantase su vista y así encontrándose con la del joven. Este, parpadeó varias veces, he hizo el único movimiento que le ordenó el cerebro, movió su cabeza hacia la izquierda para así, mirar hacia otra dirección.

Era la primera vez que sintió una vergüenza de esa manera, es decir, no era una de deshonor, o de odio al no poder hacer nada, simplemente lo estaba colocando en una posición incomoda. ¿Acaso aquello era nerviosismo, el hecho de nunca haber experimentado ciertos sentimientos y emociones, no significaba que no las pudiese descifrar o si?

Tamao amarró las vendas; por fin había quedado sujeta, suspiró un poco para dar la señal de haber acabado.

Por un segundo se fijó en el rostro del joven aunque solo pudiese mirar su perfil.

¿Qué tanto miras? – Preguntó con frialdad, ni siquiera la miraba pero se percataba de lo que ella hacía.

Ella no respondió, solamente inclinó su cabeza con un leve sonrojo, pero luego volvió a levantar su vista, encontrándose nuevamente con el chico quien ahora la miraba por el rabillo del ojo, provocando que se sonrojara aun mas.

¿Cuál es tu nombre? – Murmuró secamente.

¿qué! -– Exclamó Tamao algo sorprendida.

No comprendo la razón de tu ayuda – Dijo cerrando sus ojos con altanería – aun así, tengo una cuenta pendiente contigo, no me gustaría deberte algo.

¿Cuenta?

¡Solo dime tu nombre! – Exclamó con molestia.

Ejem... Tamao Tamamura – Dijo sonriendo con nerviosismo.

Si ese día había tenido sorpresas, esta era una de las mayores.

Tranquilizó sus ideas y se concentró nuevamente en su misión, recobrando así sus fuerzas y colocándose de pie.

Tu vienes conmigo – Dijo apuntándola con el arma y desdoblando la manga de su camisa para ocultar el vendaje.

Tamao se asustó nuevamente, ¿ porque de repente el rostro de ese joven cambió a uno inexpresivo? Era un semblante extraño, es como si no tuviese sentimientos, fue ese cambio lo que la hizo sorprenderse.

Tengo que llevarte, a la presencia de Yord.

Y-Yord? – Repitió incrédula- ¡¿Qué estas diciendo, ¡claro que no! - Gritó

Gracias a aquel grito de la joven, alguien tocó la puerta de su habitación.

Señorita Tamao ¿se encuentra bien? – Se escuchó del otro lado.

Nana... – susurró la pelirosada al conocer aquella voz, para luego ver como el chico se dirigía a la puerta.

Lo mejor será matarlos a todos y de una vez llevarte conmigo – Expresó sin alguna emoción.

¿Matarlos?...

El joven estaba a punto de abrir la puerta ( que tenía seguro desde adentro) pero la voz de la chica hizo que parara en seco.

Me debes algo – Dijo rápidamente comenzando a ponerse de pie – no deseo que los asesines.

Ren giró hacia ella, denotando calma y cierta ironía.

Si te debo algo, solo es un favor, no pretendo dejar de matar por ello.

Entonces – Se apresuró en responder la joven – Iré contigo...pero mientras esté a tu lado no podrás matar.

Aquello era mas especifico, si el favor era para ella y si pedía no matar en su presencia, hasta llevarla con Yord, eso tendría que hacer, aunque la idea no le gustase. Por primera vez le debía un favor a alguien y por primera vez, tendría que cumplir con su palabra.

La pelirosa lo miró con detenimiento hasta que el llamado de la puerta la hizo volver en sí, ¿qué es lo que haría ahora, el joven (de muy mala gana ) solamente se colocó de brazos cruzados mientras se topaba a la pared junto a la puerta y cerraba sus ojos.

Si ella me descubre, no tendré mas opción que matarla – Dijo fríamente – Por lo tanto debes encárgate de ella.

Tamao frunció un poco el entrecejo, a pesar que estaba nerviosa, trataría de no mostrar temor frente a él. Se acercó a la puerta y lentamente comenzó a abrirla.

Continuara...

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N/A: bueno, se que este fic está algo raro y pues escribo mas cosas que diálogos, pero por lo confuso de mi cabeza, trato de explicar la idea heheh, aunque tarde en poner los caps ya que estoy cerca de un practico en la universidad y debo estudiar.

Princcess witch: pues si... es matón (como lo llamas) ¿verdad que así se ve lindo? Bueno eso es a mi parecer de malo se ve lindo y si habrá romance pero poco a poco por lo complicado de esta historia , gracias por tu apoyo. ISHIDORA: sip, otra locura mas, pero es que hace tiempo que la había planeado y graciassss por tu siempre apoyo, de verdad valoro eso. HITOKI CHAN: muchas gracias por tu apoyo también, espero otro comentario tuyo. MAYI: mi sissss , hayy graciasssss por tus apoyitos hehehe, pues lo de actualizar rapido por lo menos no hasta que termine mis practicos T.T MARY RLZ: en seiro te parece bonito el fic? Vaya, muchas gracias, ejem... ¿me admiras? Eso me da vergüenza, pero te lo agradezco muchísimo ICE PRINCCCES: hehe bueno si me siguen diciendo así pueda que me crea eso de perfectos, hahah naaa, agradezco tu grana apoyo a mi fic anterior y a este. TAMAO GIRL: la verdad... no pensé que le iba a gustar a nadie puesto el contenido y será ejem... algo pasadito de tono en algunas ocasiones, hehe y nop, nop se parece al otro y siii Ren es maloo pero de verdad maloo. HIKARU HAMIYA: te gusta lo sangriento? Hehe chivo, y bueno ¿cómo me inspiré? Pues fijate que no lo se, de repente comienzo a imaginar locuras, luego voy uniéndolas y ahí esta, (raro verdad?) por eso le digo mis locuras, muchas gracias por desearme suerte. SHADOW: ejem.. mujer Tamao es bonita y creo que todos sabemos eso, de tener poderes...pues nop, mucho ya que se trata algo mas o menos común (aunque eso del hechicero no e s común hehehe) pero la razón por la que Ren no la lastimó no es porque la quisiera mas bien a Ren le dio lastima, como ya he dicho Ren es muy malo.