EL PRECIO DE LOS RECUERDOS
Cáp.5: Extraña reacción.
Dirigió su mirada hacia la mesa para luego percatarse de aquel papel, era extraño, pero no pensó que él olvidaría esa nota que tanto había leído. Lo tomó y para su horror se dio cuenta de algo escrito, era lo que ella mas temía... sus pupilas de dilataron por aquella sorpresa, dejando caer la bandeja...
Hero... – Susurró.
No lo pensó dos veces y corrió tratando de alcanzar al joven, subió las escaleras con tal velocidad que casi caía.
¡Espera! – Gritó cuando llegó al segundo piso y pudo ver al chico quien había detenido su paso mientras su capa ondeaba levemente.
La joven respiraba agitada, trataba de hablar tomando una bocanada de aire mas sin embargo el joven se adelantó.
¿Y ahora que? – Preguntó mirándola por la altura del hombro.
Tamao se acercó a paso lento.
Es-esta nota... – Exclamó mientras mostraba aquel papel que sostenía con sus temblorosas manos.
El joven alzó una ceja, y luego giró para seguir su camino.
No le hagas daño por favor – Exclamó ella con rapidez y con un notable tono de voz suplicante y apunto de llorar.
El joven nuevamente detuvo su paso.
En esa nota me piden eliminarlo, y es justo lo que haré – Dijo aun de espaldas, y comenzó nuevamente a caminar pero esta vez entró a una habitación en especial.
Un miedo la recorrió, ya que si ese joven lo afirmaba,... se armó de valor y decidió seguirlo entrando a la habitación.
La pieza solo estaba iluminada por un candelabro sitiado en una pequeña mesa de noche.
Ren se detuvo justo frente a una gran ventana que estaba completamente abierta, colocó una mano en su cintura, cerca de su espada.
¿Te das cuenta donde te encuentras? – Exclamó con frialdad haciendo que la joven se asustara aun mas.
Presionó sus manos contra el pecho y cerró sus ojos.
¡No le hagas daño, por favor! – Pidió con todas sus fuerzas no pudiendo evitar que lagrimas se deslizaran por sus mejillas.
De un momento a otro, ella estaba haciendo lo que él no quería presenciar, un extraño sentimiento quería hacerse presente en él, aunque estaba de espalda pudo sentir el lloriqueo de la joven, colocó una mano a la altura del corazón y presionó con fuerza, él lo consideraba algo realmente estúpido, pero si el sentimiento de la compasión se hacia presente, su cuerpo perdería su fuerza.
Lárgate – Pidió con calma y colocando una mano en la pared.
Tamao limpió un poco sus lagrimas, aquello lo notaba muy extraño, pero aun así ella seguiría insistiendo, no podía permitir que le hicieran algo a la persona que mas quería.
¡No! – Respondió con decisión – ¡Tu- tu prometiste no lastimar a nadie mientras estuvieres conmigo!
Ren perdió todo el control dejándose llevar por el enojo, ¿cómo era posible que esa niña lo descontrolara con facilidad, con el único que era así, era con Yord, pero por razones muy distintas, él odiaba a ese sujeto, en cambio el grave problema con esa niña era que, sentía culpabilidad hacia ella.
¡Solo lárgate! – Dijo ya con ira, presionando su pecho, había demostrado ese sentimiento y estaba perdiendo el control en él, estaba sintiendo frustración y lastima para con ella, lo que significaba un grave error, y mas en su estado.
Calló de rodillas al suelo, aun tratando de detenerse sin dejar de tocar la pared con una mano.
Tamao se había asustado por aquel gritó del joven, pero al mirarlo así, lo único que hizo fue preocuparse y acercarse rápidamente a él.
¿Qué-que te ocurre? – Preguntó colocándose de rodillas en el suelo tocando el hombro de este.
¡ No es nada! – Dijo aun mas molesto provocando que presionara con mas fuerza su pecho y haciendo que la mano que estaba posada en la pared, ahora estuviese en el piso deteniendo un poco el peso de su cuerpo y tratando con eso que no cayese.
¿Cómo puedes decir eso? – Preguntó con mas preocupación; no podía evitarlo, a pesar que afirmaba odiar a ese joven, este parecía estar sufriendo mucho lo que provocó que ella olvidara por completo ese pequeño detalle.
Tamao decidió colocarse de rodillas frente a él, este por su parte tenía la cabeza baja respirando con cierta dificultad.
¿Qué...crees que haces? – Exclamó levantando un poco su cabeza.
No... no lo se, pero... debo ayudarte – Dijo sin creer lo que ella misma decía.
No necesito... – Dijo tratando de esbozar una sonrisa irónica aunque le era imposible – No necesito... tu lastima...
No es lastima – Afirmó la joven tratando de no alarmarse mas, por el estado del chico – Solo... solo es el hecho de ayudarte.
No me hagas reír – Exclamó inclinando nuevamente su cabeza, ya que parecía no tener fuerza de levantarla – Hace poco me dijeron...que la única razón para que alguien se acercara a mi sería por lastima.
Tamao abrió sus ojos, para luego entrecerrarlos un poco, de verdad se sentía mal por haber dicho eso.
Lo siento... yo...
Estúpida! – Dijo nuevamente con ira – No te lo repetí para que te disculparas, solo quiero que te largues!
¿Cómo puedes decir eso? – Preguntó un poco impresionada por el repentino estallo del chico. – Solo mira en que estado te encuentras.
E-estúpida – Repitió, levantando levemente su cabeza – si deseas ayudarme, lárgate.
¿Irme, pero como podré ayudarte si... –No terminó de hablar, al sentir como el joven perdía la conciencia y caía poco a poco hacia ella. La pelirosada no tuvo mas opción que colocar sus manos en la espalda de él mientras la cabeza de este estaba en su pecho. Comenzó a sonrojarse, no pudo evitarlo, y eso fue gracias a que pudo sentir la respiración del chico contra su piel , pero de un momento a otro se alarmó al percatarse que ese joven estaba dejando de respirar.
Trató de moverlo un poco, para dejarlo en el piso con cuidado y corrió hacia la puerta, pero cuando la abrió completamente se encontró con aquel anciano, que por la expresión en su rostro parecía tan sorprendido como ella.
¿Tamao? ¿Qué haces...
Ayúdelo – Se apresuro – Por favor.
¿Qué?
E-es Ren – Dijo haciéndose a un lado para que el anciano lo mirase en el piso.
Aquel hombre entró a la habitación para luego acercarse al joven, se colocó de cuclillas y lo miró de arriba abajo para luego tocar el cuello de este, al estar unos segundos así, quitó la mano y suspiró.
Solo es eso... – Dijo con cierto alivio.
¿Qué quiere decir con eso? –Preguntó alarmada – él esta inconsciente y usted lo toma como si nada.
El anciano sonrió.
No te preocupes, pronto pasara...eso creo – Dijo mirando al joven.
Pe-pero...
No te preocupes – Exclamó con serenidad.
No diga eso – Exclamó mas alarmada – él se desmayó y puede que este enfermo.
No te preocupes, esto no es debido a alguna enfermedad, es mas bien... – El anciano quedó pensativo y miró con calma al joven.
Tamao por su parte pareció incomodarle la actitud de ese hombre , se levantó tratando de dirigirse a la puerta.
¿a dónde...
Iré por algo – Se adelantó la joven en responder – Puede que encuentre algunos medicamentos.
El anciano rió, lo que no causó una gran confianza en Tamao.
No salgas – Exclamó con cierta calma – Por favor, nadie debe saber de esto.
Tamao se sorprendió... ¿qué era lo que ese hombre planeaba?.
No me mires así – Sonrió – Veras, eres una de las pocas personas que ha presenciado...esta situación.
¿Q-que? – Preguntó con cierta sorpresa y timidez acercándose nuevamente al anciano que aun estaba de cuclillas.
No puedo...decirte mas, solo quiero que no le digas a nadie sobre esto-
Pero... usted no comprende, él puede tener problemas de salud.
El anciano se colocó de pie y se acercó a la cama que estaba en la habitación, tomando un almohadón y una sabana.
Y... ¿qué se supone que sucedió aquí? –Preguntó Vermouth, colocándose nuevamente de cuclillas; cubrió al joven con aquella frazada y trató de colocar el almohadón bajo la cabeza de este, claro que por el esfuerzo, Tamao se prestó para ayudarle.
Pues... – Susurró dejando la cabeza del chico sobre el almohadón – Yo... él... –
¿Es algo que no puedo saber?- Preguntó sentándose al lado del chico que yacía en el piso mientras la pelirosada tomaba asiento con ambas rodillas dobladas.
Él...quiere matar a una persona demasiado valiosa – Dijo mirando a Vermouth con cierto temor en su rostro. – Yo solo... vine a exigirle que no debía hacerlo.
¿A exigirle?- Preguntó algo confundido ya que Ren jamás abandonaba una orden.
Él me hizo una promesa...fue de no matar, por lo menos mientras estuviese a su lado –
¿Ren te ha hecho una promesa de esa magnitud? – Preguntó aun mas sorprendido.
Es que...sucedieron cosas... – Miró ambas manos que se encontraban en su regazo.
El anciano quedó en silencio mirando a la joven y luego a Ren, quien solo parecía estar profundamente dormido.
Ya comprendo...- Dijo entre un suspiro.
Tamao dejó de mirar su manos para luego observar al anciano, ya que después de ese largo suspiro, comenzaba a sonreír de una manera bastante animada.
¿Qué ocurre? – Preguntó, pero en ese instante, Vermouth se puso de pie.
Te pido – Exclamó mirando a la joven desde arriba – Que, pase lo que pase, no menciones sobre el estado de Ren a nadie ¿ de acuerdo?.
Pero...-
Él estará bien, ahora ve a descansar.- Sonrió el anciano.
La joven, no sabía si aquello era una buena idea, pero si aquel hombre lo decía, por lo menos trataría de aceptar, además ¿para que preocuparse por un asesino? ... no sabía que responder, pero aun así él era una persona, por lo tanto...no podía quedarse de brazos cruzados.
Salió lentamente de la habitación cerrando la puerta detrás de si, el anciano por su parte miro con detenimiento aquella puerta y luego, aun de pie, sonrió al muchacho.
Quien lo diría – Susurró al joven como si este pudiese escucharlo – has terminado por secuestrar a alguien de buen corazón... me pregunto... ¿ serías capaz de controlar tus sentimientos, si estos sobrepasan tu propio limite?.
El anciano sonrió para si mismo, al hallarse meditando con alguien que aun estaba inconsciente.
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Había amanecido, mostrando cierta frescura en el aire, provocando que árboles cerca de esa zona se mecieran haciendo que sus hojas cayeran al suelo; los pasos de aquella persona eran ligeros, y pudo ver aquella casa en especial. Miró el letrero que decía: Kuromie, sonrió con cierta satisfacción al haber llegado.
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Como era costumbre, cada mañana las jóvenes debían encargarse de arreglar ciertas cosas de la noche anterior; para Tamao aquello fue nuevo pero aun así decidió ayudarles limpiando varias mesas o recogiendo algunas cosas.
Tenemos aun mas trabajo – Decía Creta mientras reacomodaba algunas vasijas.
Si, tal parece que se excedieron con el desorden – Respondió Almo estando a su lado.
Por cierto, ¿te percataste cuando el señor Ren subió?
Tamao estaba de espaldas a ellas, limpiando con un pequeño paño los restos de bebidas en la mesas, pero giró un poco al escuchar aquel nombre, preguntándose sobre el estado de este.
Es verdad, el señor Vermouth bajó las escaleras muy tarde, ayer por la noche, ¿Crees que estaba con el señor Ren? – Intervino Kela al escuchar a las jóvenes.
Bueno... la ultima persona aquí fue Tamao .- Exclamó Almo mirándola de reojo, mientras esta rápidamente volvía la vista hacia la mesa.
Tamao, ¿tu sabes algo? – Preguntó Almo.
N-no, claro que no – Respondió la joven con un poco de nerviosismo
¿Por qué siento que no dices la verdad? – Intervino Kela haciendo un pequeño sarcasmo al notar claramente el nerviosismo de Tamao.
¡Muy bien! – Se escuchó una voz con un claro tono de irritabilidad. - ¡¿Quién llevará las frazadas!
¡Yo! – Dijo rápidamente la pelirosada, no solo al notar el humor de Anna, quien había interrumpido todo, sino, también fue el hecho de que aquella interrupción la habría de salvar de aquel interrogatorio.
Las demás la miraron con cierta sorpresa al ofrecerse de inmediato, pero mas bien ella le impidió a Anna el seguir gritando, así que solo sintieron cierto alivio.
Subió las escaleras hasta notar como las demás ya no la miraban y seguían con lo suyo; suspiró con alivio al darse cuenta de ello, aunque ahora llevaba varias frazadas blancas, dobladas.
No puedo creerlo... – Susurró para ella al volver a suspirar.
Se escuchó de pronto como la puerta principal era abierta de golpe, captando la atención de todas las jóvenes en aquella sala y por supuesto deteniendo el paso de Tamao quien aun miraba desde algunos escalones arriba.
Se mostraba un capa oscura al igual que su traje, en pocas palabras, era un hombre de Yord, y por su apariencia, el era aun muy joven, tanto como Ren, lo que hizo que Tamao se sorprendiese aun mas.
Este joven tenía el cabello castaño largo, unos ojos oscuros y una mirada serena aunque llena de astucia y malicia.
Tamao pudo observar como las jóvenes de pronto se habían apaciguado y solo hicieron una muestra respeto, es decir, una reverencia, excepto Anna quien se colocaba frente a él de brazos cruzados.
El joven sonrió cerrando sus ojos, lo cual parecía una muestra muy infantil, llevó la mano a su pecho he hizo una reverencia.
Tan linda como siempre –
¿Qué se supone que haces aquí? – Preguntó con su característica molestia.
Por un segundo, Tamao se preguntó como se llevarían Ren y Anna ya que el carácter de ambos era muy similar, luego sacudió su cabeza tratando de prestar atención.
No cabe duda que eres muy hermosa cuando te enfadas – Dijo tomando la mano de ella para luego besarla.
Anna de inmediato apartó su mano.
Deja de hacer eso – Exclamó molesta.
Se que estas molesta por no haberte avisado con anterioridad, pero no te preocupes por mi – Sonrió con sus ojos entrecerrados.
¡¿Quién ha dicho que me estaba preocupando por ti! – Dijo aun mas molesta, pero lo que la pelirosada tomó en cuenta fue el hecho de que aquellos dos (en especial Anna) estaban discutiendo mientras las demás seguían como si nada, fuese como si aquello era lo mas normal.
Sin previo aviso la tomó de la cintura y la beso de una manera bastante atrevida, aunque aquello fue rápido ya que luego de eso la soltó y le hizo un saludo colocando su mano en la frente como si se tratase de un capitán, luego comenzó a caminar hacia las escaleras.
Anna estaba en shock, no era la primera vez que ese chico hacía esa clase de cosas, no podía evitar sonrojarse aunque para su gusto, los besos de ese joven eran muy cortos, pero su orgullo le impedía decirle eso, además él parecía disfrutar fastidiarla.
Las demás habían mirado todo y se sonrojaron por aquello, luego Anna las miró haciendo que estas desviasen su cabeza
¿Cómo te atreves? – Dijo molesta para ocultar su sonrojo.- Te he dicho, Hao...
Se que en realidad no te enfadas – Sonrió guiñándole un ojo colocando a la chica en una situación mas vergonzosa, era verdad, a ese chico no se le podía engañar fácilmente.
La joven al ver que estaba perdiendo, se cruzó de brazos y cerró sus ojos.
¿A que has venido? – Preguntó seriamente.
Venía a verte, aunque... quiero hablar con Ren – Dijo mirándola por la altura del hombro.
La joven pelirosada, quien había presenciado todo, se impresionó al escuchar esas palabras.
Lo siento – Respondió Anna – Él está con el abuelo.
No me interesa – Sonrió de una manera algo maquinadora – Tengo que informarle de algo.
Tamao se percató de esas intenciones, siguió caminando hasta subir completamente ya que a toda costa impediría que aquel chico entrara a la habitación.
Hao por su parte giró y comenzó a subir los escalones, sin que la joven de cabellera rubia lo perdiese de vista.
Llegó hasta el segundo piso, donde caminó un poco hacia una habitación al fondo, solo para encontrarse a una joven apoyada en la puerta cargando algunas sabanas.
Este se sorprendió un poco al no reconocer a aquella chica.
¿Quién eres? – Preguntó con cierta calma que parecía que lo caracterizaba mucho.
Yo-yo... soy la nueva empleada de este sitio – Dijo un poco nerviosa – Me encargo de algunas cosas por aquí.
El joven alzó una ceja, no dudaba que ella estuviese en ese lugar haciendo ciertas "cosas" , pero mas bien se preguntaba ¿qué hacía cerca de la habitación de Ren?
Al sentir aquella mirada, la joven no hizo mas que mirar hacia el piso.
¿Qué haces aquí? – Preguntó un poco mas divertido al ver la reacción de la joven.
Hm... yo... espero al señor Vermouth – Respondió con seguridad gracias a lo que había dicho Anna.
El joven la miró por un segundo mas, se encogió de hombros y alargó su mano para tomar la perilla de la puerta; al ver esto, Tamao se colocó un poco mas al frente tratando de evitar aquello.
¿Qué estas haciendo? – Preguntó con mas seriedad.
Yo...es decir, usted no puede entrar ya que... el señor Vermouth aun está ahí – Respondió con nerviosismo.
Hao no obedeció y empujó la puerta rápidamente sin que Tamao pudiese impedirlo. Esta estaba algo asustada ya que no pudo detenerlo, aunque se impresionó al encontrar a Vermouth sentado en un banco y a Ren en la cama, despierto y sentado en ella.
¿Por qué hacen tanto escándalo? – Preguntó Ren con suma dureza.
He venido a hablar contigo, pero veo – Miró de reojo a Tamao – que esta chica intentaba impedírmelo.
Ren dirigió su mirada a la joven, mientras Vermouth le dedicaba una sonrisa de agradecimiento.
Supongo que desean estar a solas – Exclamó Vermouth al ponerse de píe.
Si... – Dijo Ren sin dejar de mirar a la pelirosada, mientras esta se ruborizaba al percatarse de ello.
Vermouth sonrió y salió de la habitación junto a la pelirosada. Ren por su parte no los perdió de vista hasta que la puerta se habían cerrado.
¿Acaso aun dormías? – Preguntó Hao sonriendo sarcásticamente.
¿A que vienes? – Preguntó seriamente.
Hm... esto me parece muy extraño, por un segundo creí que esa chica quería ocultar algo – Colocó una mano en su barbilla mientras se notaba pensativo.
¿Qué es lo que quiere el maldito de Yord? – Preguntó tratando de cambiar el tema, siempre con calma pero un claro tono de irritabilidad.
CONTINUARA...
o-o-o-o-o-o-o—o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
PRET-ICE-ANGEL: Hm... esta bien trataré de no pasarme mucho... hehhe no mucho, muchas gracias por tu apoyo, espero que este cap te guste. JANNETH: muchas gracias por tus buenos deseos, espero que sigas con tu fic y que este fic sea de tu agrado. MAYI: hehe mi sis agradezco el que siempre me apoyes y espero que no te desanimes (por la cosa de tu fic) sigue adelanteee siempre ¿si, bueno ojala este cap te guste te lo dedico mucho heheh (en especial por otra pareja rara que puse heheh me imagino que ya sabes) NEKOAIKO: ¿examen de violín? Heyy que lindoooo y ¿sabes mucho? O solo eres principiante? Heheh me gustan esa clase de instrumentos, yo solo soy principiante en el piano heheh, muchas gracias por tu apoyo a mi fic y ojala hayas salido bien en tu examen. HIKARU HAMIYA: hayyyyy siii, mi Ren es tan lindo (aunque casi siempre lo pongo de malo, es que me gusta esa faceta de él) ejem... que Hero muera? Hm... pues la verdad eso no está en mis planes (aun), hahha ¿qué me gusta hacer sufrir a Tamao? Hm... talvez no, heheh solo me baso en la personalidad de ella, y por obvia razón sería muy difícil tratar a Ren heheh, hayyy y muchas gracias por tu gran apoyo, espero saber otro comentario tuyo. SHADOW: hayy gracias shadow chan, lo del Ren, amigable con Tamao, puede que sea mas adelante aunque si es probable, ojla este capp te guste, esperaré otro comentario tuyo, hehhe saluuu.
