EL PRECIO DE LOS RECUERDOS
Cáp.6: Compasión y culpa.
¿A que vienes? – Preguntó seriamente.
Hm... esto me parece muy extraño, por un segundo creí que esa chica quería ocultar algo – Colocó una mano en su barbilla mientras se notaba pensativo.
¿Qué es lo que quiere el maldito de Yord? – Preguntó tratando de cambiar el tema, siempre con calma pero un claro tono de irritabilidad.
Vaya forma de tratar a tu señor – Exclamó tratando de llamar la irá del chico a su lado.
Vaya tus insolencias ante tu superior – Dijo con seriedad arqueando una ceja.
Si, es verdad, tu eres mi superior, aunque aun no comprendo porque – Sonrió acercándose a la ventana.
¿A que vienes? .- Exclamó nuevamente.
Supongo que recibiste la nota ¿no es así?
Ren no respondió, lo cual, Hao tomó su silencio como una afirmación.
Resulta que el pueblo de Eonia, está buscando a la jovencita – Sonrió – que obviamente debes cuidar, por lo tanto el ejercito de aquel lugar sospecha de Yord, así que un representante vendrá a charlar con él
¿Acaso el representante es el sujeto al que debo eliminar?
Así es – Dijo con mas seriedad – deberás eliminarlo antes de que llegué.
Ren lo miró con suma seriedad.
No lo haré – Respondió.
¿Qué has dicho? – preguntó cruzándose de brazos.
Ya escuchaste, no lo haré.-
Vaya, ¿Acaso le temes, Yord supo que te enfrentaste con ese sujeto e incluso dejaste que él supiese que eras uno de sus aliados , por lo tanto tienes un castigo y este será aun peor si te niegas al nuevo encargo.
¿Desde cuando eres tan leal con Yord? – Preguntó con su notable frialdad.
No lo soy, solamente trató de infundirte temor, así me explicarías porque no aceptar este trabajo.-
No tengo temor, nunca lo he sentido y no le temo al dolor – Respondió mirando hacia la ventana – así que no te funcionara.
Entonces ¿por qué no deseas hacer ese simple trabajo, esto no es normal en ti – Sonrió.
-Tu eres la persona menos indicada para hablar así -
Te equivocas – Movió la cabeza negativamente, comenzando a sonreír – Solo estoy a las ordenes de Yord por defender algo muy valioso.
El joven de cabellos violáceos oscuros quedó en silencio por aquellas palabras, siempre había pensado que tanto él, como Hao peleaban por la misma razón, proteger algo de mucha importancia; Hao intentaba proteger a una persona en especial, mientras que él...él solo quería proteger los últimos recuerdos de su pasado.
No dijo mas que seguir mirando hacia la ventana.
Y dime – Hao Rompió el silencio - ¿Por qué aun estas en cama?-
Eso no te importa – Exclamó mirándolo de reojo.
Hm... esto si me parece extraño, desde hace mucho he sospechado que guardas algún secreto que tiene que ver con esto – Sonrió.
Si no dirás algo útil , sal de aquí – Dijo cruzándose de brazos.
Estaré en este sitio, hasta recibir ordenes de Yord, además, tenemos que impedir que ese sujeto pase por aquí. – Sonrió caminando hacia la puerta, giró la perilla y comenzó a salir de ese lugar.
Ren mientras tanto no lo perdía de vista hasta que aquel chico había salido completamente, luego dirigió su mirada hacia sus manos, comenzó a abrir y cerrar sus puños, no había recuperado todas sus fuerzas, pero se percató que aquellas eran suficientes para poder ponerse de pie.
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Tamao presionaba aquellas sabanas con cierta fuerza contra su pecho, estaba junto al anciano quien no dejaba de mirarla de reojo con una sonrisa bastante tranquila, aunque su vista se volvió al frente al ver que de la habitación salía el joven de cabellos castaños.
¿Ya han terminado? – Preguntó de una manera gentil.
Claro, - Respondió el ojinegro – Con Ren no se debe hablar mucho tiempo.
La pelirosa aun seguía atrás de aquel anciano, lo cual, no pudo evitar suspirar con cierto alivio al saber que no había sucedido nada grave (según lo que había respondido Hao).
Hm... ¡vaya! – Exclamó el joven de cabellos marrones con cierta tranquilidad – quien lo diría , Ren es defendido por una mujer –
Al escuchar aquello Tamao se ruborizó bastante, aunque no despegaba la vista de las sabanas que llevaba en sus brazos.
¿Acaso era verdad? ¿Acaso ella lo estaba ayudando?... aquello debía ser solo un poco de compasión hacia él, si, eso debía ser, ella solo quería salir de aquel lugar y no ver a ninguno de esos sujetos nunca mas.
Por cierto – Hao se mostró serio acercándose al anciano y por obvia razón también a Tamao – Cuando desees ocultar algo, no dejes a la chica hacerlo.
Luego sonrió con cierta malicia para agregar.
Ella es muy predecible.
Claro – Respondió el anciano sonriendo de una manera divertida mientras Tamao se ruborizaba aun mas por aquel comentario.
El chico sonrió un poco mas y levantó su mano antes de girar y bajar las escaleras.
Tamao lo observó por unos segundos, tratando de analizar aquella personalidad; a pesar de ser algo alegre parecía ser en realidad alguien calculador y hasta maquinador, le extrañó saber que aquel joven pertenecía a las tropas de Yord y mantuviese una relación un poco cercana con Anna.
¿Cómo personas tan distintas pueden estar juntas? – Se preguntó y sin pensarlo, lo exclamó en voz alta.
- Supongo que a eso se le llama amor – Respondió el anciano acercándose a la habitación de Ren.
Tamao lo miró con cierta duda, pero el anciano agregó.
¿No entraras?
-Cla-claro que no – Dijo apresurando sus ojos a las sabanas – Aun debo hacer muchas cosas –
Estaba apenada, no podía negarlo, pero le causaba un cierto nerviosismo y timidez el hecho que era ella la que sabía secretos de aquel joven.
Esta bien – Sonrió – Entonces, te avisaré luego sobre el estado de Ren.
E-espere, yo no estoy interesada en saber... – No terminó sus palabras, en cuento el anciano abrió de presto la puerta de la habitación y la cerró de golpe.
Ambas manos de la joven estaban algo temblorosas, de verdad estaba apenada por los pensamientos equivocados de Vermouth... ella no se estaba preocupando por un asesino ¿ o si?... no, no debía suceder, suspiró al hallarse derrotada sin mas que hacer que el terminar con su trabajo.
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¿Ya terminó, joven Hao? – Preguntó Almo al verlo bajar las escaleras.
Aun no – Respondió sonriendo de manera tranquila.
Pues deberías terminar rápido, tu presencia es detestable – Exclamó la joven de cabellos rubios, que estaba de espaldas a él. Por lo que este podía observar, Aquellas jóvenes ya habían terminado los quehaceres.
Permiso – Exclamó Almo sonriendo con dificultad, al hallarse en medio de la pronta pelea (que sucedía casi siempre) entre ambos jóvenes.
¿Y bien? – Respondió Anna girándose de brazos cruzados hacia él.
Hao le sonreía de una manera tranquila y con mucha diversión, haciendo que la rubia se enfadase mas, ¿por qué, ella misma no sabría explicarlo, aquella sonrisa le provocaba cierto calor en su rostro.
¿Ocurre algo? – Preguntó Hao sin cambiar la expresión de su rostro aunque lo decía con cierto cinismo, al percatarse de el efecto que le causaba a la joven.
Desde hace ya 5 años, que aquella joven lo había cautivado, con su tan notable carácter, él se consideró una de las personas mas dichosas al escuchar ciertas palabras y gestos que talvez ninguna persona escucharía por parte de ella, aunque no podía negar que no podía borrar de ella aquel carácter.
Espero tu respuesta – Exclamó cerrando sus ojos y moviendo la cabeza hacia otra dirección.
Pensé que me habías extrañado – Sonrió acercándose lo suficiente a ella, lo cual provocó que esta abriese los ojos y mirase al chico de frente.
Por supuesto que no – Dijo molesta desviando su mirada.
Hao por su parte tomó delicadamente la barbilla de la joven diciendo muchas cosas dulces, dejando a la joven sin alguna capa de frialdad que detuviese aquello, estaba a solo unos centímetros, tanto que aquella chica ya había cerrado sus ojos esperando un acercamiento un poco mas intimo, Hao se detuvo y sonrió al mirar a la chica, luego se acercó a su oído para pronunciar unas cuantas palabras.
No cabe duda – Susurró con delicadeza – Puedo embelesarte cuando yo guste – Concluyó retirándose de la joven con una sonrisa triunfante haciendo que este se sonrojara a causa del enojo.
Eres... un idiota – Dijo presionando los puños, aquel chico era el único capaz de hacerla perder la razón y también era capaz de engañarla (en ocasiones muy remotas).
El joven sonrió satisfactoriamente y luego decidió tomar asiento en una de aquellas sillas del gran bar.
En su rostro se notaba ironía y cierto cansancio, lo que la rubia notó de inmediato mientras lo miraba con seriedad.
¿Qué es lo que ocurre? – Preguntó con un tono distante.
No es nada por lo que tengas que preocuparte – Dijo sonriendo con cierta diversión.
Nunca dije que fuese preocupación – Exclamó comenzando a retirarse.
Si, también te amo – Dijo Hao en tono burlón cuando la chica se marchaba pero esto provocó que la joven detuviese su paso y girara un poco su cabeza para mirarle como si desease matarlo, pero este parecía no inmutarse por ello, lo que provocó que la joven suspirara y se fuese de ahí.
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-¿Lo has rechazado? – Preguntó el anciano un poco impresionado por aquella confesión del joven a su lado.
El anciano estaba en un banco sentado justo al lado izquierdo de la cama mientras el joven estaba de pié tratando de abotonar su camisa formal de un color blanco. Ren miró por la ventana sin darle la cara al anciano mientras respondía todo lo que este deseaba saber.
Eso es muy extraño, ¿te das cuenta que Yord...
Si, lo se – Interrumpió Ren – Pero es cuestión de honor.
¿Es honor lo que tiene que ver la joven?- Preguntó el anciano mientras que en su rostro se dibujaba una sonrisa algo traviesa.
Yo no he pedido su ayuda, y sin embargo lo ha hecho, debo pagarle – Dijo el chico acercándose mas a la ventana – no me gustaría deber nada.
¿En serio, pues parece que no puedes matar.
Ren giró hacia en anciano mostrando un su rostro un leve sentimiento de sorpresa. Él lo sabía muy bien, si el sentimiento era débil podría controlar su cuerpo.
Ella me comentó que no puedes matar, eso fue lo que dijo el día que perdiste el conocimiento, por lo menos debes decirle la verdad.
no puedo hacer eso . – Dijo con frialdad al sentarse en el marco de la ventana y mirar al anciano.
Vermouth sonrió, la verdad es que aquel chico no era un ser malvado, eran solo las injustas circunstancias lo que lo hacían actuar de manera fría, no obstante no podía librarlo de toda las culpas que tenía al matar a tantas personas.
Ya veo – Respondió al haber analizado un poco mas al muchacho.
¿Por qué me miras así? – Preguntó secamente.
Solo estoy pensando en que debes hablar con ella – Mintió, lo que Ren notó fácilmente, aunque decidió seguirle la corriente.
No tengo porque hacerlo, siempre he salido de mis problemas por mi mismo-
No siempre, Ren, no es siempre – Exclamó sonriendo con nostalgia, haciendo recordar al joven de ojos dorados algo que realmente detestaba.
Bajaré en otro momento – Exclamó mirando hacia el frente sin ninguna expresión en el rostro.
Claro – Dijo Vermouth acercándose a la puerta, luego se detuvo bajo el marco de esta - No puedes culparte por lo que sucedió hace algunos años, pero tampoco puedes librarte de tus hechos.
Finalmente salió de la habitación dejando al joven mucho mas sumergido en sus pensamientos.
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La noche había caído nuevamente en aquel lugar, provocando que nuevamente las personas llegaran a ese bar, aunque parecía estar todo mas calmado y la razón era que no se avistaban a ninguno de los hombres de Yord.
Que extraño – Exclamó Almo, mirando hacia las mesas.
- Supongo que deben tener asuntos que atender – Dijo Kela mientras se le acercaba.
Tamao estaba junto a ellas, pero solo se limitó a mirarlas con cierta precaución que en el lenguaje de la joven era timidez.
Si el joven Hao ha venido significa que el señor Ren...-
Si – Respondió Kela por lo bajo – Tiene otro trabajo y deberá matar.
¡Claro que no, ¡él no hará eso, no debe hacerlo! – Intervino rápidamente elevando la voz haciendo que las jóvenes la miraran asombradas al igual que algunas personas del bar.
Se sonrojó de una manera bastante divertida (para algunos) ya que todo su rostro estaba de un color muy notable. Almo y Kela se acercaron a ella para ver que era lo que sucedía hasta que una voz las detuvo.
Es verdad, no haré nada, así que pido no hablen de cosas que por obvia razón no les importa-
La pelirosa al igual que las otras dos jóvenes miraron hacia un extremo izquierdo, encontrándose con el joven de cabellos violáceos. Estaba con un pantalón formal un poco holgado, y la camisa formal de un color blanco doblado sus mangas hasta los codos.
Algo no se podía negar y eso era el atractivo de aquel chico, mas sin embargo todo era opacado por el cierto temor que las jóvenes tenían hacia él.
Al mirar aquella expresión en los ojos de las jóvenes, suspiró para sus adentros, lo único que él había visto en los ojos de las personas, eran temor y odio... aunque ciertamente ... hubo una mirada que nunca le demostró tal cosa. Sacudió su cabeza, aquel no era el momento de recordar.
Tu – Dijo Ren con su característica frialdad mirando a la pelirosada.
¿Yo? – Preguntó Tamao.
Sígueme-
Las demás se pusieron un poco nerviosa por aquella petición sin embargo la pelirosada solo parecía algo confundida mas no tenía un temor con él, ¿por qué? No lo sabía.
Salieron del murmullo del lugar, caminando un poco al lado de aquella gran casa donde había un pequeño callejón iluminado solamente por antorchas y la luz de la luna llena.
Tamao tenía sus manos en el pecho, tomadas una con la otra, estando justo al frente del chico quien se cruzó de brazos y se apegó a la pared.
¿Qué...
Necesito – Interrumpió Ren – que me des una razón para no matar a ese sujeto.
¿Qué?- Preguntó sin creerlo.
Tu pueblo sospecha de que el causante de tu desaparición fue Yord, gracias al enfrentamiento que tuve con ese sujeto – La miró de reojo – Y aunque deseo destruir a ese chico, te he dado mi palabra de no matar...así que... quiero que me des una razón para no acabarlo.
¿Una razón para no matar? ¿Cómo puedes decir eso, No se debe tomar la vida de una persona, simplemente porque no te pertenece.- Exclamó Tamao un poco asustada.
Soy un asesino – Miró hacia el frente fijándose en la pared como si en este hubiese de verdad algo interesante – Y quitar la vida a alguien no me interesa, a menos que haya una buena razón para no hacerlo, no temo a la vida ni a la muerte para mi esas cosas son muy similares.
Eso no es verdad – Respondió con calma – No se por que... pero siento que aun no quieres morir.
El joven abrió sus ojos con cierta impresión para mirar de frente a la joven y volver su mirada a un estado frío.
No deseo morir, pero si la oportunidad se presenta debo aceptarlo – Dijo prestando toda su atención a ella, lo que provocó que esta sintiese un escalofrío en su espalda, aquella mirada era demasiado fuerte.
Pu-pues... – Exclamó algo intimidada bajando su cabeza con un leve sonrojo – él... me gusta mucho.
Ren parpadeo varias veces tratando de comprender aquello.
Al ver esa expresión en el rostro de aquel chico, Tamao se ruborizó aun mas.
No- no me mires así – Pidió.
¿Acaso esa es una razón para no matar? – Preguntó con cierta curiosidad.
Cla-claro que si – Dijo mirándolo de frente pero aun con vergüenza – No se puede lastimar a quien amas.
El chico quedó un poco pensativo, tratando de analizar aquello mientras la pelirosada bajaba nuevamente su cabeza.
Me parece algo demasiado estúpido pero... – La joven levantó nuevamente su cabeza – No tengo mas opción que aceptar, no le haré daño, pero por nada del mundo permitiré que él te descubra.
Tamao lo miró con sorpresa para luego mostrar tristeza.
¿es que acaso aun me llevará ante Yord?-
Ese es mi trabajo – Respondió cortante.
¿Qué obtendrá a cambio con todo esto? ¿acaso es oro? – Preguntó un poco dolida ante su pronto destino.
Ren pasó de largo junto a ella para luego parar su paso.
¿Oro, yo no necesito eso –
¿Entonces? – Preguntó la joven un poco desesperada al girar y encontrarse al joven de espaldas; si él quería algo valioso ella trataría de dárselo así podría dejarla en paz.
Lo único que deseo son mis recuerdos – Exclamó al fin alejándose de ahí.
¿Tus... recuerdos? – Repitió sin entender, mirando como aquel chico caminaba entre la noche, en dirección opuesta al del bar.
Continuara...
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PRET ICE ANGEL: pues bueno, trataré de no pasarme, gracias por tu apoyo. NASTU AKIMOTO: hehe pues en esta pag habemos varios escritores que nos justa esta pareja tan loca, así que busca bien, gracias por tu apoyo. NEKOAIKO: ¿kawaioso? Hahaha mira mujer que me reí por es palabra ya se me pegó hahah esta buena, y vayaaa si me impresiona lo del violin puya que chivo, la neta yo solo el yankee doodle se tocar hahaha (naa broma) pero espero que sigas echándole ganas a tu licenciatura que vaya que esta impresionante. ANDREA NEFISTO: ¡¡¿la pregunta del millon! ¿Por qué poner a Hao x Anna? Pues veras, no me gusta la parejita pero... para este fic de locos la pondré y la razón es que Yoh no se veía como un asesino (aunque no he dicho que Hao lo es, pero tiene sus artimañas) la cosa es que espero y no te ofendas con tu haito hehe, pero veo que te has puesto celosita por lo del beso (espera saber que va después y...) uyyy hahaa se me paso, bueno espero saber otro comentario tuyo, gracias por tus apoyos. MAYI: mi sis uyyy no me digas eso que si me da pena , y siiiii ya pusiste tu fic genial! Muy bueno siguelo! Y lo de sak con tu hermano, vaya que no he sabido de ellos pero ya saben lo que dicen, para el amor no hay imposible. YUKI TAO: Te agradezco el que seas mi fan (heheheh) y que bueno que te gusto mi fic, espero otro comentario tuyo y ojala este cap te guste. SHADOWCHAN: hehe gracias por tu comentario shadow, y de lo de corto pues... da hueva aunque este intenté hacerlo mas largo heheh, otra cosa es que siiiii la actitud de Ren es linda y de consideraciones a Tamao pues creo que empieza (muy poco) a tenerlas, ojala este cap te guste. DARK FAIRY: muchísimas gracias por tu apoyo, ojala este cap sea de tu agrado y espero otro comentario tuyo.
