HEROÍNA SOLITARIA
Como todas las mañanas, cinco días por semana,
Ella
llega diez en punto a la oficina,
En sus pasos todo es prisa,
lleva siempre una sonrisa,
No le teme al tono gris de la rutina.
-Buenos días, señor…
Él hace un ademán con sus manos. Ella deja el paquete de papeles sobre el escritorio. Le deja una nota que dice que debe firmarlos para el medio día y de la misma manera silenciosa en la que entró, salió de aquella oficina. Apenas consigue volver a su escritorio cuando suena el teléfono.
-Buen día, presidencia…
-Comunícame con Sesshoumaru!
-El señor se encuentra en una reunión…
-No me vengas con bobadas! Sé que está en su oficina.
-Es cierto, pero está en una reunión. Y me pidió que no le pasara llamadas. Desea dejar algún mensaje.
-Puedes decirle que…
La mujer colgó el teléfono con tanta fuerza que Rin debió apartar el auricular de su oído por el ruido. La joven de melena azabache, ojos esmeraldas y largas y sensuales piernas se puso de pie y entró en la oficina de su jefe. Él terminaba la llamada que estaba haciendo y fijó su mirada ambarina, capaz de brindar el calor de 1,000 soles, pero fría como el ártico en su secretaria.
-Le llamó la señorita Mery…
-Qué dijo?
-Tal parece que ya no está en su lista de amigos.
-Algo más?
-Nada más señor…
-Bien…
El simplemente verlo le daba aliento para continuar con sus deberes. Se creía una idiota por ser capaz de enamorarse de aquel hombre tan frío y cerrado. Realmente sus personalidades no parecían encajar. Ella siempre sonriente, difícil de enojar y alegre. En tanto, un témpano de hielo brindaba más calor que él. Salió de la oficina y volvió a su escritorio soltando un suspiro.
Porque
está enamorada,
Porque viene preparada para ver su amor,
Un
amor que es invisible, un amor que imposible entre los dos...
-(Es tan guapo… pero como no tengo fideicomiso ni soy rubia… soy invisible para él…)
Ya se acercaba la hora del almuerzo, entró en la oficina para buscar los documentos que debían estar firmados.
-Señor, debo llevar los documentos a mercadeo…
-Ahí están.
-Desea que los revise? En caso de que no haya visto alguno?
-Sí, hazlo…
Rin se inclinó sobre el escritorio y revisó los documentos uno por uno. Estaba tan concentrada en hacer su trabajo a la perfección que no notaba que algo con lo que sonó incontables noches tal vez se estaba haciendo realidad. El imponente magnate la miraba, examinado sus largas y bien tornadas piernas, hoy resaltadas por esos zapatos de tacón nuevos, excepcionalmente altos y con la falda que llegaba justo al punto donde cualquier hombre desearía más. Examinó su escote, completamente entre los parámetros profesionales, pero sus voluminosas curvas rayando en el escándalo.
-Le faltó este, señor… disculpe, las hojas se pegaron…
-Usted les puso pegamento?
-No… cómo cree?
Rin le sonrió tratando de aminorar la tensión en el ambiente.
-Entonces no tiene por qué disculparse.
-Lo siento… ah! Lo siento…
-Cuántas veces se va a disculpar sin razón?
-…-
-Está listo. Gracias…
-Gracias, señor…
Rin tomó todos los papeles y los organizó.
-Se le ofrece algo más?
-No, gracias. Después de llevarlos, puede irse a almorzar.
-Sí, señor…
Rin salió de la oficina con el corazón en la boca. Había sido tan amable con ella. Hasta había dicho una broma! Abrazó el paquete de papeles y se dirigió a las oficinas de mercadeo para depositarlos. Ese, era, sino el mejor día de su vida, al menos el mejor día de la semana.
Heroína
solitaria,
Ella es su secretaria y lo ama,
Se consume en el
infierno
De quererlo y no tenerlo... y lo ama...
Andaba como entre las nubes y después de dejar los papeles en los diferentes lugares que les correspondían, volvió a su escritorio, sólo para ver cómo su día se tornaba oscuro mientras veía a su jefe separarse de una despampanante rubia luego de lo que parecía un tórrido y apasionado beso.
-(Pero ella no lo quiere y yo sí…)
Esas eran las palabras que se repetía a sí misma mientras se acercó y disimulando una sonrisa, se despidió y tomó el ascensor para irse a almorzar. Agradeció a los cielos que el ascensor no se detuvo en los 35 pisos de descenso y tuvo tiempo a reponerse de aquello. Al llegar al primer piso, se encontró con su hermana, que la tomó del brazo y se dirigieron a un auto.
-Qué te pasa, Rin?
-Ay! Kagome, no sé… estoy loca o algo así…
-Sesshoumaru te gritó?
-Ja ja ja! Cómo crees? Claro que no! Si es muy bueno conmigo…
-Entonces?
Rin desvió la mirada, mirando por la ventana, pero viendo su propio reflejo en el cristal.
-Estoy enamorada…
Kagome frenó casi de golpe. Para su suerte, la luz estaba en rojo y ya estaba disminuyendo la velocidad.
-Kami! No me digas algo así de golpe! Dórame la píldora!
-Lo siento…
-No importa… y… puedo saber quién le robó el corazón a mi hermanita?
-No… debo olvidarme de eso…
-Olvidarlo?
-Creo que ni siquiera se ha fijado si soy mujer o qué…
-Ah?
-No sabe que existo… olvídate que hablé… lo viste hoy?
-No… me llamó diciendo que todavía está en Hokkaido, pero que llega seguro para la noche…
-Creo que tendré que volver a Kyoto…
-Claro que no!
-Pero y si te pide que te mudes con él? Yo no gano lo suficiente, sólo soy pasante, no puedo mantener un apartamento aquí…
-Rin! Ni siquiera somos novios y tú ya me estás mudando con él!
-Crees que sea como el hermano?
-No… Inuyasha es muy diferente… tuvo una novia hace como un año… y nadie le conoce amantes, ni nada por el estilo. A diferencia del playboy del hermano.
Rin rió ocultando el tono de amargura en su voz.
-Inuyasha es atento… considerado… apuesto…
-Hablas como si ya estuvieras enamorada…
-Y lo estoy! Rin… lo estoy… cada vez que pienso en Inuyasha, me sorprendo más y más de haber estado con alguien como Riokotzu…
-Egocéntrico y con carácter de perro rabioso… como Sesshoumaru… pero Sesshoumaru sabe cuándo y a quién ladrarle… es dulce… muy misterioso…
-Hablas como si te gustara…
-P-para nada! Pero debo admitir que me considera mucho. Acepta que llegue a las 10, me deja salir a comer, si tengo clases temprano, me deja ir… Es muy bueno como jefe…
-Ya veo…
-(Pero tiene 5 amantes, no se sabe sus nombres y yo pago los platos rotos cuando se cansa de alguna… será que ellas creen que yo tengo algo que ver?)
Ella
sabe de su vida, sus amantes preferidas,
Él ignora el amor
que ella siente,
La lastiman sus amores pero igual les manda
flores,
Él lo pide y para ella es suficiente,
Porque
sigue enamorada,
Porque no le importa nada, a no ser ese amor,
Un
amor que invisible, un amor que es imposible entre los dos...
Rin acomodó su cartera y sus libros a un lado en su escritorio, en ese justo momento, Sesshoumaru iba llegando a su oficina.
-B-buenos días, Kurama-sama…
-Buenos días Kazami-san… acaba de llegar?
-Sí señor… disculpe, pero tenía un exámen…
Sesshoumaru vio su reloj. 9:45am.
-Llegó 15 minutos antes, cómo le fue?
-De maravilla, no creí que me fuera tan bien…
-Recuerde nuestro trato…
-Claro que sí, Kurama-sama! El 110 por ciento…
-Muy bien…
Sesshoumaru entró en su oficina. Rin se sintió desfallecer cuando esa misma tarde, entró la rubia de semanas antes y él ordenó que nadie los molestara.
Esa noche, leía sus libros con desgano. Kagome entró en su habitación mientras ahogaba una risita. Se sentó en su cama.
-Rin…
-Ese tono es para pedirme algo… qué quieres?
-No seas así… te prestaré mi auto por todo el día de mañana…
-Es algo grande…
-En realidad no te voy a pedir nada… voy a salir con Inuyasha y puede ser que…
-No tienes que dibujármelo. Vete.
-Eres la mejor hermanita del mundo!
Kagome la besó en la mejilla y se marchó. Rin sonrió feliz por su hermana, ella e Inuyasha parecían un par de chiquillos, incluso en las reuniones era divertido verlos tratando de disimular aquella pasión que le brotaba a flor de piel. Y era capaz de pensar que ahora que estaban juntos iba a ser muy difícil separarlos. Suspiró deseando que alguien así apareciera en su vida.
Heroína solitaria,
Ella es su secretaria y lo ama,
Se
consume en el infierno
De quererlo y no tenerlo... y lo ama...
Con el paso de los días el cambio en Rin era notable. Su mirada apagada, aunque no dejaba de sonreírle a todo el que le hablaba, sus ojos denotaban aquella tristeza que embargaba su alma. Sin embargo, había momentos de verdadera felicidad, en los que la tristeza se replegaba a lo más profundo de su corazón.
Estaba en una cena de negocios, lucía un exquisito vestido de seda negro, con un pronunciado escote, los tirantes se encontraban tras la nuca y dejaba gran parte de su espalda, para el regocijo de la vista de quien quisiera ver. Su sedosa melena negra, recogida en un elaborado peinado, su maquillaje que resaltaba sus exóticos ojos verdes, debido a ser completamente descendencia japonesa.
Kagome lucía un vestido no menos provocador que aparte de atraer varios admiradores, despertaba los celos y un sentimiento de posesión por parte de Inuyasha.
-Inuyasha, detente! Soy la gerente de administración, es normal que me reconozcan…
-Pero no que todos te quieran invitar a bailar!
-Te prometo que bailaré contigo…
-Y con nadie más…
-Te agradecería si bailas con Rin… desde hace unas semanas, la encuentro demasiado triste… ella no es así…
-No lo sé… es tan hermosa que puede ser que termine por gustarme…
Kagome rió divertida. Inuyasha la besó en la mejilla y se dirigió hacia donde se encontraba Rin.
-Me sentiría honrado, si usted, bella dama, me concede esta pieza…
-Inuyasha…
Rin aceptó la invitación y reía divertida mientras Inuyasha bromeaba con ella, diciéndole que tendría que mudarse a un cuartucho de quinta.
-Ya en serio… por qué me dices eso?
-Esta noche… habrá una gran sorpresa…
-Sí? De qué sorpresa hablas?
-Ah! Pero qué cuñada más curiosa!
La expresión de Inuyasha cambio por completo al ver a Kagome bailando con aquel joven y riendo divertida.
-Quién es ese zopenco?
Al verlo, Rin rió.
-Sí que eres celoso… es alguien que Kagome y yo amamos mucho…
Aquellas palabras hicieron que a Inuyasha se le brotara una venita en la sien que solía estar presente cuando estallaba encolerizado.
-Es Souta…
-Souta? Pero…
-Se vendrá a vivir a Tokio.
-Increíble…
-Vino como mi pareja. Después de todo, quiere hacer conexiones para arraigar su negocio aquí.
-Ya veo…
Inuyasha y Rin se acercaron a la pareja, luego de que terminara la música.
-Rin…
-Hola, hermanito…
Souta la abrazó con fuerza.
-Te ves… vaya! Si no fueras mi hermana…
Rin rió. Kagome los presentó. Mientras hablaban, Rin notó a Sesshoumaru con la misma mujer y sintió que el estómago se le revolvía. Souta se inclinó a su oído y le dijo que quería un poco de aire fresco, Rin lo tomó de la mano y lo guió a uno de los amplios balcones. Allí, Souta la abrazó.
-Te he extrañado tanto!
-Tú también me has hecho mucha falta…
-Cómo es eso que apenas llego a Tokio y tú te quieres ir?
-No lo sé… veremos hasta dónde lleguen mis fuerzas…
-No sé para qué te matas estudiando si trabajas como una simple secretaria…
-Por algún lado tengo que comenzar, no crees? Kagome comenzó como auxiliar de contador…
-Kami! No me gusta… tú deberías…
-Souta…
-Tú no pudiste escoger…
-Pero me ha gustado mi carrera…
Rin se apoyó de la baranda, Souta a su lado.
-Pero tal vez salga de las empresas Shikon… aunque sería muy bueno si avanzara profesionalmente allí, también lo veo algo difícil…
-Quédate ahí hasta que me gradúe… necesitaré una buena administradora. Y me interesa que maneje diversos idiomas…
-Sabes que lo haré… pero no creo que me quede mucho tiempo…
-Acaso tu jefe es malo?
-No, si es muy bueno. Pero es como te digo, es muy difícil que avance profesionalmente allí.
Souta la besó en la mejilla. Lo que se veía desde adentro era muy diferente, especialmente cuando aquel joven la abrazó, provocando que aquella escena le revolviera el estómago a aquel espectador. Rin se separó de su hermano con lentitud.
-Ya tenemos mucho tiempo afuera… vamos a volver con los demás…
-Sólo si me prometes bailar conmigo.
-Prometido…
Al volver al salón, Souta la guió hasta la pista de baile. Haciendo gala de sus dotes como bailarín. El espectador sentía todas sus entrañas arder al ver a Rin en brazos de aquel hombre. Y mucho más al verla disfrutar de la noche mucho más después de estar con él.
Terminada la cena, Sesshoumaru se puso de pie y luego de unas palabras de agradecimiento, anunció su compromiso en matrimonio con la heredera norteamericana, Sarah McGuille. Rin sintió que se ahogaba con sólo el aire y que el corazón se le detenía. Souta, que se encontraba al lado de Rin, notó su cambio, aunque ella trató de disimularlo como pudo. Mientras todos aplaudían, la tomó de la mano y le susurró algo al oído. Desde el punto de vista del espectador parecía un beso, lo que le revolvió aún más todo su interior.
Ella
sabe que ese amor,
Es camino hacia el dolor,
Es querer tocar el
cielo con las manos,
Pero nada puede hacer,
Y lo tiene que
esconder,
Al entrar por esa puerta al dar las diez...
Rin entró en su oficina. Habían pasado 3 meses desde aquella noticia y sus sentimientos continuaban intactos, sino creciendo día a día. Ocultarlo como había hecho hasta el momento, ya no era suficiente. Necesitaba salir de aquél lugar. Faltando pocos días para su graduación, estaba segura de poder encontrar trabajo sin mayores problemas.
Vestida impecablemente, con la carta de renuncia en sus manos y armada de valor, entró en la oficina de su jefe que al verla, sólo alzó una ceja al notar que la actitud de su sumisa secretaria no era la misma de siempre.
-Kurama-sama, está ocupado?
-Qué se le ofrece?
-Vengo a presentar mi renuncia…
Sesshoumaru se acomodó en su sillón, mirándola fijamente, sin mostrar ningún tipo de alteración.
-Alguna razón específica?
-Le agradezco de todo corazón todo lo que hizo por mí, y al contratarme luego que terminara mi pasantía… también por comprender mis horarios y permitirme hacer los cambios, para poder continuar mis estudios…
-Y me lo agradeces renunciando…
-Hay cosas que no se pueden evitar. Dadas ciertas circunstancias, yo no puedo continuar como su empleada.
-Qué circunstancias son esas?
-K-Kurama-sama…
-Si no puede dar una justa razón para renunciar, no aceptaré su renuncia.
Rin desvió la mirada. No quería que la viera llorar. Cerró las manos en puños y se armó de valor nuevamente.
-Renuncio… por… por que…
-Por qué!
-Porque lo amo! Y usted nunca se dio cuenta! Y ahora se va a casar… Y yo no puedo seguir así! No puedo! Así que lo mejor será que me vaya bien lejos.
Rin dio media vuelta y salió de aquella imponente oficina corriendo a lo máximo que sus zapatos de tacón les permitían. Dejando a un muy perplejo Sesshoumaru sentado en su majestuoso sillón de piel roja.
Heroína
solitaria,
Ella es su secretaria y lo ama,
Se consume en el
infierno
De quererlo y no tenerlo... y lo ama...
Los días pasaron. Rin vendía a los demás una imagen muy distinta a como se sentía en realidad, nadie, excepto Souta sospechaba por lo que Rin estaba pasando. Entró a su habitación de noche y se sentó a su lado.
-Para muchas cosas soy torpe… pero hermanita, a ti te rompieron el corazón…
-Souta…
-A ver… cuéntame quién fue el mal nacido que te tiene así de triste…
-No… Souta… son cosas mías…
-Entonces, si son cosas tuyas, no te quiero volver a ver con los ojos grises. De acuerdo?
-Souta…
-Vamos, Rin… eres hermosa, y estás desperdiciando todo eso llorando por un tipo que no se lo merece… Es más… bueno, ya hoy es muy tarde, pero mañana, tú y yo vamos a salir… como cuando vivíamos en Kyoto…
Rin asintió y abrazó a Souta.
-Eres el mejor hermano de todo el mundo!
-Y tú siempre serás mi gatita consentida…
Souta la besó en la cabeza.
-Espero que termines tu carrera pronto…
-Sólo me quedan dos semestres.
-Vaya, esa si que es una carrera larga…
-En realidad no, derecho dura 4 años, pero yo entré tarde…
…………………
Souta y Rin estaban en un elegante restaurante, la pasión de Souta por la comida extranjera era algo impresionante. Disfrutaban de pedir platos extravagantes y luego probar lo que el otro pidió, tratando de descubrir los ingredientes.
-…Tiene hasta cognac… pero hay algo…
-Perejil…
-Tienes razón!
Ambos rieron. Aquel espectador presente en la fiesta, estaba coincidencialmente presente en ese restaurante. Sentía la sangre hervir al verla tan feliz con ese hombre.
-(Será mejor que me aparte… parece feliz con él…)
…………………
CONTINUARÁ……………
Qué les parecio? Espero que les haya gustado. Este fic va dedicado a mis amigas Ceci, Lou y Eli que siempre me brindan apoyo en todo y a Esme, que me ayudo a no descartar la idea en primera instancia. Las adoro!
