Este capi va dedicado a todas ustedes que se molestan en leer mis loqueras, pero en especial a mi amiguis Esme, (esto es sólo una manera de pagarte el gran favor).

…………………

Capítulo 3

Amanecer

El sol se colaba por las espesas cortinas de la habitación de hospital dónde se encontraba. Durante la noche anterior en ningún momento sintió tanto dolo como lo sentía ahora. Y aunque la enfermera lo acababa de medicar, el dolor, lejos de desaparecer, parecía aumentar a cada segundo que pasaba. Cerró los ojos.

………………

Rin despertó al sentir la tibia caricia en sus mejillas.

-Hola…

-Gatita, estás lista?

-Mmjjm…

Souta le ofreció el vaso de jugo que tenía en la mano. Volvió a acariciar sus mejillas.

-Estuviste llorando toda la noche…

-No toda la noche… pude dormir, verdad?

Souta rió.

-Eres como una niña pequeña…

-Soy tu hermanita!

-Sí? Recuerdo que mi hermanita tenía cosquillas…

-No te atrevas!

-Hm! Sólo porque se me hace tarde. Prepárate, necesito que vengas conmigo.

-A dónde vamos?

-A comprar los equipos para nuestra nueva oficina en la torre Mikatzu.

-QUÉ! Mikatzu! E-es…

-Para un negocio grande, hay que entrar por la puerta grande…

Rin se levantó dando un grito, Souta rió y salió de la habitación.

…………………

Sesshoumaru sentía un dolor tan fuerte que las enfermeras decidieron llamar al doctor. Luego de varios exámenes, el doctor se pasó las manos por la cabeza.

-No tienes nada…

-Cómo que no tengo nada? Casi no puedo respirar!

-Pero tienes los pulmones de un buzo. Pasaste una y cada una de las pruebas, lo que tienes no se ve en las pruebas.

Sesshoumaru tomó el lapicero del doctor y se dibujó un círculo en el pecho.

-Ahí es dónde duele…

-Un dolor… sólo significa dos cosas… y una no es médica…

-Qué?

-No estás teniendo un infarto, así que la otra opción sería…

-Qué cosa?

-Tienes el corazón roto…

-Pues arréglelo!

El doctor rió a carcajadas.

-Un corazón roto, sólo lo arregla el amor…

-No creerá en esas cursilerías sentimentalistas, o sí?

El doctor tomó asiento.

-Sesshoumaru, te conozco desde toda tu vida. Te traje al mundo… y exactamente porque he vivido tanto, sé lo que te digo. A mi edad no te queda nada más en que creer, excepto en el amor.

-Koshio…

-Sé lo que te digo muchacho! Ah! Hasta te pareces a tu papá! Inutaisho no creía en nada. De hecho, sólo creía en mantenerse con vida hasta el próximo día. Hasta que conoció a Tsukihime…

Sesshoumaru ladeó la cabeza y el doctor Koshio sonrió sabiendo que tenía la total atención de su paciente.

-Ellos se amaban mucho, Sesshoumaru, que no te quepa la menor duda…

-No es lo que recuerdo. El cuerpo de mi madre no se enfriaba en su tumba y él ya se estaba casando…

-Tu padre tuvo la suerte de volver a enamorarse. No lo tomes a mal, pero te aseguro que sin Izayoi, Inutaisho hubiera muerto de soledad… además, no hables así, porque Izayoi te amó como si fueras su hijo…

-Sí la llegué a querer como a una madre. Pero no mí madre.

-Oh, Kami! Si Tsukihime te escuchara! Te daría de coscorrones para que se te abra esa cabeza dura. Te diré algo Sesshoumaru, Inutaisho vio la oportunidad de ser feliz, de salir de su miserable soledad y de darte la vida de familia que tanto anheló. Amó a Izayoi tanto como a tu madre.

-Ya basta!

-Eres un tonto, muchachito!

-No soy un niño!

-Pero te comportas como tal y te mereces que te traten como uno. Inuyasha es tu única familia y dime cuándo fue la última vez que te acordaste de su cumpleaños. Tú que lo criaste cuando se vieron solos… Debes cambiar, Sesshoumaru. Debes cambiar… será mejor que descanses, si te sube la presión te sangrará la úlcera…

-La medicina tampoco me puede ayudar en esto?

-Oh sí! Y lo haré. Tu cirugía está programada para mañana en la tarde. A partir de ahora estarás a dieta estricta de líquidos. Si necesitas algo, me llamas.

El doctor salió de la habitación en el momento en que Kagome entraba con un pequeño ramo de flores. Sesshoumaru se sorprendió al verla y mucho más al ver las flores.

-Hola, Sesshoumaru…

-Kagome…

-Pensé que el olor a hospital te estaría matando así que te traje algo para contrastar…

-Soy alérgico al polen, pero gracias de todos modos…

-Lo sé… Rin me lo advirtió, de hecho son de las mismas que ella pone… ponía en tu oficina… está bien?

-Sí, claro. Éste olor a amoníaco me tiene la nariz perforada.

Kagome sonrió y se dispuso a acomodar las flores cerca de una ventana.

-Duran más si les da el sol… cómo estás? Cómo te sientes?

-Como un trapo… pero dentro del cuadro… bien…

-Me alegro… Inuyasha habló temprano con el doctor Koshio, ya está al tanto de tu cirugía…

-No lo ví…

-No vino, lo llamó por teléfono. Inuyasha está en la oficina. Sé que debería estar trabajando… pero no debes estar sólo…

-Gracias…

Kagome le ofreció varias revistas del mundo de los negocios, sus preferidas a decir verdad, Sesshoumaru levantó una ceja intrigado.

-Rin me comentó que éstas son las que más te gustan… de hecho, al saber que te cuidaría, me dio una larga lista de las cosas que te gustan y las que no…

-(Estará ella en la lista de las cosas que me gustan? De qué rayos hablo! Me voy a casar con Sarah…)

-"No si yo puedo impedirlo…"

-…Sesshoumaru?

Kagome lo veía mientras esperaba una respuesta a su pregunta.

-Lo siento, me fui lejos, qué me decías?

-Que aún no comprendo la razón por la que Rin renunció…

-Yo tampoco…

-"Mentiroso! Renunció porque tú la tuviste frente a ti por tanto tiempo y nunca la viste! Siempre la ignorabas! Le hablabas con ese tono frío y distante, recordándole siempre que era una simple secretaria! Te pavoneabas frente a ella con cuanto par de piernas te encontrabas! Y nunca, NUNCA, le dijiste lo hermosa que es, lo bien que huele su cabello, y menos cuánto la amas…"

-Ella vino anoche…

-Sí… Inuyasha me lo dijo…

-Sabes si vendrá hoy?

Kagome se extrañó al escuchar la pregunta.

-Rin se va esta tarde…

-Se va? A dónde? Cuándo vuelve?

-A Kyoto… va a atender el negocio de Souta mientras él se establece aquí… creí que vino a despedirse…

-Sí… tal vez es porque estaba anestesiado… estoy un poco cansado… sino te importa…

-Claro que no, Kami, Sesshoumaru, estás enfermo…

Sesshoumaru se pasó todo el día en un estado entre dormido y despierto. Hasta que despertó por sentir la garganta seca, sintió que se le secaba aún más al ver a Rin cerca de la puerta hablando con Kagome. Como no había hecho ningún movimiento brusco, no lo habían notado. Escuchó la conversación de las hermanas.

-Kami, Rin! No puedes hacerlo…

-Lo haré… tengo que irme, Kagome, tengo que olvidarlo… será poco tiempo… 6 meses, un año tal vez…

-Y mi propia hermana no estará para mi boda…

-Claro que sí… no me lo perdería por nada en el mundo…

-Si al menos me dijeras quién es…

-No puedo Kagome… no…

-Bueno… te despedirás de Sesshoumaru?

-Ya lo hice… te llamaré a la casa cuando llegue…

-No, llámame al celular… a Sesshoumaru lo operarán dentro de unas horas y… pues no hemos podido comunicarnos con Sarah, así que me quedaré a cuidarlo…

-Lo abandonó?

-Rin! …No lo sé… pero no hemos dado con ella y Sesshoumaru no se puede quedar sólo…

-Es su prometida, ella debería estar aquí!

-Baja la voz, está dormido… eso lo sé… pero no sé qué le pasó.

Rin se despidió de su hermana y se marchó. Apenas Kagome volvía a centrar su atención en Sesshoumaru, lo vio todo cubierto de sangre.

-Kami!

Llamó a las enfermeras de inmediato mientras lo ayudaba a sentarse y evitar que aspirara su propia sangre. Luego de varios minutos y que todo parecía volver a la normalidad, Sesshoumaru rompió el silencio.

-Dónde está Sarah?

-No sabemos…

-Cómo que no saben?

-Pues la hemos llamado a su apartamento, al tuyo, a su celular… no hemos podido hablar con ella…

Sesshoumaru en parte se alegró el no verla. El saber que Rin se preocupaba mucho más que nadie por su bienestar, no sólo le daba bases para romper aquel compromiso, sino que promovía cierta sensación de calidez en todo su cuerpo.

…………………

Inuyasha, estaba centrado en unos papeles en la oficina de Sesshoumaru cuando se abrieron las puertas. Sonrió al ver a su cuñada.

-Cómo estás?

-Estoy segura que mejor que tú…

-Puedes apostarlo. Cómo es que Sesshoumaru tenía esto listo tan rápido?

-Yo los leía primero. Ya conozco los estándares de las empresas, él sólo los leía si a mí no me convencían.

-Sabes? Yo feliz te contrataría en vice-presidencia… te daría el mismo sueldo y tendrías mejor horario…

Rin sonrió.

-Gracias, pero no. Tengo que alejarme de él…

-Sabes que te hubiera preferido como cuñada un millón de veces antes que a la peliteñida esa…

Rin rió.

-No seas tonto, igual soy tu cuñada…

-Sabes a qué me refiero…

Rin se despidió de Inuyasha antes de marcharse.

………………

Volvían a entrar a Sesshoumaru a la habitación después de la cirugía. Kagome estaba sentada a su lado leyendo una revista mientras él aún dormía. Rin entró en la habitación.

-Qué haces aquí? Te creí en Kyoto…

-Pospuse el viaje… no me puedo ir y dejarlo así…

-De qué hablas?

-Inuyasha sí que sabe guardar secretos… Sesshoumaru es el hombre del que te hablé…

-Qué!

Conforme las horas fueron pasando y Sesshoumaru no despertaba, hacía que todos se preocuparan. Los doctores lo examinaron y no encontraron razón alguna para su estado. Kagome se fue a dar un baño y Rin se quedó cuidando de él.

Se quedó contemplándolo un largo rato, removió varios mechones de la rubia cabellera que caían sobre su rostro.

-Después de todo, no es tan estúpido que me enamorara de ti. Eres apuesto… siempre supe que me tratabas diferente… la pregunta ahora es por qué… o porqué me enamoré conociéndote… un mujeriego descarado…

Rin se inclinó sobre él y lo besó en los labios.

-No sabes cuántas veces soñé con esto…

Rin acarició su rostro y tomó asiento antes de que Kagome saliera del baño. En ese justo momento se abrió la puerta de la habitación y Rin sintió que su alma abandonaba su cuerpo al ver quién estaba allí. Sarah caminaba hasta estar junto a la cama, se inclinó sobre él y dejó marcado un beso con su labial rojo en el rostro de Sesshoumaru.

-Qué haces aquí? No eras la secretaria…

-Con calma, es mi hermana… dónde estabas? Nos…

-Ahora resulta que tengo que rendirle cuentas a ustedes?

Con la sangre hirviendo en sus venas, Rin se puso de pie y se despidió de su hermana.

-Te llamaré cuando llegue a Kyoto. Te quiero!

Luego de que Rin se marchara, Kagome llamó a Inuyasha y recogió sus cosas. Cuando Inuyasha llegó, le entregó el pequeño bolso.

-A-a dónde vas?

-Tú eres su prometida, tú debes cuidar de él…

-Pero tú…

-Mis obligaciones son para con mi esposo, no con el tuyo.

En el camino, Inuyasha iba furioso por lo que Kagome había hecho, pero no habló sino hasta llegar a la casa.

-ES QUE ACASO TE ESTÁS VOLVIENDO LOCA!

-NO ME GRITES! Te escucho perfectamente. Primero, no, no estoy loca. Sabes perfectamente que no soporto a esa…

-Esto no se trata de ustedes dos!

-Sé bien que se trata de Sesshoumaru! Pero Rin se devolvió preocupada por él y esa… argh!

-Rin se devolvió?

-Sí, Inuyasha y ella la insultó… Rin simplemente se despidió como lo más normal del mundo y se fue a Kyoto…

Inuyasha se sentó de golpe.

-Porqué no me dijiste nada?

-No lo sé… pensé que si no lo sabías, ella no quería que se enteraran.

Después de haber comido, Kagome estaba sentada leyendo un libro, Inuyasha se acostó a su lado, acomodando su cabeza en su regazo. Ella levantó el libro para verlo y sonrió.

-Qué haces?

-Quiero descansar.

Se inclinó sobre él y lo besó.

-Descansa…

Volvió a su lectura sin éxito, Inuyasha la abrazó por la cintura, ocultando su rostro en su vientre. Kagome hizo el libro a un lado y pasó sus dedos entre la sedosa y rubia cabellera.

-Inuyasha…

-Hm?

-Te pasa algo?

-No…

-Inu…

Inuyasha sonrió aún ocultándose en su vientre.

-No te rías y dime.

Inuyasha le abrió la blusa y la besó justo encima del ombligo. Kagome sintió que toda su piel ardía con aquel beso.

-Me preocupa tu hermana.

-Porqué?

-La conoces, preciosa. Rin podrá verse fuerte… pero es tan delicada como una flor de algodón. Y me molesta que sufra por culpa del animal que tengo por hermano.

Kagome sonrió.

-Ella estará bien. Me preocupa más tu hermano en manos de esa mujer.

…………………………

Rin llamaba un taxi en la Terminal del aeropuerto.

-Rin!

Rin giró y sonrió al reconocer a Hakudoushi que se acercaba hacia ella.

-Mi auto está un poquito lejos…

-Pero acaso viniste por mí?

-Claro que sí. Souta no te dijo?

-No…

-Pues él me llamó y me pidió que viniera por ti.

-Me alegro de verte…

Mientras caminaban al auto.

-Dónde te quedarás?

-En un hotel…

-Eso es imposible!

-Porqué?

-Cómo voy a permitir que te quedes en un hotel cuando yo tengo una casa prácticamente vacía…

-Es sólo hasta que alquile un departamento…

-Puedes quedarte todo el tiempo que quieras.

-Y tu esposa?

-Mi qué?

-No estas casado?

-Estaba, del verbo ya no estoy.

Rin rió a carcajadas.

-Bueno, tengo más de 3 años que me divorcié…

-Ya veo…

-Sólo hay una condición para quedarte conmigo.

-Cuál?

-Una cita.

Rin sabía que Hakudoushi no se andaba con rodeos, pero esa, la debió rodear un poquito más.

-Vamos, no me dirás que no o sí?

-E-es que…

-Está bien, era una broma…

Durante todo el camino a la casa de Hakudoushi, Rin se debatía entre si aceptarlo o no. Decidiendo finalmente que Hakudoushi era un hombre maravilloso, y que estaba harta de llorar algo que nunca debió existir.

-(Este será un comienzo nuevo…)

Hakudoushi le mostró la casa y la llevó a la habitación que ella podría usar.

-Espero que te sientas como en tu casa…

-Gracias, tu casa es muy bonita…

-A tus órdenes.

Rin lo besó en la mejilla.

-Esa invitación a cenar… aún está en pie?

Hakudoushi sonrió.

-Claro que sí… a dónde quieres ir?

-Pues dudo mucho que Kyoto sea el mismo de 12 años atrás. Así que mejor me sorprendes, sí?

-Te gusta la comida italiana?

-Bromeas, verdad?

-No?

-Es mi favorita.

-Ah! En ese caso conozco el lugar perfecto, creo que lo vas a adorar.

-Genial! Entonces me doy un baño y nos vamos…

Hakudoushi le dio un juego de toallas y sábanas. Le dijo que si tenía vestido, sería mejor.

Él esperaba paciente en la terraza, su pelo engominado y peinado hacia atrás, vestía una camisa de un ligero tono azul claro que sólo resaltaba el azul de sus ojos. Se sentía temblar y trataba de calmarse tronándose los dedos.

-Hakudoushi…

-Kami, te ves hermosa!

Rin sonrió y se sonrojó cuando él la besó en la mejilla. Le ofreció su brazo y salieron de la casa. El vestido de Rin, azul oscuro, llegaba un poco más arriba de las rodillas con corte provocativo del lado izquierdo, cosa que Hakudoushi agradeció, en especial porque su auto deportivo era de cambios.

Durante la cena hablaron de todo un poco y terminaron en el delicado tema de las relaciones.

-…Simplemente no funcionó… yo decía perro, ella decía gato, yo decía agua y ella fuego… sabía que éramos muy diferentes, pero…

-Cuando uno se enamora, no le presta atención a nada.

-Exacto... en fin, el último clavo al ataúd fue cuando quise hijos y ella no.

-Pero… y no hablaron de eso antes de casarse?

-Sí, y quedamos en que tan pronto los dos estuviéramos en trabajos estables los tendríamos. Pero entonces ella comenzó a tener éxito. Demasiado y no quiso renunciar a él por un hijo.

-Te molesta que fuera exitosa? Más que tú?

-Claro que no. Pero sí pensaba que ya era hora.

-Ya veo…

-Ahora ella está con un colega, creo que durará, se llevan mejor… Bueno, pero ya está bueno de mí, hablemos de lo que más me interesa…

-Y eso es…

-Tú… te encuentro fascinante, impredecible, encantadora, divertida e increíblemente hermosa…

-Estás seguro de que estamos hablando de mí?

-Sin mencionar que eres modesta hasta la médula.

-Recuerdo que eras malo conmigo… siempre me hacías llorar… cómo de pronto…

-Perdóname... sabes cómo son los niños de crueles… pero cuando creciste… Kami, siempre quería estar en tu casa, para verte…

Rin sonrió sonrojada.

-No eras feo…

Hakudoushi rió a carcajadas.

-No lo eras! Simplemente eras más flaco de la cuenta!

-Y ahora?

-Hm! Ahora estás para como para comerte…

Rin abrió los ojos sorprendida. De dónde le salían todas esas cosas? Sentía que le ardía todo el rostro mientras Hakudoushi continuaba riendo.

-Van dos veces que lo dices! Aunque ambas hayan sido en un restaurante… tienes hambre?

Rin sonrió mientras tomaba de su copa de vino. Estuvieron hablando por horas, hasta que finalmente, un mozo se les acercó y les dijo que pronto cerrarían el restaurante, Rin vio su reloj avergonzada y eran cerca de las 2 de la mañana.

Al llegar a la casa y ver que la noche realmente llegaba su fin los desanimó a los dos. Pero Hakudoushi, negado a dejar que se perdiera, ya dentro de la casa, le brindó su brazo cual caballero y la escoltó a la puerta de su habitación.

-Que tengas muy dulces sueños, princesa…

-Igual tú…

-Hasta mañana…

-Hakudoushi… gracias… realmente la pasé muy bien…

-Igual yo, aprecio mucho tu grata compañía…

Hakudoushi sentía que sus manos le temblaban, ansiosas por tocarla, acercarla a él y besarla apasionadamente. Se inclinó para besarla en la mejilla, ella iba a decir algo y sus labios se encontraron. Al verla cerrar los ojos, dio un paso hacia delante y la abrazó mientras acariciaba sus labios con su lengua, sólo un poco fue suficiente que ella abriera los suyos para darle a conocer todo su sabor. Pensó que no conocía besos mejores que aquél que él le regalaba.

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Gracias a Ceci, Lou, Esme, Angie, Eli, Elen, Jorleen, Ne-chibi, Ana, Mary, HawkAngel, Fenixgirl, Miara Makisan, Darkwishsessho, Naru Urashima, Saya, Fabisa, Usagi223 y Hitomi Kansaki Fanel!

Las adoro!

Nota! Para el proximo cap va la cancion "Y si fuera ella" – Alejandro Sanz