Lo de ley: Los personajes de H.P. pertenecen a su autora Jo Rolling y a la Warner, realizo algunas referencias a las obras de cuentos clásicosde autores como los hermanos Jacob y William Grimm, Hans C. Andersen, y Charles Perrault, no escribo esto con fines de lucro, sólo para matar un poco la rutina.

IV

El silencio y la oscuridad, no quedaba nada, pero de pronto a lo lejos se vislumbró una luz, pequeña, pero suave y cálida que a cada momento que pasaba comenzaba a hacerse más brillante y de pronto todo regresó, el castillo, las habitaciones, todo estaba como antes…

-señor Black, señorita Miller, este no es lugar ni espacio para ese tipo de demostraciones- dijo de repente la conocida voz de la profesora Mcgonagall que con los labios apretados los miraba a ambos abrazados en el suelo

-lo siento profesora- se disculpó Sirius mirando a su compañera que le devolvió una suave sonrisa.

Ambos se pusieron en pie y se disculparon, sus ropas habían regresado a los uniformes, todo parecía normal.

-Deberían aprovechar su día libre para preparar sus NEWT´s – observó y siguió su camino

-Regresamos al día en que ocurrió todo-dijo Lucía una vez que ambos comenzaron a caminar para alejase de la profesora.

-Será mejor buscar a los demás…- dijo Sirius

-Espera… lo que dije antes… es verdad… yo… te amo- dijo para que quedara claro el asunto después de todo.

Sirius se volvió, la tomó de la cintura para acercarla, tomó su mejilla con suavidad y besó sus labios con ternura.

-lo sé- susurró a su oído mientras la abrazaba contra él

Lucía no pudo evitar derramar unas cuantas lágrimas de alegría, mientras disfrutaba de la calidez del abrazo, cuando notó algo, en una de las vitrinas, vio su reflejo de bestia envuelto en un suave resplandor para volver a verse como la hermosa joven que era. Su cuento acababa de tener un verdadero final feliz. Sonrió de felicidad, tal vez los demás estaban bien, estaban a salvo, y habría que buscarlos.

Comenzaron a buscar a sus amigos, sin embargo era bastante extraño pues no había rastro de ellos, ni siquiera los demás estudiantes los habían visto. Hasta que a Sirius se le ocurrió una gran idea, fue a su sala común y saco el mapa del merodeador, de inmediato localizó a sus amigos, era extraño, James, Lily y Remus estaban dentro del castillo, mientras que Peter estaba en los jardines, y Marie cerca de la cabaña de Hagrid, Winter era la única que no aparecía en los alrededores del colegio.

-la teoría era que si había un final feliz todo regresaría a la normalidad cierto?- decía Lucía mientras se encaminaban hacia dónde estaban

-Sólo fue una suposición, aunque aceptémoslo, ninguno de los cuentos llegó tan lejos- contestó Sirius – Y si el cuento en el que se encontraban atrapados avanzó tanto que no podía detenerse hasta tener un verdadero final feliz?

-Y como lo sabremos?

-Mira!- señaló a James que aún seguía vestido de príncipe, estaba sentado con ambas manos sostenía su cabeza y trataba de pensar

-Prongs! – Sirius corrió a abrazar a su amigo, pero para su sorpresa y sobresalto ni siquiera llegó a tocarlo, simplemente lo atravesó como si fuera un fantasma, con la diferencia de que no existía la sensación de frío extremo.

Lucía ahogó un grito y corrió a ayudar a Sirius que de inmediato se levantó, y como no creyendo lo que estaba ocurriendo, con sumo cuidado paso su mano por entre el pecho y cabeza de James, no había sensación alguna, no sentía nada, sólo aire, pero ahí estaba, también aparecía en el mapa.

-Debe de seguir dentro del hechizo del libro- comentó Lucía mientras se aproximaba a verle de cerca.

James estaba pálido, y desorientado, su aspecto era de desesperación, después de unos cuantos segundos de observarlo en silencio, se puso en pie y volvió en su búsqueda.

-Voy a encontrarte Lily… - dijo en un suspiro y siguió abriendo cada puerta que encontraba.

-Lily ha desaparecido? No puede ser sigue en el castillo- dijo Sirius mientras veía el mapa señalando la pequeña mota de tinta que tenía el nombre de la chica

Y como si se le hubiera iluminado la mente recordaron el libro, Lucía mencionó que la última vez que lo había visto fue en manos de Winter en la habitación en la que se arreglaron para el baile, trataron de hallarla, pero la estructura del castillo había cambiado por completo así que la habitación podía estar en cualquier lugar y no existía una seguridad de que el libro no estuviera con Winter y ella era la única que no aparecía en el mapa. Después de unos minutos de reflexión, pensaron que si ellos habían salido del hechizo, seguramente también el libro y no perdían nada con tratar de convocarlo con un hechizo, después de todo tenían sus varitas a la mano.

Sirius convocó el libro concentrándose, tratando de lograr una imagen mental y lograr que llegara a sus manos, después de decir el hechizo, un minuto más tarde Lucía gritaba y saltaba por todo el lugar emocionada, había funcionado, el libro estaba frente a ellos abierto. Sirius lo hojeó y pudo notar que cada una de las hojas, estaban escritas de forma adecuada, las palabras se habían acomodado, cada uno de los cuentos contaba con un final, y pasó algo extraordinario, cuando llegó al último cuento escrito, las palabras brillaron con un resplandor dorado, Lucía al notarlo también tocó la superficie y de nuevo brillaron.

-creo que es nuestro cuento- dijo la rubia sonriendo

-Como lo sabes?- preguntó intrigado

-Mira el título- dijo señalando los caracteres remarcados que decían: "La Bella y la Bestia"- que en este caso debió haber dicho "EL bello y la Bestia"- bromeó y eso le dio más ánimos a Sirius.

Sirius besó su sien y sonrió

-Vamos a sacar a nuestros amigos- dijo Lu y buscó los cuentos que estaban a medias-"La bella durmiente"- leyó

-Seguro esa es Lily- dijo aún sin conocer el argumento del libro

-"Cinderella"… mmm esa tiene que ser Marie- dijo

-¿Por qué estás tan segura?-

-Por que el tercero es "Blancanieves y los siete enanos" y ambos sabemos a quien le corresponde- explicó la rubia con una sonrisa de triunfo

-Marie no había casi muerto por culpa de ese cuento? Recuerdas las manzanas? No creo que alguien como Winter que conocía tan bien el cuento hubiera mordido de nuevo una manzana- dijo Sirius, seguramente había una explicación.

-Bueno, yo no conozco el cuento de todas formas lo ideal sería tratar de averiguar cómo terminan los cuentos originales, tal vez alguien los conozca lo suficientemente bien, de todas formas mantengamos cerca el libro por cualquier cosa- sonrió

El plan estaba trazado, ambos preguntarían a sus amigos y conocidos con la esperanza de que supieran de qué estaban hablando, Sirius vigilaba continuamente el mapa del merodeador, para vigilar la posición de sus amigos, y se dio cuenta de algo interesante, Si bien Peter, Marie, Sirius y James cambiaban de posición continuamente, Lily se mantenía en la suya, mientras Winter seguía sin aparecer en el mapa. Afortunadamente para ellos Remus había mandado a pedir el libro que Lily le recomendó al Callejón Diagon y para su suerte la lechuza que lo traía s había cruzado en su camino, fue fácil pagarle y convencerla de dejarles el paquete, de inmediato Lucía y Sirius se pusieron a leer.

Mientras tanto en el otro "plano" por decirlo de alguna manera James se había encontrado con Remus en el castillo, ambos habían comentado lo que había ocurrido con sus respectivas parejas, también se mencionó el pequeño detalle de que parecía como si se hubiera detenido el tiempo después del temblor que ambos sintieron, también se peguntaban por Peter y Marie y sobre todo por Sirius y Lucía, les angustiaba no sabes nada de sus amigos. El castillo estaba en ruinas literalmente hablando, muchas de las habitaciones que entre los dos encontraron estaban vacías y la mayoría derruidas, todo estaba cubierto de escombros y de tierra, sus propios trajes habían dejado de tener el esplendor que habían adquirido en el baile. Lo que sí tenían muy en claro era que habían fallado tratado de conseguir un final feliz, esperaban que de alguna manera, si todos estaban juntos, el estar atrapados no importaría demasiado, pues entre todos lograrían encontrar una solución.

Después del temblor Marie había despertado, se había desmayado en cuanto Peter la había empujado para que el árbol no les cayera encima, no podía recordar cómo es que había salido del salón, sólo que tenía esa necesidad de huir de aquel chico que la seguía y descubriría su secreto, pero dado el caso ¿cuál secreto? Ella no tenía secretos y mucho menos con sus amigos, hasta el hecho de que Peter le gustaba era público, todo mundo lo sabía. Tenía que haber estado bajo la magia de algún cuento. Cuando salió del bosque logró llegar a la cabaña de Hagrid que para su fortuna ahora si estaba abierta, se había mantenido ahí segura esperando que Peter o alguno de sus amigos la encontraran. Cuando lo pensó suficientemente bien salió de la cabaña y ponerse a buscar, lo extraño de todo aquello es que comenzó a encontrar personas, la mayoría mujeres, no había señales de que algún hombre estuviera cerca, lo más frustrante de todo es que si se acercaba y trataba de preguntar, nadie la miraba, todos la pasaban de largo como si no existiera, lo que comenzó a angustiarla más pues pensó que había quedado atrapada dentro del libro completamente sola.

Peter por otro lado había despertado bastante más confundido de lo normal, sólo tenía la zapatilla de Marie en las manos y o había rastro de ella, se dedicó a buscarla, sin embargo cuando regresó todo parecía en ruinas, trato de buscar a los demás pero igual se le dificultaba, aunque también vio algo curioso, la mayor parte de las chicas que encontraba se parecían a Marie, todas tenían un extraño parecido, viéndolas de cerca no podía reconocer a la verdadera, además estaba un pequeño detalle¿y si Marie había caído en un hechizo como le pasó a él con el sapo¿y si se equivocaba al elegir a la verdadera y la perdía para siempre? Prefirió no arriesgarse y mantenerse a parte, tal vez al encontrar a Prongs y a los demás todo tendría más sentido.

Había pasado casi hora y media desde que habían regresado al colegio, Sirius y Lucía habían puesto en marcha su ingenio para determinar lo que deberían hacer, notaron que James y Remus se movían juntos y que Peter a pesar de estar tan cerca de Marie parecía no encontrarla.

-Seguro que debe ponerle la zapatilla, debe averiguar quien es la verdadera chica que estuvo con él en el baile- dijo Marie

-Lo gracioso es que no sabemos que sucede realmente y lo peor de todo es que wormtail es un poco torpe y lento para darse cuenta de lo que debe hacer- se lamentó Sirius con ganas de darle un buen golpe en la cabeza a Peter.

-¿cómo darle la pista? –

Ambos habían decidido que lo mejor sería tratar de ayudar primero a Peter y Marie, sabían que Lily no se movería y también sabían que James y Remus podrían encontrar una solución más rápida que los otros.

-Ya sé! Nada se pierde con intentarlo!- conocemos el cuento por que lo leímos del libro de Remus, el libro de Winter aún sigue a la mitad, que tal si ayudamos un poco escribiendo – dijo Lucía con una sonrisa mientras sacaba tinta y una pluma

-Tal vez funcione, probemos-aceptó Sirius.

Lucía escribió con letra clara sobre la hoja que tenía por título Cinderella en el libro de Winter la palabra: "ZAPATILLA"

En ese mismo instante Peter se puso de pie, buscando con la cabeza hacia varios lados, de pronto tomó la zapatilla de cristal que tenía en el bolsillo y la miró, su rostro se iluminó con una sonrisa de comprensión, de inmediato abordó a la primera mujer que vio y le probó la zapatilla, demasiado grande para ella, luego fue con otra y pasó lo mismo. Había funcionado, de repente Peter desapareció de la vista de Lucía y Sirius mientras ellos que ya habían descifrado cómo ayudar a sus amigos voltearon las hojas para ir a los otros dos cuentos, renueva cuenta la rubia escribió en el cuento de la Bella Durmiente: "TORRE ALTA", mientras que en el de Blancanieves había escrito: "BOSQUE".

Ambos chicos se miraron en espera de los resultados, al parecer todo marchaba bien, Sirius miró en el mapa y James se separaba de su amigo en dirección de Lily, mientras Remus caminaba al lado contrario en busca de Winter.

Del otro lado Peter había probado la zapatilla a casi todas las chicas que tenía a la vista, cada una de ellas al probarse la zapatilla y ser la equivocada desaparecía, cuando Marie por fin logró ver a Peter entre la multitud de chicas, trato de hacerle señales con las manos, de llamarlo a gritos, sin embargo no podía, parecía que el mismo hechizo que la había hecho salir corriendo del baile le impedía moverse y llamar la atención, tendría que esperar a que el chico se acercar a ella. Sólo faltaban dos chicas, y para su sorpresa a una de ellas le entró la zapatilla, sin embargo Peter para asegurarse había actuado inteligentemente, se había separado de ella y le llamaba para que diera unos cuantos pasos, la chica caminó hacia él con delicadeza y soltura, Marie se sentía sumamente triste, y si la elegía a ella en lugar suyo, sin embargo ocurrió lo que para Marie fue un milagro, todo el trayecto que la chica había caminado estaba manchado de lo que parecía ser sangre, en cuanto Peter le pidió que le mostrara el pie, este se encontraba todo ensangrentado, de que había entrado a la fuerza. Marie suspiró, la chica a su lado trato de hacer lo mismo sin embargo ocurrió de igual forma, su pie se había herido con la zapatilla.

Peter comenzaba a sentirse desilusionado, sin embargo ahora era turno de Marie.

-Espero tú seas mi princesa… sé que eres tú por que tus ojos son dulces y tiernos- le dijo mientras la ayudaba a sentar, Marie alzó la falda del vestido y mostró su pie desnudo, Peter lo tomó con delicadeza y colocó la zapatilla de cristal sin ningún problema. Marie sonrió ampliamente.

-Puedes venir a mi, por favor?- pregunto el chico separándose de ella mientras rogaba interiormente que fuera la adecuada.

Marie dio unos cuantos pasos con toda la gracia de su ser, aún sonreía y de pronto, todas las chicas a su alrededor que faltaban desaparecieron en una voluta de humo, su imagen se hizo nítida ante os ojos de Peter, cuyo rostro se había luminado con gran alegría

-Marie?-preguntó esperanzado, la chica no contestó simplemente asintió con la cabeza mientras alzaba la falda del vestido y mostraba sus pies, ambos con una zapatilla de cristal, sin heridas, sin sangre, era ella.

-Peter!- gritó lanzándose a los brazos del chico para besarle, y cayendo los dos al pasto.

-Lo lograron!- gritó de repente Lucía al lado de ellos con una gran sonrisa, mientras ayudaba a Marie a ponerse de pie y Sirius levantaba literalmente en el aire a Peter abrazándolo.

-No creo lo que voy a decir, pero Wormtail, me alegra mucho verte!- dijo Sirius realmente contento.

Lo habían logrado, ambos obtuvieron su final feliz, los cuatro se abrazaron muy contentos.

-Y los demás?- preguntó Marie aún abrazada de Peter

-Aún en el cuento- contestó Sirius- aunque espero que no sea por mucho tiempo.

Los cuatro amigos decidieron esperar a los otros en el patio, ahí en dónde todo había empezado, de alguna manera ambos lograrían salir, de eso estaban seguros. Cuando Sirius volvió a mirar el mapa, James estaba mucho más cerca de Lily que antes y Remus había desaparecido por completo lo que les indicaba que seguramente ambos estarían a punto de encontrarlas.

Mientras tanto, Remus corría a toda prisa, el mensaje había sido bastante claro, debía buscar a Winter en el bosque, al principio le costó un poco de trabajo decidir el camino, sin embargo había aprendido algo durante toda la travesía: Dejar hablar al corazón, seguramente si estaba tan enamorado de la chica su corazón lo guiaría hasta ella estuviera en el centro del bosque o estuviera en otra dimensión. El camino era bastante difícil porque realmente no existía un camino, los árboles estaban más tupidos y juntos, por lo que la luz era tan tenue que tenía que confiar en sus sentidos, sin embargo sabía que cada paso lo acercaba más a su princesa.

Por otro lado James tenían un camino que si bien parecía sencillo, si estaba tomando gran parte de su fortaleza y energía, había logrado encontrar la torre más alta del castillo, había logrado abrir la puerta para subir los cientos de escalones que lo acercarían más a u amada, sin embargo comenzó a darse cuenta de que entre más y más subía, más y más se alargaba, como si por cada escalón subido aparecieran tres más. Comenzaba a desesperarse, la necesidad de saber si Lily estaba bien era mucha, cuando pudo escuchar claramente que todo su ser le decía: "TE ESPERO", esto le llenó de entusiasmo, escalaría miles de escalones de ser necesario, pero llegaría a encontrarla por que ella también le amaba, y le estaba llamando desde su alma.

Cada paso era estar más cerca, cada paso le daba la fuerza necesaria para alcanzar la meta, imaginando poder estrecharla en sus brazos, cuando por fin vio la puerta de madera que lo separaba de su princesa, James respiró hondo, tomó la manija y empujó, la puerta cedió al instante y lo que vio lo sorprendió, la habitación estaba derruida en gran parte, saltó algunos obstáculos hasta llegar al lecho, rodeado por los gruesos espinos, tomó su espada y comenzó a cortarlos, sin embargo cada corte que hacía lograba que crecieran unos cuantos centímetros más. Entonces lo comprendió, lanzó su espada a un lado y comenzó a abrirse paso con las manos, y en esta ocasión, cada espino arrancado dejaba de crecer.

Mientras tanto Remus mantenía su carrera por el bosque que de pronto se volvió toda oscuridad, siguió adelante con una sola cosa en mente, salvar a su princesa, rescatarla del hechizo del que estaba presa y lograr obtener su final feliz. Dentro de la oscuridad comenzó a vislumbrar una luz, el bosque comenzaba a hacerse menos espeso, podía ver un montículo de tierra y brillaba, tal vez había llegado, tal vez su búsqueda había terminado. Y así fue, Remus salió de entre los árboles y lo que vio realmente lo dejó sin aliento, ahí en medio del claro estaba Winter, en una caja de cristal, parecía tan tranquila durmiendo, se acercó con cuidado, no sabía si encontraría alguna sorpresa más que le impidiera llegar a ella, sin embargo nada ocurrió, todo era la apacible calma del bosque.

Cuando llegó a su lado, retiró consumo cuidado la tapa de cristal e introdujo su mano para tocarla.

-No, no por favor- se lamentó.

Winter estaba muerta o por lo menos eso parecía, no respiraba, no tenía pulso y su temperatura era fría, realmente la vida se le había escapado del cuerpo o sólo era otro hechizo? Estaba hermosa y pálida, sus labios mantenían el color de la sangre, no podía estar muerta, pero todos los signos indicaban que si. Remus cayó sobre sus rodillas lamentando haber llegado tan tarde mientras derramaba algunas lágrimas sinceras por el amor perdido.

En el castillo, James había logrado darse paso hasta Lily, sus manos tenían las señales inequívocas de haber sido clavadas una y otra vez por espinas sumamente filosas, tenía cortadas en el rostro, su ropa se había rasgado y se mantenía ensangrentada, pero todo valió la pena cuando pudo ver el rostro de Lily de nuevo.

Se dio unos minutos para mirarla, estaba demasiado hermosa, su cabello suelto enmarcaba ese rostro angelical que tanto le fascinaba, aquellas casi imperceptibles pecas sobre la nariz recta y perfecta que se movían cada vez que reía o se enojaba, las cejas finas que enmarcaban aquellos ojos verdes tan encantadores que le inducían a soñar con felicidad y amor, sus labios tan dulces, como había ansiado saber su sabor, cómo deseaba tatuarse su textura en el alma, y aquellas manos tan suaves que sabían dar cariño y compasión, que expresaban cada uno de sus pensamientos. Lo aceptaba, había estado enamorado de ella que la vio, y le había costado tanto conquistarla que no quería perderla por nada, no ahora que pronto saldrían del colegio y que podría hacer su sueño realidad, la convertiría en su esposa y en un futuro en la madre de sus hijos y ambos serían felices para siempre.

-No me importa nada que no seas tú Lily…- dijo en un susurro acariciando su mejilla con suavidad

-Te amo… - y se inclinó para unir sus labios con los de ella en un sincero beso de amor verdadero.

-También te amo… - dijo abriendo los ojos con suavidad para encontrarse con los de él que laminaban con una gran sonrisa

James la tomó del cuello y la alzó de nuevo a sus labios, Lily lo rodeó con sus brazos y correspondió el beso con todo el sentimiento del que era capaz. Cuando ambos se dieron cuenta las rodeaba una luz blanca muy tenue, las heridas de James habían desaparecido y sus ropas volvían a ser los uniformes del colegio.

-Por que se tardan tanto? Si ya hubieran resuelto el problema estarían aquí con nosotros- se quejó Peter

-Démosles tiempo, yo creo en ellos, pronto estarán con nosotros- dijo Sirius y sin más desactivó el mapa del merodeador

-Tengamos algo de fe en ellos- dijo Marie y todos asintieron. Sirius abrazó a lucía por la espalda mientras Marie recargaba su cabeza en el hombro de Peter, los cuatro esperaban sentados a que sus amigos se reunieran con ellos.

Remus miró detenidamente a Winter, no sabía que hacer, realmente estaba muerta, recordó aquella conversación en que ella misma le había dicho que no todos los cuentos tenían un final feliz, que a veces las princesas morían, pero jamás imaginó que sería ella.

-No puedo hacerlo, no puedo soportar que mueras y no hacer nada- dijo sin más y con sumo cuidado la sacó de la caja

El cabello de la chica se soltó del moño en que estaba arreglado, el peine se deslizó y quedó dentro de la caja, la cinta del corsé se asomó por el escote del vestido y por instinto Remus lo cortó con la daga que traía al cinto. Tomó a Winter en brazos y con gran pesadez en el corazón comenzó a caminar de regreso hacia el castillo.

Al poco rato Remus salía de entre los árboles con Winter en los brazos, la escena a pesar de hermosa era deprimente, los ojos de Remus expresaban tanta tristeza que a cualquiera se le partía el corazón tan sólo de verlo. A penas algunos pasos y ya no podía más, había demasiado dolor, su carga era pesada, cayó de rodillas sin soltar a Winter y con delicadeza la colocó sobre el suave pasto.

-Te amé desde la primera vez que te vi- susurró mientras retiraba algunos mechones de su rostro con tanta delicadeza que parecía temer romperla

Era la despedida, si tenía que quedar atrapado en el cuento, ambos estarían juntos para siempre, vivos o… muertos.

Se inclinó sobre ella y con suavidad se acercó hasta sus labios, dos segundos más tarde Remus se fundía en un beso intenso, lleno de pasión y ternura, estrechándola con fuerza. En cuanto se separaron ocurrió el milagro, mientras él la observaba entre sus brazos un espasmo llevó el aire hasta sus pulmones y le devolvió la vida, Winter abrió sus ojos azules y lo miró con la misma intensidad que él lo hacía, los ojos de Remus se habían llenado de lágrimas de felicidad mientras su amplia sonrisa resplandecía.

-Siempre pensé que un beso de amor verdadero sería mi oportunidad- dijo él

-Te amo…- contestó ella aún entre sus brazos mientras lo jalaba para volver a besarlo, un resplandor los envolvió y sus ropas volvían a ser los uniformes.

-¿quién iba a decir que el tímido Moony fuera tan pasional?- se escuchó la voz de Sirius.

Ambos chicos se separaron un poco sonrojados, y miraron al grupo que los observaba Marie tenía una amplia sonrisa en el rostro, traía de la mano a Peter que estaba tan contento de ver a sus amigos que no podía hablar de la emoción, las palabras trataron de salir de sus labios, pero sólo se escuchaban a medias. Lucía los miraba conmovida, lloraba de felicidad, mientras Sirius tenía uno de sus brazos rodeándola.

-¿cuánto tiempo llevan ahí?- preguntó Remus poniéndose de pie y ayudando a Winter

-Lo suficiente…- sonrió Lucía

-Eh! Podemos unirnos a tan conmovedora reunión?- gritó de repente James que venía caminando con Lily de la mano.

Todos corrieron a su encuentro para terminar en un gran abrazo, Lucía regresó el libro a Winter, el cual estaba completamente lleno de los cuentos, no había una sola hoja vacía. Cada uno de ellos firmó la hoja de aquella historia que habían vivido y que les había enseñado a afianzar la amistad, a conocer su verdadero yo y a luchar por su amor verdadero.

FIN.