CAPITULO V
Sin tutela
Las vacaciones casi llegaban a su fin, la chica pelirroja bajo del taxi que la había traído desde el aeropuerto, había decidido regresar antes de lo previsto pues ya no soportaba a su abuela criticando a su madre, tal vez al principio había sido como un escape a si frustración pero con el tiempo perdió la gracia y comenzó a molestarle.
Además seria bueno pasar unos días sola en casa antes de que le impusieran una nueva vida junto con los astro, ya que los nuevos esposos se habían ido de luna de miel a China y no regresarían hasta dentro de tres días y el ex-aprendiz de detective futuro abogado no llegaría hasta un día antes del comienzo de clases, pues se había ido a pasar las vacaciones con su novia Rika –lo que la persistencia puede lograr- a la playa.
Después de desempacar la pelirroja se dirigió al baño, tomaría una ducha para
relajarse. Afuera comenzó a llover.
- Demonios- murmuro el joven Astro
Nunca se acostumbraría a esa maldita cerradura, eso de una llave diferente en cada una de las tres cerraduras, de acuerdo esa había sido la casa de dos mujeres solas pero resultaba realmente inconveniente como cuando un aguacero te esta cayendo encima.
Por fin, se abrió. Daniel subió las escaleras de la casa y se dirigió a su cuarto,
Tomare un baño antes de que pesque un resfriado agarro una toalla y entro al baño cerrando la puerta. Pero ya había alguien adentro.
Mimi se había quedado paralizada frente al espejo, estaba envuelta en una toalla, el cabello empapado le caía sobre uno de sus hombros dejando su espalda descubierta, giro lentamente y se sonrojo al notar que el muchacho la veía detenidamente de abajo para arriba.
- "Lo siento"- tartamudeo él después de un momento sonrojándose. Alargo la mano hacia el pomo de la puerta girándolo sin ningún resultado, estaba atascada.
- "Tiene su truco"- dijo ella después de contemplar un rato al chico luchando contra
la puerta. Se adelanto para abrirla pero como con su otra mano sostenía la toalla
no lo logro- "Estas empapado"- dijo volviéndose después de escuchar un estornudo del muchacho, las mejillas le ardían.
- "Si, estaba jugando football y comenzó a llover"
- "Creí que estarías con Rika"
- "Nos peleamos, y tu ¿Que haces aquí?"
- "Esperaba estar unos días a solas, deberías quitarte eso o te resfriaras"- agregó
después de escuchar otro estornudo.
El rubor de ambos rostro subió un poco mas. El muchacho se quito la camisa y los
pantalones mientras la muchacha intentaba no ver examinando una mancha en la
pared, pero le lanzo una mirada amenazadora cuando se dio cuenta que el joven Astro no le quitaba la mirada de encima.
Daniel se quedo en blanco y rápidamente quito la mirada de la chica; pero no había podido evitarlo su largo cabello largo que caía como cascada encima de su hombro, la toalla blanca que ceñía su esbelto pero bien formado cuerpo, y sus dos largas piernas estaban casi completamente descubiertas...
Sin embargo ahora era ella la que miraba, al sacarse la camisa se había despeinado el cabello y dejado al descubierto sus bien ejercitados pecho y abdomen. Las mejillas se tiñeron de un tenue color rojo y decidió voltearse.
- "Y ¿Ahora qué?"- pregunto el muchacho- "O acaso quieres que me quite el bóxer."
La muchacha endureció otra vez su mirada y se volteo para verlo directamente a los ojos enfadada.
- No- le corto - metete a la regadera para que yo pueda abrir la puerta.
Astro Jr. obedeció sin chistar, la chica no estaba de un buen humor. Cuando este había cerrado la cortina de la regadera Mimi se apretó la toalla y logro abrir la puerta.
- Te dejo abierto- dijo al salir- no vaya a ser que te quedes encerrado.
Mimi se encontraba cepillando su largo cabello frente al espejo cuando escucho un par de golpes llamar a su puerta. Dejo el cepillo en el tocador y se dispuso a abrir con una mueca de molestia.
"Yo...lamente lo que sucedió...no sabia que había... que estabas aquí"- el rostro de Astro Jr iba adquiriendo un tono rojizo mientras tartamudeaba sus disculpas, es que, a pesar de que la muchacha traía puesto un pants negro, no pudo dejar de recordar la imagen del baño.
"No tiene importancia"- le ¿sonrió?- "Fue un accidente"- al parecer parecía avergonzado- "Será mejor no decir nada"
Daniel le dirigió una mirada de complicidad y la dirigió hasta la cocina.
"Vaya se nota que ya llevas aquí una pare de días"- dijo la muchacha al ver el desorden del lugar- "¿Es que no podías lava ni un solo plato?"
"Lo pensaba hacer mañana"
"Y ¿Por qué te peleaste con tu novia?"- pregunto la pelirroja mientras empezaba a lavar algunos platos.
"No tiene importancia"- le respondió, mientras comenzaba a ayudarla con el aseo de la cocina.
El detective Astro estaba muy preocupado, cuando había hablado con el ex acalde de la ciudad este le había dicho que su hijo había dejado la casa de la playa hace un par de días, lo que significaba que estaba solo en casa.
No pudo el muchacho elegir peor momento para pelearse con su novia y marcharse sin ponerlo a él, su padre en aviso, si le llegaba a pasar algo...
Por eso había tenido que cortar su luna de miel.
Y ahora estaba aparcando su auto frente a la casa y bajo rápidamente hasta la puerta, maldijo por lo bajo, estaba bastante nervioso para meter la llave en todas las cerraduras –que él mismo había instalado- así que su nueva esposa le tomo suavemente las llaves y le abrió la puerta.
Unas risas en la planta alta les llego en forma de saludo, con el corazón latiéndole a mil por hora subió las escaleras con su esposa atrás. Un sentimiento de alivio y sorpresa los invadió cuando llegaron al cuarto de video.
Inmersos en una guerra de palomitas de maíz, frente a la televisión que transmitía una comedia romántica, se encontraban sus dos hijos.
¿Qué hacia Mimi aquí?
El detective se aclaro la garganta para hacerse notar, cuando repararon en su presencia miraron con sorpresa a sus padres, la sonrisa de la pelirroja había desaparecido.
Después de una pequeña reprimenda por haber regresado sin avisarles, bajaron a cenar, pero el Sr. Astro seguía preocupado.
"¿Por qué regresaron antes?"- pregunto Daniel notando algo extraño en el semblante de su padre- "Sucede algo malo"
"Abel escapo de prisión"- respondió el detective bastante serio- "Él ha estado diciendo que se vengarían de quienes lo atraparon"
Mimi Carduña sintió palidecer ante las palabras del esposo de su madre.
Despues de mil años por fin actualizo, n.nU, es que he estado un poco ocupada con otros proyectos, aunque despues de la salida del sexto libro de HP un respiro no le hace mal a nadie.
¿Han notado los horrores de otrografia y de redaccion de este fic! Temo que tendre que corregirlos.
Bueno eso es todo nos vemos luego.
Por cierto Abel es el que se queria robar el cisne de cristal.
