CAPITULO 2

Neville Lombottom, el niño que vivió.

El muchacho de la cara redonda le sonrió a la castaña, con esa sonrisa que derretía a todas las muchachas de colegio de magia y hechicería, pero en la perfecta de la casa de los leones no surgió ningún efecto.

"Temo que las probabilidades son las mismas que el año pasado, a menos que te hayan regalado un cerebro este verano como regalo de cumpleaños"

Lombottom frunció el ceño pero no borro la sonrisa de su rostro

"Creo que te crees demasiado, deberías estar feliz de que alguien como yo te voltee a ver"

"¿A que te refieres a alguien como tú?"

"Un mago proveniente de una larga línea de sangre pura, mas apuesto que el mismísimo Lockhart, y tan poderoso que venció al que no debe ser nombrado sin otro vestigio mas que una cicatriz en la frente- concluyo dejando al descubierto una cicatriz en forma de rayo"

"Sin mencionar arrogante, mujeriego y egocéntrico"

La muchacha se levanto del sillón que ocupaba y se dirigió velozmente a los dormitorios de las chicas. Tanta arrogancia la irritaba, quien se creía ese tipo, claro que había mandado al olvido al innombrable durante diez años en los cuales la comunidad mágica tubo un suspiro de paz, pero eso no daba derecho.

Ella se lo había imaginado diferente, cuando leyó acerca de él en un libro antes de ingresar al colegio, como un héroe, noble, un caballero, y no como el falso ser que era. Por que tenia mas caras que otra cosa; como cuando conquistaba chicas, con unas era el hombre valiente que no le temía a nada y con otras ejercitaba la táctica de héroe trágico huérfano perseguido por el mago oscuro y sus secuaces.

La muchacha ingreso a su habitación pasando por la puerta en la que se veía indicado un numero seis en oro correspondiente al curso que iba a comenzar al día siguiente. Era un cuarto amplio adornado con los colores tradicionales de la casa donde había cinco camas con dosel, su baúl ya estaba al pie de la suya y al parecer Crokshans ya se habia adueñado de ella.

Ella abrió su baúl para sacar su pijama, estaba poniéndosela cuando la puerta se abrió y entraron Parvati y Lavander riendo.

"Hey Hermione, te vimos hablar con Neville allá abajo-" dijo la primera en tono malicioso mientras se echaba un clavado a su cama.

"Sí"- respondió la aludida torciendo la boca

"¿Y?"- pregunto Lavander sentándose frente a ella

"¿Y que?"

"¿Cómo que qué?"- dijo Parvati poniendo los ojos en blanco con un deje de desesperación en su voz- Vamos Hermione, te pretende el chico mas codiciado del colegio

"Ya me gustaría a mi hacerle unos cuantos favores"- añadió suspirando Lavander

"Ya le has hecho algunos favores"- respondió la castaña mordazmente-"Al igual que medio colegio; es un #$ y lo sabes"

"Pero se la ha pasado detrás de ti por un buen rato"- replico Parvati ya que la otra se sentía lo suficientemente ofendida para responder

"Sí, pero solo porque no he caído en su juego"

La conversación no se extendió por mucho rato mas, pues tanto Parvati como Lavander sabían que su amiga tenia razón, realmente admiraban que esta pensara tan fríamente con respeto a los chicas que a otras sacaban suspiros.

Ya estaba muy entrada la noche y mañana seria un día realmente pesado, así que para el enfado de su gato, la castaña lo quito de la cama y se metió debajo de las sabanas para dormir.


Un montón de hombres encapuchados volaban por encima es su cabeza.

Miedo mucho miedo.

Gritos, llantos.

Y una risa fría y tenebrosa que helaba la sangre.


"¡NO!"

La castaña se incorporo sobresaltada de su cama, estaba empapada de sudor, había tenido un sueño pero no lograba recordarlo bien, volteo a ver el despertador a el lado de su cama pronto seria hora de levantarse ya no valía la pena intentar volver a dormir.

Se paró, había sudado, sin duda había sido una pesadilla, entro al baño y abrió la llave de la regadera, era demasiado temprano para ir al de prefectas. Se quito la pijama y templo el agua dejándola un poco fría para refrescarse y despertar su mente.

El agua comenzó a caer por su cuerpo, despertando sus sentidos. Un rato después, ya vestida y arreglada bajo a la sala común, esperaba encontrarla vacía pero al parecer alguien mas no había pasado una buena noche.

Al oír pasos un muchacho de cabello azabache se incorporo del sillón donde había estado sentado por un buen rato. Estaba algo desalineado y la naturaleza de su cabello alborotado no le favorecía demasiado, sin embargo los ojos de la castaña solo se posaron en un par de hermosos ojos esmeraldas escondidos detrás del vidrio de unas gafas.

Entonces sintió una sensación de déjà vú.