CAPITULO 7
Visiones y RecuerdosEl día de brujas vistió de gala al colegio, los alumnos que generalmente estaban deprimidos se alegraban ante al víspera del banquete. La decoración era impresionante: cien murciélagos vivos volaban por el techo del gran comedor, había banderas naranjas y negras adornando las paredes y enormes calabazas – que el gran guardabosques había cultivado para esta fecha- sonreían maquiavélicamente con luces desde su interior.
Solo un muchacho no parecía alegrarse con las festividades.
Neville Lombottom estaba algo retirado de sus compañeros en una esquina de la sala en común aparentando estudiar. Pero la verdad es que desde que el muchacho había salido del despacho del director hacia unos días ya no era el mismo, se sentía tan apartado del mundo estudiantil...
El muchacho estaba tan sumergido en sus pensamientos que no se daba cuenta que desde el otro lado de la sala tres pares de ojos lo observaban.
Hermione tenia el semblante preocupado y miraba hacia una esquina de la sala. No parecía prestar atención a sus dos acompañantes.
"Hermione, sucede algo"- unos ojos esmeralda la miraban intrigados, ese año la prefecta había estado demasiado retraída.
"No te deberías preocupar de seguro esta enumerando las propiedades de una planta rara en su mente"- respondió Ron con intención de molestar, pero al no obtener respuesta alguna siguió la mirada de la sabelotodo para descubrir –con desagrado- el objeto de atención de la susodicha.
"¿Que miran?"- pregunto el moreno al notar el gesto de desagrado del muchacho pelirrojo
"La sabihonda esta mirando a su odioso príncipe azul"- respondió este con tono ácido- "vaya creí que eras mas inteligente y ese idiota no te interesaba"
Con esto logro sacar a la castaña de sus pensamientos.
"no es eso"- respondió fulminándolo con la mirada- "Pero es que no lo han notado algo extraño últimamente"
"Si que este extraño significa que no este molestando entonces a mi no me preocupa"- respondió Harry
"De seguro ya aprendió la razón y no quieres que lo vuelvas a golpear"- opino ron con una sonrisa pero luego se sonrojó de sobremanera.
Hermione lo observo unos minutos, después de lo ocurrido habían hecho las pases aunque ninguno de los dos había tocado el tema pero los roces habían desaparecido no obstante ambos seguían discutiendo por cualquier tontería pero era algo esencial en su relación.
La verdad era que la amistad entre los tres se había hecho muy estrecha, parecía que siempre habían sido amigos, ella se sentía tan cómoda con ellos, aunque con su compañía sus extraños falshes se habían incrementado.
"No, no creo que sea eso"- respondió la castaña regresando para el desagrado del muchacho al hilo del tema – "De hecho se ve así desde que Dumbledore lo mando a llamar a la dirección".
" Quizás le llamo la atención por lo que sucedió..."
"No creo"- corto ella la furia del pelirrojo.
"Quizás tenga que ver algo con quien tu sabes"- murmuro el muchacho de cabello azabache con un deje de temor.- "Tú sabes, lo ha querido matar desde que era un bebe".
" Me pregunto porque, si es un inútil"- opino insensiblemente el pelirrojo esperando una contestación de la castaña. Pero esta se había sumergido otra vez en sus pensamientos. Estaba apunto de volverla a la tierra cuando se inesperadamente del sillón y se dirigió hacia le refugio del niño que vivió.
¿Por qué Voldemort lo intento matar cuando era un niño¿Por qué fallo¿Por qué estaba detrás de él? Ella sentía que sabia parte de aquellas respuestas pero no sabia como, pero algo no coincidía.
Hermione se paro en seco y volteo. Sus ojos se encontraron con unos verdes que la observaban intrigados. Harry Potter, el niño que vivió...o no?.
Un montón de personas encapuchadas volaba por encima de su cabeza, se oían gritos de personas corriendo, llorando, a lo legos se veían unas rocas acomodadas de extrañas maneras.
La castaña despertó sobresaltada, le dolía la cabeza, se sentía algo mareada. Pero sobre todo no sabia donde se encontraba ni que hacia ahí.
"Vaya señorita Granger veo que ya volvió en si" – dijo una voz.
Se encontraba en la luminosa enfermería del colegio. Madame Pomfrey, la enfermera del colegio se dirigió a ella enérgicamente y sin ninguna explicación hizo que se zampara una poción de sabor amargo.
" Que.."- comenzó la castaña.
" Los señores Potter y Wesley la trajeron aquí" – respondió antes de que la muchacha terminara- "junto con una gran comitiva de su casa"- agrego con desaprobación- "al parecer se desmayó en medio de la sala en común"
"¿Me desmayé?"- nunca en su vida se había desmayado, no era propensa a accidentes, de hecho nunca antes había estado en la enfermería.
De repente mil imágenes volvieron a su cabeza, ella en la enfermería con la cala peluda, con varios rasguños, despertando de un largo sueño, con un montón de pociones al lado...
lo que llevó a Harry en la enfermería como a los once años, Harry con un brazo desinflado, Harry sentado en una camilla cerca de un huevo de oro, Harry inconsciente con una... ¿Con una cicatriz en la frente en forma de rayo?
Hermione se levanto rápidamente de la cama.
"¿Ya me puedo ir?"
"Sí claro, pero..."
La castaña no siguió escuchando se dirigió rápidamente a la salida y empezó a recorrer los pasillos del colegio.
¿Qué demonios se significaba todo esto? Cuando estaba en la sala en común pensando en la relación entre Neville y Voldemort había venido a su mente el rostro del muchacho ojiverde...
¿Voldemort? Desde cuando ella nombraba al innombrable.
Desde hace un año
¿Un año¿Y que tenia que ver Potter en todo esto?
"Todo"
"¿Todo que?"- Hermione se sobresalto al oír la voz del sujeto de sus pensamientos
"No nada"- dijo sonrojándose
"¿Ya saliste de la enfermería?"- pregunto caminado a su lado, pero ella solo se limito a asentir- " Que bien, entonces vamos al banquete, de seguro tienes hambre"
Ella volvió a asentir y se limito a seguirlo sin saber bien lo que hacia. El muchacho se percato de la actitud de su amiga pero prefirió no decir nada. Sin embrago estaba realmente preocupado, algo malo ocurría, la distracción de la prefecta era realmente grave y con lo que había pasado hoy.
El bullicio proveniente del comedor saco a ambos de sus reflexiones, la mayoría de los estudiantes del colegio ya se encontraban en sus puestos, el ambiente de alegría los animo un poco, atravesaron el lugar hasta llegar a la mesa de la casa de los leones.
Los Gryffindor se alegraron de la recuperación de su prefecta y esta tomo asiento cerca de sus compañeros de curso, Parvati y Lavander la abordaron en seguida con sus chisme, Harry se sentó junto a Ron que bromeaba con Seamus y Dean...Pero alguien faltaba ahí.
Neville no había bajado al banquete.
Albus Dumbledore se puso de pie y comenzó el banquete con un discurso de aliento para los alumnos del colegio. Hermione casi no presto atención pues se preguntaba el por que no había bajado el muchacho de la cicatriz en forma de rayo.
La profecía.
¿Cuál profecía?
El profesor Dumbledore le había dicho el contenido de la profecía a Neville.
¿Pero que profecía?
La de cómo derrotar a Voldemort...
"Hermione, si no vas a comer tomare tu ración"- las palabras –trabadas por exceso de comida en la boca- del pelirrojo la sacaron de sus pensamientos. El director ya había acabado el discurso y ahora todos los estudiantes devoraban el banquete.
Con un insistente dolor de cabeza la castaña se sirvió la comida en el plato.
Un montón de hombres encapuchados volaban por el cielo, los muggles corrían tratando de huir, lo gritos de las personas resultaban lastimosos, se escuchaban llantos y una risa maquiavélica de un ser oscuro atemorizaba al mas valiente.
Hermione se despertó sobresaltada, el sudor empapaba su camisón y el dolor de cabeza había aumentado su intensidad. Respiro profundo para tranquilizarse.
Otra ves ese sueño, desde el día de brujas no la dejaba en paz, así como esas tontas conjeturas y las extrañas visiones. Era oficial, necesitaba atención psiquiátrica.
O quizás era una visión,
¿Una visión¿Ella?
Ella no creía esas tonterías, quizás un recuerdo pero...
Se levantó de la cama, necesitaba aire fresco, caminar un rato le serviría.
Se coloco la bata y salió de la habitación silenciosamente para evitar despertar a sus compañeras de habitación.
Una profecía ¿Por favor? pensaba en lo que bajaba las escaleras. La profesora Trelawney le había dicho que no tenia dotes de adivina
¿Pero cuando le dijo eso?
Entonces que significaban esas visiones, el día de brujas había visto a un Troll gigante, un gato colgado en la pared, el comedor lleno de bolsas para dormir, un extraño cáliz lanzando bolas de fuego...
Había terminado de bajar las escaleras, pensaba dirigirse hacia el retrato para salir a pasear por los pasillos del colegio pero Filch podía atraparla, quizás le debería pedir su capa invisible a Harry...
¿Capa invisible a Harry? Desde cuando él tenia una capa invisible y ella lo sabia
Sin embargo una sombra al lado de la ventana llamo atención. Se acerco a ella siligiosamente hasta que gracias a la luz de la luna llena –se imagino a ella volando sobre una animal mítico atrás de alguien- pudo ver de quien se trataba.
Neville Lombottom miraba hacia los terrenos del colegio como ausente, se veía terriblemente pálido.
"Lombottom"- le llamo, el susodicho se sobresalto y volteo rápidamente, al verla pareció calmarse un poco- "¿Qué haces aquí?".
"No podía dormir"- respondió dándole la espalda para adentrar de nuevo su atención a la oscuridad de las afueras – "Es que acaso va contra las reglas".
"No, solo que has estado un poco raro últimamente".
Silencio.
"¿Qué sucede?"
Mas silencio..
"Puedes confiar en mi"
"Alguna vez te han dado la noticia de que vas a morir por lo que murieron tus padres"- volteo viéndola alterado, después coloco su cara en el vidrio de la ventana respirando agitadamente revelando gran inseguridad y angustia.
"No"
"Por culpa de una maldita profecía" – murmuro el para sí pero la prefecta logro escuchar.
La única persona con el poder para derrotar al ser nombrado nacerá a finales...
Hermione dio un paso atrás, había visto una imagen similar a la que estaba presenciando, solo que no era Neville el que se lamentaba sino Harry. Pudo escuchar claramente las palabras que salían de la boca de su atormentado amigos.
Y eso no era todo, había sentido un gran dolor en su corazón, sintió que dos lagrimas salían de sus ojos. Huyo del lugar escaleras arriba a su habitación.
Se tiro en su cama y se puso a llorar.
La Profesora McGonnagall se dirigía a su despacho cargada de varios ensayos sobre animagos de los alumnos de tercer curso. La estricta profesora había estado realmente tensa últimamente. Los problemas que la abrumaban eran demasiado graves. No había nada que pudiera empeorar la situación que se vivía.
O al menos eso era lo que pensaba.
Porque en la puerta de su despacho la esperaba Hermione Granger , uno de los alumnos mas brillantes que había tenido la dicha de enseñar.
"Sucede algo señorita Granger"- pregunto preocupada.
La aludida se sobresalto, últimamente había estado algo distraída, pero ahora se le veía algo pálida, unas ojeras se le asomaban por debajo de sus ojos hinchados y bastante nerviosa.
"Tengo que hablar con el profesor Dumbledore"
"El profesor Dumbledore tiene asuntos muy importantes que atender"- respondió la profesora con su habitual tono estricto de voz –"Pero si en algo yo te puedo ayudar"- agrego cortésmente
"No, necesito habla con él, es urgente"- puntualizó ella.
"Bueno si es mas urgente que los asuntos del ministerio, algo que yo claramente dudo..."- empezó el regaño la profesora
"Es sobre la Orden del Fénix"
La profesora McGonnagall se quedo sin habla, la miro entre sorprendida y alarmada. Como es que ella sabia de la Orden.
"Baja la voz"- logro articular- " Sígueme"
Y con muchas dudas en la cabeza se vio dirigiendo a su alumna mas brillante al despacho del director.
