"El clavo que saca a otro clavo"

Al principio uno se cree víctima de todo, escéptica que yo aunque sea poquito le gustara a Liam me fui sin darle mi teléfono, solo con algunas pistas de lo que hacía y a donde iba en la ciudad, mas tarde, yo digo que fue el destino y Liam dice que fue la guía telefónica , nos encontramos en un café mientras yo escribía una carta para Hermione en donde solía quejarme del clima y describiéndole una estabilidad emocional que jamás había existido desde que me había enterado de la boda de Harry… "Oh estoy perfectamente"… "Manhattan es maravilloso si no fuera por el clima…. Tengo mucho trabajo y mucho dinero…. Conocí a un chico con el que estoy saliendo y que es realmente maravilloso, hasta estoy pensando seriamente en sentar cabeza…. Levanté la cabeza y ahí estaba Liam, me sonrojé, no se si fue por la sonrisa tan bella que me había enviado o fue por el susto que me dio al estar hablando de una relación ficticia que le estaba describiendo a Hermione precisamente con él.

Luego vino la platica, mi desconfianza me hizo pensar que las cosas no resultarían , así que lo puse a prueba con el grupo de amigos que tenía, primero las chicas, y el supo desenvolverse tan bien, hablaba con ellas sin perder su masculinidad sobre lo gracioso que estaba el libro de Bridget Jones (cosa que a mis amigas les pareció de buen gusto), les hablo sobre cine, feng shui, sobre los libros de Deeprak Chopra y sobre los chismes mas recientes; luego vino la oportunidad con mis amigos, se lo llevaron a un bar al que solemos visitar, y tras unas rigurosas pruebas de diferentes niveles de dificultad (tales como deportes, cervezas y chicas), llegaron a la conclusión de que era un excelente chico para mi.

Pero la prueba final sería efectuada por mi, y poco a poco me fue sorprendiendo con una clásica relación estable, tan sencilla como jamás la había tenido, cosas tan simples empezaron a llegar a mi vida. Nunca había encontrado tan satisfactorio cocinar con la persona que me gusta, ir al cine a ver una película francesa sin oponerse a que esté subtitulada, disfrutar de la comodidad de un domingo sin hacer nada y sin bañarme, estar simplemente tirada viendo la programación de películas cursis de Meg Ryan finalizando con el resumen de deportes acompañada de él. O tal vez fue la ilusión de que cada día, cuando cerraba mis ojos para dormir descubría que en todo el día no había pensado en Harry Potter, el ver los ojos de Liam y no acordarme que eran similares a los de el-niño-que vivió.

Y luego la duda¿Cuánto tiene que esperar uno para acostarse con una persona, pues bien, piensa el tiempo y multiplícalo por dos, es fue lo que yo esperé para acostarme con Liam. Fue a la tercera vez que pude comprobar que realmente era excelente en la cama, yo siempre he pensado que la gente fuma después del sexo para terminar de satisfacer sus necesidades sexuales, yo no necesitaba fumar con él; llegue a ser tan cínica muy en fondo de mí que mientras el dormía a mi lado, llegaba a compararlo con Harry, dejando a este último como un completo inútil en la materia del sexo.

Varios meses después que bien pudieron ser años en excelencia, la primera relación duradera después de lo de Harry y yo parecía completamente satisfecha por mi vida, mis amigas, aquel grupo de chicas de diferentes nacionalidades que desde el primer día de la llegada a aquel país extraño para mí, había sido como mi familia, lo aceptaban tan bien que solo faltaba que fuera extranjero para pertenecer al grupo que nos caracterizaba.

El parecía el hombre perfecto, caminar alas 6 de la mañana por mi departamento desnudo para ir al baño sin ningún pudor solía darme envidia yo que tenía que envolver mi cuerpo con la sabana porque le decía que la luz del sol distorsionaba mi piel; los desayunos matinales a veces solía ser un poco caballeroso y a veces era un poco torpe cuando no lograba poner un botón a su camisa y se pinchaba el dedo con una aguja. Cosas tan insignificantes me daban a demostrar que me estaba enamorando de aquel estadounidense alto y de cuerpo atlético de cabello castaño, o era simplemente que el era una clase de atracción que se movía y hablaba para que yo dejara de pensar en Harry Potter?. De cualquier manera Harry poco a poco desaparecía de mi vida junto con la magia que cada día menos la practicaba, estaba cambiando mi vida tan drásticamente que ya no era frecuente que le escribiera a Hermione o a mi madre, había dejando una vida en Londres para empezar una en América y a mi eso me fascinaba.