CAPITULO 12
La Navidad, parte II
El delicioso aroma de los guisos navideños se escapaban de la cocina colándose al resto de las habitaciones de la modesta pero cálida casa despertando al resto de sus ocupantes.
Las vacaciones de invierno en La Madriguera habían transcurrido lentamente con un aire nostálgico, pues no se podía dejar de notar –aunque nadie se atrevía a decirlo en voz alta- la falta de la presencia de dos personas muy queridas por la unida familia y que nunca mas habrían de pasar esas fechas tan especiales en casa.
Uno de los tantos pelirrojos de la gran familia se levanto de su cama cuando su estomago, incitado más aun por el olor de la comida, gruño para hacerle entender a su dueño que era hora del desayuno.
Sin embargo al notar los regalos al pie de su cama se detuvo un rato mas para desenvolvernos, además del usual jersey de su madre encontró presentes de sus hermanos –el de los gemelos exploto cuando quito la tapa- y todos sus amigos.
El grito de su progenitora anuncio que el desayuno ya estaba listo y Ronald bajo las escaleras rápidamente antes de que el resto de sus hermanos no le dejaran siquiera un trozo de tocino.
Los guisos de la señora Wesley estuvieron sazonados de muchas risas, bromas y charlas; pero para quien hubiese conocido a la enorme familia antes de aquel incidente fatal, se daría cuenta que en cada unos de sus corazones había un hueco que no podría volver a ser llenado.
Los gemelos se disculparon dirigiéndose a su cuarto y Ron, sabiendo que era ahora o nunca, se levanto torpemente de la mesa para seguir a sus hermanos.
No sabia que los ojos de la mas pequeña de la familia no perdían ningún detalle de sus movimientos, es que no le entendía, últimamente se estaba comportando muy extraño.
Y es que no era únicamente lo que hacía (que se pasara tanto tiempo en la biblioteca era preocupante), sino con quienes lo hacía: no le había sorprendido su nueva amistad con el chico Potter, pero ¿Cuántas veces le había dicho Ron que la prefecta lo exasperaba? Y finalmente, lo mas importante, no entendía el porque su sobre protector hermano se juntaba con Neville Lombottom después de lo que había pasado.
Después de pensarlo veinte veces, el pelirrojo toco la puerta de sus hermanos gemelos, era la hora de saber si a la prefecta perfecta se le había derretido el cerebro finalmente por tanto estudiar –que en exceso, según él, no dejaba nada bueno- o, no sabia si en el mejor o en el peor de los casos, tenía razón. Si la primera hipótesis era cierta entonces sería la burla de sus revoltosos hermanos; pero si, en cambio, la segunda resultaba correcta, al fin tendría la respuesta del éxito de los gemelos.
Al entrar por la puerta fue recibido por un baño de lo que parecía se moco de Troll.
"¡Ya basta!"- gruñón con las orejas rojas mientras sus hermanos reían.
"Lo siento Ronalda, no lo pudimos resistir"- sin dejar de reírse Fred le aplico un Fregoteo.
"Y dinos ¿A qué se debe tu visita?"
"He estado pensando últimamente sobre sus bromas en Hogwarts y me gustaría que me compartieran sus secretos"
"Mira Gred tenemos un admirador"
"Yo creo que mas bien un pupilo"
"¡Oh Rony, no sabes lo felices que nos haces..."
"...al decidir seguir nuestros pasos"
Mientras sus hermanos hacían pantomimas de secarse las lagrimas, Ron decidió seguirles el juegos.
"Sí...eh. Me gustaría saber algo"
"Haber nuestro querido pupilo"
"Pregunta lo que quieras"
"Me gustaría saber ¿Cómo lograron hacer todo eso sin que Filch los sorprendiera?"
Las caras de sus hermanos cambiaron súbitamente, se tornaron un poco pálidas, pero después trataron de cambiarla con una sonrisa. Si embargo, Ron, se dio cuenta y decidió dar en el blanco.
"Lo siento Ronny, pero es un secreto que no puede ser revelado a un principiante"
"¿En serio?"- trato de parecer desilusionado, pero continuo- "La verdad es que yo CREI que se debía a un viejo pedazo de pergamino... pero claro que no un pergamino cualquiera, sino un mapa... El Mapa del Merodeador"
Los gemelos no podían dar créditos a sus oídos y miraban a su hermano menos sin esconder su sorpresa.
En otro lugar de Inglaterra, en una enorme mansión, sus ocupantes tenían una gran fiesta para recibir el año nuevo. Un montón de snobs brindaban, bailaban y charlaban –posiblemente sobre negocios de millones de dólares- sin saber que en su mundo se estaba viviendo una de las guerras mas crudas de la historia mágica.
Los muggles adinerados no tenían muchas preocupaciones en su cabeza, quizás comprar o vender acciones, adquirir cierta obra de arte, hacer una cita con el manicurista de urgencia, tal vez alguno buscaba alguna solución para no ir a la quiebra; pero ninguno de los que asistía a aquella fiesta sabía que sus vidas estaban en manos de un muchacho de 16 años.
Bueno, quizás nadie era una suposición muy apresurada, porque mezclada entre tanta gente, una hermosa muchacha no tenía en su mente otra cosa. Aunque no sabía que en sus hombros también recaía un poco de ese peso, sabía que algo raro sucedía, pero no sabía si podía solucionarlo. Pero hacia lo que podía y mientras todos brindaban alegremente por el año nuevo.
Su liso cabello castaño estaba arreglado elegantemente sujeto por varios pasadores de brillantes, aunque unos mechones se escapaban rebeldemente en su nuca, un sobrio vestido negro cubría su delgado cuerpo dejando a la luz sus blancos brasos y espalda que contrastaban con el oscuro color. Unos largos aretes de plata y una gargantilla a juego con los pasadores eran sus únicos adornos.
A diferencia de algunas ostentosas personas de ahí, la sencillez con que la joven había elegido su atuendo –nada barato- exhibía el significado del buen gusto y la elegancia.
Pero para los ojos de cierto joven hablaba de la belleza y la pureza, ninguna otra chica de la fiesta podría pararse a su lado sin sentir envidia. No por el dinero ni el fisco, sino por la especial forma de ser de su amiga. Sí, solo su amiga...
La siguió hasta el balcón donde observó lo hermosa que se veía bajo la luz de la luna mirando las estrellas, pero la preocupación en sus ojos le hizo recordar por que se hallaba ahí.
"Sabes, las preocupaciones hacen que uno envejezca demasiado rápido"- para el despreocupado joven rubio esas palabras eran la ley, sabía que algún día caerían sobre sus hombros el peso de la fortuna de sus padres, pero por el momento debía de vivir el momento.
Sin embargo, al ver detenidamente a su amiga le hizo creer por un segundo que esa ley era la peor de las mentiras. Ella era una de las personas mas aprensivas que conocía, pero sin duda era una gran come años, en lugar de tener 17 años parecía una pequeña quinceañera. Aunque, a veces, al hablar con ella, pareciera que estuvieses hablando con un adulto.
"Entonces tu serás joven por siempre, como Dorian Grey"- dijo esta fingiendo enfado.
"¿Quién te ha dicho que no tengo preocupaciones?"- pregunto para después dar gala de su arrogancia- "Debo de verme bien para mis múltiples admiradoras, estar siempre a la moda, traer el auto del año...y además, velar por que mi mejor amiga no se preocupe tanto"- agrego en el último minuto.
La chica solo le sonrió dulcemente para después tomar su brazo y recargarse en su hombro.
"Además, soy el único de mis amigos que ha hecho tarea esta vacaciones"- agrego sacando un papel de uno de sus bolsillos y entregándoselo.
"Gracias"- murmuro la castaña.
"Este años mis padre sí que sacaron la casa por la ventana"
"Es una de las mejores fiestas de año nuevo que he asistido en la mansión Phels"
"Bueno Jane, a ti no te despertaron temprano los mientras traían los arreglos para La Gran Fiesta Anual para recibir el Año Nuevo de los Phels"- dijo este molesto.
"¿A que hora te refieres con temprano Thony?"- pregunto Jane divertida.
"Las diez de la mañana"- respondió con desfachatez, como si nunca se parara antes del medio día.
"¿Alguna vez te he dicho que eres un flojo?"
"Sí, me lo has repetido constantemente toda mi vida"- respondió Anthony haciéndose el ofendido.
"Lo hago porque te quiero"- le dijo dándole un beso en la mejilla.
"Eso es algo que no me repites muy seguido"
Pero para su decepción su amiga no siguió la conversación, la curiosidad la había vencido leía con una rapidez asombrosa la lista a la que se le sumaban unas cuantas hojas con la descripción física e histórica del sitio.
"Subraye los que tiene que ver con una leyenda mágica"- le informo el rubio. Pero los ojos de la castaña ya se habían detenido en un nombre casi al final de la lista.
"Sthongen"- murmuro.
"Mira la cuenta regresiva"- le anuncio Thony jalándola hacia el interior.
La joven pareja ingreso de nuevo al salón donde se realizaba la fiesta, se reunieron con algunos amigos –no todos en común, pues la recta castaña no socializaba mucho con algunas zorras sube posiciones o júniores pedantes de los que a veces se rodeaba su amigo- y con una copa de Champagne alzada siguieron la cuenta regresiva.
Diez, nueve, ocho, siete, seis...
"...dos, unos, Feliz año Malfoy"- la voz helada de su amo que bebía una copa de vino en aquel momento llego a los oídos de rubio.
"Feliz año, mi señor"- respondió el susodicho con una inclinación.
El Señor Tenebroso se levanto de su sillón y se dirigió a la ventana viendo los fuegos artificiales que los muggles habían prendido.
"El ataque en aquel pueblo ya ha de haber dado inicio¿no?"
"Sí mi señor, han recibido las ordenes de atacar en el momento exacto de que el año diera inició" – informo el mortífago con firmeza.
"Este será un año glorioso Lucius y comenzamos con un buen pie, en unos cuantos meses mis dos estorbos saldrán de mi camino..."- no pudo evitar una sonrisa ante aquella hermosa predicción.
"Acerca de eso señor, entiendo lo de Lombottom, pero el otro chiquillo..."- le interrumpió este dudoso.
"Yo se me mi cuento Malfoy"- respondió este con furia- "La muerte de ese chiquillo, como tu lo llamas, será mi mejor y mas dulce victoria; y no hay nadie que me pueda detener. Por que nadie estuvo presente cuando el pasado fue cambiado"
Lucios Malfoy miro a su amo sin comprender.
"Vamos Malfoy, no le voy a dejar toda la diversión a mis mortífagos"
Lord Voldemort salió de la habitación, sin saber cuanto se equivocaba. Mientras que a kilómetros de ahí, un muchacho de cara redonda, se despertaba con un terrible ardor en la frente...
Notas de la irresponsable autora:
Hola a todos, antes que nada mis ya usuales disculpas por el retraso, no tengo excusa.
He estado arreglando los formatos de los capítulos pasados, haber como me sale... por los tanto mis respuestas a los reviews han sido borrados. Pero aun así quiero agradecer a:
Amps14, Sara Fénix Black, Wakko y Mago; por sus reviews.
Ahora del capitulo pasado,amps muchas gracias ¿Anthony te cae bien? A mi también, lo amo, pero te diré un secreto, si Hermione se lo presentara al Harry verdadero este ultimo lo odiaría.
¿Por qué? Anthony Phelps es un niño rico, arrogante y presumido–que solo es agradable con Hermione- este es mi primer personaje inventado para Harry Potter y sale en Harry Potter y la Gema Astral, el fic compartido de La Pareja del Fénix. Eso sí, Hermione nunca de los nunca –en ningún mundo- se fijara en él, es como su hermano además el es un snob y ella una bruja.
AMO A ANTHONY PHELPS
Ejem, quizás en un fic futuro le haga una novia parecida a mi (jajajaja) pero ni en este ni el crossover que estoy escribiendo –en el que no aparecerá- pasara.
