"Despertando en casa"
Los olores del alrededor me provocaron que tuviera viejos sueños que algunas veces había tenido de adolescente. Traté de taparme hasta arriba con el rostro porque me encontraba algo sonrojada. Entre dormida y despierta deseaba que Liam llegara y me sujetara de la cintura y me tocara un rato, que jugueteara suciamente conmigo un momento pero sabía que eso no sucedería. El ya hacía en la vieja habitación de Percy asustado por el viejo fantasma que vagabundeaba en la casa.
Después de dormir una hora más, sentí cómo si me sujetaran mis dos brazos y muy a lo lejos escuchaba unas voces familiares.
- sosténselos bien – escuché, pero creí que era parte de mi sueño todo eso.
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De repente sentí como si me estuviera ahogando, no alcanzaba a respirar, algo me estaba impidiendo respirar y con desesperación traté de moverme pero no pude, abrí mis ojos y miré un par de cabezas rojas iguales.
La malicia de Fred se miraba igual que la de George en su rostro, tenía dos dedos de George en cada orificio de mi nariz.
- Veremos en cuanto tiempo te pones morada ¡hermanita tutú! – dijo Fred con una sonrisa. Yo traté de moverme pero nada, no podía ante el peso de ambos. Les eché una mirada asesina y ellos sabían que eso era peligro
- Oh mira, está aguantando más que Ronnie - y tiré una mordida dando justo en la mano de George que salió aullando, provocando la caída de Fred.
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Tomé mi varita y a consecuencias que me dedicaba más a respirar dije un hechizo sin hablar, ambos salieron volando golpeando en la vieja pared de mi cuarto. Los tres comenzamos a reír casi a carcajadas
- oh vaya, te haz estado preparando, te deshiciste de nosotros mas rápido que antes – dijo Fred entre carcajadas y yo me sentí orgullosa – no hay duda que meterte con ese americano te ha hecho fuerte, se ve pesado
- oh cállense par de idiotas – no tarde tanto en levantarme y abrazarlos a los casi hasta dejarlos sin aire.
- ¡Basta hermanita tutú! – dijo Fred cuando lo solté para abrazar bien a George – tus abrazos son demasiado salvajes.
- Eso es porque no los había visto desde hace mucho tiempo y deja de llamarme hermanita tutú - dije, ese apodo me lo daban ellos solo en casa, desde que tenía dos años de edad solían llamarme así , solo ellos
- Siempre serás la hermanita tutú – George me miró con el entrecejo fruncido – jamás se me olvidará que a los dos años de edad nos culpaste frente a mamá de haber metido tu cabeza al inodoro, aun recuerdo que solías apuntarnos con el dedo diciendo a mamá: " tu – tú"
Entonces me sentí como en casa. Me pregunté que hubiese pasado si hubiera tenido a Fred y a George en América, pero el solo pensarlo me daba dolor de cabeza. Hubieran salido con cada una de mis amigas, y el solo imaginándome a Tita contando detalladamente (como solía hacerlo) la manera en la que los trató, me provocaban en el estómago algo similar a nauseas.
- Ya conocimos a "tu prometido" – soltó George mientras se levantaba del suelo y me miraba, parecía estar celoso – a mamá no parece caerle bien, le dio solo un huevo de desayuno y se limitó a hablar en monosílabos con él
Sentí como si una bomba me cayera en el estómago, el pobre se la debería de estar pasando tan mal y ni siquiera tenía a papá a un lado para poder hablar con él. Lo imaginaba muriéndose de hambre con el poco alimento de mamá, con el rostro como perro abandonado, muriéndose del aburrimiento.
- Pero el parece buen chico – dijo Fred maliciosamente y yo ya sabía que se traían entre manos - le gustó mucho los trucos que hago con las cartas, está impresionado
- Olvídense de hacerle alguna broma o sino se las verán conmigo – dije molesta. Me amarré mi cabellera en una cola bien hecha y camine hacia la puerta – Liam me ha de estar esperando.
- Apuesto a que no será agradable que te vea así – dijo George apuntando a mi vestimenta
- Ay, en peores situaciones me ha visto – les dije sin vergüenza alguna –
Y salí de mi habitación. Tan extrañada, me sentí niña de 15 años bajando por las escaleras de mi casa, descalza y mis ojos no podían creerlo que estaban viendo, podría jurar que mi madre miraba algo impresionada.
Era Liam. Estaba en la cocina con un sartén el la mano mientras que un hot cake volaba por los aires y caía con perfección de nuevo en el sartén. Mi madre estaba sentada en la mesa observando con los ojos grandes, podía asegurar que la había impresionado un poco al no haberlo hecho con magia. Liam se movió con habilidad mientras que aventaba de nuevo el hot cake y este caía sobre una torre de estos mismos, a los gemelos les había impresionado también.
- Madame, su desayuno está listo - escuché exclamar de Liam mientras que él hacia su especialidad, hot cakes con tocino, huevos y un jugo de naranja natural, acercándole la mantequilla y la miel. Vi a mi madre sonrojarse un poco.
Traté de ser lo más casual así que me baje con el pecho inflado orgullosa de tener un novio como ese. Le saludé con un leve beso de piquito en los labios del cual mi madre no vio por tener los ojos prendidos en su desayuno, parecía que no sabía por donde comenzar.
- Liam me ha hecho el desayuno – me dijo con una media sonrisita y yo solo le sonreí a ella. – el lo ha hecho y sin magia.
- Te dije mamá que era todo un estuche de monerías – le dije y miré a Liam agachar la cabeza modestamente.
La presencia de Ron y Hermione mas tarde en casa fue algo sorprendente. Hermione parecía loca al verme y no perdió detalle en contarme cada detalle de los preparativos de la boda "que si el vestido"…. Las invitaciones…. Las flores… el salón y todo aquello que a mi me parecía un poco tedioso.
- Yo creí que tu eras de te gustaban lo sencillo Hermione- y ella se sonrojó un poco y bajó la voz
- Es que no pude evitar querer una boda grande cuando me enteré que Ron pagaría casi todo – ambas nos burlamos de él – será porque me hice del rogar mucho…
- Trataré de hacer lo mismo que tu, a ver si a mi me funciona - dije entre risitas –
- ¿entonces si te casas con él? – Hermione abrió tanto los ojos que me dio miedo-
- yo… eh… el dijo algo así antes de venirme a Londres - me sonroje y miré hacia Liam que ahora estaba jugando con Fred, George y Ron, spanes explosivos, tenia la cara llena de hollín con las puntas del pelo quemadas. Parecía estar muy feliz – creo que es hora de que me decida – suspiré, se miraba como un niño él.
Hermione me miró como cuando alguien te ve cuando ya no tienes remedio.
- ¿que? – pregunté asustada
- ahora te creo. Te confieso que cuando hablé contigo por teléfono y me dijiste que eras feliz y no te creí, tenías que verte cuando hablaste de él, además parece buen tipo, me cae bien, no puedo evitarlo, además Ron parece divertirse con él
Una pequeña explosión desvió mi atención, Ron reía a carcajadas junto con Fred y Geroge como si tuvieran de nuevo 12 años, miré la punta de Liam más quemada que el resto de la cara.
- ¡BASTA! - les grité parándome de golpe –
- Pero si no estamos divirtiendo – escuché decir de ellos
- No a costa de mi novio – dije caminando hacia ellos que parecían confundidos.
- He dicho que nos estamos divirtiendo – volvió a repetir. Había sido Liam con cara de reproche.
- Oh cielo, deja veo eso que tienes en el rostro – dije un poco asustada, a Liam le faltaba un pedazo de piel en la punta de su nariz.
- No se hará feo con una mancha en la nariz. ¿acaso te preocupa que la cara bonita de tu novio se arruine? – dijo George y hasta Liam soltó la carcajada
- La verdad George, temo que quede como tu cara, creo que eso no lo podría soportar - dije y todos rieron excepto George. Me llevé a Liam mientras que escuchaba gritar detrás de mi
- OYE, YO NO ESTOY FEO - y todos volvían a reír – Y ESO TAMBIEN VA A TI, FRED.
Curé la punta da nariz de Liam la cual se empezaba a descarapelar.
- Tus hermanos son excelentes - le escuché decir mientras le aplicaba crema curativa de quemaduras – ellos realmente me caen bien. Creo que debería de salir esta noche con ellos para….
- Para nada – le dije - no tienes idea de con quién te estas metiendo - en mi mente empezó a rodar una película de cómo los tres se traerían a Liam con bromas y mi miedo por perder a Liam en algún mágico accidente empezó a crecer.
- ¿Por qué no?
- porque tu eres mas vulnerable que cualquier otro mago, los hechizos son mas terribles para ti, mira como dejaron tu rostro. Si yo supiera que te pudieras defender de ellos tal vez te dejaría ir, pero…
- tengo dos puños y dos piernas que pueden dar patadas y golpes en el rostro – me dijo como niño chiquito y yo sonreí enternecida por eso
- Pero ellos tienen varitas, al primer golpe que tiraras ellos te arrastrarían.
- Pero si yo también tengo varita, te olvidas de ello, y es tan grande como la de madera que tienen tus hermanos - no pude evitar soltar una carcajada, me tomó de la cintura y me besó como aquella primera vez que lo había hecho, hizo que sacara un gran suspiro después de ese beso.
- No te preocupes – me dijo - si tu no quieres no iré, prefiero pasar el tiempo con esta hermosa pelirroja que tanto tiene que darme.
Me volvió a besar, me sentí tan segura con él entre sus brazos, tan feliz que ya no había arrepentimiento alguno de haberlo traído a casa.
