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El Concilio de los Mercenarios
"Buenos días" saludó un hylio de apariencia noble "¿Vienen por el anuncio?"
Ambos jóvenes asintieron con la cabeza.
"¿Venía alguien más tras ustedes?
"No, señor."
"Entonces, cerraré la puerta. No debemos tardar más. Háganme el favor de sentarse en las gradas"
Los dos mercenarios obedecieron prontamente. Laran reconoció a su compañero de puesto: era el mismo hylio de capa verde que había visto la noche anterior, y que le había comunicado lo acontecido en Kakariko.
"Un placer verte de nuevo, muchacho" saludó "No sabía que fueses mercenario"
"Tampoco sabía eso de ti, err..."
"Mako. Ése es mi nombre."
"Mako"
"¡Ejem! Primero que nada, amable auditorio..." comenzó el hombre de apariencia noble, que ahora estaba en medio de la sala "Es un placer contar con vosotros. En total, sois cincuenta y cuatro valientes.
"La mayoría de ustedes se preguntará que desea la Universidad, y por qué ha convocado a tan grande número de voluntarios. Sus interrogantes serán respondidas a lo largo de esta sesión.
Mi nombre es Sasha Oddwell, rector de esta sucursal. Y es mi deber, como funcionario bajo el comando del Sumo Rector, contratarles a todos ustedes, por mil rupias semanales."
Los presentes callaron. Ahora estaban seguros de que era algo grande.
"Seguramente, tengáis algo de miedo. La verdad, no os culpo. La empresa a relizarse es de verdad grande.
"La única condición que os pido, es que no reveléis a nadie fuera de esta sala lo que oiréis este día. ¿Entendido?"
La congregación entera asintió.
"Muy bien. Éste es el problema en cuestión. Hace ya tres meses, en una expedición arqueológica, el afamado profesor Kalaz Izad descubrió una tableta de plata con grabados en Antiguo Hylian. Tras una minuciosa traducción, se descubrió que eran en realidad las coordenadas de la localización de un mapa muy particular: El mapa al Libro de Mudora.
"No debo explicarles lo que es¿Cierto? Es el máximo ejemplo de Literatura en el mundo entero. En él están escritos, con un orden perfecto, todos los acontecimientos de importancia acaecidos en la faz de la tierra. O al menos, eso dicen las antiguas tradiciones.
"Nuestro colega trató de encontrar financiamiento para una expedición, pero nadie estaba dispuesto a entregarlo. De modo que él solo buscó el mapa, y no hemos vuelto a saber de él... hasta hace pocos días.
"Nos llegó la noticia de que en Villa Horon, la capital del país vecino de Holodruom, se realizó hace un mes una gran celebración, con motivo del descubrimiento del Mapa hacia la Torre del Bosque, el santuario en el que se debería encontrar el Libro. Obviamente, Kalaz tomó el mapa y partió hacia ella. No sabemos su localización exacta, pero dijo que estaba en el centro del bosque que se encuentra en la frontera Hyrule-Calatia. ¿Preguntas?"
"¿Por qué demonios nos necesita a todos? Creo que con diez sería suficiente..." se quejó un mercenario de la primera fila.
"La Universidad no corre riesgos, estimado señor. No sabemos a qué atenernos. Muy bien, si habéis aceptado, por favor, preséntense aquí pasado mañana, a la misma hora. Vosotros, la Expedición de Kalaran, saldrá entonces"
Laran caminaba despacio hacia la tienda de armas más cercana junto con Zelan. Habían aceptado prontamente el trabajo, así como todos los demás mercenarios.
"¿Es habitual esto? Es decir, realmente me preocupa que se necesiten tantos guerreros..." preguntó la muchacha.
"No es habitual, para nada. Pero es comprensible que tengan miedo y que no sepan muy bien a qué atenerse... que yo sepa, no hay una camino directo atravesando el bosque. Todo el que quiera pasar de un país a otro da un rodeo"
"Y ahora nos piden que entremos ahí. Mil rupias semanales no nos salarán de morir de hambre o frente a los monstruos..."
Laran esbozó una sonrisa. Era cierto, las rupias no servirían de mucho en caso de perderse, pero el confiaba en que encontrarían rápidamente rastros del explorador.
Al entrar a la tienda, empezó a buscar un escudo acorde a su estatura y un carcaj repleto para Zelan. Pasado mañana sería un día muy duro.
"¡Expedición de Kalaran... en marcha!"
La larga fila de guerreros a sueldo abandonó el pueblo en silencio. Cincuenta y cuatro pares de pies se movían al unísono en dirección al bosque. Cincuenta y cuatro pares de pies abandonaban la seguridad de aquella ciudad, y algunos no volverían jamás a contemplarla.
"¿Estás bien? Aún podemos volver si lo deseas..." murmuró Laran al oído de Zelan mientras se armaba el campamento. Nadie había querido pasar la primera noche en un lugar muy profundo. El saber el camino de regreso otorgaba una sensación de seguridad.
"No, no. No tengo problemas. Seguiré adelante..." respondió ella, mientras se afanaba por encender una fogata.
"Déjame ayudar. Sirva, lathrm ne gilgarath!"
Llamas brotaron casi inmediatamente de los troncos. Mako sonrió y calentó sus manos.
"Muchas gracias"
"De nada. Necesitaba esto. A mi amigo zora no le gusta el fuego, así que no hicimos una fogata. No entiendo como puede soportarlo..."
Los jóvenes sonrieron. Luego se sentaron alrededor del fuego, y empezaron a preparar sus mentes para los próximos días en aquel lugar.
Serían muy pocos.
No puedo creer que actualicé O.O El capítulo fue corto, pero es que tampoco me convencía escribir demasiado.
Como siempre, les agradezco haber leído. Dejen reviews, por favor... me hacen inspirarme más...
