Hola a todos!
Disculpen mi demora en actualizar, pero tuve un cambio de ciudad y mi nuevo colegio es mucho más difícil, por lo que he debido dedicar mucho más tiempo a eso. Muchas gracias por haber seguido leyendo el fic y ser tan pacientes, espero les agrade este capi xD.
Byeeeeeee
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Capítulo 3
"Momentos Difíciles"
¿Qué sería lo más lógico, tal vez debería salir corriendo y encerrarse en su habitación, para tratar de aclarar los pensamientos, o tal vez era mejor salir y cerrar la puerta tranquilamente, para que la pareja continuará. ¿Una tercera opción?... no lo creía, pero podía ser que su cerebro se apagara en esos momentos y desfallecer por todas los actos que había vivido en tan sólo un día y una noche.
Los ojos desorbitados del padre mirando a su hijo producían una mayor repulsión al acto observado. Sintió como su mundo se caería en segundos y no tuvo voluntad para mover su cuerpo y separarse de la muchacha. Cerró los ojos un momento y miró con detenimiento la escena. Su hijo lo miraba con asombro y repugnancia. Tenía a un trabajador desnudo encerrado en una jaula, y él mismo se encontraba desnudo junto a su trabajadora penetrándola sin compasión.
"Me retiro" – Dijo Taichi, tomando como decisión su segunda opción. Dio media vuelta y se marchó dejando atónitos a los presentes.
"TAICHI!" – La voz del rubio enjaulado llenó cada espacio en la habitación.
"Discúlpame, pero yo no debo seguir aquí", se dijo para sí mismo Taichi. Ya iba caminando hacia su alcoba sin mirar hacia atrás.
"Señor Yagami... usted debe ir con su hijo" – Dijo la joven 12 impactada por la momentánea, pero impactante situación.
"No te preocupes querida, él estará bien... ahora sigamos – El Sr. Yagami tomó a 12 por el cuello y levantó su rostro para besarla con despreocupación a los sentimientos de su hijo. Ya había olvidado por completo sus pensamientos de preocupación, no podía dejar a la chica de esa forma, además su dignidad de "hombre" se lo exigía.
"¿Cómo puede ser tan cruel!" – Los ojos azules brillaban con las lagrimas que se deslizaban por el blanco y delicado rostro del rubio.
"¿Qué dijiste esclavo?" – El Sr. Yagami miró a 13 con sus ojos espantados e incrédulos a lo que sus oídos oían.
"Su hijo lo necesita y usted sólo se preocupa del sexo... no comprendo cómo él puede quererlo y decir que usted es su padre, siendo que no ha mostrado la menor preocupación a los problemas de su hijo desde que llegó a este lugar"
El Señor Yagami se deshizo de 12 lanzándola brutalmente al suelo, y caminó hacia la jaula. Sus ojos sobresalían a su lugar normal y las venas en la sien retozaban con la adrenalina que aumentaba con cada paso, motivo de la furia provocada. Quitó el candado de la jaula y sacó de un tirón al rubio de su prisión. Puso su mano entre los cabellos dorados y los acarició detenidamente, lo miró fijamente a los ojos, y estrechó su rostro con el del rubio, dañándolo con la barba mal afeitada. Recorrió con su rostro el de Yamato una y otra vez, pero se dejó de juegos y al sentirse encolerizado por las palabras de su esclavo, tomó los mechones con fuerza y lanzó al rubio contra la pared, sin soltar su cabello. Yamato cayó al suelo y con sus brazos trató de defender su cuerpo que era maltratado por su amo. El Sr. Yagami obligó a levantarse al rubio, alzándolo de los cabellos que aún sujetaba entre sus dedos. Un puño certero hizo caer nuevamente al ángel, mientras sufría el dolor en su abdomen.
"¿Cómo te atreves a tratarme así miserable¿Acaso crees que estarías vivo si no fuera por mi, yo soy el responsable de tu existencia aún en este mundo y deberías hablarme con más respeto!."
"Cada día que pasa, le pago mi gratitud hacia usted trabajando, pero aún así esto no acabará nunca, nos ha maldecido a todos en este lugar. No tenemos más opción que obedecerle, pero ya es suficiente, no debemos soportar tanta humillación".
"Me estas diciendo que quieres irte de aquí!"
"Exact..."
"No señor" – Intervino 12 al darse cuenta al camino que llevarían a 13 sus palabras – "Él no dice eso, sólo que esta muy agradecido de su trabajo aquí y que seguirá hasta que sea necesario"
"¿Es eso cierto 13?" – El hombre se sintió confundido por las palabras de 12, pensó que había interpretado mal lo dicho por 13.
"Si señor..." – El Ishida reaccionó a la intervención de 12 y decidió no seguir con su insubordinación.
"De todas formas, tu imprudencia merece un castigo... toma doce, utiliza mi correa y deja en su espalda 13 marcas con ella... si sangra, no te preocupes, sanará pronto."
"Sí señor"
"Yo iré a hablar con Taichi"
Doce tomó el cinturón y lo acomodó en sus manos, estaba lista para comenzar a castigar.
El señor Yagami salió de la habitación, y al cerrar la puerta un grito de sufrimiento atravesó la pared. Caminó hacia la habitación de su hijo, mientras contaba los gritos de su esclavo. Le encantaba esa joven, siempre obedeciendo y sirviéndole en todo... aunque el muchacho no estaba nada de mal... tal ves podría jugar un día con él.
Mientras el Sr. Yagami caminaba sin apuros a la habitación de Taichi, debió esquivar a muchos de sus trabajadores que ofrecían sus servicios en el medio de los pasillos, sin preocupación a ser vistos, dejando de lado toda vergüenza y pudor. Muchos de ellos o hacían con la intención de incorporar gente a sus actos, o las incitaban a su participación bloqueándoles el camino, o atacándolos sexualmente al sólo verlos. La ropa estaba tirada en cualquier lugar, balcones, pisos, puertas, lámparas, o bien se encontraba destrozada por la adrenalina y la euforia por obtener lo más luego una satisfacción sexual, ser tocados por un desconocido y dejar ser abusado sin remordimientos.
El padre de Taichi no lograba encontrar la habitación de su hijo, y debía abrir cada puerta de los pasillos, teniendo que ver a todos los clientes satisfaciendo su deseos más ocultos, cada uno con una diferente fantasía. Entre los actos más comunes se encontraban el Sadomasoquismo, homosexualidad, orgías, voyerismo, zoofilia, dejando de lado las ideas personales que creaban los clientes para aventurarse a nuevos riesgos.
Una joven desnuda corría por los pasillos de la casa, su cabello era un rubio intenso, su figura estaba hecha a la perfección, y su edad no era mayor a los 16 años. Los ojos del Sr. Yagami la siguieron hasta que con asombro observó que corría hacia él.
"Amo, amo, por favor ayúdeme" – La joven hablaba con gran exaltación por todo lo que había tenido que correr. Se acercó a su jefe y lo abrazó buscando en él un refugio a sus problemas.
"¿Qué te sucede?" – Preguntó mientras se percataba que un hombre de gran corpulencia y bello rostro se aceraba hacia ellos.
"Amo, ese hombre que viene hacia aquí, quiere verter toda la sangre de su cuerpo sobre mi, para luego beberla"
"¿Qué tiene eso de malo?"
"Pero amo, él desea desangrarse sobre mi...yo no puedo dejarlo... no soy tan fuerte para soportarlo"
"Pequeña, dime tu número"
"Soy la número 103 amo"
"Bueno querida, voy a darte un consejo que te hará reflexionar tus dudas"
"Dígamelo" – Dijo la joven esperanzada y con gran atención a su amo
"Supongo que conoces los reconocimientos que otorgo a finales de cada mes"
"Por supuesto amo, usted ha sido muy generoso conmigo, he avanzado dos números gracias a sus bonificaciones"
"Excelente, entonces si no quieres regresar a tu número inicial o peor aún, ser la última de todos los números, te aconsejo obedecer los deseos de ese hombre"
"Pero amo, él quiere morir en mí!"
"Bueno, si dejas que eso suceda, será tu culpa"
"¿QUÉ?"
"Tal como escuchas, más te vale que no muera, porque mi negocio no será el perjudicado por tus caprichos, sino que será tu vida la que pasará el resto de sus días en la cárcel, y no olvides que será por doble cargo... cómplice de asesinato, y ejercer la prostitución."
"Pero amo, usted nos prometió a todos seguridad"
"Claro, siempre y cuando ustedes cumplan todo lo que se les pide"
"Sr., esta mujer no quiere cumplir mis peticiones" – El cliente había llegado.
"Oh, mis más sinceras disculpas, yo acabo de hablar con ella, y aceptó sus deseos, por lo que no debe preocuparse más, todo está solucionado"
"¿Es cierto?" – El hombre preguntó a la mujer desnuda que se escondía tras su amo.
"Sí... señor"
"Entonces vámonos que no tengo tiempo"
El Sr. Yagami soltó a la joven que se aferraba aún a su espalda, y sin siquiera mirarla siguió su camino. Aquella interrupción lo había hecho perder tiempo valioso, podría haber terminado ya de hablar con su hijo y haber regresado a acariciar el cuerpo moreno de número 12.
Al fin llegaba, la maldita habitación no podía estar más lejos. Golpeó antes de entrar y no hubo respuesta. Golpeó nuevamente, y como la vez anterior nadie respondió. Habló hacia la puerta por si su hijo quisiera hablar de esa forma, pero nadie respondía. Su corazón se aceleró y la preocupación llenó su pecho. Abrió la puerta y nadie estaba en la habitación.
"Taichi?...¿Dónde se había metido?"
Un extraño ruido llenaba la habitación, como si millares de gotas cayeran en una habitación continua y a gran velocidad. El padre de Taichi abrió la segunda puerta dentro de el cuarto, en donde se encontraba el baño, y el agua se desbordaba por la orilla de la tina. Al acercarse más vio cabellos castaños que flotaban en la superficie del agua acumulada. Rápidamente sumergió sus brazos y con gran destreza logró sacar a su hijo de la muerte. Taichi estaba con los ojos cerrados, pero aún vivía. Su respiración era dificultosa. Su padre le quitó la ropa mojada y trató de abrigar su cuerpo con las toallas que colgaban dentro del baño.
"Hijo, por favor despierta"
Los ojos marrones no se abrían, y la desesperación por no poder hacer nada aumentaba, su hijo estaba muriendo y él no podía ayudarlo a salvarse. Todo era su culpa, si tan sólo hubiera hablado con la verdad desde su llegada.
La puerta fue abierta inesperadamente. Dos personas la atravesaron. Eran número 12, y arrastrando a su lado traía a un número trece moribundo y con poca conciencia por lo que sucedía.
"Mi señor, qué le sucede al joven amo!" – Número doce reaccionó con histeria y desconcierto por lo que sus ojos veían.
"Doce, pide ayuda rápido, mi hijo no despierta!" – El Sr. Yagami no perdió tiempo y ordenó a doce pedir la ayuda necesaria.
"Taichi?" – Matt logró ver a Taichi semidesnudo inconsciente en los brazos de su padre.
"¿Cómo lo llamaste?" - ¿Qué era lo que escuchaba¿Acaso ese esclavo llamaba a su hijo por su nombre, cómo si fuera lo más normal.
"Déjeme verlo... Taichi, por favor despierta" – Yamato aparto de los brazos de su amo a Taichi, y se acercó a este tratando de hablarle y brindarle el calor necesitaba. – "Por favor no te mueras... tú me hiciste una promesa, y debes cumplírmela... Taichi, despierta, necesito que estés a mi lado..." – La voz de Matt se cortaba por las lágrimas que caían por su rostro golpeado, provocando ardor en sus heridas.
"¿Crees que me olvidé?"- La voz de Taichi sonó débil y sin aliento.
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Ya han pasado 2 semanas desde el accidente de Taichi, y las cosas en el Burdel no han cambiado. Su actividad continuaba sin descanso alguno. Parecía que nada hubiese sucedido, nadie mencionaba el incidente... nadie debía recordarlo... todos habían sido advertidos que tan sólo una palabra de lo sucedido significaría un despido inmediato. Todos ocultaban un miedo al amo, pero ahora el pavor era incontrolable, nadie lograba estar más de una hora junto al amo, sin tiritar de miedo.
La clientela había aumentado, todos los días el número de visitas a cada satisfactor era el doble, y no existía persona sin trabajo ni descanso aparente. La voz se había corrido desde el tiempo en que empezó a funcionar la gran casa, se hablaba de una gran mansión que ayudaba a los desamparados con la condición de ser sometidos a vender sus cuerpos, pero otorgándoles la seguridad y refugio que necesitaban. El rumor creció en todas partes atrayendo a gente de todos los recónditos lugares del país y los países vecinos. El número de empleados debió aumentar por motivo de tanta demanda, los días dejaron de existir, sólo se trabajaba, los relojes fueron quitados de todas las paredes y habitaciones, se les comenzó a exigir un número mínimo de clientes a cada servidor para demostrar su calidad, y los que no lo cumplían eran reemplazados rápidamente y sin duda alguna, por los nuevos postulantes.
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Un fuerte respirar junto a su oído lo despertó. Una mano tibia recorría su frente y acariciaba su cabello castaño. Sintió la mano ajena deslizarse por su rostro y dibujar con los dedos sus labios. Un beso en su frente lo hizo regresar a la realidad, pero sin abrir sus ojos. La cabeza de su acompañante estaba apoyada en su pecho, mientras lo abrazaba fuertemente, sin percatarse de que Taichi había despertado.
Sus ojos se abrieron con dificultad después de las dos semanas de estado de coma. La luz le dificultó la visión, pero sus ojos se acostumbraron nuevamente a la realidad. Alzó uno de sus brazos y colocó su mano entre los cabellos del pelirrojo.
"Me alegro de verte Koushiro"
"Amo!... al fin despertó!" – Dijo Koushiro dando un brinco fuera de la cama.
"Te aseguro que no fue el sueño más placentero"
"Claro que no!... además no sabe cuanto lo extrañe!" – Koushiro sin perder oportunidad regresa a los brazos de Taichi – "Todos los días esperaba aquí a que despertara"
Taichi sorprendido por el relato, dejó a 14 compartir con él sin oponerse, a pesar de que este sólo aprovechaba el momento.
"Koushiro... ¿Dónde esta Matt?" – Preguntó Taichi tratando de disimular su preocupación para no ser tan imprudente a su compañía.
"¿Número 13?" – El rostro de 14 se ensombreció y sin mirar a los ojos de su amo, respondió – "Señor... 13 ha estado en máximo castigo desde que usted perdió la conciencia. El amo estaba furioso por la insolencia de 13 y lo ha tenido trabajando sin descanso... de hecho algunos lo hemos ayudado para que descanse algunas horas, pero hemos sido sorprendidos y castigados, provocando una mayor furia en el amo"
"No puede ser posible... ¿En qué se ha convertido mi padre?"
"Amo, por favor... ayúdenos... tal ves sea un mal agradecido, pero no resisto más, la vida aquí se esta volviendo cada día más difícil" – Koushiro dejó escapar una lágrima de sus ojos brillantes. Miró a Taichi directamente esperando una respuesta.
"Catorce, por favor retírate... voy a ducharme"
"Sí señor..." – Tal ves se había molestado pensó Koushiro, por lo que prefirió no insistir.
Koushiro salió de la habitación, dejando a Taichi nuevamente con la cabeza llena de preguntas y dilemas. El castaño se levantó, y sintió la dificultad motora en sus piernas. Tantos días sin caminar, le provocó un tambaleo en sus primeros pasos. Se quitó el pijama con que lo habían vestido y encendió la ducha. Notó rápidamente la sensación del agua caer por sus manos y recorrer cada parte de su cuerpo. La luz entraba por la pequeña ventana que permitía la claridad en el menudo baño, pero perdían su rumbo al vacío con el cuerpo de Taichi que se interponía en su camino, dándole un brillo especial a su piel al estar húmeda por tanta agua. No quiso tardarse tanto, por lo que rápidamente secó su cuerpo y tomó la primera ropa que encontró en su armario.
Salió de la habitación y notó que todo seguía tal cual como lo había dejado. Una pareja chocó con él mientras este caminaba a la oficina de su padre, observando detenidamente al trabajador. Los días en que estuvo conciente, nunca lo había visto en la casa. Lo más raro es que ambos se quedaron mirando por unos segundos, lo que fue notado por el cliente, que llamó por su número al trabajador, para que siguiera en lo suyo. Número 15, ese era su número, hablaría con él algún día... esa extraña sensación se lo decía.
Continuó su camino, y nuevamente se encontró frente a esa puerta que había sido la divisora entre la verdad y la mentira. Esta vez golpeo, y la voz de su padre respondió autorizando su entrada. Entró lentamente, tratando de que la puerta le cubriera el rostro para siempre, pero esta ya no lo podía ocultar mas.
Su padre no tuvo reacción al verlo frente a él nuevamente. Sus ojos se llenaron de lágrimas y corrió a abrazar a su hijo, pero no tuvo la misma respuesta de este.
"Hijo mío, no sabes lo preocupado que he estado estas semanas. Cada noche era un infierno para mi. Temí lo peor cuando saqué tu cuerpo de la bañera. El médico logró tranquilizarme un poco. Me dijo que como habías despertado del ahogo, ya estabas fuera de peligro, pero que habías entrado a un estado de coma, producto del shock emocional."
"Basta..."
"¿Cómo dices?"
"Deja de hablar, sabes bien por qué estoy aquí, y no he tomado mis cosas para irme sin siquiera avisarte"
"No entiendo a qué te refieres"
"¿Cómo dices eso? ... ¿Acaso crees que es muy común tener un burdel en el centro de la ciudad y ser tan famoso en el submundo, que la gente viaja de ciudad en ciudad para trabajar aquí?"
"Tienes que entenderme, quedé sin empleo, tu madre murió, debía mantener a Kari, debo vivir también!"
"No soy estúpido... hay mucho otros trabajos. Además no estoy en contra de este, al menos es más honrado que estar robando por ahí, pero no puedo tolerar tu trato para con los trabajadores"
"¿Mi trato dices?..."
"No son animales ¿sabes, los dos días en que estuve conciente, me di cuenta que los tratabas como perros pulguientos. Ellos tienen tanto derecho como tú para descansar"
"¿Derecho dices, ellos no tienen derecho alguno¿Acaso no sabes qué es lo que son todos ellos?"... SON UN MONTÓN DE SODOMITAS QUE NO TIENEN LUGAR EN ESTE MUNDO!... YO SOY EL ÚNICO IDIOTA QUE LOS ACEPTA EN ESTE LUGAR, DEBERÍAN ESTAR MUERTOS TODOS, PERO MI BUEN CORAZÓN LOS ACOGIÓ A TODOS!... ¿AÚN ASÍ QUIERES QUE TENGAN DERECHOS, SON UNOS MALDITOS PUTOS!.
"CÁLLATE!"
La puerta de la oficina se abrió de improvisto un pálido rubio entró a la habitación. Sus ojos azules brillantes llamaban la atención de los discrepantes, ya que le daban un aspecto de ángel a su rostro. Su cuerpo semidesnudo estaba maltrecho y desnutrido. La belleza y suavidad de su piel se había perdido por heridas y manchas de sangre que al parecer llevaban días sin ser limpiadas. Su rostro tenía golpes marcados a los costados y la hinchazón en esos lugares tomaba un color morado.
"Amo, ya he terminado con el cliente... con este ya serían los 500 que me ordenó atender." – El rubio no subió la mirada, y estuvo cabis baja en todo momento.
"Matt?" – Taichi miraba asombrado el cuerpo del ángel y un sentimiento de culpabilidad lo embargó por completo.
"Muy bien hecho trece, has trabajado excelentemente estos dos días. Es un gran record esa cantidad de clientes en tan sólo 48 horas. Yo te dije que podías hacerlo. La práctica con 300 clientes por día que atendiste la semana pasada fue un éxito. Si creyeras más en ti no habría tenido que golpearte tanto e incluso podrías haber atendido los mil. Ahora ya puedes descansar.
"¿Qué dices!...¿Acaso lo forzaste a atender a más de 2000 personas a él solo?"
"Muchas gracias señor..." – Matt dio media vuelta y camino sobre sus pasos sin decir una palabra. Al salir un pequeña gota cayó de su rostro y se estrelló contra el suelo.
"Matt..." – Susurró para sí Taichi – "¿Cómo pudiste hacerle algo así?"
"Ese insolente se sobrepasó contigo el día de tu incidente"
"¿Qué fue lo que hizo?"
"Se atrevió a llamarte por tu nombre, eso está prohibido en este lugar!"
"Tú ya no tienes corazón..." – Taichi dio media vuelta y camino con paso firme detrás del rubio.
"Taichi, regresa aquí, NO TE ATREVAS A VER A ESA BASURA!"
El castaño siguió su camino sin escuchar las órdenes de su padre que ahora estaba desquitando su furia contra un trabajador que pasaba por el pasillo. Al doblar en un pasaje, logró ver los cabellos del rubio atravesar una puerta y cerrarla detrás de él. Taichi caminó hacia dicha puerta y entró sin siquiera golpear. El rostro del rubio miró al castaño sin demostración de emociones alguna. Su rostro ya no gesticulaba y su intento por escapar fue retenido por Taichi.
"PERDÓNAME!... TODO ESTO FUE MI CULPA, PROMETÍ DEFENDERTEY CUIDARTE Y NO HE CUMPLIDO MI PALABRA!" – Taichi gritaba frenéticamente contra un asombrado Matt, que mostraba al menos confusión en su rostro – "SI TAN SÓLO TE HUBIERA AYUDADO, NADA DE ESTO TE HABRÍA SUCEDIDO, POR FAVOR PERDÓNAME!"
Matt tan sólo miró a Taichi y acercó su cuerpo hacia el de él. Siguió mirando al castaño sin siquiera pestañar. Tomó las manos gruesas de Taichi y las ató a su espalda, mientras que con las suyas rodeaba la ancha espalda de Taichi. Dejó de mirarlo y sólo apoyó su cabeza sobre el pecho del castaño. Una lágrima de Matt cayó sobré su apoyo y un río siguió a esta. Al fin estaba desahogándose, podía liberar su alma nuevamente.
"Quería estar contigo... quería acompañarte, pero no podía, tu padre me tenía trabajando con cada persona del lugar. Le pedí a Catorce que te cuidara, que no te despegara un ojo de encima."
"Matt... te extrañé mucho"
"Aún debo trabajar... mi existencia depende de esto... tu padre me dejó descansar para no hacerte enfurecer más, tu salud está delicada y no puedes exaltarte de esa forma"
"Hoy no vas a trabajar Matt"
"¿Qué dices!"
"No te lo puedo permitir... tu cuerpo está herido y si no descansas puedes tener serías consecuencias muy pronto."
"Pero tu padre se enfadará y no me dejará..."
"No te preocupes por mi padre... él no te hará nada mientras yo esté contigo"
"Taichi... no vuelvas a perder la conciencia nunca... no creo que pueda volver a soportar tanto, este iba a ser mi último día con vida... tu cuerpo no despertaba y mi frustración crecía cada día. No podía hacer nada para ayudarte, excepto esperar, y el tiempo me lo quitaban a cada momento, ni siquiera podía ver tu rostro. Catorce cada vez que podía me contaba cómo estabas y me describía tu rostro para no olvidarlo."
"Esta vez no cometeré la misma locura"
"Quédate conmigo..."
"¿Estás seguro?"
"Sí... no quiero perderte nuevamente"
"Necesitas curar esas heridas" – Taichi tomó el botiquín que había bajo la cama del rubio y sacó las cosas necesarias. - "¿En qué lugar estas herido?"
Matt se desvistió por completo y mostró a Taichi las hematomas gigantes que invadían su tersa pie. El rubio se recostó sobre la cama y Taichi limpió todas las heridas cubiertas por sangre y curó las que aún no sanaban.
"¿Desde cuándo tienes estas heridas?"
"Desde el segundo día a tu accidente"
"Hay algunas que tenemos que desinfectar... no están totalmente cicatrizadas."
"Gracias..."
Matt se levantó y se sentó en la cama quedando con sus ojos de frente a los de Taichi. Se acercó y rozó sus gruesos labios. Taichi juntó más sus rostros y besó a Matt como había deseado desde el momento en que despertó.
Continuará...
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Bueno, que les parecio? espero q les gustara y si nop, no me torturen con sus comentarios xD, pero de todas formas envieenlos, pero q no sean tan crueles Y.Y jajajaja
Byeeeeeeeeee
