En una nave espacial más o menos pequeña, dos torpes y jóvenes Padawan y su Maestro, todos de raza humana, se apretujaban para poder llegar velozmente a la convención.
"Oye! Saca tu codo!"
"Tú saca tu pierna de mi nariz!"
"Cállense los dos!"
"...Sí, Maestro Minos..."
El Maestro Minos era alguien bastante paciente, una virtud que había disminuido considerablemente tras sufrir durante varios años entrenando a ese par.
Los Padawan, le dijeron, estaban recién aprendiendo. La Fuerza era fuerte en ellos. Los Padawan eran jóvenes deseosos de aprender.
Mentira.
Quienquiera que hubiese dicho eso, ahora se tragaría sus palabras. Aquellos dos jovencitos eran las más horribles y condenadas bestias que jamás hubiese entrenado Jedi alguno.
El mayor de ambos (Pues eran hermanos) se llamaba Baran. Era bastante orgulloso, tonto, irresponsable y conflictivo. Igual que su hermano menor, Taz-matar, el cual se creía la encarnación de un dios o algo por el estilo, por el solo hecho de llevar un "-" en medio de su nombre.
La invitación para el Concilio Jedi había llegado esa mañana a la base en la que ellos estaban desde hace un tiempo, y sus discípulos le comunicaron que deberían estar allí a las 9:00, a juzgar por el número grande que venía en la tarjeta.
Claro, nadie contó con que la habían leído al revés.
La reunión era a las 6:00 de la tarde. Al enterarse, el Maestro Minos corrió con sus Padawan a rastras hacia el puesto de Rent-a-Ship más cercano.
"Quisiera una nave, al menos por el día de hoy. No tenemos dinero, pero les pagaremos al regresar" había prometido.
"Lo lamento, Maestro Jedi, pero no está en la política de la empresa entregar naves sin tener efectivo..." le respondió un trabajador
"...Está bien. Buscaremos en otro lad-"
"Les daré una nave gratis!" Murmuró Baran, el Aprendiz de Minos, mientras movía su mano frente al trabajador.
"...Les daré una nave gratis..." susurró éste, mientras les daba una llave.
"Soy una señorita que usa vestido y sostenes!" Agregó el otro Padawan, Taz-matar.
"...Soy una señorita que usa vestido y sostenes" repitió el vendedor (o arrendador?)
"...Me voy a salpicar petróleo y me encenderé fuego" ordenaron los dos Padawans mientras movían sus manos frente a su víctima.
"...Me voy a salpicar petróleo..."
Splash, splash
"...Y me encenderé fuego..."
FWOOOSH!
"QUEEMAA! QUEMAAA! QUEMA CON LA INTENSIDAD DE MIL SOLES! AAAARGH-ungh"
El trabajador se desplomó muerto.
"Jejeje... Oops?"
"...Inhala, exhala... inhala, exhala..." repetía el Maestro Minos "La ira se disuelve..."
"...Erm..."
"QUÉ?"
"...M... maestro... debemos irnos..."
"Oh, bien."
Y así habían conseguido la nave. Asesinando a un hombre, y robando un transporte.
Genial.
Al menos ahora sus Padawan estaban en silencio. La Junta comenzaría en treinta minutos, y el Maestro, quien estaba conduciendo, debía concentrarse en el camino.
"Jum" se quejó Baran. "Estoy aburrido..."
"Yo también..." agregó Taz. "...Veo, veo..."
"Qué ves?"
"Una cosa."
"Qué es?"
"Empieza con... E..."
"Yo! Yo sé, yo sé!"
"Dime."
"E... e... e... espacio exterior!"
"Bien!"
El Maestro, que los había estado escuchando, nunca deseó más que le cayera un ladrillo en la cabeza.
"A ver... Veo, veo..."
"Qué ves?"
"Una cosa."
"Qué es?"
"Empieza con... U..."
"...U... u... u... universo!"
"Exacto!"
Thomp Thomp
Minos se golpeaba la cabeza contra el tablero de control.
"Ya llegamos?"
"No."
"Ya?"
"No."
"Ya?"
"NO!"
Minos apretó los puños. Un Jedi no conoce el miedo, no conoce el enojo, no conoce el odio...
"Quiero hacer pipí..."
No odia, no odia...
"No tengo aire. Puedo abrir la ventana?"
"...Estamos en medio del espacio, Taz."
"..."
"..."
"...Puedo abrirla de todas formas?"
"NO!"
"...Bueno..."
Veinticinco minutos después...
"... 76354 botellas de cerveza en la pared, 76354 botellas de cerveza en la pared, usa la Fuerza y toma una, ahora son 76353 botellas de cerveza en la pared..." cantaban ambos Padawans.
"..."
"Ya llegamos!"
"POR FIN!" Gritó el Maestro. La perspectiva de matar a sus dos aprendices con su sable láser empezaba a resultarle interesante.
Los Jedis desembarcaron en el estacionamiento del Templo de Falarra (Por darle un nombre), y corrieron a toda velocidad. La junta había comenzado hace un minuto.
"Maestro Minos?" Preguntó el Gran Maestro Kyron Lightmoon, quien era el jefe de la Orden. Su cabello (Como todos los Gary-Stu, una raza similar a la humana) era de un color dorado oscuro, mientras que sus ojos eran de una extraña combinación arcoiris. Sus dientes eran blanquísimos, y hacían "Ka-ching!" cada vez que sonreía.
Pero su apariencia era una pequeñez comparada con sus dotes de guerrero. Era el mejor Jedi en cuanto al uso del Sable Láser, y podía mover cosas que muchos otros caballeros consideraban imposibles.
Además era el abuelo de Yoda y el Tataratataratataratataratío en tercer grado de Obi-Wan Kenobi (Lo cual no sabe ahora, pues esta historia sucede unos miles de años antes del Episodio I)
(Maldición! Saben lo que odio escribir descripciones de Gary-Stues? Tanto o más que de Marie-Sues...¬¬)
Bueno, el punto es que Kyron no recibió respuesta.
"Hey! Ya llegamos!" Saludó Baran mientras hacía el símbolo de la "V" con sus dedos y se sentaba (tendía, más bien) en su puesto.
"Así es, viejos! No se preocupen! Estamos sanos y salvos, así que no movilicen escuadrones enteros de tropas en nuestra búsqueda" agregó Taz, mientras se sentaba en su puesto y ponía los pies sobre la mesa.
"...Esos son tus discípulos, Minos?" Preguntó otro Maestro Jedi.
"...Sí..."
"Muy bien... Quién vota para que se promulgue un decreto en el cual los Jedi sólo pueden entrenar un Padawan a la vez?"
"YO!"
"...Cálmate, Minos... sólo bromeaba..."
Mientras conversaban, Kyron escribió las palabras "Recordar abolir la práctica de dos Padawans a la vez" en su libreta.
"Hey, Maestro Kyron! Bonita libreta Negra!" halagó Baran.
"...Gracias..."
"Sí... y qué genial capa Negra!" admitió el Maestro Minos.
"...Er..."
"También es muy llamativo su Sable de Luz rojo, Maestro Kyron..." agregó Taz.
"..."
"Bien, bien... como el Maestro Kyron no parece querer hablar, empezaré. Los Sith, enemigos jurados de nuestra Orden, nos han declarado la Guerra... Preguntas?"
Uno de los Jedi levantó el brazo.
"Oye, disculpa, pero SE PUEDE SABER QUIÉN RAYOS ERES TÚ?"
"...El conserje... snif..."
Billy el conserje salió corriendo con su cubito y su mopa, para nunca ser visto otra vez en nuestra historia.
"...Como sea, lo que dijo Billy el conserje es real. Los Sith nos declararon la Guerra" comenzó el Maestro Kyron "Y hemos recibido informes de que sus fuerzas son tan o más poderosas que las nuestras, lo cual no es nada bueno. De modo que necesitaremos a tres voluntarios que deseen ir al Planeta de los Sith a recolectar información. Voluntarios, den un paso al frente."
En ese momento, Baran y Taz, quienes habían estado comiendo palomitas durante todo el discurso, empezaron a pelear por la última. Ambos terminaron en el suelo, delante de sus asientos.
"Es mía!"
"Pruébalo!"
ZOOM!
ZOOM!
Ambos sacaron sus sables láser y empezaron a darse de lo lindo hasta que Minos corrió hacia ellos y los separó.
"Por sus madres! No pueden dejarnos en paz un segundo?" amonestó el Maestro.
"Vaya! Entonces, el Maestro Minos y sus dos Padawan se ofrecen a la misión..."
"Qué?"
"Acaban de pararse enfrente..."
Así era.
"Hijodela..."
"Bien! Partirán hacia el Planeta de los Sith mañana. Y por cierto, cuídense. Se dice que entre los Jedi hay un traidor que nos entregaría al Lado Oscuro sin pensarlo dos veces..." advirtió el Maestro Kyron.
"...Un traidor siempre usa ropa negra y sables rojos, no?"
"Sí..."
"...Como usted, no?"
"S... No..."
"Oh, bien..."
De modo que, al otro día, los Padawan y su Maestro se embarcaron en una expedición hacia el Planeta de los Sith, en donde deberían recabar información sobre los ejércitos enemigos, y evitar ser traicionados por el... traidor...
Continuará..
Nota: Un Gary-Stu es una Marie-Sue masculina... y las Marie-Sues... son... personajes "Perfectos" y con parentescos asombrosos (Hijo perdido de Gandalf y Saruman, hermano por juramento de Aragorn y criado entre elfos, por ejemplo)
