Lo mismo de siempre: RK no es mío.

Capítulo 2

La Cicatriz

No fue hasta que llegamos a nuestra mesa, que me fijé…. Al principio me impresionó mucho, ya que nunca la había visto, una cicatriz en forma de cruz en su mejilla izquierda. Cómo nunca la había visto¿pensaba, acaso estaba ciega? Luego pensé que no era eso, sino el hecho de que Kenshin siempre ofrecía el lado derecho en el escenario, por lo que su cicatriz quedaba disimulada, además, en todas las fotos promocionales que tenía y habían salido en la pensa, siempre caía un mechón de pelo sobre el lado izquierdo. De hecho, ahora mismo tiene ese mechón, pero un leve movimiento la descubrió para mí. ¿Lo habrá hecho a propósito¿Quería mostrármela? Estaba tomando el coraje para preguntarle sobre ella, cuando la Kitsune llegó corriendo.

- Hola, Ken

- Hola, Megu¿cómo estás?- le preguntó él dedicándole una sonrisa.

- No tan bien como tu, por lo que veo- dijo ella mirándome como un zorro, sólo ahí entendí el apodo.

- Ken- prosiguió ella- ¿Has visto a Sansa? (Sanosuke Sagara, el bajista)

- No, Megu, no lo veo desde que terminamos la presentación. ¿Por qué?

- Es que quería darle esto- dijo mientras le mostraba un sobre- Es muy importante y no quiero pedírselo a Aoshi, porque la última vez tiró mi encargo a la basura creyendo que era una de sus boletas de compra.

- Bien, yo se lo daré, Megu. Mañana ensayamos, así es que estoy obligado a verlo.

- Oh, Ken, no sé qué haría sin ti. Gracias- y entregándole el sobre se fue por donde había venido.

Yo miré toda la conversación como si mirara un filme. Me sentí muy fuera de lugar y parece que Kenshin lo notó cuando la Kitsune se fue.

- ¿Quieres preguntar, no?- me dijo de pronto.

Yo no sabía que responder, pensé que se había dado cuenta que había visto su cicatriz, por lo que empecé a armarme de valor para preguntarle y estaba a punto de ello, cuando Kenshin continuó.

- Supongo que te interesa saber por qué ese trato con Megu, no?

- Yo… eh, bueno, la verdad no es que me importara mucho- dije aliviada de no tener que preguntar algo tan íntimo, no al menos por ahora.

- Oh, es que nos mirabas casi con envidia- me dijo con un tono de broma que no le había escuchado en la última hora. Tal vez ese sea su verdadero carácter.

- En todo caso, debe ser interesante, ne?- le dije. Aunque en un principio no era de mi verdadero interés, quería saber por qué conocía tan bien a la Kitsune, tal vez era algo más que una amiga.

- Bueno, si tu has leído nuestra biografía- comenzó- sabrás muy bien que Aoshi y yo nos conocemos desde hace mucho, desde la primaria para ser exactos. Al principio era una amistad como cualquier otra, pero después nuestros intereses comunes, ya en preparatoria nos llevaron a formar esta banda, sobre todo cuando pude por fin comprarme mi saxofón. Ahí pasábamos muchas horas juntos y la mitad de las veces me tuve que quedar en su casa porque nos quedábamos hasta tarde componiendo, fue ahí donde conocí a la hermana menor de Aoshi: Megumi.

Hice un esfuerzo sobre humano para no atragantarme con el sake que en ese momento estaba tomando. ¿Aoshi, hermano de la Kitsune? Si hubiese sido periodista, habría sido un tremendo dato.

- Así es que es su hermana- le dije para poder tranquilizarme y de paso comprobar que lo que había escuchado era verdad.

- Sí, es su hermana y no sólo eso, fue nuestro primer público, nuestra primera fan y nuestro primer crítico musical- continuó Kenshin- Realmente nos ayudó mucho. Pegaba carteles, ponía avisos en los diarios buscando miembros organizando castings. Fue nuestra primera manager.

No pude evitar sentir cierta envidia de ella. Cuántas veces había imaginado yo que era la fan número uno de Jazz Affair y que les ayudaba a organizar todo, pero resultó que la Kitsune ya había hecho ese trabajo y no sólo eso, conocía a Kenshin, Dios sabe desde cuándo.

- Fue un gran apoyo- dijo sin notar mi cara de odio- Gracias a ella, llegó el bajista, cuando ya creíamos que no conseguiríamos uno lo suficientemente bueno.

- Cómo llegó él- pregunté.

- Por un aviso en el diario mural de nuestra escuela. No sabíamos que él también era alumno de ahí, probablemente porque era de otro curso más pequeño, pero llegó un día con su bajo, nos hizo una presentación y lo siguiente que sabíamos es que estaba ayudando a componer nuevos temas y eligiendo un buen nombre para nuestra banda: Jazz Affair.

- Vaya si que fue un gran aporte- dije mientras buscaba un cigarrillo- me sentía totalmente feliz de poder escuchar este relato de boca de Kenshin, ya no de una revista donde los espacios y los periodistas le quitan el brillo a cualquier historia, sino de sus propios labios. Sí que estaba feliz, casi había olvidado su cicatriz.

- Oye, no te gustaría venir al ensayo de mañana, nos juntaremos a las 6 de la tarde y me gustaría mucho que estuvieras presente, tenemos temas nuevos y necesitamos un oído que nos conozca para darnos una buena opinión, sobre todo porque Megu no vendrá.

Aunque era sólo porque la Kitsune estaría ausente, ya era una gran invitación para mí lo que estaba escuchando. Kenshin me había elegido a mí para venir a su ensayo… Era más de lo que pensaba obtener cuando decidí hablarle hace un par de horas atrás. Casi parecía un sueño.

- Claro que sí, mañana mi turno en el trabajo termina temprano, así es que estaré a las 6, no te arrepentirás de haberme elegido- Sí, mi turno terminaba a las 4 de la tarde y luego estaba libre hasta el lunes, así es que tenía todo el fin de semana si es que Kenshin me quería ahí todos los días.

- Entonces, estamos listos- dijo él con otra sonrisa- Ahora, quiero saber de ti, Kaoru. No me has contado nada y esto no es una entrevista para que hable sólo yo¿no crees¿Qué edad tienes?

- Bien, tengo 20 años y trabajo en una tienda de ropa alternativa, puede que hayas escuchado de nosotros¿Excalibur, ropa distinta, para gente distinta?

- Sí, claro que la conozco, Sano se armó todo su guarda ropas en base a vuestra tienda. Tienen cosas muy interesantes. ¿Vives sola?

- Bueno, no sé si un gato cuenta en esta historia, pero si la respuesta es no, sí vivo sola hace dos años más o menos, la verdad mis padres me tenían un tanto cansada. Prácticamente querían que me casara cuando saliera del colegio y eso, no estaba dispuesta a aguantarlo, quería vivir mi propia vida.

- A veces los padres pueden ser una molestia, pero su intención no es mala- me dijo él, como si supiera exactamente de lo que hablaba.

- Lo sé, pero me aburrían- dije yo- Así es que conseguí este trabajo y me fui. ¿Y qué hay de tu familia, Kenshin?

- No hay mucho que contar, me fui también al poco tiempo de salir del colegio, más o menos por las mismas razones que tu. Con Aoshi y su hermana arrendamos un departamento y ahí hemos vivido desde entonces.

Por alguna razón saber que la Kitsune compartía la misma casa que Kenshin me puso mal, como si me lo estuviera quitando. Sentí como mi cuerpo hervía de furia.

- ¿Te pasa algo?- me preguntó.

- No, no es nada- le respondí intentando calmarme- Debo haber tomado mucho sake, es todo.

- ¡Oh, es tardísimo!- dijo Kenshin de pronto- Mañana debo ir a trabajar y debo levantarme temprano¿quieres que te acompañe a tu casa?

La pregunta me tomó por sorpresa, pero accedí encantada (era que no) Kenshin me escoltaría a mi casa…¡Kenshin "mi sueño" Himura!

- Vamos- me preguntó

- Por supuesto….

Ya en la calle, los pensamientos sobre la cicatriz volvieron. Se enojará si le pregunto. Puede que no le guste hablar del tema, puede que sea un mal recuerdo. O tal vez no le gusta, al fin y al cabo, está en su cara y no debe sentirse cómodo con ella. Pero si le pregunto, me invitó a su ensayo, eso significa que algo de bien debo caerle¿no?

- Kenshin- comencé antes de darme cuenta de lo que estaba por hacer- ¿Puedo hacerte una pregunta indiscreta?

- Si, claro, pregunta lo que desees, Kaoru- me dijo él con gran amabilidad.

- Bueno, no pude evitar ver esa cicatriz tuya en la mejilla y he estado toda la noche preguntándome la razón de su existencia. Digo… o sea… es que, no puedo evitar mirarla y preguntarme su historia.

Aunque la mirada de Kenshin no cambió y siguió siendo muy amable, sus ojos de color indefinido parecieron ponerse aún más tristes que antes, como si el recuerdo, o el hecho de que haya descubierto su secreto, lo hayan puesto excesivamente melancólico.

- No tiene ninguna historia en especial, Kaoru- me dijo- Son accidentes tontos que no vale la pena contar.

Me sentí fatal, no sabía lo mucho que le afectaba hablar de ello. Porque definitivamente, sus palabras no coincidían con el tono de voz, algo se estaba guardando, pero yo lo iba a presionar. Tal vez, algún día, cuando se sintiera más animado me relataría lo que pasó realmente.

- Lo siento- fue todo lo que atiné a decir.

- No tienes que disculparte- me dijo otra vez con una sonrisa, como para disimular que estaba triste- Es normal que una cicatriz tan curiosa como ésta te provoque el querer saber de dónde la obtuve. Tal vez te cuente algún día, pero te decepcionarás, porque la historia no es nada del otro mundo.

- No te preocupes- le dije yo- no es de mi interés realmente, sólo me llamó la atención… Ya hemos llegado- le dije en la puerta de mi edificio y cambiando el tema- Nos vemos mañana entonces.

- Sí, no se te olvide, mañana a las 6 de la tarde, te estaré esperando.

Y antes de que pudiera reaccionar, Kenshin se acercó y me besó los labios sin mediar ningún tipo de insinuación.

- Hasta mañana, pequeña Kaoru… Pronto irás conociendo a este músico que tienes al lado.

Lo vi alejarse y aún cuando sus pasos se habían perdido en la noche, ho atinaba a nada. Kenshin, el mismo Kenshin que hasta hace unas horas no sabía quién era yo, me había besado, me había besado y yo no sabía por qué… De pronto, no sabía nada de nada.

Espero que les haya gustado el capítulo dos de esta historia, plis dejen reviews para saber si les ha gustado y qué debo mejorar en mi largo camino de escritora.

Notas de la autora #1:

Todo esto comenzó con un nickname de MSN, JAzz Affair, no sé de dónde salió, pero me gustó mucho y fue cuando tuve la idea de que Kenshin Himura dejara de la do su espada y la era Meiji para ser un actual joven músico que tocaba el saxo en una banda de jazz, el resto de la historia fue saliendo en automático. Al principio pensaba hacerlo desde el punto de vista de él, pero una fan siempre es más interesante de tratar... Es cosa de ver las películas sobre fans de Kiss o the Beatles que han pasado en el cable tantas veces. El fan es una rra avis que da para mucho y es un sueño tremendo que tu ídolo se fije en ti, así es que junté ambas fantasías y creé Jazz Affair, con un Kenshin no muy famoso que de alguna manera se siente atraíso a esta joven fan que no se piede los conciertos de su banda y que se enamora de él, al principio como ídolo, después como hombre...

Y mejor no sigo, si no les contaré el final antes de haberlo escrito y no eso no tiene gracia.

Besos,

パウリナ