Capítulo 6

Amor 101

Sesshoumaru despidió la clase y viendo su reloj, acomodó sus libros en su maletín. Rin acercó su pupitre y tomó las prácticas de la semana. Apenas salía el último estudiante cuando Sesshoumaru contaba el quinto suspiro de su pequeña preciosa. Con una sonrisa, puso el seguro en la puerta y se acercó a ella por la espalda. Rin sintió que algo muy suave acariciaba su mejilla. Cuando vio, era una rosa. Sesshoumaru le sonrió y se acercó para besarla con dulzura.

-Lo recordaste!

-Cómo no lo voy a recordar, preciosa?

Rin se puso de pie y haciéndolo quedar apoyado del escritorio, lo besó apasionadamente. Sesshoumaru se dejó llevar por aquel beso y sus manos se aventuraron más allá de su cintura y espalda. Tocó sus senos. Al notar lo que hacía, rompió el beso.

-Perdóname, Rin…

Rin, que se había sonrojado ante la acción bajó la mirada y se encontró con algo muy irregular bajo el pantalón de jeans de Sesshoumaru. Aún, más sonrojada desvió la mirada.

-Tres meses es mucho tiempo?

-A qué te refieres?

-Que si estos tres meses que hemos estado juntos es mucho tiempo?

-No te entiendo, Rin. Yo me propasé…

-Por eso…

-Hablas de hacer el amor? No, tres meses no es mucho tiempo. El tiempo perfecto es el que tú decidas…

-P-pero es que yo… nunca…

-Shh!

Sesshoumaru selló sus labios con sus dedos.

-Sabrás cuando estés lista… Ahora, lo más importante…

Sesshoumaru sustituyó sus dedos por sus labios. Mientras se besaban sentía cómo le pulsaba la piel bajo su pantalón y se volvía a preguntar cómo sería hacerle el amor. Rompieron el beso esta vez por falta de oxígeno. Sesshoumaru acarició sus mejillas.

-Me gustas mucho más cuando te sonrojas de esa manera…

Rin sólo sonrió sintiendo que no le cabía una gota más de sangre en el rostro.

-Tengo una idea. Qué tal si le dices a tus padres que vas a cenar donde Kagome, y sales conmigo?

-Me harían llevar a Juro…

-Hm! Estar contigo y Juro es mucho mejor a quedarme sólo, no crees?

-Y qué haremos si lo tengo que llevar?

-Tengo un video juego guardado en algún rincón, mientras él se divierte con eso… yo me divierto contigo…

Rin no tuvo tiempo a reaccionar, ya que Sesshoumaru la besaba apasionadamente. Varios besos más tarde, Rin le recordó que tenían poco tiempo para entregar el reporte de calificaciones. Mientras Sesshoumaru corregía los exámenes, Rin llamó a su mamá para pedirle permiso y cenar en casa de Kagome. Luego se colgó del cuello de Sesshoumaru y le llenó la mejilla de besos.

-Porqué presiento que me vas a pedir algo?

-Que me dejes ir ahora…

-Para qué?

-Voy a mi casa y me preparo y luego voy a casa de Kagome y me pasas a buscar allá. Si?

-Y qué te pondrás?

-Es una sorpresa, pero primero dime a dónde iremos.

-No lo sé… conozco un buen restaurante, pero es un poco formal… qué crees?

-Está bien, yo me visto, y tú sabrás a dónde llevarme…

Sesshoumaru no pudo hablar porque Rin lo besó como despedida y tomando sus cosas, se fue.

……………………

-Mama… mamá, estás bien?

Naru estaba recostada en el sillón de la sala.

-Mamá…

-Estoy bien hija…

-Y por qué estás así?

-Simplemente me mareé, es todo…

-Pero… quieres que me quede hoy?

-No, Rin, está bien, te puedes ir… te digo que estoy bien. Además, tu papá y yo tenemos algo pendiente esta noche y nos conviene que no estés aquí.

-Y qué hay con Juro?

-Keitaro fue a llevarlo a la casa de un amigo, se quedará a dormir… de casualidad te puedes quedar con Kagome?

-Te iba a preguntar sobre esa posibilidad…

-Está bien, no hay problemas…

Rin sonrió.

-Oye… mamá… aprovechando que estamos las dos solas… e-es… creo que tú me entenderías mejor que papá…

-Estás enamorada…

-Sí!

-Y él te corresponde?

Naru se sentó e invitó a su hija a hacer lo mismo.

-Sí, mamá…

-Te quiere?

-Tanto como yo a él…

-Entonces ya son novios… o están en eso?

-Ya somos novios…

-Ya veo… más importante aún. Te respeta?

-Sí! Ni te imaginas!

-Qué tanto? También dijiste que Jano te respetaba…

-Una vez me tocó por accidente y se disculpó de inmediato… y es dulce y educado… nada como el idiota de Jano…

-Ya veo… y porqué el no ha venido? Rin, si tienes novio, nosotros debemos saber quién es…

-Eso lo sé… pero aquí viene el problema… él es mayor que yo…

-Qué tan mayor?

-7 años…

-Tiene 25 años! Pero Rin, si es un hombre!

-Tú tenías mi edad cuando te casaste y papá te lleva 10…

-Pero las cosas son diferentes, mi amor… tú…

-No digas que soy una niña…

-Y todo así tan de repente?

-No… él esperó a que cumpliera los 18… él está dispuesto de hablar con ustedes, pero yo tengo miedo que papá no lo acepte… y yo lo amo…

Naru sonrió mientras veía a su hija. La copia exacta suya a esa edad.

-Sólo te pediré que no te precipites… tu papá… mira, tarde o temprano te dirá que no eres una niña y te pedirá que hagas el amor con él. Y cuando eso pase, quiero que escuches primero a tu corazón, si realmente lo amas, y luego a tu mente, si realmente lo merece.

-Mamá!

-Qué pasa? No me acabas de decir que no eres una niña? Si no eres una niña, eres una mujer y como mujer, tendrás que vivirlo. Acaso crees que Kagome estaría en su situación si hubieran hablado con ella? Inuyasha es apenas un año mayor, pero su familia se opuso y mira de que manera se enteraron que se veían a escondidas.

-Mamá…

-Amor, sabes que te apoyo completamente. Hablaré con tu papá. Pero tú tendrás que hablar con él después… y ese novio tuyo, tendrá que venir para conocerlo.

-Gracias!

Rin abrazó a su madre con fuerza y viendo la hora se apresuró a darse un baño. Bajaba las escaleras con un bolso en las manos al momento en que Keitaro llegaba. Guardó silencio y sonrió al ver que sus padres aún se amaban como si fueran un par de adolescentes. Naru estaba de pie, rodeada por los fuertes brazos de Keitaro y entregada a un apasionado beso. Se separaron de repente al escuchar unos pasos aproximarse.

-No me hagan caso, sigan así que ya me estoy haciendo vieja para tener hermanitos.

-Y nosotros en la edad perfecta para tener nietecitos.

-Papá!

Rin se sonrojó y Keitaro reía mientras abrazaba a su mujer por la cintura, ambos viendo de frente a Rin.

-No lo creo amor, yo abuela a los 30?

-30!

-Estoy en la década!

-Estoy bromeando, amor. Rin sabe bien cómo son las cosas, o no, preciosa? Ya no es una niña, Naru, a su edad te casaste conmigo…

-Voy a perder el tren! Adiós!

-Espera, preciosa, a dónde vas?

-A casa de Kagome.

-Yo te llevo.

Rin sonrió.

-No te molestes, sigan en lo suyo.

Naru se sonrojó.

-Rin!

-Ja ja ja! Adiós!

Rin iba camino a la estación cuando una voz conocida la llamó, giró para encontrarse con Sesshoumaru en su deportivo negro. Corrió hacia el auto y subió para saludarlo con un beso.

-Eso es lo que vestirás?

Rin vestía una blusa de mangas ¾ y unos jeans negros.

-Claro que no. Tengo mi ropa en mi bolso…

-Mi apartamento está más cerca del restaurante, prefieres ir allá?

-Está bien…

Sesshoumaru buscó la próxima esquina para doblar en U.

-Sabes qué? Estuve hablando con mi mamá… y me dijo que me apoya…

-Qué le dijiste exactamente?

-Que tengo novio, y que lo quiero… y ella me preguntó si tú me querías…

-Claro que te quiero, preciosa…

Rin sonrió y lo besó en la mejilla.

-Y le dije que tiene 25 años… sólo me faltó decirle que eres tú.

-Y qué te dijo ella?

-Que si me quieres llevar a la cama que te mande a freír espárragos.

Sesshoumaru rió a carcajadas.

-Claro que deberías mandarme a freír espárragos! Nunca nadie debería sugestionarte para nada. Olvida eso, princesa…

Rin ahogó un suspiro.

-Qué pasa?

-Así me dice mi papá.

Sesshoumaru sonrió mientras se aparcaba en su puesto de parqueo.

-Eres su princesa, pero eres mi reina…

Sesshoumaru se inclinó sobre ella y la besó. Él vestía una camisa de mangas largas de un azul grisáceo y pantalones negros. Jugaba con las llaves de su auto en sus manos cuando Rin se le acercó. Con la boca abierta, dejó que las llaves se resbalaran de sus dedos con sólo echarle un vistazo a su reina. Rin tenía un vestido negro con finos tirantes en los hombros y un marcado escote en el pecho, no muy provocativo, pero tampoco muy discreto. La seda del vestido reposaba en sus curvas, dejando bien claro que su dueña era toda una mujer. Llegaba un poco más debajo de la rodilla donde terminaba. Tenía un abierto del lado izquierdo que subía a la mitad del muslo.

-T-tu papá te deja salir vestida así?

Rin rió divertida y se acercó a Sesshoumaru.

-Mis padres no son tema de conversación, pero, ya que preguntas, éste lo compró él.

Al tenerla más de cerca se embriagó con aquel perfume que lo desquiciaba a cada segundo, su larga melena azabache suelta, con las puntas rizadas.

-Traté de aplacarlos, pero son más fuertes que yo…

-Adoro tus rizos…

Rin sonrió, Sesshoumaru tomó sus llaves de entre sus pies y se puso de pie, sólo para notar que con los tacones, la diferencia de tamaño se reducía en cantidad.

-Qué tal? No me has dicho nada…

-Deliciosa…

-Cómo?

-Ya no sé de qué tengo hambre… si de ti o de comida…

Rin volvió a reír. Sesshoumaru le extendió su brazo y la besó en la mejilla.

-Espectacular!

-Gracias, tú también!

Sesshoumaru rió. Al llegar al restaurante, Sesshoumaru entregó las llaves al valet parking y lo miró con ojos asesinos al descubrirlo ¨ echándole un vistazo ¨ a Rin. Al llegar con el maître, el hombre reconoció a Sesshoumaru de inmediato y lo guió a la mesa, más por protocolo, puesto que era el restaurante favorito del magnate. Una vez que se vieron sólos, Rin le brindó una cálida sonrisa.

-Eres famoso…

-Es el precio de ser un Youkai, aún cuando no lo quiera… es cuestión de tiempo para que los estudiantes sepan quién soy en verdad…

-Es cierto… y dime… cuál es mi número?

-No te comprendo.

-De ser este en realidad tu restaurante favorito, y ya veo que es así, cuál es mi número?

-No, preciosa, este lugar es especial, yo no traigo citas aquí, si es lo que preguntas…

Se acercó un mesero con la carta de vinos.

-En caso de que deseen algo de tomar…

-No por el momento.

-Les traigo la carta de comida?

-Sí, por favor.

Sesshoumaru volvió a centrar su atención en Rin.

-Realmente te ves hermosa!

-Gracias!

El magnetismo los traicionó haciendo que inconscientemente se fueran acercando poco a poco hasta que sus labios se unieron en un apasionado beso. Sesshoumaru en su mente, pensó en aquello sólo por dos segundos, pero luego recordó porqué precisamente era su restaurante favorito y era la privacidad que le brindaban aquellos sillones altos en forma de luna en cuarto menguante, nadie que estuviera exactamente frente a ellos, los vería. Rin sentía la mano de Sesshoumaru que acariciaba su mejilla y mentón. Al romper el beso sentía cosas que nunca había sentido con un beso. Sesshoumaru acarició sus mejillas sonrojadas, se acercó para susurrarle al oído.

-Te ves hermosa cuando te sonrojas…

Rin simplemente sonrió y se irguió un poco más al ver al mesero frente a ellos. Le hizo señas a Sesshoumaru. Ya que los dos habían ordenado pescado, Sesshoumaru ordenó una botella de vino blanco.

Después de la cena, Sesshoumaru la guió a la parte alta del restaurante, donde había un piano bar.

-Bailamos?

-Sessh…

-No me digas que no sabes bailar…

Rin sonrió y tomó su mano para ser guiada a la pista de bailes. La música era suave y el ambiente oscuro. Después de bailar varias piezas, Rin le pidió que la llevara a un lugar menos poblado.

-Una dama jamás debe verse completamente sola con un hombre.

Rin insistió pero Sesshoumaru en realidad no sabía a dónde llevarla.

-Olvidamos tu ropa en mi apartamento! Vamos por ella, recuerda que tengo que llevarte con Inuyasha.

-Todavía es temprano.

Una vez en el apartamento, Rin le pidió un poco de agua y mientras él la servía, ella salió al balcón. Cuando él estuvo con ella, la besó en la mejilla y la invitó a entrar porque la noche estaba muy fría. Tomaron asiento en la sala, mientras Rin se tomaba el agua, sentía que Sesshoumaru estaba muy nervioso.

-Sessh…

Sesshoumaru sintió que sus ojos abandonaban su rostro cuando vio a Rin inclinándose hacia él mientras que los tirantes del vestido resbalaban dejando sus hombros descubiertos. Con su mente gritando mil incoherencias y cada fibra de su cuerpo respondiendo al beso de Rin, sus manos temblorosas se movieron para devolver los tiros a su lugar antes de convertirse en una completa bestia en celo.

Pero huir no era una opción, pasaron pocos segundos antes de que él, con sus manos, volviera a remover los tirantes mientras acariciaban las zonas hasta el momento permitidas, su cuello, espalda, cintura y hombros. De repente y como por arte de magia todo lo que fuera razón y cordura quedó a un lado y sus manos se aventuraron a nuevos terrenos, rozando sus senos, ella dejó escapar un suspiro y los acarició, sintiendo por encima de la suave seda aquella piel tersa y suave que nunca antes ha sido tocada. Rin dejó escapar un gemido de placer y entonces Sesshoumaru se detuvo consciente de lo que hacía.

-Perdóname, preciosa… no era mi inten…

No pudo continuar pues sus labios fueron sellados por otro apasionado beso, ella guió sus manos temblorosas a abandonar su pelo y aventurarse por su cuello y pecho, antes de saberlo, removía los botones de su camisa con cierta dificultad. Sesshoumaru detuvo sus manos y recuperando el oxigeno luego de aquellos besos, le mostró con calma cómo debía abrir la camisa. Tenía dificultad para respirar, pero aún así logro formar una oración completa.

-Quieres ponerte más cómoda?

Rin asintió como toda respuesta. Aún entre besos, Sesshoumaru la cargó y la llevó a su habitación, con cuidado la colocó sobre la cama y se dedicó a besarla con pasión. Entre besos y caricias, decidió aventurarse a remover el vestido y lo hizo con los ojos fijos en ella. Una vez que la tela estuvo lejos de ellos, sus ojos se aventuraron por su cuerpo joven y virgen, sonrió al leer la pregunta en sus ojos.

-Eres la mujer más hermosa que jamás he visto…

-Sessh!

Sesshoumaru la besó mientras sus manos se aventuraban a tocar aquella piel blanquecina y suave como la seda. Poco a poco fue abandonando sus labios y se aventuró por su cuello y al llegar a su pecho se detuvo y lo contempló. Aquellas curvas de tamaño perfecto que se amoldaban a la palma de su mano, sus pezones rosados, respondiendo al estímulo del roce de sus dedos. Los recorrió con sus dedos mientras estudiaba su respuesta ante cada caricia.

Luego dibujó un camino con sus dedos desde sus senos hasta su vientre y posando su mano allí, completamente abierta, se aventuró a probar su piel. Sintió como todo su cuerpo respondía y se estremecía ante semejante caricia. Jugaba con sus pezones en su boca y la sentía retorcerse de placer mientras se aferraba a las sábanas o a su pelo, el silencio fue roto cuando ella gritó su nombre.

-Sesshoumaru!

Abandonando su placer, Sesshoumaru la besó en la mejilla y la vio a los ojos.

-Pasa algo, preciosa?

Incapaz de hablar, Rin sólo negó con la cabeza.

-Te sientes incómoda, quieres que me detenga?

-No… sólo… recuerda ser gentil…

-Tendré todo el cuidado que se tiene al cortar una rosa. Sólo me dices si hago algo que no te guste, sí?

Rin asintió. Sesshoumaru sonrió y acarició sus mejillas coloradas.

-Eres hermosa, Rin…

Entregándose nuevamente a sus besos y caricias, Sesshoumaru volvió a emigrar con sus besos hasta su pecho y descubrió un pequeño lunar en el vientre, justo debajo del seno derecho, lo besó.

-Con este beso proclamo que Rin Ikegami será mía por siempre!

Ambos rieron.

-No es así?

-Hasta que deje de existir…

Sesshoumaru comprendió que las risas la habían relajado un poco y es que había reinado un ambiente un tanto serio.

-Ya te dije que eres hermosa?

-Como 10 veces…

-Quiero decírtelo un millón de veces! Eres hermosa!

Continuó con los besos hasta que llegó a su bikini y se sorprendió por lo que vio, que ciertamente no notó antes. Rin tenía un parche. La vio a los ojos un poco desubicado. La atracción entre ellos era tal que todo quedó en segundo plano excepto las ganas de amarse. Rin pasó sus manos por el amplio torso de su novio, notó una marca parecida a una luna en cuarto menguante y continuó por su abdomen notando lo anatómicamente correcto que era. Al llegar a su pantalón él la detuvo.

-Con calma, preciosa…

Deslizó su mano por encima del interior y la sintió temblar, la acarició por encima de la tela mientras la besaba apasionadamente. Así mismo buscó su piel y sonrió al sentirla húmeda y caliente. Rin rompió el beso.

-Están fríos!

-No te preocupes, preciosa… pronto se calentarán…

Volvió a besarla mientras movía sus dedos. Se deshizo del bikini que ya se había vuelto una molestia y con extremo cuidado deslizó sus dedos dentro de ella.

-AH!

-Shh… estás bien?

-Sí…

-Estás lista?

-Mmhhhmm…

Sesshoumaru comenzó con un movimiento lento, buscando que ella se acostumbrara a sentirlo en su interior, a la vez, la besaba. Desvió sus besos desde su boca a su cuello y nuevamente a sus senos. Ella se aferraba a las sábanas, a su pelo, no sabía que hacer hasta que finalmente arqueó la espalda dejando escapar un grito ahogado por sus propias manos en su boca. Sesshoumaru bajó la intensidad de aquella caricia, hasta detenerse y sacar sus dedos de ella. Se llevó los dedos a la boca y probó aquel dulce néctar que los cubría. Rin, al verlo, sintió que el rostro le iba a estallar por la vergüenza. Sesshoumaru leyó su mirada y la besó apasionadamente.

-No tienes ninguna razón para avergonzarte. Eres una mujer vibrante y excitante.

Una vez que el cuerpo de Rin se calmara después de aquella marejada de placer, Sesshoumaru volvió a acariciar todo su cuerpo, deshaciéndose ahora de la última prenda que lo cubría, su ropa interior.

-(Kami! Se supone que sea tan grande! Y eso va a caber?)

Sesshoumaru sonrió al ver su expresión y con lentitud se colocó sobre ella, con la punta de su miembro rozando su intimidad.

-Estás lista?

-Mmhhhmm…

Fue toda respuesta que Rin pudo dar. Con calma, Sesshoumaru separó sus piernas un poco más y la besó apasionadamente mientras se introducía en ella con lentitud, al sentir cómo desgarraba su piel, Rin rompió el beso, apretando los dientes hasta que Sesshoumaru estuvo por completo dentro de ella. Las lágrimas habían abandonado sus ojos. Él las besó para que murieran en sus labios.

-Rin, abre los ojos.

-No…

-Preciosa, abre los ojos…

Rin los abrió y Sesshoumaru sonrió.

-Estás bien?

-Sí… eso creo…

-Si te molesta me lo dices… ahora te dolerá un poco…

Rin asintió y Sesshoumaru la besó mientras descargaba su peso sobre ella. Tal y como él le había dicho, sentía dolor, pero era un dolor cada vez menor, y sus quejidos fueron disminuyendo para ser reemplazados por gritos de placer. Una vez que ella se hubo olvidado de que existió aquel dolor, Sesshoumaru disminuyó sus movimientos, pidiéndole que lo viera a los ojos.

-No puedo…

-Tengo algo que decirte…

Como pudo, Rin abrió los ojos y fijó su mirada esmeralda en la ambarina que la devoraba a cada segundo. Se mordió los labios, Sesshoumaru no se había detenido, simplemente iba más lento.

-Rin… Te amo…

-Sessh…

-Te amo, Rin…

-Te amo, Sessh… Ah!

Rin sentía que el corazón le iba a estallar, no solamente estaba haciendo el amor con el hombre que amaba, sino que él la amaba también. Sesshoumaru aumentó la intensidad de sus penetraciones mientras ella se aferraba a él con lo que podía, se aferraba a su espalda con sus uñas y rodeaba su cintura con sus piernas. En medio de aquella nebulosa de pasión, Sesshoumaru recordó que había olvidado protegerse. Sabía que el clímax de Rin era inminente, pero al parecer el suyo también. Una vez que ella lo alcanzó, trató de salir de ella, pero ella no se lo permitió, cerrando el abrazo con sus brazos y piernas.

-Rin!

Las contracciones de Rin a su alrededor y al sentir cómo ella lo apretaba en su interior, lo hicieron perder la batalla, dejando que su cremosa esencia corriera libre dentro de ella.

-RIN!

Su cuerpo colapsó sobre el de ella mientras el placer se desplazaba por todo su cuerpo para finalmente asentarse por etapas. La besó apasionadamente mientras abandonaba su cálido interior y la rodeaba con sus brazos, brindándole, calor y refugio. Acarició sus mejillas con un color rosa que parecía renuente a abandonar y la besó sonriendo. Ella puso una mano en su pecho y se separó lo suficiente como para verlo a los ojos.

-Sessh… tú… de verdad…

-Te amo, Rin…

Rin sonrió a un punto en que sus ojos se cerraron y se aferró con fuerza al pecho de su novio.

-Yo también te amo, Sessh…

Se besaron larga y apasionadamente, hasta que fueron interrumpidos por el sonido del celular de Sesshoumaru, maldiciendo y dispuesto a ladrarle al que fuera que llamaba, lo alcanzó, era Inuyasha y eso lo enfureció aún más.

-Qué quieres?

-Sabes la hora que es? Dónde está Rin?

-Está conmigo y se va a quedar aquí.

-Pudiste llamar, idiota.

-Vete a dormir con tu mujer, y déjame hacer lo mismo con la mía, la llevaré en la mañana.

Inuyasha se echó una risita ahogada y cortó la llamada. Sesshoumaru apagó y lo lanzó sin importarle cómo o dónde cayera. Volvió a concentrarse en Rin que lo miraba con los ojos cristalinos.

-Qué pasa, preciosa?

-S-soy tu mujer…

-Claro que sí, desde hoy, eres mía para siempre!

Rin se entregó a sus besos y caricias. Sesshoumaru bajó sus manos hasta su cintura y sintió la pequeña pieza plástica.

-Rin…

-Sí?

-De dónde sacaste esto?

-Tomé unos cuantos de los de mi mamá…

-Sabes que eso no funciona el primar día?

-Este no es el primero.

-Desde cuándo los usas?

-Quince días…

-Rin, sabes que no es obligatorio que hagamos el amor, verdad?

-Lo sé. Pero el hecho de que quiera hacerlo contigo o que sea mi primera vez, no quiere decir que vaya a cometer una estupidez. Ya bastantes ejemplos de irresponsabilidad me rodean.

-De qué hablas?

-Yo soy uno. Mi mamá estaba embarazada cuando ellos se casaron… acaso te molesta el que haya pensado en eso?

-No… para nada… es sólo que me sorprendí… no lo esperaba, es todo…

Sesshoumaru la besó con cariño.

-Ahora resulta que mi novia, aparte de bella es tan inteligente que realmente piensa en todo…

Sesshoumaru renunció a uno de sus besos para incorporarse y tomar una cajita cuadrada de su mesa de noche.

-Amor… esto es para ti.

-Qué es?

Sosteniendo la sábana contra su pecho con una mano, se incorporó junto a él. Sesshoumaru abrió la cajita, en su interior había una fina cadena de oro con un pequeño dije en forma de corazón.

-Es hermoso, mi amor!

-Sé que es algo tarde, pero… feliz cumpleaños…

-Qué?

-Lo había comprado para tu cumpleaños, pero pensé que era demasiado pronto…

-Gracias!

Rin lo besó apasionadamente agradeciéndole tal detalle.

-Es un relicario, ábrelo.

-Pero es muy pequeño para insertarle fotos…

Al abrirlo, Rin dejó la cadena en manos de Sesshoumaru y se tapó la boca con ambas manos. El relicario estaba grabado en su interior. En una cara decía: "Rin to Sesshoumaru" y en la otra se leía: "Eien ni isshou¨. Todo escrito en kanjis de manera que cabía perfectamente. "Rin y Sesshoumaru, juntos por siempre".

-E-es…

-Perfecto…

Sesshoumaru deslizó sus manos por su cuello y bajo la densa melena azabache para colocar la cadena en su lugar. La besó con cariño y dulzura mientras ella salía de su estado de shock. Se refugió en su pecho.

-Gracias… en verdad es perfecto…

Esto daba paso a una nueva realidad, el amor se respiraba entre ellos dos. Sesshoumaru la abrazaba llenándole la cabeza de besitos. Ella levantó la mirada para encontrarse con sus labios que le brindaban amor y calor. Se entregó a sus caricias y besos y nuevamente a hacer el amor. Volvió a sentir dolor, pero menos intenso y por menos tiempo.

………………………

Sesshoumaru despertó y sonrió al ver a su pequeña preciosa refugiada en su pecho y durmiendo plácidamente, ahogó la risa al recordar cómo imaginaba que sería hacer el amor con Rin y recordar cómo era en realidad. Rin despertó al sentirlo moverse.

-Buenos días, amor…

A Rin le tomó 2 segundos recordar todo lo que había hecho la noche anterior y las veces que se había entregado a Sesshoumaru. Con su rostro cubierto por un profundo escarlata, musitó un buenos días.

-Buenos días…

Sesshoumaru sonrió mientras deslizaba un dedo desde su mejilla, por su cuello, brazo, cintura y hasta su cadera, posando su mano allí.

-Qué piensas de tomar un baño y luego vamos a desayunar?

Rin sonrió.

-Me gusta estar así… Eres tan fuerte!

-Y tú, eres hermosa.

-Gracias, mi amor… de qué te reías?

-De mi poca imaginación.

-Ah?

-Eres mucho mejor de lo que jamás imaginé…

Rin sonrió. Sesshoumaru se colocó sobre ella y volvió a devorarla con sus besos. Esta vez Rin se aventuró a hacer algo más que dejarlo que le hiciera el amor y lo hizo sentarse en la cama, para luego ella sentarse sobre él.

-Amor, así se te dolerá…

-Está bien…

Sesshoumaru la dejó acomodarse con una sonrisa en sus labios.

-Vi esto en una película y me dio curiosidad.

Al momento en que él estuvo dentro de ella por completo, arqueó su espalda dejando escapar un gemido. Él la abrazó con fuerza y le susurró al oído.

-Estás bien, preciosa?

-Sí… eso creo… sólo… espera…

Sesshoumaru sonrió y la llenó de besos mientras ella se acostumbraba a sentirlo por completo. Pocos minutos después Rin comenzó con un movimiento lento que la hacía gritar extasiada de placer. Él se deleitaba con sus senos que así quedaban a la altura perfecta y él saboreaba su piel con toda libertad. Sesshoumaru puso sus manos en su cadera y la hizo moverse con más energía de manera que él también disfrutara a plenitud de aquello. Los gritos de Rin le indicaban que estaba llegando al clímax, se aferraba a él con fuerzas mientras entre suspiros y gemidos decía su nombre a medias. Se aferró a su espalda con tantas fuerzas que lo rasguño a lo que él respondió con algo parecido a un rugido mientras liberaba su esencia dentro de ella. Se quedaron abrazados como uno mientras el placer se asentaba en sus cuerpos.

Una vez que estuvieron calmados y que su respiración había vuelto a la normalidad, Sesshoumaru se levantó y preparó el baño. Apenas terminaba de cerrar la llave cuando Rin estuvo parada frente a él, completamente desnuda.

-Tengo frío.

Sesshoumaru sonrió y notó que el lunar estaba a simple vista. La acercó en un abrazo y besó el lunar.

-Dime algo, preciosa. Usas trajes de baño de dos piezas?

-Sólo tengo un par, no los uso mucho.

-Y el lunar se ve cuando lo usas?

-No que recuerde…

Sesshoumaru la ayudó a entrar en el agua y deshaciéndose de su yukata, la acompañó, rodeándola con sus brazos mientras se dedicaba a mordisquear su cuello.

-Sessh, no hagas eso! Si me ven una marca…

-Muy tarde…

-Qué!

-Estoy bromeando, preciosa, claro que no te haré ninguna marca…

Rin se acomodó de frente a él y tomó el jabón.

………………………

Rin ya se había vestido y terminaba de secarse el pelo con la toalla cuando Sesshoumaru la abrazó por la espalda y la besó en la mejilla.

-Kagome nos invitó a desayunar en su casa…

-Genial…

Rin recogió sus cosas y se dispuso a arreglar la cama.

-Deja eso, yo lo arreglo cuando vuelva…

-Claro que no!

Rin tomó la sábana y la haló, sólo para descubrir que la sábana del cubre colchón estaba manchada de sangre, su rostro se tiñó de un profundo carmín. Sesshoumaru la abrazó y la besó en la mejilla.

-Te dije que dejaras eso.

-Perdón…

-Por qué?

-Mira cómo dejé tus sábanas!

-Eso no importa, amor… eso me hace feliz…

-Cómo?

-Claro que estoy feliz. Soy el primer y espero ser el único hombre en tu vida.

Rin sonrió y giró aún entre sus brazos.

-Hablas en serio? Mi amor?

Sesshoumaru sonrió mientras asentía. Rin dio un grito y se aferró a su cuello mientras lo llenaba de besos.

……………………

Subieron los 15 pisos hasta el apartamento de Inuyasha y Kagome abrazados y en un beso eterno. Al escuchar el timbre anunciar el piso, se separaron mientras esperaban con una sonrisa cómplice en sus labios. Sesshoumaru decidió robarle un último beso justo en el momento en que se abrían las puertas. Inuyasha esperaba el ascensor y no pudo evitar reír al ver la escena. Tanto Sesshoumaru como Rin rieron aún abrazados y salieron del ascensor. En la sala estaba Kagome con los bebés en sus cargadores.

-Iré por leche, ya vengo…

Rin cargó a Akina mientras Sesshoumaru tomaba asiento después de haber saludado a su cuñada.

-Etto… podrían quedarse con los niños unos minutos? Es que Yusuke me ha tirado la leche encima…

-Ve con calma…

Kagome sonrió y los dejó solos. Sesshoumaru se sentó al lado de Rin y la besó en la mejilla mientras ella hacía que Akina riera.

-Mi amor, quiero una fotografía tuya de cuando eras bebé.

-Tienes a una ahora mismo. Es verdad lo que decía Kagome. Akina se parece mucho a mí.

-Ah! Tendrás unos bebés preciosos!

-(Sólo si son nuestros…)

Sesshoumaru sonrió y acarició las mejillas de su sobrina.

-Te pareces mucho a Kagome…

-Mhhm! A mi abuelita, en verdad, las dos nos parecemos a ella…

-Sí?

En ese momento Yusuke comenzó a llorar y Sesshoumaru lo tomó en brazos. Kagome ya se había cambiado, pero al verlos, decidió dejarlos solos unos minutos más. Cada uno tenía a uno de sus bebés en brazos y se besaban apasionadamente. Kagome sintió que así ella se veía con Inuyasha.

………………..

N/A:Como siempre no me queda más que agradecer a mis fieles lectora/es. No saben cuánto me gustan sus reviews.

Recuerden que estos ayudan a que Mushu (mi inspiración) se quede a mi lado, y tambien a mejorar poco a poco.

Besitos a toda/os, la/os adoro.

Mizuho