Capitulo 1.
Un chico caminaba por una calle vacía de Francia…
Hacia tan solo un año que había vencido al mago mas tenebroso de los últimos tiempos y había decidido dejar todo, su vida, amigos, todo.
Fue muy duro para el dejar atrás su pasado… pero estaba decidido, no iba a volver nunca más donde paso de los mejores años de su vida.
Sus amigos lo apoyaron en todo, inclusive en
terminar con la vida de Voldemort…
Lo que la no sabia es que por una noticia su decisión daría una vuelta de 360 grados.
Cuando llego a su casa del antes nombrado país vio que su lechuza Hedwig parada en la ventana con una carta atada en su pequeña patita.
La carta era de su amigo Ronald Weasley, su mejor amigo. La carta incluía lo que parecía un recorte de periódico.
Ataque a muggles.
Esta noche se ha confirmado la muerte de unos 20 muggles en la parte centro de Londres.
Al parecer unas personas con capuchas entraron en una casa donde se estaba celebrando una fiesta.
La sociedad mágica esta confundida, luego de la muerte del Innombrable, no se ha producido ni desapariciones ni muertes extrañas y todos los mortífagos encontrados fueron mandados a Azkaban.
Se ruega, de saber más información, comunicar lo antes posible.
Harry:
¿Qué te parece la noticia? Es medio raro que luego de haber vencido al Innombrable sucedan extraños ataques, verdad?
Sabes perfectamente que yo te apoyo en tu decisión de dejar todo atrás, pero me parece conveniente que vengas…
Ron.
A Harry Potter le llamo mucho la atención la noticia… si todos los mortífagos habian sido mandados a Azkaban o eliminados…
Hace unos momentos estaba mas que decidido a no volver mas a Londres… pero ahora ya no sabia que hacer.
En la mañana, en un departamento situado en Francia, un chico estaba tomando un desayuno. Desde que recibió su carta no había dejado de pensar…
Hacía dos años había vencido a Voldemort… y ese sentimiento de asesino estaba en su mente. No había día en el que pensaba como fue.
Desde su partida, siempre se carteaba con Ron, Hermione y Ginny, la cual había sido fundamental en el derrote del mago tenebroso.
Los extrañaba a todos, a los Weasleys, a Hogwarts, a Hermione, a Dumbledore, que había muerto en sexto a manos del Innombrable.
Desde la muerte de Sirius, Harry tuvo apoyo de todos los que lo rodeaban. Pero en el todavía estaba el sentimiento de culpabilidad… si no hubiese ido, capaz las cosas hubiesen sido diferentes.
Mientras pensaba eso, una lechuza se posó en su ventana. La lechuza era conocida por el, era de Ginny. Se la habían regalado sus padres cuando la hicieron prefecta en su quinto año.
Luego de dudar, la agarro.
Queridísimo Harry:
Ron me contó que te mando una carta diciendo lo del profeta.
Yo estoy de acuerdo con el, aunque te apoye para olvidar tu pasado, me parece mejor que volvieras. Todos te extrañamos, y aunque me cueste decirlo, yo te extraño mucho.
En serio Harry, hay cicatrices que quedan marcadas en el cuerpo, pero en la memoria se borran.
Te quiere mucho,
Ginny.
Harry Potter se quedo pensando. De pronto recordó cuando se le había declarado Ginny.
Era una hermosa mañana en Hogwarts, en su sexto curso…
-----flash back-----
Estaban los dos charlando animadamente en la sala común cuando ella de repente puso cara seria.
-Harry… tengo que decirte algo –Dijo ella.
-Si, dime.
-Bueno… Sabes que antes a mi me gustabas, pero en cuarto me empezaron a gustar otros chicos, como Michael o Dean. Pero… ahora me di cuenta que todavía sigo enamorada de ti, y que no te puedo sacar de mi cabeza por mas que intente. En estos últimos dos años nos hicimos muy buenos amigos, por eso te cuento esto para que no hayan secretos, no quiero que nuestra amistad se termine por esto.
-Gin… La verdad es que tú también me empezaste a gustar, pero no tenía el coraje suficiente para decírtelo. Pero… ahora… bueno…yo… ¿Quieres ser mi novia?
En vez de responderle con palabras, Ginny se lanzo a el y le dio un apasionado beso…
-----flash back off-----
Hasta antes de su partida, Ginny y Harry habían sido novios. Por así decir, todavía no habían terminado.
Y ahora, luego de la carta de Ginny, Harry todavía dudaba de seguir viviendo en Francia.
