Vueltas, vueltas, más vueltas. ¿Cuántas vueltas harían hasta llegar con el ministro de magia?
Entre los nervios de Ron y las vueltas que daban, Harry estaba que no podía más.
Hasta que por fin.
Se detuvieron frente a una puerta que decía:

Oficina del ministro de magia.

Tocaron la puerta.

-Pase- se escuchó

Una secretaria los miró, sobretodo a Harry, y habló.
-¿Qué desean?
-Necesitamos hablarle al ministro-decía Ron apurado.
-Lo siento, pero en este mismo instante esta hablando con un colega.
-Perdóneme, no me importa. Tengo que comunicarle una cosa muy importante.
-Mire, en dos horas terminará, si es tan amable de bajar el tono, calmarse y esperar…
-¡NO ME IMPORTA QUE ESTE EN UNA REUNION! ES UNA COSA U-R-G-E-N-T-E.
-Ron… cálmate…-decía Harry tratando de calmarlo.
-No, Harry, no… ¿Cómo puedes decir eso?-dijo pareciendo calmarse perdiendo el color rojo que había tomado su cara, sin embargo parecía- QUE TRANQUILO ESTÁS… ¿O SERA QUE TU PLANEASTE ESTO PARA DESAPARECER A MI HERMANA?
-¡Por Dios, Ron¿Cómo se te puede si quiera ocurrir eso¿A mi? Sabes que amo a tu hermana con todo el corazón!
-SI ELLA NO ESTUBIESE CONTIGO, NADA DE ESTO PASARIA, LO SABES BIEN… TODO POR QUE ELLA SE FIJO EN TI… ¿SABES QUE? TENDRIA QUE HABERLE ECHO CASO A PERCY Y CORTAR MIS LASOS CONTIGO! POR TU CULPA A MI HERMANA CASI LA SECUESTRA DRACO MALFOY EN EL MEDIO DE LA CALLE! TE JURO, LE LLEGA A PASAR ALGO, Y RUEGA POR TU VIDA…-ante todo esto, Harry se quedó mudo…no sabía que decir, de pronto descubrió que Ron tenía razón, que todo era culpa de el, que siempre que tiene a alguien le termina pasando algo… nunca jamás volvería a estar con alguien ni hacerse amigos, jamás.

Después de aquel segundo en el que pensó todo eso, atinó a darse vuelta e irse por la puerta donde por hace un rato había ingresado a la oficina del ministro de magia.

¿Cómo se atrevía a decirle eso?
¿Cómo?
Su mejor amigo… ¿Cómo una persona podía contener tanta rabia en su interior?
No… no podía creerlo… mas bien no quería.

De repente le vinieron imágenes del día que lo conoció en la estación 9 ¾ para ir a Hogwarts.
Tanto tiempo… ya casi 10 años.

------------------------------------------perspectiva de Ron-
(No habla en primera persona, sino que en tercera, pero es como desde adentro)
Un chico pelirrojo con seis hermanos mejor amigo de Harry Potter una madre simpatiquísima y un padre adorable e interesadísimo en los objetos muggles (desde su punto de vista, obvio, para su esposa es una afición demasiado rara)
Su hermana estaba de novia con Harry Potter.
Esta casado con la sabelotodo mas hermosa de Hogwarts, Hermione Granger, y con un bebe en camino.
Sin embargo estaba celoso de su mejor amigo.
¿Cómo no estarlo? Si cuando iban juntos lo veían al niño que vivió, el niño que lo mató pero al, si lo veían, de lejos. Lo veían como el mejor amigo del héroe que los desato del mal. Siempre fue así.

Sin embargo… trataba de ocultarlo. Pero hay veces que una persona explota, y eso le pasó a el.
Y ahora… ponía en peligro a su hermanita, la única chica de siete hermanos.
¿Era apropósito? Además de que nadie le preste atención¿Ahora le sacaba a su hermanita?
La verdad… el famosísimo niño que vivió podía irse a la reverendísima mierda.

--------------------------------------------De Harry---------------------------------------------------

¿Cómo podía creer que mandaba a secuestrar a su hermana Ginny, el amor de su vida?

El no tenia la culpa de lo que le pasara… osea… no tenía la culpa de ser famoso por una profecía que decía que Voldemort lo iba a matar. Tampoco tenía la culpa de que la gente lo conozca por que el mismo mago tenebroso haya asesinado a sus padres¿O si?
Capaz… si no hubiera nacido, miles de personas seguirían con vida, entre ellas sus padres y Sirius.
Bueno, no hay vuelta atrás, pero siempre uno se puede arrepentir de las cosas¿No?
Genial, con todos los problemas que tiene ahora, entre ellos la fuga de Azkaban de los mortífagos comandada por su mayor enemigo de Hogwarts y ahora fuera del colegio, Draco Malfoy, ahora venía al que creía su mejor amigo, le viene a echar la culpa que el rubiecito haya tratado de secuestrar a su hermana por su culpa.
Capaz… capaz en parte era.
Si en verdad la ama, debería no poner en riesgo la vida de la muchacha.
Con tal de que ella este bien, el lo va a estar también.

Todo esto lo pensaba camino a su departamento, pero se dio cuenta de algo.
¿Para que caminar, si se puede aparecer?
Con un PLOP apareció en su casa.
Allí estaba Ginny.
-Hola amor- dijo la muchacha con un beso.
-Hola- dijo secamente.
-¿Pasa algo?-dijo con extrañeza la chica.
-Gin… creo… creo que necesitamos un tiempo.
-¿Un tiempo para que?
-Para nosotros… no puedo estar con el sentimiento de incertidumbre en cima todo el tiempo-tomó aire- miedo a que vuelva otra vez ese asqueroso Malfoy a tratar de llevarte de mi lado. Es por tu seguridad, cariño -No entiendo… ¿Me estás dejando por que piensas que Malfoy me va a hacer algo?-A la chica ya le estaba a punto de llegar la histeria.
-Gin, amor, escúchame, no te pongas nerviosa antes de tiempo. Es por tu seguridad. Prefiero que me pase algo a mí que a ti¿Comprendes?
-¿Piensas que soy una debilucha que no sabe defenderse?
-Yo no dije eso, ni lo diría jamás. Lo que quiero decir, es que primero quiero terminar con el, que no te persiga mas, que puedas y podamos estar todos seguros, sin miedo a que Malfoy trate de hacerte daño, a ti ni a nadie. No me quiero hacer el héroe ni nada, pero sigo la verdad. Y la verdad es que tu estas ante todo.
-¿En serio me dices que estoy ante todo?
-Muy en serio. Ahora¿Comprendes por que necesito que nos tomemos un tiempo?
-Si. ¿Puedo, aunque sea, darnos un beso de despedida?
-Si, puedes.
Y al darse el último beso hasta un tiempo, Harry dijo:
-Frente a todos, y a espaldas de todos, terminamos, pero cuando termine todo esto, seguimos ¿Bien?
-Perfecto.

Y con una sonrisa, Ginny Weasley, desapareció de la vista de Harry Potter, que de una sonrisa, pasó a una cara de amargura increíble.

Pasaron dos semanas.
En esas dos semanas pasaron algunas cosas:

Ron y Harry no se hablaban, El pelirrojo había tratado de hablarle un par de veces, pero el pelinegro no lo tomó en cuenta. Todos se dieron cuenta de la pelea, sin embargo nadie sabía a ciencia cierta lo que había pasado. Sin embargo, Ginny tenía una sospecha, la sospecha era exactamente lo que había pasado (y si se enteraba que era eso, le iba a echar una bronca terrible a su hermano) pero primero quería estar segura para no cometer más errores.

Todos también se habían enterado que harry y ginny habían cortado, pero habían quedado como amigos, pero nadie quería hablar de eso ya que tampoco sabían todos bien por que habían terminado, sin embargo esta noticia fue un alivio para ron, que desde su enfado con Harry quería que esos dos terminaran, es mas, quería no volver a verlo nunca mas, pero al ser amigo de su esposa y casi como de la familia de su familia (el, en carne propia, ya no era mas nada de ese chico que se creía el salvador del mundo, aunque lo fuera) Era exagerado y muy, lo sabía, pero bueno…

El embarazo de Hermione iba a ya dos meces y la chica estaba cada día mas hermosa y risueña.

Había sido el cumpleaños de Harry. La fiesta se había llevado a cabo en La Madriguera junto a toda la familia Weasley.

Entre el chico y su "ex" no pasó nada, mas que risas y charla.
Y con Ron… bueno Ron se dignó a decirle dos frases. Dos secos:
-Feliz cumpleaños.
Y –Adiós.

Se llevó una buena reprimenda por parte de Hermione, la única que estaba al tanto.
Se lo contó Harry, al parecer su esposo no se había atrevido a decirle nada para no provocarle un disgusto a el y uno a su esposa.
Sin embargo la chica lo único a lo que atino a hacer fue a asentir a todo lo que decía Harry y quedarse pensativa. Ahora, si después la chica le echaba la bronca a su marido, cosa de Harry no era. Hermione era su mejor amiga y punto, no tenía nada que esconderle.

Así pasaron las dos semanas en la vida de Harry Potter.

Ese día le entregaron el diploma de Auror, al aprobar todos los exámenes definitivos.
Ron también había aprobado, por supuesto.

Harry se sentía seguro. Si un día se enfrentaba con Malfoy, le iba a ganar. Sabía todo lo que necesitaba y más.

Ese hurón no le iba a hacer nada a SU Ginny y si le hacía, lo iba a lamentar.

Estaba el en su departamento cómodamente viendo la televisión cuando entro un búho que llevaba una carta. Esta decía así:

PoTtEr TeN cUIdaDO COn tu NOvieCitA GinnY.

Ni había que pensar de quien podía llegar a ser.
Ese infeliz se las iba a pagar una por una, como que le tocaba un pelo a su chica…

Luego de cenar, se fue a dormir.
Esa noche tuvo un sueño extrañísimo. Pero, conociéndose, era normal en el mismo.
Su sueño era así:
Estaba el caminando. No veía nada por la niebla que lo rodeaba. Solo veía eso, niebla y todo oscuro.
De pronto, una figura apareció. No la definía bien.
Era… no, no podía ser. Pero parecía el.
-Harry… cuida a Ginny y a todos. Malfoy… Malfoy tratará de quitártela. Si la amas de verdad cuídala, pero no te separes de ella… Por nada del mundo te separes de ella ni un instante, confía en mi, Harry-Esa voz… esa voz era del mismísimo Albus Dumbledore, su director de Hogwarts hasta su séptimo e último año, de mas que terminó el colegio el chico, Dumbledore murió a causa de Voldemort- Harry… Draco tiene un arma… un arma que tu no tienes… la arma es el poder de no sentir amor por nadie… por lo cual no se va a apiadar de Ginny ni de nadie, cuídala.

Despertó todo sudoroso, con cada imagen de su sueño aún en su cabeza que contenía la cicatriz hecha por la persona que murió a manos de ese mismo chico, la persona que le arrebató personas muy importantes de su vida, la misma persona que asesinó a su padre, a su padre muggle.
Esa persona que contenía dentro de él nada más que odio, un odio inmenso. Ese mago tenebroso a la que la gente aún temía decir su nombre, si volvió una vez¿Por qué no otra? Decían algunos, pero el ya falleció, hace mas o menos tres años ya. Y, al parecer, tenía un sucesor.
Draco Malfoy, enemigo de Hogwarts. Un tipo lo suficiente cobarde como para llevarse a alguien que Harry Potter estima muchísimo. ¿Y solo para que? Por venganza. ¿Por venganza de que? De destruir a su señor, a su amo, a la persona que le juró ser fiel a la edad de 17 años. Además gracias a el, su padre, la persona que el chico rubio pensaba seguir sus pasos, murió gracias a Potter. ¿Por qué tanta fidelidad a ese ser que Harry destruyó? Para acabar con Potter, con su enemigo.
Y también a sus amigos¿Cómo no? A ese traidor de la sangre Ron Weasley… esa persona le daba asco. Y después la Sangre Sucia Hermione Granger… Granger la sabelotodo de Hogwarts, mil veces mejor que el en clases, y eso un Malfoy jamás lo va a perdonar. Esa hija de muggles que no merecía estar en el colegio de magia y hechicería. Después estaba su novia, la hermana de Ron, Ginny… esa chica era hermosa. Lo lamentable era a la familia que pertenecía, y novia de quien era. Oh si, novia del mismísimo Potter. Su punto débil. Si raptaba a los tres juntos… un sufrimiento enorme para el chico de gafas. No se contentaba con solo uno, y, si además, el hijo que pronto tendrían el traidor de la sangre y la sangre sucia también era secuestrado… plan perfecto. Harry arriesgaría todo por sus amigos.
Todo el plan tardaría unos seis meces, cuando el bebe nazca.
En seis meces, la felicidad de Harry Potter se iría de pique.´

Este era el pensamiento de Draco Malfoy, a Harry ni se le cruzó.
El ya sabía a la perfección, mejor que nadie, a cerrar su mente antes de dormirse, aún estando que no podía más. Y todas las noches la cerraba. Y esa estaba incluida.
Magia de los de arriba´, pensó el.

Ya no se podía dormir. Miró la hora. En cuatro horas tenía que ir a trabajar en su primer día como auror.
Se levantó, se duchó, desayunó y se preparó, con eso completo el suficiente tiempo como para llegar puntual a su trabajo.

Se apareció en el ministerio. Se fue directo a la sala del jefe de aurores, Alan McNah. Un hombre corpulento pero simpático.

-Hola Potter, buenos días- el chico sonrió- necesito que vayas con Weasley a el Callejón Diagon, al parecer Malfoy dio una vuelta el otro día por allí. ¿Bien?
-Si señor.
-Muy bien, debes esperar a Weasley que aún no ha llegado. Adiós y suerte.
-Gracias, adiós.

Salió hasta el pasillo a esperar a Ron. Sinceramente, no tenía ni una pizca de ganas de verlo.
Luego de un momento, vio una cabellera roja aproximándose a el.

-Weasley, me pidió McNah que vayamos al Callejón Diagon a investigar unas cosas sobre Malfoy, parece que el otro día estuvo paseando por ahí-dijo el chico -¿Por polvos flu o apareciéndonos?
-Lamentablemente, por polvos flu.

Fueron hasta una de las chimeneas disponibles y fueron al Callejón.

Un día agotador. Fueron de punta a punta preguntando a todos.
Lo único que consiguieron fue que Malfoy había ido a comprar túnicas. Nada más.

Lo mas raro fue que no salió la información en El Profeta, por que según Alan, había pasado hace un par de días.

Lo que menos importaba ahora era eso.
Ron y el no se dirigieron palabras en todo el día excepto a la mañana, diciendo ¿A dónde vamos? O "por ahí" y un adiós.

¿Cómo podía ser tan infantil¿O acaso no se había dado cuenta que se había equivocado al juzgar mal a Harry?