Camus fue al baño y trató de recuperar la compostura. Le encantaba su trabajo, aunque en ocasiones tuviera que oir relatos espantosos como el que acababa de escuchar. Además se identificaba con el joven de cabellos azules: Sabia lo que era que una gente malvada y brutal destruyera su vida.
Se miró al espejo. Tenia el trostro vivaz e interesante, la boca generosa y sensible y ojos azules de mirada inteligente. Pero su actitud era distante. Comprendia que dicha actitud era parte de la coraza protectora que habia adotado desde la muerte de su madre.
Tenía muchos conocidos, una vida social que giraba en torno al gimnasio y a sus salidas a cenar con su excompañeras de la Universidad, pero tenia pocos amigos de verdad. A sus casi veintiun años, no tenia ataduras con nadie, ni estaba enamorado.
Conocía a Milo Ryan desde la infancia, cuando el vivia frente a su casa y se saludaban de vez en cuando. Ël era un poco menor por meses que el y siempre le habia gustado. Desde que eran adolecentes sus caminos no habian vuelto a cruzarse hasta ese día, hacia tres años, cuando el era todavia estudiante de derecho y Milo formaba parte de un grupo de detectives del Departamento de Pilicia de Nueva York que fue a la facultad de leyes de la universidad de Columbia a ofreer una conferencia sobre procedimientos policiales. Despues fuerón a tomar un café y el se enteró que Milo estaba divorciado en medio de un amargo pleito. Aunque ninguno de los dos habia mostrado el minimo interés romantico en el otro, trabaron amistad. Salían a cenar por lo menos una vez al mes y no pasaba una semana sin que hablaran por telefono, pero eso era todo. Milo era un verdadero amigo, quizá el más cercano que tenia y aunque le gustaba, e incluso se sentia atraido por el, Camus sabia que le daba mucho miedo acercarse demaciado hacia cualquier hombre.
Dos meses atrás salieron a cenar y despues, Milo lo besó. El disfruto del placer de sentirse cerca de él, pero en cuanto el beso empezó a hacerse más apasionado, el panico lo invadió y Camus le pido a Milo que se detuviera.
Habian pasado más de dos años desde que el habia sostenido una relación seria con alguien. Sabia que el problema tenia que ver con el trauma de la noche en que su madre murió. Hoy era el aniversario de su muerte y Camus no queria dejarla sola.
En
Memoria de Shina March
amada esposa de Dohko March
RIP
Habian transcurrido exactamente dos años y no pasaba un solo dia que Camus no recordara la pesadilla que habia sido la muerte de su madre y la desaparición de su padre. la sencilla lapida blanca ocultaba mucho y decia tan poco, por que habia mucho más en el pasado de sus padres de lo que podia revelar cualquier lápida.
Dirante los primeros años de su vida, Camus vio muy a poco a su padre. Dohko March era banquero de inversión, un hombre alto y atractivo, los ojos verdes y mirada cálida. Siempre salia de viajes de negocios al extrangero: a París, Londres, Zurich y Roma, y Camus lo extrañaba mucho. El siempre se acordaba de enviar a su unico hijo una tarjeta postal de cada nuevo lugar wur visitaba.
Además siempre llegaba el dia en que el veia a su padre subir por el sendero que conducia hasta la casa. Sonreia, con los brazos abiertos, esperando a que el fuera corriendo a abrazarlo. A Camus le encantaba sentir los brazos fuertes de su padre estrechandolo. Invariablemente le llevaba regalos: chocloates de Zuisa, un muñeco de trapo de Francia, una marioneta de madera pintada a colores vivos de Italia; Sin embargo, la sensacion de seguridad que tenia en los brazos de su padre significaba más para el que cualquier otra cosa
