Olitas, aki estamos d nuevo con la historia! Jeje, bueno, ya saben, muxas gracias x los reviews, os lo agradecemos muxo. Bueno, y sin más rodeos, os dejamos el chap:

Chap 4: Zumo de calabaza

Con un movimiento de varita, unos pergaminos aparecieron en las manos de los tres jóvenes. Eran sus horarios. Ahora tenían Encantamientos. La profesora, furiosa hizo ademán de irse, pero Sirius la retuvo.

- Eh… profesora… esto, nosotros… pues… no sabemos donde está el aula de Encantamientos- concluyó con una carita de niño bueno.

La profesora, murmurando algo parecido a: "Niños descuartizados" los guió hasta el aula de Encantamientos. Le explicó brevemente al profesor Flitwick (bastante joven por entonces) lo que había sucedido con los tres muchachos.

Se sentaron en la única mesa que había libre. En frente de ellos, estaban sentados Peter, su compañero de habitación, Lily, que le miraba de reojo, asqueada y Sara, que simplemente intentaba hacer levitar su pluma.

Se sentaron en la única mesa que había libre. En frente de ellos, estaban sentados Peter, su compañero de habitación, Lily, que le miraba de reojo, asqueada y Sara, que simplemente, intentaba en vano que su pluma se elevara.

- Estamos practicando el encantamiento Wingardium leviosa- les explicó el profesor-. Por favor, cojan sus varitas e intenten hacer levitar sus plumas.

En la mesa, había tres plumas. Se miraron, y tras un suspiro de James, un "está chupado" de Sirius y una mirada reprobatoria de Remus, empezaron a practicar.

- ¡Wingardium leviosa- exclamaron Sirius y James a la vez, mientras en la cara de Remus mostraba que no estaba muy convencido de que ninguno de los dos lograsen hacer algo productivo.

La gente se quedó mirando, con caras de asombro, como las plumas de James y Sirius se elevaban, y, extrañamente, a la vez. Ambos se miraron y empezaron retarse quien las mandaría más lejos, pero iban iguales.

Y mientras todos observaban embelesados a Sirius y James, incluido el profesor, una fuerte explosión sobresaltó a todos. Provenía de la mesa que ocupaban Lily, Sara y Peter. Pero la mesa en cuestión, había desaparecido. Era como si hubiese estallado, porque Peter tenía el pelo chamuscado.

- ¿Quién ha sido- preguntó el profesor, que hasta entonces había observado a Sirius y James, por lo que no había visto al causante de la explosión.

- Han sido ellas- se defendió Peter, a pesar de que era el más chamuscado y era obvio que había sido él-. ¡Lo juro, yo no he sido- añadió la rata mentirosa (N.A: Yo la cogería y la asesinaría… Lo sé, Teresita, sé que tengo instintos homicidas, no me lo recuerdes)

Las dos chicas se quedaron sin habla, de lo indignadas que estaban. El profesor lo miró, como evaluando si creerle o no. Finalmente, dijo:

- Señoritas Evans y Certer, avisaré a la profesora McGonagall de esto, pues para hacer volar un escritorio no han utilizado el hechizo indicado- les dijo el profesor-. En cuanto a ustedes, señores Black y Potter, 20 puntos más para Gryffindor.

Ambas miraron, muy furiosas a Peter, que las miró con una sonrisa de superioridad, y cuando Lily iba a empezar a gritarle, muy enfadada, cuando algo le hizo cosquillas en la nuca. Rápidamente se giró, para encontrarse con un pluma, mientras que un joven de gafas la miraba con una sonrisa traviesa en sus manos, mientras apuntaba a la pluma.

Le miró muy furiosa, mientras él dirigía su pluma a tres chicas que estaban sentadas cercas. Dos de ellas reían, sin hacer el más mínimo esfuerzo por levantar sus plumas, mientras otra las contemplaba ceñuda.

Lily se volvió a concentrar en levantar su pluma:

- ¡Wingardium leviosa- exclamó Lily, y para su sorpresa, su pluma se empezó a elevar, mientras Sara la contemplaba con envidia, pues su pluma no se había movido del sitio. Lily, sonriendo con satisfacción, se volvió hacia James, como para mostrarle que ella también era capaz.

James contempló, como la pluma de Lily venía hacia él, seguramente para vengarse por lo de antes, así que hizo que su pluma se dirigiera a su encuentro, así comenzando un duelo de plumas. Sirius no tardó en unirse a su amigo para apoyarlo, mientras Lily veía como su pluma iba perdiendo fuerzas, pero entonces, Remus, que tras mucho esfuerzo y concentración consiguió también, que su pluma se elevara, la ayudó a defenderse, mientras sus amigos le recriminaban unirse al enemigo.

Al final de la clase, una apenada Sara por no haber logrado que su pluma volara se unió a Lily para que ambas empezaran a criticar en contra de Peter. Sirius, James y Remus consultaron su horario y se alarmaron: ¡Ahora tenían un rato libre, y luego era la cena! Preguntándose como se las arreglaba el tiempo para pasar tan deprisa, los tres jóvenes se dirigieron a la Sala Común. Afortunadamente, el prefecto Arthur Weasley, que salía de un aula cercana, los guió hasta la Sala Común.

Como no tenían tarea, se dedicaron a intercambiar impresiones sobre el día de hoy, Tenían la impresión de que el colegio iba ser muy divertido. Los tres, a pesar de que casi no se conocían, estaban de acuerdo de que aquello era el inicio de una gran amistad, y que juntos, iban a vivir muchas aventuras. Lo que n James ni Sirius sabían, era que Remus tenía un secreto. Un oscuro secreto, que ninguno de los dos podían ni imaginar.

Mientras cenaban, cinco lechuzas llegaron a su mesa, cosa extraña, pues no era la hora del correo. Iban dirigidas a: Sirius, James, Remus, Lily y Sara. Las tres decían lo mismo

Hoy, después de la cena, Hagrid os esperará en la puerta principal. Consultad a un prefecto para no perderos (N.A: ¿Eso va por los tres chicos, no?). Sed puntuales.

Minerva McGonagall, Subdirectora

- ¿Hagrid no era se hombre enorme y con gesto amenazador que nos guió hasta el colegio la primera vez, no- preguntó Sara, algo asustada.

Lily no respondió, sólo se apresuró a comer. Sara la imitó, y para cuando llegaron al vestíbulo, tras seguir el consejo de la profesora McGonagall, llegaron al vestíbulo. James, Sirius y Remus ya estaban allí.

Estuvieron un rato en silencio, hasta que la puerta se abrió y apareció Hagrid. Sara se echó un poco para atrás, pero Hagrid no pareció percatarse de ello.

- Bien, muchachos, la profesora McGonagall me ha encargado de que os castigara- empezó-. En primer lugar, seguidme- los seis salieron a los terrenos del colegio, donde corría una suave brisa. Hagrid los condujo hacia una cabaña en las limitaciones del bosque prohibido. Los paró en frente del jardín, donde había calabazas-. Hoy vamos a hacer jugo de calabaza- sentenció.

- ¿Qué- preguntó una confusa Lily, que contemplaba las calabazas con profundo desagrado, pues, allí, en la penumbra, tenían un aspecto algo aterrador.

- Pues, sí- dijo él, muy orgulloso de sus calabazas-. Mañana todo el gran comedor lo beberá, así que ya os podéis ir esforzando- les explicó, con una gran sonrisa, lo que hizo que Sara dejara de mirarle como si fuera el hombre del saco-. Hay que separarlos por casas, luego se los daremos a lo Elfos Domésticos.

Lily pareció tentada a preguntar que eran Elfos Domésticos, pero intuyó que prefería no saberlo. Entonces, mientras Hagrid los observaba como si esperase que sacasen un exprimidor allí mismo y sacaran el jugo a las calabazas, Sirius preguntó:

- ¿Y cómo se suponer que vamos a sacar el jugo- un asentimiento general indicó que esa pregunta se la estaban haciendo todos.

- Pues… dado que no estáis todavía capacitados para hacerlo mediante magia, creo que tendréis que hacerlo del modo muggle- Sirius, James y Sara pudieron cara de disconformidad, mientras los ojos de Lily brillaban y Remus se mostraba indiferente-. Sin rechistar, tened en cuenta que es un castigo, ¿no?

Todos lo miraron, asintiendo en silencio. Hagrid les explicó que primero había que quitarles la parte superior, tendrían que usar una navaja (Sara y Lily le miraron, nada conformes, al contrario que los chicos) y luego, exprimir la parte de dentro. Al perecer, no era un trabajo nada agraciado.

James le susurró algo al oído a Sirius, este sonrió, maliciosamente y le pasó el mensaje a Remus. Remus, al principio, no parecía estar muy de acuerdo, pero acabó cediendo, al imaginarse los efectos de lo que planeaban sus amigos. Lily los observó ceñuda, obviamente, algo planeaban. Y no estaba mal orientada: Los tres planeaban lo que sería recordado dentro de mucho tiempo: Su primera broma.

Los cinco muchachos acabaron con las manos llenas de jugo de calabaza, aunque los chicos, extrañamente, muy sonriente. No era un trabajo muy agradable eso de hacer jugo de calabaza, pero al menos, podrían haberles mandado hacer algo peor. Lily observó a los tres chicos, muy suspicaz. Estaba convencida de que planeaban algo. Y ella, si se enteraba, pensaba tomar cartas en el asunto.

Al día siguiente, misteriosamente, los tres merodeadores llegaron al Gran Comedor sin dudar del camino ni una sola vez. Los tres estaban deseando ver los frutos de su plan. No pudieron evitar mirar, muy sonrientes a la mesa de Slytherin, mientras se sentaban. Su plan iba sobre ruedas. Desayunaron tranquilamente, y cada vez que veían a un Slytherin bebiendo zumo de calabazas, no podían evitar sonreír.

Entonces, de repente, un Slytherin de sexto curso, que era prefecto, tenía el pelo rubio platino, se levantó de repente de la mesa. Todo el Comedor se le quedó mirando. Y él, aguantando con sus manos, ejem… sus partes privadas, salió corriendo del Gran Comedor, diciendo, en voz suficientemente alta para que todos le oyeran:

- ¡Qué me sale, qué me sale, Dios, no aguanto más- y salió corriendo, mientras el Gran Comedor estallaba en risas.

Y entonces, dos Slytherins salieron también de la misma forma, con la cara muy roja, como si se lo fueran hacer allí. Y James, Sirius y Remus rieron a más no poder cuanto Snape, abandonó también la habitación, con una cara muy extraña, como si estuviera en medio de una batalla interior (N.A: Si, luchaba contra las ganas de hacérselo encima… xDD). Lily, que había visto todo, se levantó de la mesa.

- ¿Se puede saber en qué demonios estabais pensando a la hora de echarle algo raro al jugo de calabaza de Slytherin- preguntó, muy furiosa.

- Vamos, Evans, no seas amargada- dijo Sirius entre risas-. No me negarás que ha sido divertido- añadió, mientras sus amigos asentían. La mesa de Slytherin acababa de quedar vacía, pues su último ocupante, había salido corriendo en ese momento.

- ¡Pues no tiene la más mínima gracias- chilló Lily, fuera de sí, y tras mirar se soslayo a la mesa de profesores y comprobar que Dumbledore no estaba allí, añadió, mientras era observada por el Gran Comedor de lleno-. ¡Voy a contárselo al director Dumbledore- añadió, amenazante, mientras salía de allí, muy enfadada.

Y fue entonces cuando cayó en la cuenta de que no tenía ni idea de donde estaba el despacho del director.

CONTINUARÁ...

Bueno, esperemos que nos dejen algun review:

Lady Kenobi: Olaaa! Muxas asias x el review, nos dmoramos muxo... Pro ia stamos d welta... Jejeje, stuvimos algo atareadas, les rugo q nos prdonn, pro sq a lo mjor tardarmos bastant n actualizar st ff... En fin, nos alegra q veas futuro a nuestro ff! Muxos besos, cuidat muxo!

Adelantos pa el proximo chap:

- Snape se enamorará...

- Sara y Sirius discuten

- James, Sirus y Remus empiezan a cogerle gustillo a eso de gastar bromas

Besos de:

AnnaBlack Teresita Black

(Las hermanas Black... xDDD)