Bueno, queremos agradecer muxo a toas las personas que nos han dejao reviews, en serio, que nos animan a qdar + a menudo aunq weno, lamentamos avr tardado tanto... s lo q tiene escribir un ff conjunto, q tardamos , xq tnmos q qedar i todo eso... Buff
Espero q os guste el capi!
Muxos bikiñoss!
Chap 5: Filtro Amoroso
Lily se acercó a una prefecta que salía en esos momentos del Gran Comedor. Algo insegura, le preguntó:
- ¿Me podrías indicar dónde está el despacho del director?- le preguntó con una sonrisa a la chica pelirroja.
- Si, cómo no- le respondió, bondadosamente-. Vas por ese corredor, giras a la derecha, subes una escaleras y todo recto hasta encontrar una gárgola de piedra. La contraseña no la sé, pero normalmente, si te quedas un rato esperando suele aparecer por ahí.
- Muchas gracias- Le contestó Lily, extrañada.
Dirigió una mirada despectiva al Gran Comedor, donde James, Sirius y Remus seguían riéndose, ahora acompañados de muchos otros alumnos. Se encaminó hacia donde le había indicado la prefecta, y no tardó en dar con la gárgola. Se la quedó mirando un rato, indecisa, pues no sabía qué hacer. Ya había visto cómo los cuadros hablaban, así que decidió hablarle a la gárgola.
- Ejem… ¿Te importa dejarme pasar al despacho del profesor Dumbledore?- preguntó, no muy segura de que la gárgola le fuera a hacer caso, ni siquiera pensaba que se iba a inmutar, pero, para su sorpresa, la gárgola habló:
- Debes decirme la contraseña- dijo, mientras Lily se echaba hacia atrás, asustada de que una gárgola hablase.
En ese momento, Lily escuchó pasos detrás de ella. Se dio la vuelta y se encontró cara a cara con Albus Dumbledore.
- Profesor…yo…- dudó Lily-. Es que… bueno… es por lo de los Slytherins "intoxicados"…eh… yo se quienes fueron los autores del hecho.
- Ya somos tres, entonces- sonrió el director-. Hagrid me lo contó. (N.A: Y si ya lo sabía de antes, ¿por qué no impidió que los alumnos fueran "intoxicados"?)
Después de hacer una pequeña visita al director, James, Sirius y Remus salieron de su despacho, dirigiéndose hacia las mazmorras, comentando que simpático y agradable era su director, aunque los tres coincidían en que estaba un poco loco.
Llegaron al aula de Pociones muy justos de tiempo. Todos los alumnos ya estaban sentados, en parejas. El único sitio que había libre, era al lado de Peter Pettigrew, ese chico gordo y con aspecto amomiado y estúpido, con el que compartían la habitación. Sirius y James se sentaron juntos, dejando al pobre Remus en malas compañías.
El profesor les empezó a explicar la teoría de las pociones. Como James y Sirius no estaban haciendo ni puñetero caso, (N.T: ¡Así me gusta, chicos con recursos!) y Remus estaba rapándose la nariz por culpa de Peter, (y no por su aroma corporal), le mandaron una nota a Remus, poniendo:
"S: Mira al pelo grasiento, parece que está enamorado de el profesor, no le quita ojo de encima. J: Aparte de idiota y pelo grasiento, nos va a salir gay y / o empollón. R: ¿Qué hay de malo en ello? (En lo de empollón, me refiero) S: … J: R: Vale, pero la verdad es que la clase es un poco aburrida. S: ¿Un poco? J: ¿Remus diciendo que una clase es aburrida? No me esperaba eso de ti. R: ¿Por qué no atendemos un rato? S: Creo que hay que llevarlo a San Mungo. J: ¿Me ves con cara de atender? R: No te veo, pero lo digo porque el profesor nos está mirando".
Sirius, cuando recibió la nota, la escondió y miró al profesor con cara de niño bueno. El profesor frunció el entrecejo, pero no dijo nada al respecto, pero añadió:
- Bien, empezad con vuestras pociones- Sirius y James intercambiaron miradas de "¿Qué se supone que tenemos que hacer?" y luego miraron a Remus, que estaba tan desorientado como ellos. Sirius, que era el más atrevido, levantó la mano:
- Profesor, es que no he entendido muy bien eso último que ha dicho- dijo con cara de niño que nunca ha roto un plato en su vida.
-Eso será porque no ha entendido ninguna parte de lo que he dicho, señor Black- le escupió el profesor-. ¡20 puntos menos para Gryffindor, y no se hablé más! Si hubiese prestado atención, sabría que tiene que abrir el libro por la página ocho, y allí le indican los ingredientes.
Mientras James iba a coger los ingredientes para la poción, que resultó ser para dormir, Sirius iba hirviendo el caldero. Entonces, Bellatrix Black, la prima de Sirius, se volvió hacia el muchacho:
- ¿Qué, primito, ya le has contado a tu madre que has quedado en Gryffindor?- preguntó con una sonrisa maliciosa.
Sirius no se dignó a contestar, mientras seguía concentrado en la poción y se preguntaba porqué James tardaba tanto. Bellatrix, acentuando su mueca, añadió:
- Pues no te preocupes, que yo misma me encargué de hacerlo- Sirius no dijo nada, siguió concentrado en su labor, mientras sentía que le hervía la sangre-. Mañana al desayuno, como máximo, calculo que tendrás un howler- se mofó.
Entonces, Sirius, harto de su prima, habló:
- Mira, Bellatrix- empezó con rabia contenida-. Opino que tú no eres nadie para meterse en los problemas de los demás, y por que seas la sobrina preferida de la "santa" de mi madre, no te da derecho a meterte en los asuntos de los demás. Que yo haya quedado en Gryffindor, que, por cierto, considero mucho mejor casa que Slytherin- puntualizó-. Es algo que sólo me incumbe a mí.
James, que había escuchado esa última parte de la conversación, vio como su amigo volcaba disimuladamente el caldero de la odiosa de Bellatrix. Entonces, el profesor salió del aula, dejando a los alumnos solos, a la vez que el caldero de Peter Pettigrew, el niño con cara de idiota explotaba, pero el profesor no volvió atrás, y eso que la explosión debió de escucharse a varios metros de distancia.
Aprovechando que el profesor se había ido, Snape se acercó a James y a Sirius, que parecían estar pillándole el truco a eso de hacer pociones, y después de un trabajoso esfuerzo, habían conseguido cortar exactamente los tallos de rosal y mezclarlos en la dosis exacta con las uñas de dragón.
- Vaya, vaya, ¿a quién tenemos aquí?- preguntó, ahora sí parecía decidido a hablarles, no como en la balsa-. A dos ratas de alcantarilla. (N.A: No, Sevvy, la rata es Peter, Peter, no Jamsie-Pooh y Siri-boy) (N.T: ¿Cómo se puede confundir? Ya sé, el también es medio rata) A Potter, el que se junta con la chusma y a Black, el repudiado. (N.T: ¡Nunca podría repudiar a Siri!) (N.A: Me da que no eres la única...)
- Pues mira quien viene a incordiar, Snape el ahogado- ironizó James, con una falsa sonrisa de alegría-. Supongo que tu mayor logro profesional es quedar en la casa de las serpientes, triste, así no llegarás muy lejos- comentó, como si de verdad le apenase (N.A: Nada lejos, que este no pasa de mortífago o profesor de pociones... xDD) (N.T: O de capullo integral, claro)
- Potter, sólo venía a advertiros que otro numerito como el del otro día en el desayuno con el jugo de calabazas, creerme, sé muy bien que fuisteis vosotros, y podría que os ocurriese... una desgracia- comentó, con una mueca de superioridad.
- Ah, ¿Sí?- preguntó Sirius, arqueando una ceja-. ¿Y qué se supone que consideras una desgracia? Que yo sepa que los Slytherins cambien su look no es ninguna desgracia... sobretodo si el cambio de look incluye ropa femenina para los chicos y masculina para las chicas- añadió, con un extraño brillo en los ojos(N.T: Yo considero desgracia que Snivellus naciera) (N.A: Yo me declino por considerar desgracia que Peter sea tan idiota).
- Pues como esto- comentó Snape, cogiendo unos polvos brillantes de su túnica, y antes de que James o Sirius pudieran reaccionar, los echó dentro de su caldero, con la poción que trabajosamente había echo, que no tardó ni un segundo en explotar. En ese momento, el profesor volvió a entrar en el aula, mientras Snape, haciendo el papel de niño buen estudiante fingía concentrarse en su poción.
Como no, el profesor aprovechó la excusa para quitarle puntos a Gryffindor y James y Sirius se ganaron su primer suspenso, pues apenas quedaba tiempo para volver a empezar. Muy furioso, salieron maldiciendo del aula, mientras Remus los veía con cara divertida. Ahora tenía Herbología en los terrenos del colegio.
Mientras se dirigían hacia allí, Remus les iba dando una charla sobre que no debían perder los nervios en las clases, que afectaba a su rendimiento o algo así, pero cuando llegó a la puerta del aula, se dio cuenta de que los dos chicos había desaparecido. Extrañado, el joven entró en el aula de Herbología.
Sirius y James, entre tanto, se habían escabullido de las aulas, lamentando no haber avisado a Remus, pero, como ellos decía, aquello era un asunto personal. Planeaban vengarse de Snape y tenían un objetivo: la biblioteca. Según Sirius, a él le daban alergia esos sitios, pero como dijo James, era por una buena causa.
Le pensaban decir a la bibliotecaria que los habían mandado a repasar allí porque no se sabían la lección. Una excusa un tanto tonta, pero los dos tenía fe en que podría colar. Pero había algo con lo que no contaban: No tenía ni idea de cómo llegar a la biblioteca.
Cuando ya se daban por absoluto perdidos, decidieron tomar medidas al respecto, mientras avanzaban por un pasillo, delante de la puerta, decidieron volver atrás, ambos pensando en una buena broma para Snape, y, según Sirius, para Bellatrix también. Entonces, James, sintiendo curiosidad por la puerta que acababan de pasar, volvió de nuevo atrás, seguido de Sirius, que deseaba por fin poder vengarse de su prima y de Snape.
James abrió lentamente la puerta. Era una habitación muy pequeña, únicamente ocupada con una mesa, donde había un pequeño frasco relleno de un líquido rosa. Los dos, extrañados, se acercaron, y repararon en un pequeño papel arrugado que había al lado del frasco, donde se leía:
"Filtro Amoroso: Vigentemente prohibido en Hogwarts, sólo aptos para lo que estén dispuestos a romper las normas. La persona que lo beba se enamorará durante tres meses de la persona de la que introduzcáis alguna posesión que valore"
Ambos se miraron, muy extrañados por la extraña aparición de la botella, pero no tardaron en sonreír. Sabían en quienes iban a utilizar aquella poción.
A la hora de la comida, Remus llegó a la mesa de Gryffindor con una gran sonrisa. En Herbología había compartido mesa con Lily, Sara y una chica de Hufflepuff muy guapa. Estaba de bastante buen humor, y se acercó, con una mirada de reproche a Sirius y James.
-¿Dónde estabais?- les preguntó, molesto por su desaparición.
- Primero, vagando por los pasillos, luego, quitándole disimuladamente un collar a mi prima, después machacando el collar y metiéndolo en el vaso de Snape, junto la poción- explicó Sirius, como si fuera lo más natural del mundo.
- ¿Qué?- preguntó Remus, que se había perdido.
- Mejor no preguntes- le aconsejó James, de muy buen humor algo raro en él, por lo que Remus frunció el entrecejo.
James t Sirius observaban la mesa de Slytherin atentamente, sin ningún tipo de disimulo. Cuando Snape se llevó el vaso a la boca y dio un pequeño trago, Peeves, que por aquel entonces sí podía entrar en el Gran Comedor, apareció en la mesa de Slytherin, y, para variar, empezó a causar estragos.
Cogió el postre de Lucius Malfoy, un Slytherin de sexto curso, y acabó en la cara de Amos Diggory, un Hufflepuff de cuarto. Para horror de James y Sirius, se apoderó del vaso de Snape, que ya había bebido algo y lo lanzó, directo a la cara de James. Asustado, el chico se apartó, pero la poción le dio de lleno a Peter Pettigrew, que pasaba por allí.
El chico se relamió la cara, y con cara de estúpido, comentó:
- Um... ¡Qué buena!- Sirius y James intercambiaron una mirada desesperante.
CONTINUARÁ...
Jajajaja, ¿No os parece idiota Peter? A nosotras muxo... jejeje. Bueno, una vez + gracias x los reviews, seguid dejando, e?
Adelantos:
- Clase de Vuelo
- Cumpleaños de uno de nuestros protagonistas
- Triángulo amoroso: Snape-Bellatrix-Peter
