DISCLAIMER: Este cuento esta basado en la obra de JRR Tolkien, a quien perteneces la mayoría de los personajes, yo solo estoy jugando un poco con ellos.
NOTA: Discúlpeme por no haber actualizado antes, entre Harry Potter HBP y la oficina no he tenido tiempo, este capitulo es muy corto, de hecho es solo la mitad, espero volver a actualizar para el fin de semana.
PROVICIONES
CAPITULO 4
Si de algo estaba segura es que jamás olvidaría su primer paseo por Rivandel.
La ciudad era un conjunto de terrazas, balcones y jardines a diferentes niveles, que se fundían con el paisaje como si uno fuera continuación del otro, arcos cubiertos por enredaderas que marcaban las veredas, angostas corrientes de agua surgían de los lugares mas inesperados para terminar en un lago o alguna fuente, pequeñas bancas invitaban a la contemplación, a sentarse a leer un libro, la ciudad emanaba paz, la luz de el sol parecía que no solo la iluminaba, sino que la acariciaba, que la mimaba.
Durante su viaje hacia la ciudad le habían comentado del amor que los elfos sentían por la naturaleza y definitivamente Rivendel era una clara muestra de ello.
Legolas observaba como Diana se iba enamorando de la ciudad, el lo sabía muy bien porque a el en su momento le había pasado lo mismo, todavía recordaba como si fuera ayer, cuando piso por primera vez Rivendel, la ocasión había sido de lo mas solemne, había sido un recibimiento de estado ya que el rey presidía el contingente.
El príncipe realmente todavía no sabía que lo había impulsado a invitar a Diana a pasear por la ciudad, pero fuera lo que fuera le estaba muy agradecido, verla descubrir la ciudad, y saberse parte de ello lo llenaba de orgullo.
Gandalf no veía para cuando el final de la cena. Diana había aceptado enseñarles mas a fondo algunos de los artefactos que la acompañaban. El en lo personal quería ver trabajar la ya famosa caja de voces, mientras que Elrond deseaba saber como curaban las diferentes medicinas que había bajado del remolque.
Diana se dejo caer en su cama, todo lo que sabia era que era tarde, que tan tarde, imposible de saber. Gandalf y Elrond se habían quedado a que les explicara como funcionaban o para que servían las diferentes cosas que traía. De solo recordar la cara que habían puesto cuando la computadora empezó a sonar…… por suerte no solo traía música moderna, Elrond había quedado prendado con Mozart, Gandalf parecía querer abarcar todo, brincaba de una canción a otra, por unos minutos había recordado a uno de sus sobrinos que siempre hacia lo mismo. –No te puedo prometer nada Señorita Diana, pero puede estar segura de que tanto este mago como yo vamos a hacer todo lo que este en nuestro alcance para que regrese a casa- la había dicho Elrond al ver como de pronto se había puesto triste.
Por otro lado, mañana iba a ser un día muy largo, por un lado tenia que ver que DVD traía, Elrond había decidido tomarle la temperatura a cuanta ser viviente hubiera en Rivendel, -definitivamente introducir a un sanador con un termómetro digital no es bueno- pensó Diana, el elfo se había quedado extasiado al ver que tan fácil podía ser saber la temperatura de la gente, -no se para que, si se supone que los elfos no se enferman-. Gandalf por otro lado se había descarada y definitivamente apoderado de un par de lentes de sol, los cuales ni siquiera eran parte del convoy de provisiones, sino de uno de sus amigos.
Aparte tenía que seguir con las explicaciones, imposible abarcar todo en unas cuantas horas, además mañana empezaban sus clases.
Diana se encontraba en uno de los jardines de la ciudad con a Legolas, los paseos junto al príncipe se habían vuelta casi una costumbre, a diario después de que ambos se desocupaban de sus diferentes obligaciones se les podía ver platicando en diferentes puntos de la ciudad. Fue en uno de esos paseos cuando vio llegar un grupo de jinetes, Legolas le informo que lo mas probable es que fueran brigadas de reconocimiento que empezaban a regresar.
-¿te acuerdas cuando nos conocimos, pregunto Diana, - no sabes el susto que me pegaron, ¿te imaginas voltear y ver a tres tipos apuntándote con arcos?
-¿Te imaginas lo que es oír esos ruidos horrorosos y no ver de donde salen? Le devolvió la pregunta el elfo.
- ¿No puedo creer que no te guste? Es solo un tipo de música, definitivamente ya se que hacer cuando te quiera despertar, te voy la voy a poner a todo volumen frente a tu puerta.
-Mientras venga acompañada de cierta personita bailando no tengo ningún problema. Contesto el elfo con una sonrisa coqueta.
-no hace un mes de eso y ciento que fue hace una vida, dijo Diana tratando de cambiar la plática, ¿tú crees que pueda volver a casa?-
No se, Lord Elrond y Gandalf están investigando, pero nada esta escrito, ¿te pesaría mucho no poder regresar?
Diana se quedo callada, mas de una vez abrió la boca, para contestar pero la volvía a cerrar. Legolas la veía, queriendo descifrar aquello que por alguna razón Diana no podía poner en palabras, a la vez que intentaba no descubrir porque le importaba tanto saber la respuesta.
Por fin dijo.
Por un lado pudiera vivir aquí el resto de mi vida y seria la mujer mas feliz del planeta, pero por el otro se que tengo una familia que me esta buscando, que se que esta preocupada, yo se que mi desaparición los esta consumiendo y eso es lo que me impulsa a jamás dejar de intentar volver, no se si me explico, no es querer volver a mi otra vida, en realidad aquí son horrorosamente feliz, estoy tranquila, me siento útil, no me siento sola, es la tristeza que estoy inflingiendo en mi papas, en mi familia lo que no me permite ser totalmente feliz en Tierra Media y olvidarme de lo demas.
Legolas observaba como movía las manos al hablar, veía la desesperación de creer que no alcanzaba a explicar aquello que sentía, veía la confusión en sus ojos, la tristeza en su voz.
-¿tiene algo de sentido lo que dije, Dijo Diana, volteando a ver al príncipe por primera vez desde que empezó a hablar.
Absolutamente, contesto Legolas a la vez que le tomaba de una mano mientras con la otra la abrazaba acercándola a su pecho.
Lord Elrond se encontraba de nueva cuenta en su despacho, frente a el un grupo de jinetes que regresaban de su última misión.
-Gandalf, que bueno que pudiste responder a mi llamado a tiempo, te presento a Alhrid, el dirigió el grupo de partió hacia la frontera oeste, me gustaría que oyeras las novedades que trae-.
Alhrid era un elfo entrenado en las artes de la guerra, acostumbrado a ver y oír entre líneas, si bien no era viejo se podía confiar en su criterio.
-Las noticias que traigo no son del todo agradables, si bien no encontramos nada contundente hay suficientes rumores como para pensar que algo esta pasando. Dijo el elfo.
Al principio todo parecía absolutamente normal, de hecho pensamos que iba a ser un reconocimiento de rutina, no pensábamos llegar mas allá de las fronteras, pero a como nos fuimos alejando de la ciudad nos dimos cuenta de que algo estaba mal, los animales se veían nerviosos, los árboles y el aire susurraban preocupados, por eso decidimos acercarnos a las montañas nubladas, para ver si podíamos descubrir algo….
Alhird detuvo su relato, parecía que el elfo debatir consigo mismo referente a lo que debía decir.
-Lord,…. Parece una locura, pero, …. No importa donde o cuanto buscáramos o a quien preguntáramos, la respuesta es la misma Saruman de alguna manera esta ganando poder y no falta mucho para que pueda salir de la torre.
No bien las palabras terminaron de salir de la boca del elfo el Señor de Rivendel se levanto de su silla con tanta fuerza que hizo a los elfos retroceder, incluso Gandalf se sorprendió por el poder que emanaba del elfo.
-Quiero que me cuenten todo, absolutamente todo lo que vieron, oyeron, incluso si lo soñaron, cada impresión, que dicen los árboles y como, que cuentan las aves, los animales del campo, absolutamente todo aquello que puedan recordar, el mas mínimo comentario o chisme-
La noche encontró a Gandalf y Elrond sentados frente a una montaña de notas tomadas durante el día. Tanto hombre como elfo se notaban cansados, preocupados pero a la ves satisfechos.
-Elrond si por algo te has caracterizado toda la vida, o la parte de tu vida en la que yo te he tratado, es por se extremadamente lucido y conciso. Podrías hacerme el favor de decirme que es lo que tenemos, porque si bien tengo una leve idea de que esta pasando no alcanzo a comprender lo que esta pasando del todo, hay algo que no termino de entender, de situar.-
Elrond se paseo por su despacho a la vez que ordenaba sus pensamientos caminando de un lado a otro, hasta que se detuvo frente a uno de los libreros, saco uno de los pesados volúmenes y todavía perdido en sus pensamientos empezó a hojear el libro, momentos después lo cerro, pero no lo devolvió a su sitio, en su lugar empezó a acariciar la pasta del tomo con sus dedos y comenzó a hablar mientras su mirada se perdía en los intrincados diseños de la pasta del libro. -Todo apunta a que Saruman en su desesperación o deseo, como le quieras llamar por salir de la torre voltio su vista a las antiguas leyendas, ………. pero no me refiero a leyendas como la del anillo, las cuales puedes ubicar en un tiempo o que se desprenden de algún hecho o persona, no, Saruman esta escarbando en lo mas profundo del tiempo, cuando las leyendas no existían simplemente porque no había pasado suficiente tiempo para olvidar.
Yo mismo no se muy bien lo de lo que estoy hablando, solo recuerdo pequeños fragmentos, historias contadas por los antiguos cuando yo todavía era un niño.
Se dice que al principio todo era uno, no había tierra, agua, animales, todo era un uno, pero por algún motivo….., el elfo hizo un ademán tratando de recordar el motivo, pero le fue imposible, enfadado consigo mismo por su falta de memoria continuo el relato, el caso es que ese todo se tuvo que separar, fue así que nacieron las aguas, los animales, los hombres, los elfos…… y las tierras.
-¿Tierras?-
Tierras, repitió, mientras una sonrisa aparecía en la cara del elfo ante la rapidez mental del mago, así es viejo amigo, tierras, según se dice no solo se creo tierra media, también se creo "otra tierra" según se contaba igual a tierra media, ahora con la llegada de la Señorita Rodríguez y sus "aparatos" nos podemos dar cuenta que no son tan idéntica, no me preguntes si fueron creadas diferente, o las diferencias se dieron a través del tiempo, hasta la llegada de Diana ni siquiera me había vuelto a acordar de la historia.
¿Pero, como, que busca Saruman?
Se decía que cuando se crearon estas tierras hubo elementos, cosas que sobraron, cosas que por algún motivo no cabían ni en Tierra Media ni en la otra Tierra, entonces surgió la pregunta, ¿Qué hacer con ellas? No se podían destruir pues eran parte del todo y a la vez no tenían cabida en lo que se había creado, entonces decidieron darles un uso, ………………….. se convertirían en pasos.
-Discúlpame Elrond, pero no entiendo ¿Qué quieres decir con que se convirtieron en pasos?-
Para este momento el libro estaba olvidado y de vuelta en su lugar y Elrond se encontraba frente a Gandalf.
Muy sencillo, decía el elfo a la vez se sentaba en uno de los magníficos sillones que amueblaban el despacho, son llaves entre una tierra y la otra. Saruman esta buscando una puerta que le permita no solo salir de la torre, sino escapar de Tierra Media.
