Bueno, aquí está el segundo capi, tendría que haber terminado primero el 8 capi de Fanfics: la orden del día, pero ya saben, la inspiración nunca llega cuando realmente la necesito. Como sea, espero que les guste este capítulo y que dejen reviews, muchas reviews, porque me levantan el ánimo. Y desde ya les agradezco por todas las reviews y me alegro que les haya gustado.
DISCLAIMER: Los personajes de Yu Yu Hakusho no me pertenecen, este fic está echo sin fines de lucro.
WARNING: En este fic hay yaoi, así que si no les gusta, por favor no lo lean, no hay reclamos más tarde.((no digan que no les advertí u.uU))
ACLARACIONES: El fragmento en el principio del fic es parte del cuento "Berenice" de Edgar Allan Poe, uno de mis autores favoritos en su género.((y si, ya se, tampoco me pertenece)). u.u
Ahora responderé reviews:
Hana Black:Bueno, gracias por enviarme un review y espero que este capítulo también te guste, jeje, esta vez no tardé tanto en actualizar.((otras de mis fics hace algún tiempo que tendría que actualizar. u.uU. ))
AomeRL: Bien, espero que este capi también te guste y, si, haré sufrir a Kurama, jajaja.((risa sádica de me encanta hacer sufrir a Kurama, jaja.))
Nizza: Espero que este capi te guste, y como vieron, no tardé tanto en actualizar, aunque la próxima actualización tardará un poquito más.
Un pasado cercano: Capítulo 2: Encuentros desafortunados
"(...)¿Cómo es que de la belleza pueda derivar una clase de fealdad, de la paz un símil de la pena?. Pero así como para cierta ética, el mal es consecuencia del bien, así, también, la pena nace de la alegría. La angustia de hoy es memoria de la beatitud pasada, las agonías que son tienen origen en el éxtasis que pudo haber sido.(...)"
Al abrirse la puerta, Kay cerró el libro con fuerza, esperando que fuese quien fuese no hubiera visto lo que estaba leyendo, y lo colocó rápidamente bajo la cama. Se acomodó en una posición que él consideraba, de lo más normal y trató de adoptar la expresión más despreocupada del mundo.
-Kay¿Puedo pasar?.- la voz de Yoru sonó a través de la puerta aún cerrada.
Kay gruñó con fastidio.
-Largo, hoy no tengo ganas de hablarle a ningún ningen, y menos a ti.-
Yoru frunció el ceño y no esperó más a entrar en el cuarto, que al entrar, se encontró con una habitación completamente ordenada, la ropa en los guardarropas, los objetos de valor en la repisa, los trofeos en uno de los tantos estantes, y los libros a un costado, casi escondido de la habitación, en una pequeña repisa, todos excepto uno.
-Me arriesgaré adivinando, pero creo que nunca tienes ganas de hablar con ningún ningen.- dijo sonriendo, sin aquel tono inocente de esa mañana, lo cual desconcertó un poco a Kay por unos instantes, hasta que sus facciones volvieron a la común inexpresividad de su rostro.
-Adivinaste.- dijo con una sonrisa forzada.
Yoru suspiró y se sentó en el borde de la cama.
¿Acaso no me oíste?.- Kay estaba comenzando a ponerse nervioso, lo cuál le traía otra preocupación¿porqué se estaba poniendo nervioso?.
-Hiei me ha dejado pasar, realmente nunca esperé que pareciera tan joven, pero mi padre también tiene más edad de la que aparenta.-
¿Qué es lo que quieres?.-
Kay acabó de pronunciar con un dejo de fastidio en la voz y corrió con uno de sus pies el libro que asomaba por uno de los bordes de la cama, pero Yoru ya había advertido esto y lo tomó con rapidez.
A medida que comenzó a leerlo, sus ojos comenzaron a adoptar una expresión bastante concentrada, distante.
Kay se sonrojó y le quitó el libro de las manos con verdadera furia.
¿Acaso lees?.-
¿Acaso los youkais no leemos?.-
-Pero tú sólo eres mitad youkai.-
-No hay ninguna diferencia. Puedo leer como cualquiera.-
-Pero es que realmente me preocupa que..-
¡¡Fuera!.-
Yoru tomó el libro con firmeza y salió por la puerta rápidamente.
Kay tardó unos segundos en enterarse de que Yoru se había llevado consigo su preciado libro, corrió por la escalera, por los pasillos, hasta llegar a la puerta de entrada, donde ya no había nadie.
Abrió la puerta y miró hacia fuera, nada.
Cerró la puerta con un sonoro golpe y se dispuso a subir su habitación, sabía que pronto quedaría destrozada en uno de sus arrebatos de furia.
Yoru mientras tanto, corrió por las calles, rápidamente, tratando de que el libro de Kay no se le resbalara de las manos, hasta que llegó a una casa común, como cualquier otra, casa que había sido testigo de numerosos amantes después de que sus padres se separasen , porque Yoru en su interior siempre había sabido que Kurama nunca la había amado realmente.
Entró tratando de no hacer ruido.
-Buenos días Yoru, llegas a tiempo para cenar.- Kurama sonrió desde la cocina.
Yoru suspiró con fastidio, hizo una pequeña mueca y respondió.
-Muchas gracias, Kurama.- contestó con algo de frialdad y se dirigió a la escalera con el libro firmemente sostenido.
Kurama frunció el ceño con algo de preocupación, y salió de la cocina.
¿Pasa algo Yoru? .- preguntó sonando de verás preocupado. Pero Yoru negó con la cabeza y se volteó hacia las escaleras.
¿Porqué me odias? .- dijo Kurama mientras una lágrima resbalaba por su mejilla, la expresión de Yoru cambió por unos momentos, haciéndose más suave y comprensiva para con su padre.
-Yo no te odio, padre, es sólo que..-
¡Buenas tardes Yoru!. Y buenas tardes también para ti Kurama...- Una voz desde la cocina los interrumpió, era su madre.
La mujer le dirigió una expresión muy severa hacia Kurama, casi asqueada, y luego con increíble cariño se volvió hacia Yoru.
¿Sucede algo, cariño? .-
Yoru negó con la cabeza y respondió con una falsa sonrisa tranquilizadora.
-No, nada mamá.- respondió sonando increíblemente inocente y tranquilizador a la vez.
-Bueno, espero mejores resultados de tu parte cuando vuelva, Kurama, veo que en esta casa falta orden, y Yoru, espero que reconsideres venirte a vivir a mi casa. Tenemos un espléndido jardín, flores, la casa está aseada, y Kyo trata de volver temprano del trabajo para hacernos compañía.- dijo sonriendo y tratando de hacer que su oferta sonase más tentadora, pero Yoru negó con la cabeza, adornar la realidad no le serviría a su madre para convencerlo.
La mujer se paró en la entrada y los saludo con la mano.
-De acuerdo, entonces, nos veremos la semana entrante.- dijo a modo de despido y se fue caminando.
En cuanto se hubo ido, Kurama suspiró aliviado, todavía no podía creer que se hubiese casado con una mujer tan horrible, y menos que hubiese dejado a Hiei por alguien a quien no amaba.
Era en esos momentos cuando extrañaba a su youkai de fuego, y lloraba, y cuando no podía satisfacerse a si mismo, cuando la soledad le embargaba a niveles exorbitantes, era entonces cuando buscaba consuelo en otros brazos.
Recordó la mañana cuando se había decidido decírselo por fin a Hiei, decirle que no seguiría con él, que se casaría, en ese entonces todavía no sabía que su matrimonio terminaría de esa manera.
"-Puedes pasar Hiei.-
Hiei entró, notaba cierto silencio incomodo en el aire, lo había notado días antes, cuando las caricias y los constantes "te amo" del kitsune habían perdido sentido.
¿Sucede algo? .-
Kurama se sonrojó mucho y miró a Hiei suplicante, esperando que algún día lo perdonase.
-Siéntate Hiei por favor, me gustaría decirte algo.-
Hiei frunció el ceño pero obedeció en silencio, esperando lo peor.
Kurama se aclaró la garganta y comenzó a hablar dificultosamente, mientras poco a poco, comenzaba a sonrojarse y ponerse cada vez más nervioso, ninguna buena señal, pensó Hiei.
-Verás, es que tengo algo muy importante que decirte.-
Hiei empezaba a entender que aquello era un preludio de un triste final.
¿Qué es lo que tienes que decirme? .-
-Hace algún tiempo que estoy saliendo con alguien, es una chica, realmente creo que me agrada, creo conocerla de toda la vida. Ambos hemos decidido casarnos la próxima semana, y estás invitado a la boda.-
Hiei sentía caer en pedazos, más bien, creía que morir hubiese sido mejor que aquella horrible sentencia.
¿Eso es todo? .- replicó sin embargo con tono inexpresivo mientras lágrimas corrían por su rostro, lágrimas que no lograban encajar del todo, que a pesar de toda su tristeza no parecían pertenecer a ese rostro.
Hiei pensó que nunca podría llorar, nunca, y menos por ese kitsune.
Kurama pareció sorprendido, y no atinó a decir nada.
-De veras creo que podrías haber dicho otra cosa, como, "Hiei realmente disfruté engañarte, hacerte la persona más feliz del mundo para después humillarte y restregarlo todo por el suelo como si no hubiese sucedido nada"-
-Hiei yo de verás no..-
¡No me hables!. ¡Después de todo lo que has hecho no mereces perdón! .-
-Lo siento, realmente lo siento, Hiei, es que..-
¡Qué!. ¡Dime qué! .-
-No podrías entender que es amar realmente porque..-
-No, es verdad, yo nunca podré entender lo que es ser odiado, para luego ser recibido por la persona más traicionera del universo, confiar en ella, en más de una ocasión poner mi vida en sus manos, tratar de hacerla feliz para que luego me enteré de que lo único que ha hecho es saciar su deseo de estúpido zorro, y a pesar de que sé que esa persona me ha herido, sufro por ella en vez de odiarla. Es verdad Kurama, no se que es amar.-
Kurama comenzó a llorar, y Hiei salió por la ventana tratando de no mirar hacía atrás."
Kurama volvió a llorar en silencio, igual que aquella vez.
Yoru había subido las escaleras y se había encerrado en su cuarto, cerró la puerta, se acostó en su cama y abrió el libro en sus manos.
Comenzó a leerlo.
"La desdicha es múltiple. La desgracia sobre la tierra es multiforme. Desplegada como el arco iris sobre el ancho horizonte, sus colores son así de variados y también de distintos y estrechamente fundidos. ¿Cómo es que de la belleza pueda derivar una clase de fealdad, de la paz un símil de la pena?. Pero así para cierta ética el mal es consecuencia del bien, así, también, la pena nace de la alegría. La angustia de hoy es memoria de la beatitud pasada, las agonías que son tienen origen en el éxtasis que pudieron haber sido. (...) ".
Cerró el libro, mientras un muy extraño plan comenzó a formarse en su mente, y una sonrisa surgió en su rostro.
Y a la siguiente mañana, Kay se sorprendió de encontrar su libro y a un muy sonriente Yoru en la entrada de su casa.
N/A: Bien, aquí está el segundo capítulo, espero que les haya gustado, porque la verdad a mi me costó un poco escribirlo, pero la verdad, es que en este capi debería agradecer a que Edgar Allan Poe hubiese escrito cosas tan bellas y tristes, muy inspiradoras para mi. Bueno, cualquier comentario que quieran decir, dejen reviews, please.
Nasaki
