Hopeless
Capítulo 4. Explosion
Al día siguiente Rukawa se levantó un poco más temprano de lo habitual y lo primero que hizo fue entrar en el baño para contemplarse en el espejo. Tal y como esperaba, los moratones habían empezado a aparecer durante la noche.
Apoyó las manos en la encimera del lavabo y pensó que hacer. No podía aparecer así en el entrenamiento, el señor Anzai podría expulsarle del equipo si pensaba que se había peleado. Se fijó en el neceser de su madre que estaba en la estantería, y recordó el truco que solía usar ella cuando quería disimular un golpe. Lo cogió y buscó en su interior hasta encontrar un tubo relleno de una pasta marrón. Abrió el tubo y colocó una pequeña cantidad de pasta en su dedo índice para luego esparcirla sobre el golpe de su mejilla izquierda, que era el más visible, aunque por suerte no era muy grande.
Pero aquello no estaba quedando bien. Maquillarse no era lo suyo.
- Quieres que te ayude…?
Rukawa se giró y vio a su madre en la puerta del baño. Parecía sentirse muy culpable.
"Tú no eres la culpable, mamá. Aunque a veces piense lo contrario".
- Sí, por favor…
Tomoyo se acercó a su hijo y le limpió la cara con una toallita. Después puso un poco de fondo de maquillaje de un color más claro en un algodón y empezó a esparcirlo con cuidado sobre el rostro pálido del chico.
- Este maquillaje aguanta muy bien durante todo el día, también con el sudor… te irá bien para el entrenamiento…
- …
- Kaede… yo… - comenzó a decir.
- Déjalo, quieres? – la interrumpió Rukawa – Paso de escuchar las mismas excusas de siempre.
- Pero cariño, tienes que entender que…
- Entender que? Que no debo enfrentarme a él? Que debo dejar que nos pegue cada vez que le de la gana?
- Tu padre es muy inestable, pero sabes que se calma enseguida…
- Hace un año no se calmó.
- Esa vez estaba borracho…
- Claro, y por eso hay que perdonarle… Has acabado?
- Uh?
- De maquillarme, has acabado?
- Sí…
Rukawa salió del baño y fue a su habitación a vestirse. Luego bajó a la planta baja y al pasar por delante de la cocina vio la figura de su padre sentado en la mesa desayunando tranquilamente. Sintió náuseas y decidió irse al instituto sin desayunar.
xXx
Al lunes siguiente un pelirrojo de metro noventa salió de una cafetería llamada Danny's bastante enfadado. Había discutido con sus amigos porque éstos habían insistido otra vez en que estaba extraño e incluso se habían atrevido a recomendarle que fuera un psicólogo.
"Como si no tuviera suficiente ya con tener que ir a la maldita clínica de rehabilitación cuatro veces por semana", pensó Sakuragi hastiado.
Estaba cansado. Muy cansado. De los médicos, de la clínica, de la lesión, de la rehabilitación, de no poder entrenar… Sentía que se estaba quedando atrás, que estaba olvidando todo lo aprendido durante los cuatro primeros meses en que jugó a baloncesto.
Durante el campeonato nacional se había sentido tan importante… Por primera vez sintió que el equipo le necesitaba realmente, que dependían de su habilidad para los rebotes, de su energía y de su velocidad…
Pero el equipo se las arreglaba sin él. Desde que volvieron de Hiroshima Shohoku había jugado dos partidos de prácticas contra equipos que también habían hecho un buen papel en el campeonato, y había ganado ambos.
Y para más inri, Haruko le había rechazado esa misma mañana.
Sin darse cuenta sus pasos le condujeron al instituto, y aprovechó para hacer una visita nostálgica al gimnasio. Hacía mucho que no entraba, pues le entristecía y también le agobiaba que le preguntaran sobre el estado de su lesión, pero a esa hora el entrenamiento ya habría acabado.
De pronto oyó el sonido de un dribling. Había alguien en el gimnasio.
Y supuso quien sería.
Se dirigió a la puerta interior del gimnasio y la abrió lentamente. Efectivamente, entrenando en solitario y sin darse cuenta de su presencia, estaba Kaede Rukawa.
El odio empezó a crecer de nuevo en su interior a gran velocidad.
Mientras él seguía apartado del equipo por culpa de su espalda, el zorro se había convertido definitivamente en la estrella. Y por lo que había oído, también había jugado muy bien en la selección juvenil de Japón, siendo uno de los máximos anotadores. Su legión de admiradoras crecía y crecía, contando entre sus filas a Haruko.
Pero él no hacía caso a ninguna. Siempre tan distante, tan altivo…. con su mirada de superioridad y su ropa de marca…
Rukawa lo tenía todo: fama, chicas y dinero. Y él no tenía nada.
De pronto empezó a avanzar a paso rápido hacia el kitsune, sin pararse a pensar en lo que iba a hacer. Sólo quería librarse de esa horrible sensación que le envolvía cada vez que estaba cerca de él y que en ese momento le contaminaba el alma y le nublaba la razón.
El sonido de los pasos de Sakuragi alertó a Rukawa, quien se dio la vuelta y observó sorprendido como el pelirrojo se acercaba a él con el rostro encendido de rabia y los puños apretados.
"Que… qué quiere ahora?", se preguntó un poco alarmado.
No tardó en averiguarlo. Apenas estuvieron uno enfrente del otro Sakuragi alzó su puño derecho y lo estrelló en su nariz. Rukawa dio un paso atrás, aturdido por el golpe y más aún por la sorpresa de ese repentino ataque, mientras se llevaba la mano a la cara para contenerse la sangre. Sin tiempo para reaccionar, sintió un nuevo golpe, de nuevo en el rostro, dio otro paso atrás y se dobló un poco hacia delante en un vano intento de recuperar la orientación.
- Qué coño haces… doa'ho? – consiguió balbucear.
- TÚ TIENES LA CULPA! – gritó Sakuragi – SI HUBIERAS JUGADO COMO DIOS MANDA CONTRA EL SANNOH YO NO TENDRÍA QUE HABER HECHO SOBREESFUERZOS Y AHORA NO ESTARÍA LESIONADO!
- Pe-pero qué dices…? – exclamó.
- Y ENCIMA NI SIQUIERA TE PREOCUPASTE POR MI! TE DEDICASTE A PASEAR POR DELANTE DE LA CLÍNICA PARA EXHIBIR TU MALDITA CAMISETA DE LA SELECCIÓN!
Rukawa iba a replicar pero vio como Sakuragi levantaba de nuevo el puño. Consiguió esquivarle y se preparó para golpear él, pero entonces recordó la promesa hecha al entrenado Anzai. El pelirrojo ni siquiera se dio cuenta de que Rukawa detenía su puño a medio camino y le golpeó de nuevo en la nariz.
Esta vez el chico de ojos azules cayó al suelo de espaldas y Sakuragi se colocó encima de su estómago para continuar golpeándole con el puño en la cara mientras con la mano izquierda le sujetaba por el cuello de la camiseta.
Rukawa intentaba librarse pero el agotamiento debido al entrenamiento le estaba traicionando y además estaba muy aturdido.
De pronto la lluvia de golpes cesó y antes de cerrar los ojos vio como alguien le sacaba al doa'ho de encima.
- ESTÁS LOCO O QUE TE PASA, SAKURAGI! – gritaba Sendoh arrastrando al pelirrojo lejos del número 11 del Shohoku.
- Qué coño haces tú aquí! – gritó Sakuragi librándose del puercoespín e intentando que su respiración se normalizara.
Viendo que el pelirrojo parecía haberse calmado Sendoh acudió de nuevo junto a Rukawa y comprobó preocupado que estaba casi inconsciente.
- Rukawa… Rukawa, me oyes? Tranquilo, te llevaré a un hospital.
- No… - suplicó entreabriendo los ojos – No quiero ir… al hospital no, por favor…
- Pero… Bueno, pues te llevaré a tu casa… dime donde vives…
- … - Rukawa había cerrado los ojos de nuevo y no parecía tener intención de seguir hablando.
- Rukawa…
"Y ahora que hago?", pensó Sendoh, "Por qué no querrá ir al hospital? Puedo entender que no quiera que le vean así en su casa, pero le tendría que atender un médico… Y si le llevo a la mía? Mis padres no están, y Meiko seguro que no dirá nada… o sí, pero tendré que arriesgarme…"
Sakuragi observó inmóvil como Sendoh ayudaba al zorro levantarse y lo medio cargaba hasta la salida. Pero antes de desaparecer por la puerta, el capitán del Ryonan se giró un poco y le miró amenazante.
- Si vuelves a acercarte a él, juro Sakuragi que te las verás conmigo – dijo con una voz oscura que nunca antes le había escuchado.
De pronto el pelirrojo se encontró solo en el gimnasio. Inconscientemente alzó sus manos para mirarlas y contempló la sangre con que estaban manchadas.
Sintió miedo. No por el estado de Rukawa, sino por él mismo. Si Sendoh no hubiera aparecido para detenerle…
"Dios mío, que he hecho?"
"Desde cuando soy así?"
xXx
- Seguro que no debería llevarles a un hospital? – les preguntó por segunda vez el taxista.
- No hace falta – respondió Sendoh.
- Donde vamos…? – preguntó Rukawa al no haber reconocido la dirección que había indicado Sendoh al subirse en el taxi.
- A mi casa.
- …
Rukawa no dijo nada más por lo que Sendoh pensó que estaba de acuerdo.
Quince minutos después el taxi se detenía frente a un bloque de pisos que parecía muy nuevo. Sendoh pagó al taxista y luego ayudó a Rukawa a bajar del vehículo y lo condujo hacia la entrada acristalada.
"Empiezo a entender porqué a Rukawa no le importa la salud de Sakuragi… ese desgraciado casi acaba con la suya… Pero no debo precipitarme, quizás Rukawa le dio algún motivo para pelearse… aún así, y eso es lo que menos entiendo, Sakuragi no tenía ni un rasguño…"
Mientras con una mano sujetaba al chico más bajo por la cintura, pues apenas se tenía en pie, con la otra se sacó las llaves de un bolsillo y abrió la puerta. Lo condujo al interior de la elegante entrada y al llegar al ascensor pulsó el botón de llamada. Mientras esperaban a que bajara Rukawa apoyó la cabeza en su hombro y Sendoh se estremeció al sentir el suave roce de aquellos cabellos con su mejilla.
El ruido de una sacudida indicó al confuso capitán del Ryonan de que el ascensor ya había bajado. Cuando las puertas se abrieron arrastró al otro chico a su interior, pulsó el botón que tenía inscrito el número 8, las puertas se cerraron de nuevo y el ascensor empezó a subir.
De pronto Rukawa abrió los ojos. Y el terror se reflejó en ellos cuando se dio cuenta de donde estaba.
- Que… que es esto…? – exclamó soltándose de Akira – Dónde me has metido…?
- Estamos en el ascensor de mi casa… - explicó el chico mayor extrañado por la pregunta.
La extrañeza se convirtió en estupefacción al contemplar de improviso como Rukawa empezaba a golpear con las manos las paredes del ascensor y a gritar como un desesperado.
- SÁCAME DE AQUÍ! POR FAVOR SENDOH TIENES QUE SACARME DE AQUÍ!
- Pero que…?
- QUIERO SALIR DE AQUÍII!
Sendoh consiguió sobreponerse a su estupor y sujetó al chico de ojos azules para que no siguiera azotando las paredes pues a ese paso se rompería algún dedo y además el aparato se estaba tambaleando. Tuvo que hacer uso de todas sus fuerzas para abrazarlo y mantenerle inmóvil hasta que el ascensor se detuvo en la octava planta.
- Tranquilo… - le susurró al oído mientras las puertas se abrían – Ya pasó…
Iba a soltarle para salir al ver que parecía haberse calmado, pero entonces notó que tenía que hacer más fuerza para aguantarle. Al ver como se le doblaban las rodillas comprendió.
Rukawa se había desmayado.
N/A: ola! Aquí les dejo el cuarto capítulo, weno el quinto si contamos el prólogo. Espero que lo disfruten! Respuestas a reviews: Lensaiak: eres oficialmente la asesina encargada de matar a los personajes malos de mi fic XD Te diría espero que te guste el capi pero como ya me has dejado review en la otra web, pues ya se que te ha gustado y me alegro un montón XD; Kmiloncia: porque de algún sitio habrá sacado Rukawa esa fría personalidad y todos sus traumas jeje de momento sólo hay acercamiento por parte de Sendoh pero ya se verá ya se verá…; Mashou no Tenshi: tranquila, Hanamichi no será así en todo el fic… porqué la madre soporta al padre? muy fácil: porque lo quiere…; Ankin: gracias! Animar sí, pero ayudar… de momento no; Deep Bluer: a mi tampoco me gusta la pareja HanaSen ni SenHana, no le encuentro sentido, y no sólo porque mi adorado Ru no participe, es que no pegan ni con superglu… que fic es ese de 'juegos de seducción'? es de SD? Es que ahora no sé si lo he leído… es que leído tantos (de SD) Ey, muchas gracias por el review, me ha encantado!
Besos
Khira
