Hopeless
Capítulo 10. Nightmare
El timbre que anunciaba el comienzo de la hora del almuerzo sonó con fuerza y todos los alumnos se levantaron para ir al patio o a la cafetería, menos Rukawa, que como siempre se dirigió a la terraza. Después de tantas horas dentro de un aula con todas las ventanas cerradas necesitaba descansar en un espacio grande y abierto al menos durante un rato, aunque se congelara de frío.
En invierno era cuando más problemas le daba su claustrofobia, sobretodo en el instituto. Era lógico, pues apenas se hacían actividades al aire libre, y para que el aire caliente de la calefacción no se escapara las ventanas de todas las aulas permanecían cerradas a cal y canto. Y cuando el aula era pequeña, como por ejemplo el laboratorio de química, él lo pasaba realmente mal.
Pensó que algún día tendría que ser capaz de superar ese miedo. Además que subir a pie las ocho plantas del edificio de Sendoh era agotador.
Se sentó en el suelo y apoyó la espalda en la barandilla que daba al patio principal. Se había olvidado el almuerzo en casa, pero no le importaba porque no tenía nada de hambre. Cerró los ojos, dispuesto a echarse una siesta. Habían pasado varios minutos cuando escuchó una vocecita a su lado.
- Ru… Rukawa-kun…
Abrió los ojos. Sentada a su lado de rodillas estaba la que era ahora la segunda asistente del Shohoku, una de sus fieles seguidoras, la hermana de Akagi y la chica de la que Sakuragi estaba enamorado, tal y como se lo escuchó decir una vez a Miyagi.
- Qué quieres? – preguntó sin moverse.
- Yo…
- …?
- Yo… quería decirte que hace mucho tiempo que… bueno que yo… que… que estoy enamorada de ti…
"Ya lo había notado….", pensó el zorro poniendo los ojos en blanco.
Rukawa miró fijamente a la sonrojada chica, y sintió el extraño impulso de no ser muy desconsiderado con ella, contrariamente a lo que siempre había hecho cuando una chica se le había declarado. Quizás el hecho de estar con Sendoh lo estaba ablandando.
- Y bueno yo… - continuó Haruko – Tú… tú querrías salir conmigo?
- Haruko – la chica se sonrojó aún más al escucharle pronunciar su nombre – Yo… lo siento mucho, pero no puedo corresponderte… estoy saliendo con otra persona.
Unas lágrimas escaparon de sus ojos, y unos segundos más tarde comenzó a llorar con fuerza.
- En el fondo siempre he sabido que nunca conseguiría tu corazón… – dijo entre sollozos – Pero aún así quería intentarlo…
- Lo entiendo…
- Siento mucho haberte molestado…
- Tranquila… venga, no llores…
- Puedo… - Haruko había detenido su llanto y ahora le miraba con ojos brillantes – Podrías… podrías darme un beso?
- Qué…? – exclamó Rukawa sorprendido.
- Por favor! – suplicó ella – Por favor! Sólo un beso… sólo quiero sentir tus labios una sola vez… y te dejaré en paz para siempre…
Rukawa dudaba. No consideraba que un beso debiera darse como un favor, pero la chica parecía tan desesperada… Además nunca antes una chica había tenido la audacia de pedirle un beso de manera tan directa.
"Qué demonios…", pensó.
Se incorporó un poco, y poco a poco acercó su rostro al de Haruko hasta juntar sus labios durante un segundo.
- TEME KITSUNEEEE! – fue el grito que se escuchó en todo el instituto.
Rukawa se levantó de golpe para ver como Sakuragi se acercaba a él furioso, y conociendo esta vez el motivo de su ira. Creyó que lo justo era dar una explicación, y miró un momento a Haruko.
Pero Haruko no estaba.
"Pero cómo…?"
Sakuragi se abalanzó sobre él como un tigre sobre su presa, y ambos rodaron por el suelo, quedando el pelirrojo encima del chico de ojos azules.
Rukawa se quedó helado al ver y sentir como Sakuragi colocaba las manos alrededor de su cuello y comenzaba a apretar con fuerza.
- Doa'ho… que… haces…
Estiró una mano para alejar el rostro diabólico que tenía a unos centímetros del suyo, mientras con la otra intentaba apartarle las manos. Al no conseguirlo lo intentó con ambas manos, pero tampoco. Probó de arquear la espalda para sacarse a Sakuragi de encima, pero este pesaba casi diez kilos más que él y apenas se movió.
Y empezaba a tener serios problemas para respirar.
- Bas… ta…
Pero Sakuragi continuaba apretando.
Cerró los ojos para no verle la cara ni la sonrisa enferma que se había formado en ella.
"Quiere matarme…", pensó desesperado, "realmente quiere matarme…"
Abrió la boca para pedirle que le dejara en paz, suplicarle si hacía falta, pero no pudo articular ningún sonido. Una de sus manos resbaló involuntariamente por encima de las de Sakuragi y cayó al suelo, sin fuerzas ya para seguir intentando apartarlas.
"Ya no puedo…"
"Ya no puedo respirar…"
- Qué se siente, hijo?
Rukawa abrió los ojos aterrado al reconocer la voz. Ahora era su padre el que le estaba estrangulando.
- Qué se siente al saber que vas a morir?
- BASTAAAA!
Abrió los ojos, esta vez de verdad, e instintivamente puso su mano en el pecho, donde sintió su corazón a un ritmo tan acelerado que parecía que iba a explotar en cualquier momento.
Se pasó la otra mano por la sudada frente y miró a su alrededor. Estaba en la terraza del instituto; solo.
Había sido una pesadilla.
xXx
Mientras caminaba de regreso a su aula fue interceptado por su tutor, el señor Kitahara.
- Rukawa, podrías venir a mi despacho un momento?
- Sí, señor Kitahara.
- Te encuentras bien? Estás muy pálido.
- Sí, estoy bien.
Rukawa entró en el despacho de su tutor después de él; era una habitación demasiada pequeña para su gusto, de manera que rezó para que lo que tuviera que decirle no fuera muy extenso.
- Qué sucede? – preguntó sentándose en una silla frente a su mesa después de que el hombre se sentara en la suya.
- Quiero hablar contigo. Pero antes hay que esperar que vengan otras dos personas.
- Quienes?
- El señor Anzai y Hanamichi Sakuragi.
- Qué? Y de qué tienen que hablar conmigo? – aquello no pintaba bien.
- Yo creo que es bastante evidente – dijo el señor Kitahara señalando a un lado de la habitación.
Rukawa miró donde le señalaban y comprendió al ver su rostro reflejado en un espejo de pared. Como suponía le había salido un gran moratón en el pómulo y además tenía una herida muy visible en el labio. Pensaban quizás que había sido una pelea con el do'aho?
En ese momento tocaron a la puerta del despacho y entró el señor Anzai acompañado del pelirrojo. Después de que el gordito saludara a Rukawa con un gesto se sentó junto al señor Kitahara, y Sakuragi se sentó junto a Rukawa. Ninguno de los dos chicos miró al otro a los ojos, pero al pelirrojo le bastó echarle un vistazo de reojo para ver sorprendido la cara golpeada del kitsune, y se temió el motivo por el cual le habían mandado llamar.
El chico moreno se revolvió algo incómodo en el asiento. Aún tenía en su mente recuerdos vívidos de la pesadilla que había tenido minutos antes.
- Rukawa, en el último mes has faltado varios días a clase, y después apareciste con golpes en la cara, como hoy – comenzó el tutor.
- …
- Tienes algo que contarnos?
- No.
- Ha sido Sakuragi? – preguntó confirmando las sospechas de ambos chicos.
- No.
- Rukawa, si ha sido Sakuragi debes decírmelo - dijo el entrenador.
- No ha sido él.
- Ninguna de las dos veces?
- No.
Sakuragi en realidad no se sorprendió de que Rukawa no le delatara. Si no lo hizo cuando pasó no tenía sentido hacerlo ahora. Pero por qué? Por qué no lo hizo?
- Sí que fui yo – las palabras salieron de su boca casi sin pensar.
Rukawa giró la cabeza para mirarle, sorprendido.
- Yo ataqué a Rukawa en el gimnasio hace tres semanas – continuó el pelirrojo con la mirada fija en el entrenador Anzai.
- Entiendo – dijo el señor Kitahara – Y anteayer también se pelearon?
- No – se apresuró a responder Kaede.
- Qué te ha pasado entonces? Con quién te peleaste?
Rukawa instintivamente escondió las manos, ocultas ya bajo unos guantes negros. Todos estaban intrigados por su respuesta, incluso Sakuragi, que suponía sería la misma persona que lo atacó después de que él lo hiciera en el gimnasio.
- Y bien? – insistió el tutor.
- No puedo decirlo – respondió finalmente.
El señor Kitahara y el señor Anzai se miraron un momento entre ellos.
- Cómo que no puedes decirlo?
- …
- Rukawa, esto es muy serio – intervino el entrenador – Debes decirme quien te ha atacado… o a quien has atacado tú – añadió levantándose y cogiéndole una mano para quitarle el guante.
Sakuragi le miró la mano atónito. Él sabía muy bien que para que los nudillos quedaran tan morados y despellejados había que golpear muy fuerte y muy seguido.
- No nos vas a explicar esto?
- No.
El entrenador Anzai suspiró.
- Muy bien… Sakuragi, Rukawa… me prometisteis no volver a pelear y ambos habéis roto vuestra promesa… así que no me queda más remedio que expulsaros del equipo de baloncesto del Shohoku.
N/A: Holass! Aquí estoy yo con un nuevo capítulo de esta historia XD! Un poco corto, lo sé n.nUU Espero no haber asustado mucho con el comienzo, aunque no sería la primera vez que esos dos se matan en un fanfic… Mira que yo soy cruel y sádica pero una vez leí uno que me puso los pelos de punta a mí, y además me dejó con un mal cuerpo… la mala sensación me duró una semana, en serio. Y ahora no me preguntéis como se titulaba porque de veras que no me acuerdo, pero no era de esta página.
Respuestas a reviews:
Ankin: hola ankin! Yo también elegiría a mi hijo… y bueno, Tomoyo aún tardará un poco en reaccionar, pero su decisión no va a decepcionar. Besos y gracias por el review!
Mashou no Tenshi: por qué no? Felices felices quizás no, pero más o menos todo esto acabará bien… ya dije que ahora soy cien por cien fiel a los finales felices XD
Mish1: bueno, como bien dicen, más vale tarde que nunca, no? Jejeje. Me alegro de que te guste la historia.
Besos y hasta el próximo capítulo.
Khira
