NA: Wow! ¿como hice este capitulo tan largo? Sirius es un bastardo ¿cierto? pero el solo trata a la gente de la manera en que a él lo tratan, y en este capítulo es peor. No había intentado hacerlo absolutamente malo, pero en algún lugar sobre cuidados de criaturas mágicas se me salió de control. ¿Aprenderá Remus a salir siempre adelante? ¡tendrás que leer para descubrirlo!
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"Felt the best that I could feel
Censored every memory
Give me yours so I can feed mine
Anywhere but far away
Can't be what you meant to say
I won't miss you in the meantime
All jokes aside
You should decide
If it pleases or pains you"
~ Condenser, Finger Eleven
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Sirius miró fijamente su plato de avena, como si esta contuviera todas las respuestas del mundo. Realmente deseaba que así fuera, ya que su vida era un lío.
Por la hora del desayuno se sentó y sus ojos exploraron la mesa de Griffindor. Y entonces, después de no encontrar lo que buscaba miró el resto del Gran Salón. "¿ Qué estas haciendo?" Se lamentó silenciosamente hacia sus adentros " él no esta aquí y no vendrá, ¡probablemente lo traumatizaste de por vida!"
Sirius aparto su tazón de avena y comenzó a golpear rítmicamente su cabeza contra la mesa.
- Yo que tu pararía de hacer eso, Sirius. Podrías matar las pocas neuronas que te quedan - dijo James, sentándose él y Peter junto a Sirius. Él murmuro algo que sonaba como a "púdrete".
- ¿Qué pasa contigo? - preguntó Peter - has actuado muy extraño: perdiste una pelea con Lupin, ayer pasaste todo el día leyendo un viejo y polvoriento libro y estas levantado antes del amanecer. Es espeluznante.
- He tenido mucho en mi mente - masculló Sirius reanudando su desayuno. James se rió de él.
- ¿Tienes frustraciones amorosas con alguna chica o algo? porque, ya sabes, creo que a la linda pelirroja de Ravenclaw le gustas - la cabeza de Sirius se volteó con tanta rapidez que hizo estallar todas sus vértebras. Miró fijamente a James con grandes ojos "¿frustraciones amorosas?" después de todo si tenía frustraciones amorosas. El problema era, que él comenzaba a pensar que ya no deseaba tener mas de esos problemas nunca mas.
El conocía a la muchacha a la cual James se refería, y realmente era bonita, pero ella palidecía en comparación a una figura pequeña de revueltos cabellos y ojos dorados "quien todavía no esta aquí" observó distraídamente, echando otra mirada alrededor del Gran Salón.
Si su cabeza no hubiera estado lastimada comenzaría a darse con ella en la mesa otra vez. En lugar de eso la sacudió.
- No. No son frustraciones amorosas. Frustraciones de la vida tal vez, pero tiene muy poco que ver con las chicas - dijo, y entonces sonrió, un poco de su animo parecía volver - Además, creo que a ti te gusta - James tosió y miro atento su desayuno. La conversación termino ahí.
El desayuno fue devorado rápidamente (por lo menos por los otros chicos de Griffindor, realmente Sirius no tenia estomago para el esta mañana) y se encaminaron a su primera clase. Trasfiguración. James y Peter protestaron: "¡Sirius, vamos a llegar temprano!" pero él no prestó mucha atención.
Cuando llegaron a la primera clase, vieron que no eran los primeros, una figura solitaria estaba sentada en una esquina alejada, encorvado sobre unos libros u otros, leyendo.
- ¡Vaya! - dijo Peter sarcásticamente - miren quien decidió aparecer - Remus ni se movió para mirarlos, solo la tensión en sus hombros revelaron que lo había oído.
- dije... - comenzó Peter mas fuerte pero fue interrumpido por Sirius quien agarraba la parte posterior de su túnica y lo acarreaba al lado opuesto de la sala. James los siguió con el seño fruncido.
- Sirius, ¿por qué nos sentamos aquí? ¿ya no te gusta tirarle aviones de pergamino en la cabeza de loony? - Sirius abrió la boca para responder, pero Peter lo golpeó suavemente.
- ¡AJÁ! ¡le tienes miedo! como el te noqueó ahora tu le temes - Sirius se erizó
- ¡NO ESTOY ASUSTADO! - "asustado de lo que me haga, pero no de él" pensó hacia sus adentros. James y Peter lo miraron fijamente. Asió su mochila llevandola encima de su espalda y sentándose justo detrás de Remus. Se inclinó delante de la mesa y miró ferozmente la parte posterior de la cabeza del otro muchacho.
- No te tengo miedo - dijo, como si el otro muchacho lo hubiera acusado de ello. Remus se volteó lentamente y le dirigió la mirada. Una extraña mirada tenia en su cara, entre confusión y furia.
- ¿Ah no? - pregunto suavemente. Sirius quiso hacerle explicar esa enigmática pregunta, pero James y Peter lo sigueron y se sentaron junto a el, entonces decidió guardársela.
La lección no fue pesada. La profesora McGonagall estaba absorta en su explicación sobre animagos. Era un tema terriblemente fascinante y Sirius hubiera prestado atención mas que en las otras clases. Pero hoy no.
hoy estaba muy ocupado mirando al muchacho en frete de él. O fingiendo no mirarlo cuando el otro chico echó un vistazo sobre su hombro. Los acontecimientos de esa mañana volvieron una y otra vez en su mente. Ese beso... hizo muecas absurdas. Había sido el primer beso de Remus. Eso era algo que recordaría de por vida, algo que no podría ignorar. Pero... su mueca se apagó. Por mas maravilloso que hubiera sido, no era lo que había buscado. Había sido un pago, un soborno para que no dijese nada sobre... su mente aún desviaba ese particular pensamiento, eran cosas muy complicadas sin haber pensado en ellas. - Si alguien me hubiera dado mi primer beso de esa manera yo estaría furioso - pensó acongojado. Entonces paro, el había besado antes a alguien... ¿o no? atormento su cerebro, pensó mucho sobre eso... pero...
Dejó caer su cabeza contra la mesa con un sonoro golpe - ¡Idiota! - murmuró ferozmente
- ¡Black! - la profesora McGonagall dijo agudamente. El la miro rápidamente plasmándole una inocente mirada de confusión
- ¿si profesora? - dijo, manejando su voz para hacerla tan inocente como su mirada.
- Te lo diré solo una vez. Si te veo cabeceando de sueño otra vez en mi clase serán veinte puntos menos para Griffindor y una detención ¿quedó claro?
- Si profesora - dijo, destellando una encantadora sonrisa. Ella lo miró con desaprobación mientras la campana sonaba para la clase siguiente.
Cuidado de Criaturas Mágicas no estuvo muy interesante. La profesora Kettleburn hizo estudios sobre unicornios, entonces los chicos solo se quedaron alrededor no haciendo nada mientras las chicas exclamaban OHH! y AHH!. Era extremadamente aburrido lo que le dejo tiempo suficiente a Sirius para pensar incluso si no lo deseaba. Y Remus no estaba en esa clase por lo que no podía distraerse mirándolo fijamente de nuevo.
Si, había sido el primer beso de Remus, pero había sido el primer beso de Sirius también, de modo que estaban igualados ¿verdad? él realmente debería haber pensado de esa manera, pero pensar antes de actuar no era muy común en él. Y vaya, ese beso había valido la pena.
El corazón quemándose, el beso embriagador... quería sentir eso de nuevo tan desesperadamente.
Un momento, puesto que había sido el primer beso de ambos, entonces estaban iguales, por lo tanto Remus aún le debía algo. Su cara rompió en una horrible sonrisa que hubiera hecho temblar a un yeti. Él podía conseguir lo que le debía.
Tan pronto como la clase terminó corrió al castillo no esperando a James o Peter. Hubiera hecho un record si hubiera mirado hacia donde iba. Pero como no lo hacía chocó con un chico que caminaba por el corredor estrellándolos a ambos en el piso.
- Oh, lo lament... - pero sus palabras murieron en sus labios a ver de quien se trataba - ah, eres tu, no lo lamento entonces - Severus lo fulminó con la mirada desde su posición en el suelo. El Slytherin se levantó y sacudió su túnica.
Sirius se divirtió con la idea de golpear a ese molesto bastardo, pero pensó que James lo haría mas tarde. Esos dos siempre competían por las mayores calificaciones de pociones, mas la competencia de las casas, el Quidditch y las diferencias personales, una verdadera guerra.
- ¿Pasa algo malo Severus? - Una voz fría y cansina. Sirius volteó a ver quien salía a través de la puerta de donde había salido Snape. Ahí estaba Lucius Malfoy con sus dos siempre presentes y gigantes sombras, Crabble y Goyle.
Sirius repentinamente estaba muy enterado que James y Peter no estaban con él, y que los cinco estaban solos en le corredor.
- No mucho - respondió Snape, una presuntuosa sonrisa se plasmó es su estrecha cara - Solo se me cruzó por el camino un inmundo sangre sucia - Sirius se contuvo de golpear al presumido bastardo, pero apenas. Él no escogió ser hijo de muggle.
Los otros tres chicos salieron. Ambos, Malfoy y Snape sonreían como gatos que han atrapado al canario. Crabble y Goyle empezaban a golpear sus grandes nudillos.
Sirius, decidiendo que la discreción era la mejor parte de la valentía, se marchó lo mas rápido que pudo.
No paró para ver si lo perseguían, sabiendo que era mas rápido que cualquier Slytherin. Pero aún así pasó por pasajes secretos que sabía que ellos no conocían para estar completamente a salvo.
No paró hasta que llegó a la Sala Común de Griffindor, y antes de echar un rápido vistazo no encontrando lo que buscaba procedió a subir a su cuarto en un dos por tres.
Mientras caminaba dentro de su cuarto algo lo molestaba, él había ido a hacer algo, pero ese encuentro con Snape confundió su cerebro, pero su memoria volvió cuando sus ojos cayeron en el solitario ocupante del cuarto.
- ¡AJA! - gritó triunfante, causando que Remus dejara caer los libros que acababa de sacar de su baúl. Miró a Sirius cautelosamente.
- ¿Qué? - el muchacho casi gruñó.
- Ajá - dijo Sirius, sacudiendo su dedo hacia él - Si yo fuera tu seria mas bueno conmigo - dijo burlescamente. Remus se enderesó y cruzó sus brasos, mirándolo bastante molesto.
- ¿Qué quieres Sirius?
- Tu aún me debes algo - remus retrocedió unos pasos mirando atónito con un toque de miedo.
- ¡N... no, no te debo nada! - Sirius lo ignoró, yendo hacia él y tomándolo de los hombros
- Quédate quieto - murmuró mientras se inclinaba hacia adelante. Pero Remus puso sus manos entre los dos y lo empujó lejos fuertemente. Sirius retrocedió a tropezones varios pasos totalmente ensimismado. Como se atreve, el le debía.
Sirius se lanzó hacia él y lo asió fuertemente. Besó apasionadamente la boca del otro muchacho mientras agarraba el cabello de la parte de atrás del cuello, todavía sosteniéndolo. Se quedaron asó por un par de segundos, Remus demasiado impactado como para moverse y Sirius intentando entender por qué esta vez no sentía nada como lo de esta mañana.
Pero el tabú se rompió súbitamente y Sirius sintió como Remus sacaba sus labios de los suyos con un gruñido. El otro chico lo agarró nuevamente de los hombros, pero Remus, con un movimiento rápido lo empujó con todas sus fuerzas, haciéndolo girar y estrellándolo contra la pared. Apenas tuvo tiempo de pestañar antes de que Remus estaba sobre él otra vez. Sintió una mano en su garganta, y por un segundo creyó que Remus iba a estrangularlo. Pero contrario a lo que pensaba, su mano agarró la cabeza de Sirius, forzándola a no solo arquear el cuello sino que también todo su pecho.
Tuvo tiempo para un vago "¿qué demonios esta haciendo?" antes de que unos afilados dientes se cerraran en su traquea. Sirius se congeló, y finalmente lo golpeó. El chico que ha estado molestando durante dos años, el ratón de biblioteca estaba cerrando sus dientes peligrosamente sobre su garganta. Era un Hombre Lobo, una salvaje y sangrienta criatura que no le importaba rasgar las gargantas de las personas con sus dientes.
Y en la situación en que estaba, no lo ayudaba el darse cuenta que esa mordida hacia ver a Remus mas tentador. Estaba relajado bajo la mordida de Remus, sin ningún miedo.
Lo soltó tan rápido como lo había agarrado, mirándolo con ojos horrorizados antes de salir como una flecha fuera del dormitorio. Y Sirius por tercera vez en unos días vio como se iba.
- Hn, hombres lobo, debí imaginármelo - dijo, riendo para sí mientras se levantaba y se iba al Gran Salón para ver si había algo de comida.
Ninguno de los dos había notado que un chico de pelo despeinado color azabache abría las cortinas rojas de su cama, mirando fijamente con sus anteojos.
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NA2: dun-dun-dun! soy un demonio, Sirius es un cachorrito enfermo, verdad? una explicación sobre la mordida. Es cosa de hombres lobo. Cuando dos lobos luchan y uno quiere demostrar que perdió, se voltea de forma de que su garganta quede expuesta para que el otro lo muerda ligeramente. O pueden morderlos a la fuerza, forzándolos a rendirse. es cosa de dominación. A remus no le gusta que le toquen la parte posterior del cuello por esa misma razón. Eso y además un lobo muerde antes de.... emm... ::tosiendo:: monta a su compañero.
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Sirius miró fijamente su plato de avena, como si esta contuviera todas las respuestas del mundo. Realmente deseaba que así fuera, ya que su vida era un lío.
Por la hora del desayuno se sentó y sus ojos exploraron la mesa de Griffindor. Y entonces, después de no encontrar lo que buscaba miró el resto del Gran Salón. "¿ Qué estas haciendo?" Se lamentó silenciosamente hacia sus adentros " él no esta aquí y no vendrá, ¡probablemente lo traumatizaste de por vida!"
Sirius aparto su tazón de avena y comenzó a golpear rítmicamente su cabeza contra la mesa.
- Yo que tu pararía de hacer eso, Sirius. Podrías matar las pocas neuronas que te quedan - dijo James, sentándose él y Peter junto a Sirius. Él murmuro algo que sonaba como a "púdrete".
- ¿Qué pasa contigo? - preguntó Peter - has actuado muy extraño: perdiste una pelea con Lupin, ayer pasaste todo el día leyendo un viejo y polvoriento libro y estas levantado antes del amanecer. Es espeluznante.
- He tenido mucho en mi mente - masculló Sirius reanudando su desayuno. James se rió de él.
- ¿Tienes frustraciones amorosas con alguna chica o algo? porque, ya sabes, creo que a la linda pelirroja de Ravenclaw le gustas - la cabeza de Sirius se volteó con tanta rapidez que hizo estallar todas sus vértebras. Miró fijamente a James con grandes ojos "¿frustraciones amorosas?" después de todo si tenía frustraciones amorosas. El problema era, que él comenzaba a pensar que ya no deseaba tener mas de esos problemas nunca mas.
El conocía a la muchacha a la cual James se refería, y realmente era bonita, pero ella palidecía en comparación a una figura pequeña de revueltos cabellos y ojos dorados "quien todavía no esta aquí" observó distraídamente, echando otra mirada alrededor del Gran Salón.
Si su cabeza no hubiera estado lastimada comenzaría a darse con ella en la mesa otra vez. En lugar de eso la sacudió.
- No. No son frustraciones amorosas. Frustraciones de la vida tal vez, pero tiene muy poco que ver con las chicas - dijo, y entonces sonrió, un poco de su animo parecía volver - Además, creo que a ti te gusta - James tosió y miro atento su desayuno. La conversación termino ahí.
El desayuno fue devorado rápidamente (por lo menos por los otros chicos de Griffindor, realmente Sirius no tenia estomago para el esta mañana) y se encaminaron a su primera clase. Trasfiguración. James y Peter protestaron: "¡Sirius, vamos a llegar temprano!" pero él no prestó mucha atención.
Cuando llegaron a la primera clase, vieron que no eran los primeros, una figura solitaria estaba sentada en una esquina alejada, encorvado sobre unos libros u otros, leyendo.
- ¡Vaya! - dijo Peter sarcásticamente - miren quien decidió aparecer - Remus ni se movió para mirarlos, solo la tensión en sus hombros revelaron que lo había oído.
- dije... - comenzó Peter mas fuerte pero fue interrumpido por Sirius quien agarraba la parte posterior de su túnica y lo acarreaba al lado opuesto de la sala. James los siguió con el seño fruncido.
- Sirius, ¿por qué nos sentamos aquí? ¿ya no te gusta tirarle aviones de pergamino en la cabeza de loony? - Sirius abrió la boca para responder, pero Peter lo golpeó suavemente.
- ¡AJÁ! ¡le tienes miedo! como el te noqueó ahora tu le temes - Sirius se erizó
- ¡NO ESTOY ASUSTADO! - "asustado de lo que me haga, pero no de él" pensó hacia sus adentros. James y Peter lo miraron fijamente. Asió su mochila llevandola encima de su espalda y sentándose justo detrás de Remus. Se inclinó delante de la mesa y miró ferozmente la parte posterior de la cabeza del otro muchacho.
- No te tengo miedo - dijo, como si el otro muchacho lo hubiera acusado de ello. Remus se volteó lentamente y le dirigió la mirada. Una extraña mirada tenia en su cara, entre confusión y furia.
- ¿Ah no? - pregunto suavemente. Sirius quiso hacerle explicar esa enigmática pregunta, pero James y Peter lo sigueron y se sentaron junto a el, entonces decidió guardársela.
La lección no fue pesada. La profesora McGonagall estaba absorta en su explicación sobre animagos. Era un tema terriblemente fascinante y Sirius hubiera prestado atención mas que en las otras clases. Pero hoy no.
hoy estaba muy ocupado mirando al muchacho en frete de él. O fingiendo no mirarlo cuando el otro chico echó un vistazo sobre su hombro. Los acontecimientos de esa mañana volvieron una y otra vez en su mente. Ese beso... hizo muecas absurdas. Había sido el primer beso de Remus. Eso era algo que recordaría de por vida, algo que no podría ignorar. Pero... su mueca se apagó. Por mas maravilloso que hubiera sido, no era lo que había buscado. Había sido un pago, un soborno para que no dijese nada sobre... su mente aún desviaba ese particular pensamiento, eran cosas muy complicadas sin haber pensado en ellas. - Si alguien me hubiera dado mi primer beso de esa manera yo estaría furioso - pensó acongojado. Entonces paro, el había besado antes a alguien... ¿o no? atormento su cerebro, pensó mucho sobre eso... pero...
Dejó caer su cabeza contra la mesa con un sonoro golpe - ¡Idiota! - murmuró ferozmente
- ¡Black! - la profesora McGonagall dijo agudamente. El la miro rápidamente plasmándole una inocente mirada de confusión
- ¿si profesora? - dijo, manejando su voz para hacerla tan inocente como su mirada.
- Te lo diré solo una vez. Si te veo cabeceando de sueño otra vez en mi clase serán veinte puntos menos para Griffindor y una detención ¿quedó claro?
- Si profesora - dijo, destellando una encantadora sonrisa. Ella lo miró con desaprobación mientras la campana sonaba para la clase siguiente.
Cuidado de Criaturas Mágicas no estuvo muy interesante. La profesora Kettleburn hizo estudios sobre unicornios, entonces los chicos solo se quedaron alrededor no haciendo nada mientras las chicas exclamaban OHH! y AHH!. Era extremadamente aburrido lo que le dejo tiempo suficiente a Sirius para pensar incluso si no lo deseaba. Y Remus no estaba en esa clase por lo que no podía distraerse mirándolo fijamente de nuevo.
Si, había sido el primer beso de Remus, pero había sido el primer beso de Sirius también, de modo que estaban igualados ¿verdad? él realmente debería haber pensado de esa manera, pero pensar antes de actuar no era muy común en él. Y vaya, ese beso había valido la pena.
El corazón quemándose, el beso embriagador... quería sentir eso de nuevo tan desesperadamente.
Un momento, puesto que había sido el primer beso de ambos, entonces estaban iguales, por lo tanto Remus aún le debía algo. Su cara rompió en una horrible sonrisa que hubiera hecho temblar a un yeti. Él podía conseguir lo que le debía.
Tan pronto como la clase terminó corrió al castillo no esperando a James o Peter. Hubiera hecho un record si hubiera mirado hacia donde iba. Pero como no lo hacía chocó con un chico que caminaba por el corredor estrellándolos a ambos en el piso.
- Oh, lo lament... - pero sus palabras murieron en sus labios a ver de quien se trataba - ah, eres tu, no lo lamento entonces - Severus lo fulminó con la mirada desde su posición en el suelo. El Slytherin se levantó y sacudió su túnica.
Sirius se divirtió con la idea de golpear a ese molesto bastardo, pero pensó que James lo haría mas tarde. Esos dos siempre competían por las mayores calificaciones de pociones, mas la competencia de las casas, el Quidditch y las diferencias personales, una verdadera guerra.
- ¿Pasa algo malo Severus? - Una voz fría y cansina. Sirius volteó a ver quien salía a través de la puerta de donde había salido Snape. Ahí estaba Lucius Malfoy con sus dos siempre presentes y gigantes sombras, Crabble y Goyle.
Sirius repentinamente estaba muy enterado que James y Peter no estaban con él, y que los cinco estaban solos en le corredor.
- No mucho - respondió Snape, una presuntuosa sonrisa se plasmó es su estrecha cara - Solo se me cruzó por el camino un inmundo sangre sucia - Sirius se contuvo de golpear al presumido bastardo, pero apenas. Él no escogió ser hijo de muggle.
Los otros tres chicos salieron. Ambos, Malfoy y Snape sonreían como gatos que han atrapado al canario. Crabble y Goyle empezaban a golpear sus grandes nudillos.
Sirius, decidiendo que la discreción era la mejor parte de la valentía, se marchó lo mas rápido que pudo.
No paró para ver si lo perseguían, sabiendo que era mas rápido que cualquier Slytherin. Pero aún así pasó por pasajes secretos que sabía que ellos no conocían para estar completamente a salvo.
No paró hasta que llegó a la Sala Común de Griffindor, y antes de echar un rápido vistazo no encontrando lo que buscaba procedió a subir a su cuarto en un dos por tres.
Mientras caminaba dentro de su cuarto algo lo molestaba, él había ido a hacer algo, pero ese encuentro con Snape confundió su cerebro, pero su memoria volvió cuando sus ojos cayeron en el solitario ocupante del cuarto.
- ¡AJA! - gritó triunfante, causando que Remus dejara caer los libros que acababa de sacar de su baúl. Miró a Sirius cautelosamente.
- ¿Qué? - el muchacho casi gruñó.
- Ajá - dijo Sirius, sacudiendo su dedo hacia él - Si yo fuera tu seria mas bueno conmigo - dijo burlescamente. Remus se enderesó y cruzó sus brasos, mirándolo bastante molesto.
- ¿Qué quieres Sirius?
- Tu aún me debes algo - remus retrocedió unos pasos mirando atónito con un toque de miedo.
- ¡N... no, no te debo nada! - Sirius lo ignoró, yendo hacia él y tomándolo de los hombros
- Quédate quieto - murmuró mientras se inclinaba hacia adelante. Pero Remus puso sus manos entre los dos y lo empujó lejos fuertemente. Sirius retrocedió a tropezones varios pasos totalmente ensimismado. Como se atreve, el le debía.
Sirius se lanzó hacia él y lo asió fuertemente. Besó apasionadamente la boca del otro muchacho mientras agarraba el cabello de la parte de atrás del cuello, todavía sosteniéndolo. Se quedaron asó por un par de segundos, Remus demasiado impactado como para moverse y Sirius intentando entender por qué esta vez no sentía nada como lo de esta mañana.
Pero el tabú se rompió súbitamente y Sirius sintió como Remus sacaba sus labios de los suyos con un gruñido. El otro chico lo agarró nuevamente de los hombros, pero Remus, con un movimiento rápido lo empujó con todas sus fuerzas, haciéndolo girar y estrellándolo contra la pared. Apenas tuvo tiempo de pestañar antes de que Remus estaba sobre él otra vez. Sintió una mano en su garganta, y por un segundo creyó que Remus iba a estrangularlo. Pero contrario a lo que pensaba, su mano agarró la cabeza de Sirius, forzándola a no solo arquear el cuello sino que también todo su pecho.
Tuvo tiempo para un vago "¿qué demonios esta haciendo?" antes de que unos afilados dientes se cerraran en su traquea. Sirius se congeló, y finalmente lo golpeó. El chico que ha estado molestando durante dos años, el ratón de biblioteca estaba cerrando sus dientes peligrosamente sobre su garganta. Era un Hombre Lobo, una salvaje y sangrienta criatura que no le importaba rasgar las gargantas de las personas con sus dientes.
Y en la situación en que estaba, no lo ayudaba el darse cuenta que esa mordida hacia ver a Remus mas tentador. Estaba relajado bajo la mordida de Remus, sin ningún miedo.
Lo soltó tan rápido como lo había agarrado, mirándolo con ojos horrorizados antes de salir como una flecha fuera del dormitorio. Y Sirius por tercera vez en unos días vio como se iba.
- Hn, hombres lobo, debí imaginármelo - dijo, riendo para sí mientras se levantaba y se iba al Gran Salón para ver si había algo de comida.
Ninguno de los dos había notado que un chico de pelo despeinado color azabache abría las cortinas rojas de su cama, mirando fijamente con sus anteojos.
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NA2: dun-dun-dun! soy un demonio, Sirius es un cachorrito enfermo, verdad? una explicación sobre la mordida. Es cosa de hombres lobo. Cuando dos lobos luchan y uno quiere demostrar que perdió, se voltea de forma de que su garganta quede expuesta para que el otro lo muerda ligeramente. O pueden morderlos a la fuerza, forzándolos a rendirse. es cosa de dominación. A remus no le gusta que le toquen la parte posterior del cuello por esa misma razón. Eso y además un lobo muerde antes de.... emm... ::tosiendo:: monta a su compañero.
