NA: Sirius comprende algunas cosas y James lo reta por ser un idiota. Siento que este capítulo sea tan corto, pero realmente quiero llegar al capitulo 8. Gracias a los que dejaron reviews! Por favor sigan leyendo este fic.


"No better feeling than escape
Avoid the feeling so you're
Collapsing in again
You found what makes it sore
You triggered off the feelings
That you felt before
All the guilt pulls away
If only forever."


~ Temporary Arms, Finger Eleven


Sirius rodó y puso la almohada sobre su cabeza, intentando aliviar la culpabilidad y preocupación que lo mantenía despierto. Unas palabras se repetían en su mente usando la voz de Remus; "repudiado", "campos de hombres lobo", "matalobos"..."conseguiste utilizarlo"... su voz sonaba quebradiza. Frío e indiferente, como si no le importara que pudiera pasar con Remus.

Y Remus había estado tan seguro de que él y James iban a ir directo a la sala común y contarles a todos el horrible mounstro que era.

Recordaba cuan asustado estaba Remus cuando lo enfrentó esa mañana. Ahora que pensaba en eso, sabía el por qué. Y por qué alguien tan normal como Remus se quedó ahí parado dejando que alguien como él lo besara. Sirius sabía que si los papeles hubieran estado invertidos él habría hecho cualquier cosa para no regresar al infierno. Para no regresar a casa.

Pero él no le iba a decir a nadie. Es solo que le había gustado mucho tener control sobre el otro chico, porque generalmente Remus pretendía que Sirius no existía.

Había sido bonito cuando Remus se percató de su existencia. Que hubiera mirado sobre su hombro durante transfiguración. Que hubiera escuchado cuando quería hablar con él en vez de ignorarlo y salir de la pieza. Él, James y Peter podrían hacer estallar de risa a todo el Gran Salón y aún así Remus no les hacía caso... no le hacia caso.

Eso era todo lo que buscaba. La atención de Remus.

Se volcó y apretó la almohada sobre su cara para ahogar el gruñido de frustración. ¡Que equivocado había estado! ¿Por qué actuó de esa manera? ¿Qué había en Remus que hacía que pensara tanto en él?

Remus era dulce, tímido y callado... pero no, al mismo tiempo... Tembló, una mano agarraba su garganta, donde estaba seguro que todavía tenía marcados los dientes de Remus.

El era un lío de contradicciones y misterios, y haber descubierto el problema de Remus lo hacía mas interesante para Sirius.

Y ese beso, el que fue antes de amanecer, no el forzado antes del almuerzo (aunque haya tenido resultados interesantes), fue especialmente relajante. Cuando imaginaba haciéndolo con alguna chica ni siquiera estaba cerca de comparársele. De hecho, ahora que lo pensaba no se le comparaba. Ni siquiera era interesante.

Gimió y apretó mas fuerte la almohada sobre su cabeza. Como si su vida no fuera bastante desastrosa, ahora codiciaba a un hombre-lobo adolescente. "Maravilloso" pensó sarcásticamente antes de darse vuelta nuevamente para tratar de conciliar el sueño.


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~ Llegar a ser un Animago requiere de un proceso muy complicado que consiste en una combinación de encantos, pociones y trasformaciones. Deben hacerse los pasos apropiados y las veces apropiadas para asegurarse de que nada resulte mal con la transformación final. Transformar a alguien en sapo es relativamente fácil, pero transformarse uno mismo en un animal y volver después a la normalidad es mucho mas difícil, ya que tienen que pensar como humano dentro del cuerpo del animal para así poder volver a la normalidad cuando deseen, de lo contrario se quedaran con esa forma. Una vez que se haya logrado, la primera transformación de humano a animal y viceversa, el animago puede cambiar instantáneamente en una forma indistinguible de un animal. ~

Sirius hiso una pausa en sus apuntes. "Me pregunto si la forma de lobo de Remus le produciría algún efecto si yo fuese uno, si fuese un animago" se preguntó distraídamente antes de darse cuenta de lo que estaba haciendo. Estaba pensando en Remus. Otra vez. Enfadado tiró su pluma contra la mesa.

- ¿Problemas? - preguntó James, aunque sus ojos estaban fijado en su pergamino.

- Si - dijo irritado - ¿Cómo puedes concentrarte con esto? - dijo con ferocidad. James levantó una ceja.

- ¿Con qué? - preguntó suavemente. "¡con el que esta sentado justo ahí!" era lo que quiso decir Sirius. Había sido ya hace una semana en que los tres, él, James y Remus habían actuado como si nada hubiese pasado. Como si nada hubiese cambiado. Remus y James hacían un trabajo especialmente bueno.

Pero lo que Sirius quería era ir donde el chico y zamarrearlo. Tratar de deshacer esa máscara y hacer que lo mirara otra vez. Pero no le podía decir eso a James.

Sin embargo sus ojos lo traicionaron, cuando le lanzó una mirada al único ocupante de esa sección de la biblioteca, se volvió a James para encontrar que lo estaba mirando

- Verdaderamente tienes un problema con él, ¿cierto? - dijo con bastante brusquedad. - No es posible para él dejar de ser... eso - dijo, haciendo un gesto vago con su mano, como clarificando lo que quiso decir con sus palabras. Sirius lo miró indignado.

- ¡Ese no es el... problema! - dijo, volviendo a su ensayo.

- ¿Todavía estas enojado por la mentira que dijo sobre que lo habías besado?, porque pienso que ese era su propósito. - Sirius lo miró con grandes ojos. ¿El pensó que Remus había estado mintiendo?. Sirius miró al muchacho nuevamente.

- El... El no estaba mintiendo, James. Pero creo que lo dijo con el fin de hacerme enojar. Y lo logró - James parpadeó antes de inclinarse sobre la mesa para asegurarse de no ser oídos.

- Entonces, ¿Realmente lo besaste? - preguntó James curioso. Sirius empezó a escribir su ensayo, presionando tan fuerte su pluma que rasgó el pergamino y se embarró con la tinta.

- Maldita sea - refunfuñó bajo su aliento. Miró su ensayo arruinado y se encogió de hombros - eso creo... - James ordenó sus pensamientos y lo miró. No parecía muy contento.

- ¿por qué?

Sirius se sonrojó y miró bajo la mesa.

- Sirius... - dijo James, perdiendo la paciencia. Dios, ¿pero qué podía decir? "Si James, tu mejor amigo es un marica. Pero no te preocupes, estas a salvo. A mi solo me atraen los hombres-lobo." No parecía muy apropiado. ¿Cuál había sido la razón por la cual besó a Remus? Ah, si...

- Bueno, supuse que si tuve que darle mi palabra a cambio de mantener su secreto, él debía darme algo a cambio - dijo poco convincente.

- Sirius, solo hay una palabra para todo esto. Se llama chantaje - dijo James bruscamente - Y si mi memoria no me falla eso es ilegal aun en el mundo muggle - ¡Maldita sea! ¿Por qué James tenía que ser tan aterrizado? y siempre... siempre tenía la razón.

- ¡Ya lo sé! - dijo irritado, mirando a cualquier lado con tal de no ver a James. Esto no lo ayudaba mucho, James estaba logrando hacerlo sentir como un completo patán.

- Repito: ¿Por qué? - preguntó James nuevamente - podrías haberle pedido cualquier otra cosa, ¿por qué justamente eso?

- Eran las cuatro de la mañana, no pensaba claramente - dijo Sirius en defensa. James acomodó sus lentes en su nariz y miró a Sirius tan penetrantemente que lo hizo sudar. ¿Qué estaba pensando? pero antes que Sirius hubiera adivinado, James pestañó con una expresión bastante perpleja para después empezar a reír suavemente.

- ¡¿Qué?! - preguntó Sirius acaloradamente. No veía nada de chistoso en toda esta conversación.

- A tí te gusta - dijo antes de empezar a reírse nuevamente

- Sí, soy un maricón. Deja de reírte - protestó Sirius. Pero James lo miró confundido

- ¿Qué es un maricón? - preguntó James confundido

- Ya sabes, un maricón, un "raro", un hombre que le gusta otros hombres - se explicó

- Ah, eso es lo que pensé. Pero lo dijiste como si fuera algo malo por eso me confundí - esta no había sido la reacción que esperaba

- Espera - ahora Sirius era el confundido - ¿los magos no creen que sea algo malo? - no había pensado en eso, el mundo de los magos tenían sus propias reglas, ¿ Por qué no también con esto?

- No realmente - Sirius frunció un poco el entrecejo "¿no realmente?", había sido la misma respuesta que le dio James el primer año cuando le preguntó si a la gente le interesaba si era o no un sangre pura. Lo que significaba que si importaba, pero no a todos.

- ¿Por qué? ¿Los muggles piensan que es malo?

- Si - dijo como si fuera muy obvio - Pero entonces, ¿esta bien para ti? - preguntó mirándolo detenidamente

- Claro - dijo encogiéndose de hombros - solo no la agarres conmigo porque mis gustos no son los mismos que los tuyos. Sirius le dio una mirada de repugnancia.

- Lo siento, James, pero no eres mi tipo - dijo con una risita de alivio.

- Exacto, porque a ti te atraen los hombres lobo - Sirius balbuceó. Eso habías estado bastante cerca de lo que había pensado hace poco

- Entonces, te gusta Remus. Ahora que eso esta claro, dime por qué te portaste como un bastardo con él

- ¡No estaba pensando! - dijo con ferocidad - No puedo pensar cuando él esta cerca, lo enreda todo - James miró a su pergamino y anotó algo para después guardar todas sus cosas en su bolso.

- Esta listo - dijo con aire de suficiencia, mirando de forma significativa el ensayo a medio hacer de Sirius. Ambos saltaron cuando alguien limpió su garganta detrás de ellos. Se dieron vuelta y encontraron a la bibliotecaria mirándolos de forma digna a la de un basilisco.

- Voy a pedirles que se marchen, han hecho demasiado ruido. Ambos sonrieron ampliamente y recogieron sus cosas.

- Vamos -dijo James - te ayudaré a terminar tu ensayo en la sala común

Con una ultima mirada hacia Remus, quien todavía leía en su esquina, Sirius siguió a James fuera de la biblioteca.