Hopeless
Capítulo 16. In the end
En la habitación, ajenos a lo que se avecinaba, Sendoh y Rukawa seguían besándose como si se fuera a acabar el mundo ese mismo día. Rukawa aprovechó un momento que Sendoh se separó un momento para coger aire para disculparse él también.
- Akira, yo también lo siento… - musitó con voz cansada – Yo confiaba y confío en ti, pero no podía contártelo… habrías querido intervenir…
- Por supuesto que sí… - afirmó Sendoh.
- Pero yo no podía permitirlo… Además mi madre siempre nos prohibió hablar del tema…
Sendoh se sorprendió bastante con ese comentario.
- Pero tengo entendido que al final se ha decidido a denunciarlo… - comentó mientras le apartaba el flequillo de la frente.
- Sí… - suspiró Rukawa – Espero que lo mantenga… sobretodo ahora que está embarazada…
- Qué! – exclamó.
- Lo que oyes – suspiró de nuevo – Por eso espero que mantenga la denuncia y no le deje volver a casa, yo ya no podré protegerles a todos… - la voz le tembló – No me quedan fuerzas para hacerlo…
- Tranquilo… - Sendoh se inclinó de nuevo y le besó la frente – Ya no debes preocuparte más por eso. Tu madre no lo permitirá esta vez.
Se besaron de nuevo en la boca, decididos a no separarse hasta que sus pulmones reclamaran de nuevo aire, pero no había pasado ni un minuto cuando una voz grave les sorprendió, sobretodo a Rukawa, quien la reconoció de inmediato.
- Y encima maricón… Hay que joderse.
Sendoh se separó rápidamente de Rukawa y contempló al hombre que había entrado en la habitación sin ellos darse cuenta. Las facciones de su cara y en especial los fríos ojos azules le eran demasiado familiares como para no saber de quien se trataba. La voz aterrada de Kaede confirmó su sospecha enseguida.
- Papá…
Kaoru Rukawa le miró asqueado.
- No vuelvas a llamarme así.
- Márchese ahora mismo de aquí o llamo a la policía – intervino Sendoh interponiéndose entre la cama de Kaede y su padre.
- No te atrevas a darme órdenes, maricón de mierda – siseó Kaoru a la vez que le señalaba con un dedo con gesto amenazador.
- Repito, márchese ahora mismo de aquí o llamo a la policía.
- Akira, por favor vete, déjame hablar a solas con él…
- No digas gilipolleces, Kaede, como vas a quedarte a solas con este tipo…
- Este tipo es mi padre, por favor vete, debo hablar con él…
- Tu puto tiene razón, será mejor que te vayas, esto es entre él y yo.
A Sendoh le dio tanta rabia escuchar al señor Rukawa llamar así a su hijo que dio un par de pasos hacia él dispuesto a sacarle a la fuerza de la habitación. Pero en ese momento el hombre sacó una navaja del bolsillo y la abrió. Sendoh se detuvo de inmediato.
- No, por favor… - gimió Rukawa.
Pero su súplica fue en vano. Apenas dos segundos después Kaoru se abalanzó furioso sobre Sendoh dispuesto a herirle; el chico le esquivó como pudo y le golpeó en el rostro. El hombre le devolvió el golpe rápidamente e intentó herirle otra vez. Sendoh lo esquivó nuevamente pero al caminar hacia atrás tropezó con la silla donde Tomoyo había dormido y Kaoru se aprovechó. Le atacó y esta vez consiguió hacerle caer en el suelo de espaldas y sentándose encima suyo intentó clavarle la navaja en el pecho. En ese momento el capitán del Ryonan demostró sus reflejos y le detuvo con las dos manos agarrándole de la muñeca. Pero Kaoru no desistió y continuó haciendo fuerza para bajar la navaja, sumando también su otra mano.
Rukawa, que había contemplado el rápido ataque horrorizado, al ver como su padre estaba a punto de conseguir apuñalar a Akira en el pecho, se incorporó en la cama a pesar del tremendo dolor en el abdomen que ese gesto le produjo, y de un tirón se arrancó la aguja de suero que tenía clavada en un brazo, salpicando con unas gotas de sangre las blancas sábanas. A continuación trató de salir de la cama, pero el dolor fue demasiado intenso y cayó al suelo de bruces, sintiendo como si se le desgarrara el vientre.
En el suelo, aturdido sin poder moverse y con la vista algo nublada por el dolor, vio desesperado como la navaja empezaba a clavarse en el pecho de Akira, pues su padre contaba con la ventaja de tener que empujar hacia abajo ayudándose de su peso al contrario que el chico de ojos violetas, que tenía que hacer fuerza hacia arriba.
- Papá, por favor, no! – suplicó al borde del llanto – Por favor, déjale! PAPÁ!
Kaoru volteó a mirarle un segundo, y Sendoh aprovechó para sacarse la punta de la navaja que había empezado a adentrarse en su carne, pero el hombre no tardó en clavársela de nuevo, esta vez un centímetro más profunda.
Rukawa, al ver el gesto de dolor de Akira no lo dudó más, y reuniendo las pocas fuerzas que tenía en ese momento, gritó lo más fuerte que sus pulmones le permitieron algo que hacía años que quería pedir.
- AYUDAAAAAAA!
Y apenas dos segundos después, la puerta de la habitación se abrió del todo con tanta fuerza que chocó contra la pared y por ella aparecieron Sakuragi y Mitsui. El pelirrojo agarró a Kaoru del cuello y lo sacó de encima de Sendoh de un brutal estirón, y sin darle tiempo a atacar le dio un par de puñetazos en el rostro. Kaoru intentó herirle pero Hanamichi lo esquivó fácilmente y le pegó de nuevo tal derechazo que le dejó semi-inconsciente. Le arrebató la navaja y de una patada lo mandó al suelo, donde permaneció sin moverse.
Mientras tanto Mitsui se había acercado a Sendoh para ver como estaba, pero este sólo tenía una pequeña mancha roja en la camisa.
- Dios mío, Kaede… - exclamó Sendoh soltándose de Mitsui.
Rukawa seguía en el suelo temblando presa del susto y con una gran mancha de sangre en la camisola a la altura del abdomen. Nada más Sendoh se arrodilló a su lado, se abrazó a él, no aguantó más y empezó a llorar como un desesperado.
- Llamad a un médico y a la policía, rápido… - pidió Sendoh a los dos muchachos después de corresponder su abrazo.
- Voy yo… – dijo Mitsui, un poco sorprendido por esa muestra de afecto entre ellos.
Dio media vuelta y se dispuso a salir de la habitación, pero antes casi se chocó con dos enfermeras y un celador que en ese momento entraban atraídas por el grito que se había escuchado en todo el pasillo.
Tras un momento de confusión, Sakuragi le explicó a una de las enfermeras lo que había pasado mientras la otra se arrodillaba junto a Sendoh y Rukawa.
- Creo que se le han soltado todos los puntos – comentó Akira angustiado.
- No te preocupes, enseguida vendrá el médico – dijo la enfermera - Y tú también cálmate, chico – añadió tocando a Rukawa en el hombro.
Pero Rukawa no la escuchaba. Seguía aferrado a Sendoh como si le fuera en ello la vida, llorando a lágrima viva, expulsando de una vez el dolor que llevaba acumulado desde hacía tanto tiempo.
xXx
Tomoyo casi se desmayó cuando mientras hablaba con un médico se acercó Mitsui para contarles lo sucedido, y también cuando de vuelta a la habitación de Kaede, vio a su marido caminar por el pasillo entre dos guardias de seguridad, afortunadamente aún semi-inconsciente, y a su hijo en una camilla que se lo llevaban de nuevo al quirófano. La policía llegó unos minutos más tarde y se llevaron al señor Rukawa detenido.
En la habitación se quedaron Sendoh, Sakuragi y Mitsui.
- Gracias chicos… - murmuró Akira – Habéis llegado en el momento oportuno…
- No ha sido casualidad – explicó Mitsui – Acababa de llegar al hospital para sustituir a Sakuragi y antes de llegar a la sala de espera me he encontrado al hermano pequeño de Rukawa escondido, asustado porque había visto a su padre entrar y subir las escaleras. Me he ido corriendo para alcanzarle y me he encontrado a Sakuragi que volvía de la habitación; el muy baka ni se había dado cuenta de que se había cruzado con él…
- Digamos que andaba distraído por algo que había visto… - se defendió el pelirrojo mirando a Sendoh.
El capitán del Ryonan enrojeció hasta las orejas al figurarse que era lo que había visto Sakuragi en la habitación.
- Además yo no conocía al padre del kitsune… - añadió.
- Pero sabíamos que era clavado a Rukawa – insistió Mitsui.
- Bueno da igual, la cuestión es que habéis llegado a tiempo… Yo no habría podido solo con él, y menos armado – admitió Sendoh – No estoy tan acostumbrado a pelear como vosotros, los macarras de Shohoku – rió.
- Teme puercoespín… - bufaron ambos.
Pero Sendoh continuaba sonriendo amablemente mirando a Sakuragi, y al pelirrojo le pareció como si en ese momento estuvieran firmando la paz y se sintió perdonado.
xXx
Un par de horas más tarde trajeron de nuevo a Rukawa a la habitación, aún atontado por la anestesia. Por la tarde, Sendoh insistió en quedarse él acompañando a Rukawa, así Tomoyo y Touya podrían ir a casa a descansar después de una mañana demasiado intensa para ellos en la que casi habían perdido a Kaede de nuevo y además habían tenido que declarar a la policía.
Sakuragi se encargó de avisar a todos de que Rukawa estaba bien y Mitsui de contarle al entrenador Anzai lo que había pasado. Después de hablar un rato entre ellos y antes de irse a su casa, el pelirrojo se despidió de Mitsui y subió de nuevo a la habitación con la excusa de que se le había olvidado darle su teléfono a Sendoh por si necesitaba algo.
- Puedo pasar? – preguntó antes de entrar en la habitación.
- Claro – se escuchó la voz de Sendoh.
El pelirrojo pasó al interior y encontró al capitán del Ryonan sentado en un lado de la cama, acariciando suavemente los negros cabellos de Rukawa, quien parecía dormido.
- Cómo está? – preguntó en voz baja.
- Bien – respondió Akira en el mismo tono – Pero sigue muy nervioso y le han tenido que dar un calmante. Ahora creo que por fin se ha dormido.
Hanamichi contempló a la pareja, Rukawa con el rostro sereno y tranquilo, y Sendoh que le miraba con los ojos brillantes y una pequeña sonrisa.
- Sakuragi… - habló Sendoh de pronto – Te agradecería que de momento no comentaras nada de lo que viste entre nosotros. Aún no estamos preparados para que todos se enteren.
- No lo haré – dijo el pelirrojo. Se hizo un silencio y luego preguntó – Cuánto hace que salís juntos?
- Poco. Pero lo suficiente para darme cuenta de que estoy completamente enamorado…
- Se te nota… - comentó intentando sonreír.
Akira le devolvió la sonrisa. Luego se puso muy serio.
- Quiero pedirte un favor.
- Qué favor? – se sorprendió el pelirrojo.
- No sabemos que pasará con su padre – empezó a explicar – Ya se sabe como son estos casos… Un par de meses en la cárcel, una orden de alejamiento, y cero protección policial…
- Ya…
- Tengo mucho miedo, Sakuragi… Ojalá pudiera estar las 24 horas con él, pero no puedo. Pero tú sí.
Sakuragi comprendió en seguida qué favor quería pedirle Sendoh. Y se sintió orgulloso de que se lo pidiera a él.
- Tú vas al mismo instituto, y después de esto que ha pasado seguro que os readmiten en el equipo… El favor que te pido es que le vigiles lo máximo posible, que estés pendiente de él y de quien se le acerque… Lo harás?
- Claro que sí.
Sendoh sonrió de nuevo y desvió la vista hacia su novio.
- Entre los dos cuidaremos de ti…
Rukawa, que en realidad no dormía, se aguantó como pudo las ganas de sonreír. Por primera vez en su vida, sentía que era él el protegido.
Y no estaba nada mal.
Fin?
N/A: Hola! Pues aquí les traje el último capítulo de mi primer SenRu. Supongo que habrá más de una que no le habrá gustado que haya sido Sakuragi el que noqueara al padre de Kaede, pero no lo he hecho porque me guste más Hana o le quisiera dar más protagonismo, simplemente es que a mi la sensación que me da el manga es que Sendoh no es tanto de pelear como Hana y Ru (de hecho en el manga no sale peleando, por otra parte lógico pues no se enseña mucho sobre el día a día en Ryonan) Además Ryonan es una preparatoria privada y digo yo que serán más pijos que en Shohoku XD
Bueno, aparte de este detalle espero les haya gustado el capítulo. Lemon? Me lo estoy pensando para el epílogo, a ver si le encuentro un hueco .
Muchos besos,
Khira
