NA: este capitulo esta dedicado a mis dos principales lectores, Mithua y Needs, ¡gracias, gracias, gracias! y también a Anon, por interesarte tanto por mi historia y por ser tan persistente, y no te preocupes si demoro con un capítulo, la historia sigue, de hecho, hasta el quinto año de Harry en hogwarts, así que pasará mucho antes que termine -_-;;;

Advertencia: este capítulo contiene violencia, no lo leas si te molesta. Lo que le sucede a Sirius en este capitulo es suficientemente malo como para hacerlo huir, me fijé que no había `puesto una advertencia, así que aquí esta.

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"I can't except this All because of you I've had to walk away From everything

And I'm afraid to be alone Afraid you'll leave me when I'm gone

And I'm afraid to come back home."

~ Home, Staind

- No quiero hacer esto, no quiero estar aquí - Sirius pensó enojado mientras el expreso de Hogwarts se detenía en la estación King's Cross

Había querido pasar los días feriados holgazaneando en la sala común molestando a Remus, puesto que no parecía que él fuera a su casa en las vacaciones de invierno. Pero no. Su padre le había enviado una carta muy corta diciéndole que volviera a casa.

La única cosa que lo hizo sentirse levemente mejor fue que sus planes de quedarse en Hogwarts en las vacaciones no hubieran funcionado de todos modos. Remus recibió una carta bastante similar de su familia, y parecía tan contento de volver a casa como Sirius. Y lo otro era que Sirius convenció al tímido muchacho de ir con él en el mismo compartimiento todo el viaje de vuelta. (Y convenció a James y Peter de dejarlos solos). Esta bien, tomó la mochila de Remus y le dijo que se la entregaría al final del viaje, la misma cosa.

Mientras el tren paraba, estremeciéndose cuando se detuvo, Remus saco la vista del libro que leía y miró fijamente a Sirius. Sirius intento darle una de sus mejores sonrisas, pero no era muy sincera. Estaba muy preocupado de lo que pasaría después de salir del tren.

- ¿Me puedes dar mi mochila? - pidió concisamente. Sirius busco entre sus cosas y sacó la mochila de Remus.

- Aquí tienes - dijo, pasándosela - gracias por ser un tan buen conversador - añadió cuando Remus se fue del compartimiento con un bufido de desprecio - ¡Que tengas buenas vacaciones! - grito, pero Remus no contestó.

- Bien, un "jodete" para ti también, solo intentaba ser agradable - murmuró bajo su aliento, mientras asía su chaqueta y mochila muggle. Mira alrededor una vez mas y sus ojos aterrizaron en un libro que se encontraba a la izquierda del asiento opuesto.

"'Criaturas oscuras: Un estudio de las vidas de los maldecidos'" ¡Que bonito!, ¿por que él lee esto?, suena horrible" dijo agarrándolo. "debió dejarlo botado accidentalmente, voy a ver si lo encuentro", puso el libro en su mochila y salió del tren. Por mas que buscó no encontró a Remus. A si que cruzó la barrera entre las plataformas 9 y 10.

Gareth Black, un rubio alto que parecía muy joven como para tener un hijo con la edad de Sirius, estaba parado con los brazos cruzados. Parecía aburrido. Una vez que vio a Sirius, su padre se le echó encima con el ceño fruncido.

- ¿Dónde has estado? he esperado por casi quince minutos - dijo rápidamente. Sirius miraba el suelo. Explicarlo sería inútil, así que no lo intentó. Su padre era de la opinión de que Sirius no podía tener amigos. Y, siendo el delincuente que era, nunca haría algo bueno como devolverle un libro a alguien.

- Lo siento, papá - murmuró. Gareth solo bufó en respuesta.

- Has tenido un montón de detenciones. Obviamente no he sabido disciplinarte correctamente - Sirius tembló, siempre que su padre decía "disciplina" no era algo bueno, al menos no para él.

- Lo siento. la próxima vez me comportaré mejor - dijo rápidamente. su padre resopló.

- Si claro, solo no causes ningún problemas mientras estés aquí - dijo tranquilo, sabiendo que cualquier comportamiento que fuera incluso bueno llegaría a los oídos sordos de su padre volviéndolo loco. Aunque Sirius se comportara bien, su padre parecía ver que siempre hacía travesuras.

Sirius estuvo en silencio todo el trecho a su casa. Se preguntaba por cuanto tiempo su padre iba a ser civilizado con él, hasta ahora, las cosas no habían sido del todo malas, pero ellos estaban en público. Una vez que llegaron al apartamento Sirius se sorprendió. Los dos habían llegado a la puerta cuando una mujer apareció en la entrada.

- Bienvenidos - dijo sonriendo a Gareth antes de dirigirse a Sirius - Tú debes ser Sirius, tu padre me habló mucho de ti - ella tenía sus manos juntas y le hablaba con tanta dulzura que Sirius pensaba que ese tono era reservado solo para niños pequeños.

- Tu nombre no es Lo, ¿verdad? - soltó Sirius sabiendo que era la peor cosa que se le pudo ocurrir decir al ver la mirada que le dirigía su padre "solo tengo 5 minutos en la casa y ya lo hice enfadar, que bien"

- No, es Cassie, ¿por qué? - Sirius solo rió como si hubiera bromeado.

- Solo quería saberlo - la mujer, Cassie, rió. Sirius vio que su padre se relajaba y dio un suspiro de alivio. Tal vez estas vacaciones en su casa no fueran del todo malas.

Resulta que Cassie no vivía con su padre, pero pensaba hacerlo y quería conocer a Sirius para su decisión final. "Pobre mujer" pensó Sirius al oír esto "no sabe en que se esta metiendo". Su padre había tenido otra novia antes que esta, y supo por qué su madre lo había abandonado. Gareth trataba a sus novias peor de lo que trataba a Sirius.

Para la sorpresa de Sirius, las vacaciones fueron bastante suaves. Cassie se pasaba mucho tiempo con ellos, y eso parecía poner a su padre en un mejor comportamiento. Eso, aparte que el tiempo era bastante bueno y Sirius se pasaba el día en la nieve. Con solo un día antes de irse en el expreso de Hogwarts, Sirius se felicitaba por no haber hecho enfadar a su padre esas dos semanas. Pero al llegar al apartamento después de uno de sus paseos, comprendió que no había tenido tanto éxito como pensaba.

- ¿Dónde te habías metido? - su padre escupió cuando vio a Sirius.

- Dando un paseo - contestó Sirius defensivamente. - este... ¿dónde está Cassie? - preguntó en un intentó de cambiar de tema, pero solo logró enfadar mas a su padre.

- Ah, ella se fue. ¿Y sabes por qué? Por culpa tuya, pequeñajo de mierda - Su padre se levantó de donde estaba sentado "me gustas mucho, pero no estoy lista para ser una madre "se rió falsa y burlescamente - Como si necesitara serlo - Sirius empezó a retroceder, intentando alcanzar las escaleras hacia su cuarto. Su padre parecía enfadado y no quería que se descargara con él.

- ¿Adonde crees que vas? ¿es que no te vas a disculpar? - gruñó su padre. "Tengo que salir de aquí" pensó Sirius empezando a asustarse. Gareth se había mantenido a la raya solo porque Cassie estaba con ellos, pero ahora ella no estaba ahí.

- Em... Lo siento, nunca pensé hacer todo eso... Adiós - Sirius intentó huir a su cuarto pero su padre lo cogió del brazo aprovechando que Sirius intentó correr para lanzarlo contra la pared

- ¿Lo lamentas? no suenas como si lo lamentaras - le gruñó su padre - tal vez debería enseñarte cómo - levantó su puño y golpeó la cara de Sirius. Pero Sirius había tenido bastante práctica peleando, en su mayoría gracias a los Slytherins, giró con el primer golpe esquivando completamente el segundo. Logro escabullirse de entre su papá y la pared y rápidamente interpuso entre los dos la mesa de la cocina. muy tarde se dio cuenta que también puso la mesa entre el y la puerta.

Desafortunadamente el intentar escaparse hizo que Gareth se enfureciera mas. Se lanzó contra Sirius y este retrocedió tan rápido que tropezó con una silla y calló de espaldas contra el linóleo. Sirius intentó escapar gateando pero su padre lo golpeó tan fuerte por el costado que cayó de bruces al suelo. Vio que recogía algo, casi distraídamente del mostrador de la cocina.

el corazón de Sirius se congeló cuando se dio cuenta que su padre sostenía un cuchillo. Gareth lanzó su brazo contra él y le cortó la mejilla. Sirius puso sus brazos sobre su cara y retrocedió lo mas lejos que pudo hacia una esquina. Su padre siguió balanceándose hacia él, dándole puñetazos y cortándolo con el cuchillo, maltratándolo con una ferocidad creciente. Le gritaba cosas pero Sirius estaba muy aterrorizado como para fijarse en lo que decían. El ataque se detuvo y Sirius miró sobre sus brazos.

Su padre se incorporó, levantó el cuchillo por sobre su cabeza. Sirius se encogió arrinconándose mas en la pared al tratar de huir, deseando tener su varita "Dios mío" pensó de pronto "voy a morir, el me matará".

De repente los dos se asustaron por unos golpes en la puerta que da a la calle.

- ¡¿Sr. Black?! - la voz chillona de su vecina, la señoga Gouron, decía preocupada - ¿están bien? oí gritos - Sirius nunca estuvo mas agradecido que ella no pudiera sacar la nariz de los asuntos ajenos.

Mientras su padre se volteaba a mirar la puerta de la calle, Sirius escapó bajando al vestíbulo y llegó a su pieza.

no se molestó en cerrar la puerta correctamente, se zambulló bajo su cama y sacó su mochila. No había traído muchas cosas de Hogwarts, solo unos cuantos libros y su varita, que era lo que estaba buscando ahora.

La acababa de sacar del fondo de su bolso cuando la puerta se abrió de golpe. Gareth estaba jadeando, pero antes que pudiera entrar Sirius apuntó su varita al pecho de su padre.

- Quédate ahí - dijo Sirius intentando sonar calmado aun cuando sus manos y voz temblaban. Pero su padre no escuchó y caminó hacia él. Sirius revivió al ver que había olvidado el cuchillo en la cocina. Sirius trató de recobrarse pero cuando Gareth estuvo lo suficientemente cerca agarró la varita de Sirius.

- Stupefy! - gritó Sirius en la desesperación. Tuvo que apartarse cuando su padre cayó al suelo. Sirius estuvo varios segundos mirándolo antes de que comprendiera lo que acababa de pasar. "¿No serías expulsado si usabas magia en el mundo muggle?" pensó preocupadamente "sin contar el haberlo hecho sobre uno". Siguió de pie sin apartar la vista de su padre, estaba confundido sus pensamientos eran un lío, y la adrenalina recorría su sangre. Su cuerpo comenzó a temblar y calló de rodillas, dejando caer su cabeza sobre sus manos y se estremeció cuando tiró los varios cortes que tenía en sus brazos y cara.

Sacudió su cabeza y lentamente comenzó a pensar de manera mas coherente. El acababa de usar magia sobre su padre; si estuviera allí cuando él despertara probablemente lo mataría. Tuvo que irse.

Con ese pensamiento se incorporó sobre sus piernas temblorosas y comenzó a reunir sus cosas y meterlas en su mochila a empujones. Libros, ropa, todos lo que necesitaría: porque nunca regresaría.

Tuvo que usar un conjuro para guardar todo lo que creía que podía necesitar. Ya estaba en la entrada de su habitación cuando se detuvo y caminó hacia su padre. Se le quedó mirando para asegurarse si estaba desmayado antes de moverlo con su pie. Al ver que no había respuesta, se agachó, y tomo la cartera de su papá. Tenía un puñado de sickles en su cartera y unos quince galleons para regresar a hogwarts, era bastante para un trece añero, pero no lo suficiente para comprar víveres en la escuela u otra cosa importante. Rápidamente tomó el dinero de la cartera y la dejó caer para largarse de allí.

Corrió por el vestíbulo y la puerta hasta salir del edificio. Se le estaba pasando el miedo, no porque su padre lo pudiera atrapar, sino por todo lo que estaba dejando atrás. Un hombre lo miró de manera extraña. Un niño flaco de pelo largo corriendo con un puñado de unas doscientas libras en una mano y una ramita en la otra. Si hubiera tenido aliento para reírse lo hubiera hecho.

Se dio un alto, casi sin aliento y con el corazón latiéndole a mil por minuto. Se inclinó con las manos sobre las rodillas intentando recuperar el aliento. Sabía que tenía que ir a algún lugar, sino la policía lo cogería y lo llevaría de regreso con su papá. "¡James!" pensó de repente. El era el mejor amigo de todos y si lo viera aparecer en la entrada de su casa de seguro lo ayudaría. Pero Sirius no sabía en donde vivía. Miró la cabina telefónica al otro lado de la calle y se preguntó distraídamente si los magos tendrían sus nombres en la guía telefónica.

Dándose cuenta que no tenía lugar a donde ir, empezó a cruzar la calle. No había ido muy lejos cuando sintió como si el flujo de sangre volviera a la normalidad y su cabeza comenzó a girar. Cuando intentó dar un paso tropezó y movió sus brazos en su intento de no caer. Perdió su batalla contra la gravedad al mismo tiempo que escuchaba un estruendoso sonido proveniente del medio de la calle. Sirius pudo mantener el equilibrio pero su mochila cayó y todo lo que llevaba en ella se desparramó por el piso. No prestó atención a la gran furgoneta o lo que fuera, que se estaba estacionada unos pasos delante de él. Todavía recogía sus cosas cuando alguien con botas púrpuras daba un paso al frente y comenzaba a gritar.

- ¡Bienvenido al autobús noctámbulo, el transporte para el mago o la bruja desamparada, solo levante su mano con la varita y ? - Sirus miró al hombre que estaba vestido entero de púrpura mientras el otro interrumpió su discurso y miró alrededor. Su mirada se posó en Sirius, mas bien, en la varita de Sirius, para después sonreír abiertamente.

- ¿Qué haces tirado allí? - preguntó intentando no reír. Sirius ignoró eso por el momento.

- ¿Cuánto y dónde puedo ir? - preguntó rápidamente señalando el gran autobús púrpura.

- seis sickes adonde quieras ir, y dos mas si quieres un bocadillo - contestó el hombre púrpura intensamente. Sirius lo pensó un momento.

- ¿Y si te preguntara si me puedes llevar con James Potter, podrías? - preguntó. Cuando el conductor se quedó pensando Sirius aprovechó para tomar el libro que se le había caído.

- No, lamentablemente no conozco a James Potter. Ahora, Harold Potter, sé donde vive, pero dudo que quiera verlo ¿no ves que esta muy ocupado? - Sirius suspiró, sabía que eso pasaría, pero tuvo que intentarlo.

Cuando hubo agarrado todas sus pertenencias, miró el libro que había recogido. Había caído abierto y pudo ver el interior de la portada. Había un cuadrado de pergamino con un dibujo de unos libros, y encima de ellos una varita, y bajo esto, con una cuidadosa escritura decía claramente:

"este libro pertenece a: Remus J. Lupin, el dormitorio en el sótano, 335 calle Richmond, Dursley." Sirius sonrió lentamente.

- ¿Me puedes llevar a la calle Richmond, Dursley? Después de revisar hasta el ultimo rincón de sus bolsillos, Sirius sacó los seis sickles y se alegró de no pagar con libras. Después de un ajetreado viaje, Sirius se encontró frente a la casa de Lupin, intentando figurarse como le haría para convencer a Remus de quedarse en su casa o al menos que no le cerrara la puerta en su cara.

El siempre había sido directo al hablar, entonces suspiró y marchó hacia la puerta, golpeó.

La vida le había vuelto cuando vio que el que le abrió era Remus, pero sus acalorados ánimos se hundieron en la fría y desinteresada mirada con la cual lo recibía el otro chico. Un nudo frío comenzó a formarse en su estomago cuando Remus resopló burlonamente de la figura despeinada y ensangrentada de Sirius. El había esperado que, si bien no se llevaría muy bien, que Remus lo ayudaría. Tal vez se había equivocado.

- ¿Que es lo que deseas? - dijo el muchacho, su voz goteaba con desdén. Esto no iba como esperaba. La idea de arrodillarse e implorarle cruzó rápidamente por su mente, pero decidió ver si las cosas se arreglarían hablándole. Despues podría implorar.

- Te regreso tu libro - dijo sacando de su mochila el libro maltratado. Lo había ofrecido como un signo de paz, una súplica de perdón por lo que fuera que hacía que Remus lo mirara de esa forma tan desinteresada. El otro frunció el ceño.

- Eso no es mío - dijo brevemente. Los ojos de Sirius se ensancharon de la sorpresa.

- ¡Si lo es! - dijo, sonando desesperado. ¿Por qué Remus hacía esto? - aquí mismo dice: Remus J Lupin, el dormitorio en el ?

- ¿Sirius? - lo interrumpió una voz dentro de la casa. Sirius miró por sobre el hombro de Remus y vio a ... Remus?

- ¡Se supone que no debes acercarte a la puerta! - dijo el chico que se encontraba mas cerca de Sirius. Pero su doble no le prestó atención. Dio un paso adelante con una mirada de sorpresa y preocupación en sus ojos dorados.

- Dios, Sirius, ¿qué pasó contigo? - nuevamente lo miró, pero esta vez vio como el otro chico se estremecía con cada corte y moretón. Sirius miró a los dos chicos que estaban de pie en la entrada. El que estaba en la puerta era unos tres centímetros mas alto y cuando Sirius se encontró con su mirada, con sorpresa, se dio cuenta que el color de sus ojos eran de un aburrido color café fangoso y no del color avellana del que estaba acostumbrado. Se volvió al mas pequeño de los dos.

- ¿Remus? - preguntó silenciosamente, realmente no estaba de humor o en condiciones de fijarse en eso ahora mismo.

- Si, ¿por qué no entras? ¿por esto?, ¡Romulus, muévete! - el verdadero Remus fulminó con la mirada al otro chico quien se negaba a moverse de su lugar.

- Mamá y papá te dijeron que no te acercaras a la puerta de salida, sin hablar de invitar a alguien! - dijo el muchacho

- Romulus, él es mi amigo - dijo Remus de manera cortante, empujándolo para que saliera de su camino - mamá y papá pueden gritarme cuando regresen. Se miraron airadamente el uno al otro momentos antes que Romulus cediera.

- No te lo comas - escupió Romulus antes de desaparecerse en la casa. Remus lo fulminó con la mirada, dando un gruñido silencioso y por primera vez Sirius se percató de lo feroces que los dos se veían. Remus se sacudió visiblemente y suspiro antes de mirar a Sirius.

- esto... entra? - Remus dijo un poco dudoso. Sirius cabeceó y entró, mirando por donde el otro chico había desaparecido.

- ¿Quién era? - preguntó. Remus hizo una mueca de desagrado mientras lo conducía mas adentro de la casa.

- Mi hermano gemelo, Romulus - Sirius frunció el ceño, ¿no había una historia de un tipo con ese nombre?, ¿ algo sobre gemelos y lobos?

- ¿El es...? - no podía hacerle la pregunta completa, pero era obvio que Remus había entendido. Pararon frente a un armario y Sirius vio como Remus sacaba de el una gasa y algunos frascos.

- No - respondió. Sirius vio como abría la puerta que se encontraba frente al armario y lo introdujo a un baño bastante grande. Era bastante irreal estar allí. Remus no le había preguntado que hacía allí y o qué le había pasado. Solo comenzó a vendarlo actuando extrañamente como la señora Pomfrey.

- ¿Sus ojos eran marrones? - preguntó de repente. Casi inmediatamente se maldijo a si mismo, realmente no quería molestar a Remus en esos momentos y haciéndole preguntas estúpidas no ayudaría.

- Éramos idénticos antes que yo fuera mordido hace seis años - dijo silenciosamente

- ¿Tanto tiempo? - Sirius preguntó suavemente, se preguntó si el otro chico recordaba algo antes de ser mordido

- Si - dijo, encogiéndose por la voz compasiva de Sirius - siéntate - Sirius lo hizo agradecido. Vio como Remus abría uno de los frascos y ponía una buena cantidad de poción en una tira de gasa. Remus extendió la mano y agarró el brazo de Remus, mirando los cortes que tenía.

- ¿Tu te hiciste esto? - preguntó silenciosamente, haciendo un ademan para tocarle la herida de su hombro.

- ¿Qué? - preguntó Sirius confundido. ¿Por qué habría de hacerse esto?

- Olvídalo - dijo rápidamente, volteándose a mirar las pociones y medicinas que había sacado.

- M... Mi papá, el realmente se molestó con migo y bueno... - Se estremeció con la sola imagen de su padre sobre él, con el cuchillo en la mano, fulminándolo con la mirada - ¿Por qué pensaste que yo lo había hecho? - dijo intentando cambiar de tema

- No es nada... es solo que... durante la luna llena... yo... bueno, ya me viste aquella mañana - Sirius cabeceó, había pensado haberlo visto esa mañana cubierto de cortes y moretones

- Ah... pero tu estabas bien cuando te vi en clase. Pensé que lo había imaginado

- Me curo bastante rápido, creo que no soy yo realmente, es el, es el lobo... -

- Es horrible, verdad - No era una pregunta, y no necesitaba serlo. La manera en que Remus habló, el miedo en su voz, el temblor de sus manos cuando mojaba un paño en el fregadero, "me pregunto cómo será temerle a algo que forma parte de ti"

- Sí, es horrible - después de eso ninguno de los dos habló por largo tiempo mientras Remus limpiaba las heridas de sus brazos y cara.

- Lo siento - dijo Sirius finalmente mirando los dorados ojos de Remus.

- ¿Por qué? - pregunto el muchacho mirando confundido

- Por todo, por hacer de tu vida un infierno, por molestarte, por... ¿por qué lo hice cuando te descubrí? - Sirius cerró sus brazos alrededor de Remus, mirando lejos, sintiéndose increíblemente culpable, y desesperado y enojado... "no voy a llorar" pensó fieramente, cerrando apretadamente sus ojos. Hubo un silencio durante un largo momento, entonces, Sirius sintió un par de brazos alrededor de él. Su ánimo cambió con la seguridad que Remus le ofrecía, enterrando su cara en los hombros del otro chico.

- Está bien - dijo Remus dulcemente mientras acariciaba el pelo del muchacho, acercándolo - te perdono

Se quedaron así por un momento hasta que Sirius se calmó lo suficiente como para asegurarse de que no lloraría. Él lo sentía, pero tampoco iba a armar una alharaca por eso.

Ambos se sobresaltaron cuando una mujer gritó a todo pulmón.

- ¡Remus Julius Lupin, ven aquí en este instante! - Remus se estremeció y le oyó murmurar "bribón". Sirius soltó una risita.

- ¿Tu segundo nombre es Julia? - preguntó intentando alivianar el ambiente

- ¡Julius! - dijo Remus indignado - ¿Y qué, cuál es el tuyo? - contestó

- Hyperion - Sirius dijo orgullosamente. Remus lo miró fijamente y ocultó una risa tras sus manos.

- Y encuentras gracioso mi segundo nombre? - preguntó incrédulamente. Sirius le sacó la lengua. Abandonaron el baño y Remus lo condujo a una aseada y elegante sala de estar. Dos adultos que Sirius dedujo que eran los padres de Remus estaban en medio del cuarto mirando severamente. Rómulus se mantuvo a distancia con una mueca de satisfacción que hizo que Sirius quisiera golpearlo.

- ¡¿Dios mío pero y a él que le pasó?! Dijo la madre de Remus cuando entraron al cuarto – ¿Tú lo hiciste? - dijo fijándose en Remus.

- ¿Qué? – ambos gritaron al unísono. Sirius la miró fijamente, ¿cómo podía pensar algo como eso?

- No señora Lupin, esto es... tuve un accidente - dijo Sirius rápidamente tratando de no sonar molesto por la acusación que acababa de hacer. Si iba a quedarse ahí, tendría que convencer a los padres de Remus para que se quedara, no solo a Remus.

- S...Señora lupin, um... Me preguntaba si podría quedarme aquí esta noche o al menos prestarme al búho de la familia para contactarme con James. E... estoy en un apuro yo... - Sirius tomó aire cuando comprendió lo que iba a decir.

- Yo no tengo adónde ir

------------------------ NT: siento haberlos hecho esperar por... UN AÑO!!!! De verdad tuve problemas y vivencias que me hicieron olvidar este fic U_U realmente lo siento. Arreglé algunas faltas que mencionaron en los review (debería darme vergüenza xDD) pero en realidad me equivoco en cosas tan estúpidas... en fin.

Monstruo