**********
"Well, take a look and blow my fantasy away
Turn off the lights and shine the spotlight down on you
Well I could never understand a word you'd ever say
And all the people that you ever hurt came down on you
Well I can understand just why you went away"
~ It's All Good, Cold
- Yo no tengo adónde ir
Remus se estremeció al oír el tono desesperanzado de Sirius en su voz confidente. Sabía que el otro chico estaba en problemas desde el momento en que lo vio en la puerta. Francamente, Sirius se veía como si acabara de salir de una luna especialmente violenta. Remus podía ver la cara y los brazos de Sirius cubiertos por cortes y moretones, había olido la sangre, el dolor y el miedo. ¡Y Rómulus había estado ahí sin hacer nada!
Pero su gemelo no conocía a Sirius, no sabía que la débil sonrisa y esa voz suplicante eran tan disímiles al generalmente ruidoso y desagradable chico. Remus no podía dejarlo botado, habría sido muy criminal.
Y ahora, maldición, cómo podía pensar su madre aquello... nunca había dañado a nadie. La única pelea que había tenido era aquella con Sirius hace unos meses, de la cual sus padres nunca se habían enterado.
Silivia y Tiberius Lupin intercambiaron miradas, los ojos de su madre se fijaron brevemente en Remus y su padre cabeceó.
- No - dijo Tiberius, sacando a Remus de sus pensamientos "¡No!" pensó medio aturdido. ¿Su papá no podía ver en el estado en que se encontraba Sirius? - Lo siento, pero no puedes quedarte, Remus está enfermo y...
- ¡No lo estoy! - casi gritó Remus. Todos en el cuarto se le quedaron viendo - Si quieres mandarlo lejos de aquí cuando evidentemente necesita ayuda, no uses mi... enfermedad como excusa - escupió. Su padre le miró con el ceño fruncido y su madre parecía levemente asustada. Remus suspiró, deprimiéndose un poco en resignación "grandioso" se dijo "ahora nunca te escucharan".
- Por favor, solo será una noche, ambos nos iremos mañana - suplicó, asegurándose que su voz sonara suave y controlada - Y Sirius se puede quedar en mi cuarto, no se darán cuenta que está aquí - se sintió como un idiota. Sonaba como si tuviera cinco años y quisiera que un perro callejero se convirtiera en su mascota "por favor mamá, me siguió a casa, ¿puedo quedármelo?"
- ¿Sirius? - dijo su madre pensativamente - ¿no habías dicho que ese nombre era el del matón que te molestaba? - dijo. Sirius lo miró alarmado, al parecer nunca le habían llamado matón.
- No mamá - mintió - lo confundes con Severus. Es un Slytherin de mi mismo año que le gusta gastarme bromas - Romulus resoplo divertido. Le gustaba oír sobre la horrible vida que Remus llevaba en el colegio. Por un instante todos callaron mientras los padres de Remus miraban a Sirius, intentando calcular que tan problemático sería tenerlo allí. Sus padres intercambiaron otra mirada.
- ¿Entonces él es tu amigo? - preguntó su padre. Remus asintió.
- Si - dijo suavemente. Había mentido nuevamente, pero la aseveración parecía cada vez más verdadera.
- ¿Y tú le diste nuestra dirección? - Uh-oh, eso era algo que expresamente le habían prohibido que hiciera. Pensando en ello, ¿cómo había hallado Sirius su casa?
- Remus no me dijo nada - dijo Sirius rápidamente, dando por hecho que Remus se metería en problemas si no decía algo - Él me prestó un libro para las vacaciones y su dirección estaba dentro - Remus parpadeó de sorpresa. Así que ahí estaba el libro que había perdido. Lo había dejado en el tren y Sirius lo había cogido. Remus pudo ver que su madre quería hacer más preguntas, probablemente sobre que era lo que le había pasado a Sirius y otras cosas personales como esa, pero su padre, gracias a Dios, la interrumpió.
- Creo que te puedes quedar - dijo como si fuera una gran concesión de su parte - después de todo, volverás a Hogwarts en la mañana - ambos, Sirius y Remus soltaron un suspiro de alivio, y antes que su madre pudiera preguntar alguna otra cosa o que Romulus pudiera convencer a sus padres que era una mala idea, Remus agarro a Sirius del brazo y lo sacó de la sala.
Pasó al baño a buscar las cosas de Sirius y algunas pociones curativas que necesitaría para terminar de atenderlo antes de bajar a su cuarto. Una vez que estuvieron a salvo detrás de las puertas cerradas, Remus dió media vuelta y miró a sirius con los brazos cruzados.
- Muy bien - dijo - ¿qué está pasando? ¿por qué estas aquí? ¿y que demonios te pasó? - Sirius miró un poco sorprendido por el montón de preguntas, como si hubiera pensado que todo había salido bien y que no tendría que explicarle nada.
- Um... - dijo Sirius inteligentemente - bueno, encontré tu casa usando la dirección que había en el libro, aunque tu no me lo habías prestado, y... - paró y miró al suelo - de verdad no tengo adónde quedarme, y como dije, mi papá... se enfureció conmigo... - Sirius dejó la oración hasta la mitad y se encogió.
- Eso no explica por qué estás tan golpeado - Dijo Remus de manera significativa. Iba a llegar al fondo del asunto, incluso si Sirius se ponía difícil.
- Ya te dije, mi papá... - Remus frunció el ceño, y luego miró boquiabierto. Sirius no parecía que pudiera decirlo en voz alta, pero Remus estaba entendiendo la idea.
- ¿Tu papá te hizo eso? - preguntó incrédulamente. Sirius se encogió, abrigando su pecho con sus largos brazos y encorvando los hombros.
- Si... - dijo débilmente, evadiendo los ojos de Remus. "nunca pensé que esos humanos se hicieran eso" pensó vagamente enfermo. Había leído muchas cosas sobre lo que les hacían a los hombres lobos y a otras "criaturas", pero siempre había pensado que era porque los consideraban monstruos y querían castigarlos. No era justo... porque ellos podían.
Remus se dejó caer en el borde de su cama y miró al otro chico. Encorvado como estaba, no se veía imponente como Remus lo recordaba. Se veía flaco y demacrado... y perdido.
- Ven aquí y siéntate, no he terminado de curarte - dijo cambiando de tema antes que pudiera compadecerse de Sirius - y sácate la polera - Remus se arrepintió de sus palabras desde el momento que salieron de su boca. De seguro que Sirius iba a malentender sus palabras.
En efecto, Sirius sonreía con satisfacción con ambas cejas levantadas. Remus lo fulminó con la mirada durante un largo tiempo y la sonrisa desapareció.
- Algunas heridas atravesaron tu camisa - habló dejando en claro. Sirius hizo lo que Remus le había pedido y se sentó en la cama. Miró con escepticismo la poción de color verde que Remus le iba a aplicar a los cortes.
- Sabes lo que haces ¿verdad? - preguntó con una mirada dudosa - ¿no me vas a envenenar o algo así?
- Ninguna de estas pociones me ha envenenado antes, así que dudo que te hagan daño - dijo calmadamente, se volvió a uno de los brazos de Sirius y aplicó una cantidad generosa de poción en los cortes. Estuvieron sentados por largo tiempo, Sirius mirando como Remus curaba sus heridas. Remus trató de ignorar la mirada del otro chico hasta que hubo curado la ultima herida.
- ¿Ellos siempre son así? - Sirius preguntó rompiendo la calma adormecedora que había caído. Remus lo miró con el ceño fruncido en la confusión
- ¿Quienes son cómo? - preguntó
- Tus papas y tu hermano. Estaban extremadamente cuidadosos - Sirius dijo moviendo su mano en dirección a la puerta.
- Ellos intentan protegerme... - dijo Remus dócilmente.
- ¿De qué? - preguntó Sirius
- De mi mismo supongo - Sirius resopló, dando a saber su opinión al respecto.
Al parecer, quedarse quieto era demasiado para el chico más alto, porque se paró y empezó a pasearse por el cuarto. Miró con interés la estantería antes de examinar el escritorio de Remus. Remus trató de recordar si había algo allí que no quisiera que Sirius viera. No pudo pensar en nada excepto... ¡Oh no!. Remus se paró pero Sirius ya había encontrado el libro inconspicuo que había caído abierto en el escritorio de Remus.
- Oye, ¿qué es esto? – Sirius preguntó, recogiéndolo.
- ¡Devuélvelo! – gritó Remus tratando de agarrar el libro, pero Sirius saltó atrás poniendo el libro sobre su cabeza, fuera del alcance de Remus. Remus miró con furia a Sirius, apretando los dientes, sintió un salto en sus músculos.
- Esta bien, esta bien, ¡caramba! - dijo Sirius poniendo el libro frente a él como para detener a Remus. Remus tomó el libro y lo abrazó contra su pecho, todavía mirando penetrantemente a Sirius. El otro chico miró herido, no sabía que había hecho como para merecer aquella mirada tan fría.
- Lo siento, es solo que gasté mucho tiempo en esto. Eso es todo - murmuró Remus
- ¿Qué es? - preguntó
- Un Grimorie
- ¿Te refieres a esas cosas con nombres de demonios escritos en él? - Sirius preguntó con una mirada de espanto y a la vez de curiosidad.
- Ese es un tipo de Grimorie, este solo tiene hechizos interesantes, notas sobre hombres lobo y ese tipo de cosas - dijo remus
- ¿Puedo ver? ¿una poción de invisibilidad? ¿mapas con vida? ¡hasta hay un hechizo de cómo pegarse a las paredes! ¿dónde conseguiste todo esto? - Sirius preguntó incrédulamente con ojos amplios.
- Conseguí permiso para leer los libros de la sección prohibida con el pretexto de aprender sobre mi licantropía, pero leí otros libros también. Todas esas cosas las copié porque me parecían interesantes, pero no sé cómo trabajar en ellas. Sirius le devolvió un "hmm" en respuesta, al parecer estaba absorto leyendo algunos hechizos.
- Creo que puedo hacer este - pronunció lentamente. Pronto estuvieron discutiendo acaloradamente sobre la ética de hacer que los Slytherin se volvieran invisibles - solo piensa en esto, ¡nunca veras sus horribles caras de nuevo! - Sirius había dicho riéndose de sus pensamientos. Habían terminado la mitad del libro cuando su madre los llamó para la cena.
Sirius se había levantado e iba a las escaleras.
- ¡Sirius! - lo llamó Remus tras él. Sirius dio media vuelta con el ceño fruncido mientras una camisa era lanzada a su cara. El muchacho más alto miró la camisa y luego su pecho desnudo. "Ups" dijo sonriendo a Remus mientras se ponía la muy chica camisa.
Gracias a Dios la comida fue rápida, sobre todo porque cuando sus platos estuvieron llenos les dejaron comer en el cuarto de Remus.
- ¿Por qué tu cuarto esta en el sótano? - preguntó Sirius probando un bocado de su comida.
- Los hechizos de silencio necesitan ser muy fuertes, ya que el resto de los dormitorios están en el primer piso - dijo jugando con la comida de su plato.
- ¿hechizos de silencio? - preguntó Sirius alzando una ceja
- Yo... yo tengo pesadillas - refunfuñó - espero no despertarte
- nunca te oí - dijo Sirius confundido. cuando Remus lo miró perplejo se explicó - En la noche en nuestro dormitorio, nunca te oí
- Siempre me hecho un débil hechizo de silencio y una maldición de laringitis antes de dormir - explicó Remus.
- ¿Tú mismo te haces mudo? - dijo Sirius alarmado. Supuso que para alguien como Sirius estar callado era un terrible castigo.
- Ustedes tres no dormirían bien si yo no hiciera eso - dijo encogiendo los hombros - pero no puedo hacer eso esta noche, leyes de magia para menores de edad y todo eso. Sirius solo cabeceó mirando la pequeña cama con escepticismo.
- Entonces ¿qué lado vas a tomar? - preguntó
- ¿Qué? - Remus pregunto en sorpresa
- Qué lado de la cama - Remus se paró y cruzó los brazos, tratando ser severo.
- ¿Quién te dijo que ibas a dormir en la cama? - preguntó indignado. De ninguna forma iba a compartir la cama con el otro muchacho. Solo los dioses sabían que le haría cuando estuviera durmiendo - la manta debería ser cómoda - dijo finalmente lanzando una manta a Sirius.
- ¿No se supone que deberías ser educado con las visitas? - Sirius preguntó retóricamente, agarrando una almohada de Remus para ponerse cómodo.
- Eso implica que te hubiera invitado - murmuró Remus, pero lo lamento cuando Sirius se estremeció. Ambos estuvieron callados por un rato mientras preparaban sus camas, en el caso de Sirius, el piso. Remus estaba más o menos listo cuando se disponía a apagar la antorcha que alumbraba el cuarto cuando Sirius se volteó a sonreírlo.
- ¿Por lo menos puedes darme un beso de las buenas noches? - preguntó Sirius, meneando las cejas sugestivamente. Siguió con la sonrisa incluso cuando Remus le tiró una almohada.
- ¡NO! - resoplo Remus con indignación - ¡es por eso que duermes en el suelo! - dijo acostándose y tirando su manta sobre su cabeza.
- Buenas noches Moony - dijo riendo para sus adentros.
- Buenas noches imbécil arrogante - Remus murmuró bajo su aliento. Lo había dicho como un insulto, pero había sonado con cariño.
- ¿Qué? - Sirius preguntó entre dormido
- Buenas noches Sirius - lo dijo bastante fuerte para que el otro chico lo escuchara
Pero Remus había estado equivocado acerca de despertar a Sirius con sus pesadillas, ya que al momento en que él estaba teniendo una, aullando y jadeando de miedo, lo primero que se percató al despertarse, aparte del latido de su corazón, fueron unos susurros muy parecidos a los suyos. Lentamente avanzó al borde de la cama y vio abajo como Sirius parecía hacer parte de sus propias pesadillas.
Recordó a Peter decir algo sobre que sus padres lo dejaban dormir con ellos cuando él tenía pesadillas. Tal vez el calor del cuerpo ahuyenta a las pesadillas. Remus no lo sabía, sus padres nunca le habían dejado hacer eso, incluso antes de ser mordido.
- Si te atreves incluso a respirar de forma extraña... - pensó silenciosamente hacia Sirius mientras avanzaba lentamente por sobre su cama y hacia el piso. Debió haber algo de cierto en la idea, porque cuando se acostó al lado de Sirius el otro muchacho se calmó rápidamente. Él también, para consternación de Remus, dio un giro en sus sueños y puso su brazo sobre el chico mas pequeño. Remus suspiró derrotado, no molestándose en sacar el brazo de él para no despertarlo.
Él era, lamentablemente, el segundo en despertarse a la mañana siguiente. Lo primero que vio fue a no mas de tres pulgadas el rostro de Sirius. Brincó ligeramente de sorpresa, pero se quedó ahí. Sirius lo miró fijamente.
- No me dejaste dormir en tu cama, ¿pero tu viniste a dormir en el suelo conmigo? - Sirius preguntó con la vista fija en Remus.
- Perdona - refunfuño remus. No parecía correcto, ahora que pensaba en ello. Y ahora que el sol había salido, no recordaba que lo había hecho ir a dormirse junto a Sirius.
Ambos se asustaron al oír un golpe seco el la puerta de su habitación. En un instante Remus estaba acostado de espaldas en el suelo y al otro estaba en la mitad del cuarto agarrando sus cosas y empujándolas dentro de su mochila.
- ¡Nos iremos en 10 minutos, será mejor que estén listos! - Romulus gritó por la puerta. Remus no se habría sorprendido que le hubieran dicho a su hermano que los despertara media hora antes y él haya esperado en decírselos para que se metieran en problemas. Pero ambos pudieron ordenar sus cosas y subir con tiempo de sobra, para molestia de su hermano gemelo.
El camino hacia King's Cross afortunadamente fue tranquilo y pronto estuvieron sentados en un compartimiento del expreso de Hogwarts sofocando los bostezos y tratando de no quedarse dormidos.
- ¿Por qué estas tan cansado? - preguntó Remus "él no se despertó a la mitad de la noche como yo"
- Me golpeaste el estómago por las tres de la mañana y ya no pude dormir - dijo Sirius antes de volver a bostezar.
- O tal vez él lo hizo - dijo Remus silenciosamente.
- Lo siento - murmuró
- Está bien... - masculló, y de un momento a otro se durmió.
Remus casi se había quedado dormido cuando algo cayó sobre su hombro. Sirius había resbalado mientras soñaba y su cabeza ahora descansaba en el hombro de Remus. Remus decidía si empujarlo hacia el otro lado cuando la puerta se abrió y entró James.
- ¡Hey! - dijo James con energía, riendo al ver la escena que los dos hacían - ¿Tuvieron unas buenas vacaciones? - preguntó, como conociendo la respuesta.
- No - Dijo Remus, sobresaltando a james ante la frialdad de su voz - y Sirius aún peor -
- ¿Qué pasó? - dijo James, la preocupación inundaba su voz mientras se sentaba frente a Remus.
- ¿Alguna vez Sirius te habló sobre su padre? - preguntó al chico de anteojos.
- ¿Además del hecho de ser un cerdo, ignorante, muggle bastardo? No. ¿Por qué? - James jadeó de la sorpresa cuando Remus hecho a un lado el flequillo de Sirius mostrándole los cortes que aún no había sanado.
- Tiene docenas de éstos por todas partes - dijo gravemente - lo que pude sacarle fue que su padre lo atacó con un cuchillo - James lo miró horrorizado y después bajó la vista hacia el chico dormido.
- Él me dijo que era malo, pero... yo pensaba que en realidad era estricto o algo así. Nunca pensé que... - James se calmó, mirando apenado - Entonces él ah estado todo este tiempo con ese monstruo? - Remus se estremeció. No le gustaba la palabra "monstruo", incluso cuando se referían a alguien más.
- Le sucedió ayer, ah estado desde entonces en mi casa - dijo.
- ¿En tu casa? - preguntó James. Sorpresa y algo que Remus no podía identificar teñían la voz de James. Parecía algo presumido.
- No creo que haya sabido dónde tú vives, de otro modo hubiera ido contigo - dijo remus rápidamente.
- No estoy tan seguro. Él se ve bastante cómodo - observó James, mirándolos con una ceja levantada. Remus se ruborizó y fijó su mirada en la ventana.
- Él no puede gustarme. No realmente - dijo después de mucho tiempo.
- ¿Por qué? ¿Porque eres hombre?- preguntó James. Remus sacudió su cabeza.
- No soy un hombre. Ni siquiera un humano - dijo amargamente.
- eso no es verdad. todos los hombres lobo nacen como humanos ¿verdad? - dijo una voz en su oído. Sirius se había sentado y lo miraba con reproche - Me despertaste - Remus se dio vuelta para decir algo, pero sus palabras murieron en su garganta.
Peter estaba parado en la puerta con los ojos como platos, mirando a los tres como si les hubieran salido piel y colmillos. Sus pequeños ojos asustados cayeron sobre Remus y chillo "hombres lobo"? antes de huir al pasillo. Ambos, James como Sirius lo siguieron. Remus miró fijamente la puerta abierta del compartimiento por un momento y después se enroscó poniendo su frente sobre sus rodillas. 'Estúpido, estúpido, estúpido...'
Pero no había grito algunos de indignación o miedo entre los estudiantes del tren. Y mientras el Expreso se ponía en marcha, Sirius y James conducían al todavía tembloroso Peter al compartimiento, cerrando y echándole pestillo a la puerta.
- Cálmate Peter - Dijo James severamente al tembloroso muchacho. James lo sentó en el banco del frente, lo más lejos posible de Remus, tratando de hacer que dejara de farfullar como un idiota. Sirius salió de la entrada de la puerta y le hecho una mirada apologética a Remus.
- Peter - El chico redondo saltó cuando remus mencionó su nombre, se dio la vuelta mirando con ojos asustados - esta bien, no muerdo - los tres chicos lo miraron fijamente con los ojos muy abiertos antes de que Sirius comenzara a reír silenciosamente. Lo mismo hizo James, y pronto Peter se unió con una risita débil. Una vez que dejaron de reír, Sirius se sentó al lado de Remus y tocó su hombro.
- Moony, nunca nos hablaste obre tu sentido del humor - dijo con un reproche finjido. Remus solo giró sus ojos.
- ¿Moony? - dijo Peter, arrugando la frente en la reflexión.
- Si ,un apodo horrible para un hombre lobo ¿verdad? - Remus preguntó ligeramente, mirando la reacción de Peter. El nervioso chico solo sonrió un poco.
- Definitivamente es algo propio de Sirius - dijo con complicidad, Remus relajó su cuerpo en el alivio.
- ¿prometes no contarlo? - preguntó con esperanza. Peter cabeceó.
- y prometemos no dejar que nadie más lo averigüe - puntualizó James.
- Y no usarlo... - susurró Sirius, mirándolo por el rabillo del ojo. Remus no podía esconder la sonrisa en su cara.
- Gracias -
"Well, take a look and blow my fantasy away
Turn off the lights and shine the spotlight down on you
Well I could never understand a word you'd ever say
And all the people that you ever hurt came down on you
Well I can understand just why you went away"
~ It's All Good, Cold
- Yo no tengo adónde ir
Remus se estremeció al oír el tono desesperanzado de Sirius en su voz confidente. Sabía que el otro chico estaba en problemas desde el momento en que lo vio en la puerta. Francamente, Sirius se veía como si acabara de salir de una luna especialmente violenta. Remus podía ver la cara y los brazos de Sirius cubiertos por cortes y moretones, había olido la sangre, el dolor y el miedo. ¡Y Rómulus había estado ahí sin hacer nada!
Pero su gemelo no conocía a Sirius, no sabía que la débil sonrisa y esa voz suplicante eran tan disímiles al generalmente ruidoso y desagradable chico. Remus no podía dejarlo botado, habría sido muy criminal.
Y ahora, maldición, cómo podía pensar su madre aquello... nunca había dañado a nadie. La única pelea que había tenido era aquella con Sirius hace unos meses, de la cual sus padres nunca se habían enterado.
Silivia y Tiberius Lupin intercambiaron miradas, los ojos de su madre se fijaron brevemente en Remus y su padre cabeceó.
- No - dijo Tiberius, sacando a Remus de sus pensamientos "¡No!" pensó medio aturdido. ¿Su papá no podía ver en el estado en que se encontraba Sirius? - Lo siento, pero no puedes quedarte, Remus está enfermo y...
- ¡No lo estoy! - casi gritó Remus. Todos en el cuarto se le quedaron viendo - Si quieres mandarlo lejos de aquí cuando evidentemente necesita ayuda, no uses mi... enfermedad como excusa - escupió. Su padre le miró con el ceño fruncido y su madre parecía levemente asustada. Remus suspiró, deprimiéndose un poco en resignación "grandioso" se dijo "ahora nunca te escucharan".
- Por favor, solo será una noche, ambos nos iremos mañana - suplicó, asegurándose que su voz sonara suave y controlada - Y Sirius se puede quedar en mi cuarto, no se darán cuenta que está aquí - se sintió como un idiota. Sonaba como si tuviera cinco años y quisiera que un perro callejero se convirtiera en su mascota "por favor mamá, me siguió a casa, ¿puedo quedármelo?"
- ¿Sirius? - dijo su madre pensativamente - ¿no habías dicho que ese nombre era el del matón que te molestaba? - dijo. Sirius lo miró alarmado, al parecer nunca le habían llamado matón.
- No mamá - mintió - lo confundes con Severus. Es un Slytherin de mi mismo año que le gusta gastarme bromas - Romulus resoplo divertido. Le gustaba oír sobre la horrible vida que Remus llevaba en el colegio. Por un instante todos callaron mientras los padres de Remus miraban a Sirius, intentando calcular que tan problemático sería tenerlo allí. Sus padres intercambiaron otra mirada.
- ¿Entonces él es tu amigo? - preguntó su padre. Remus asintió.
- Si - dijo suavemente. Había mentido nuevamente, pero la aseveración parecía cada vez más verdadera.
- ¿Y tú le diste nuestra dirección? - Uh-oh, eso era algo que expresamente le habían prohibido que hiciera. Pensando en ello, ¿cómo había hallado Sirius su casa?
- Remus no me dijo nada - dijo Sirius rápidamente, dando por hecho que Remus se metería en problemas si no decía algo - Él me prestó un libro para las vacaciones y su dirección estaba dentro - Remus parpadeó de sorpresa. Así que ahí estaba el libro que había perdido. Lo había dejado en el tren y Sirius lo había cogido. Remus pudo ver que su madre quería hacer más preguntas, probablemente sobre que era lo que le había pasado a Sirius y otras cosas personales como esa, pero su padre, gracias a Dios, la interrumpió.
- Creo que te puedes quedar - dijo como si fuera una gran concesión de su parte - después de todo, volverás a Hogwarts en la mañana - ambos, Sirius y Remus soltaron un suspiro de alivio, y antes que su madre pudiera preguntar alguna otra cosa o que Romulus pudiera convencer a sus padres que era una mala idea, Remus agarro a Sirius del brazo y lo sacó de la sala.
Pasó al baño a buscar las cosas de Sirius y algunas pociones curativas que necesitaría para terminar de atenderlo antes de bajar a su cuarto. Una vez que estuvieron a salvo detrás de las puertas cerradas, Remus dió media vuelta y miró a sirius con los brazos cruzados.
- Muy bien - dijo - ¿qué está pasando? ¿por qué estas aquí? ¿y que demonios te pasó? - Sirius miró un poco sorprendido por el montón de preguntas, como si hubiera pensado que todo había salido bien y que no tendría que explicarle nada.
- Um... - dijo Sirius inteligentemente - bueno, encontré tu casa usando la dirección que había en el libro, aunque tu no me lo habías prestado, y... - paró y miró al suelo - de verdad no tengo adónde quedarme, y como dije, mi papá... se enfureció conmigo... - Sirius dejó la oración hasta la mitad y se encogió.
- Eso no explica por qué estás tan golpeado - Dijo Remus de manera significativa. Iba a llegar al fondo del asunto, incluso si Sirius se ponía difícil.
- Ya te dije, mi papá... - Remus frunció el ceño, y luego miró boquiabierto. Sirius no parecía que pudiera decirlo en voz alta, pero Remus estaba entendiendo la idea.
- ¿Tu papá te hizo eso? - preguntó incrédulamente. Sirius se encogió, abrigando su pecho con sus largos brazos y encorvando los hombros.
- Si... - dijo débilmente, evadiendo los ojos de Remus. "nunca pensé que esos humanos se hicieran eso" pensó vagamente enfermo. Había leído muchas cosas sobre lo que les hacían a los hombres lobos y a otras "criaturas", pero siempre había pensado que era porque los consideraban monstruos y querían castigarlos. No era justo... porque ellos podían.
Remus se dejó caer en el borde de su cama y miró al otro chico. Encorvado como estaba, no se veía imponente como Remus lo recordaba. Se veía flaco y demacrado... y perdido.
- Ven aquí y siéntate, no he terminado de curarte - dijo cambiando de tema antes que pudiera compadecerse de Sirius - y sácate la polera - Remus se arrepintió de sus palabras desde el momento que salieron de su boca. De seguro que Sirius iba a malentender sus palabras.
En efecto, Sirius sonreía con satisfacción con ambas cejas levantadas. Remus lo fulminó con la mirada durante un largo tiempo y la sonrisa desapareció.
- Algunas heridas atravesaron tu camisa - habló dejando en claro. Sirius hizo lo que Remus le había pedido y se sentó en la cama. Miró con escepticismo la poción de color verde que Remus le iba a aplicar a los cortes.
- Sabes lo que haces ¿verdad? - preguntó con una mirada dudosa - ¿no me vas a envenenar o algo así?
- Ninguna de estas pociones me ha envenenado antes, así que dudo que te hagan daño - dijo calmadamente, se volvió a uno de los brazos de Sirius y aplicó una cantidad generosa de poción en los cortes. Estuvieron sentados por largo tiempo, Sirius mirando como Remus curaba sus heridas. Remus trató de ignorar la mirada del otro chico hasta que hubo curado la ultima herida.
- ¿Ellos siempre son así? - Sirius preguntó rompiendo la calma adormecedora que había caído. Remus lo miró con el ceño fruncido en la confusión
- ¿Quienes son cómo? - preguntó
- Tus papas y tu hermano. Estaban extremadamente cuidadosos - Sirius dijo moviendo su mano en dirección a la puerta.
- Ellos intentan protegerme... - dijo Remus dócilmente.
- ¿De qué? - preguntó Sirius
- De mi mismo supongo - Sirius resopló, dando a saber su opinión al respecto.
Al parecer, quedarse quieto era demasiado para el chico más alto, porque se paró y empezó a pasearse por el cuarto. Miró con interés la estantería antes de examinar el escritorio de Remus. Remus trató de recordar si había algo allí que no quisiera que Sirius viera. No pudo pensar en nada excepto... ¡Oh no!. Remus se paró pero Sirius ya había encontrado el libro inconspicuo que había caído abierto en el escritorio de Remus.
- Oye, ¿qué es esto? – Sirius preguntó, recogiéndolo.
- ¡Devuélvelo! – gritó Remus tratando de agarrar el libro, pero Sirius saltó atrás poniendo el libro sobre su cabeza, fuera del alcance de Remus. Remus miró con furia a Sirius, apretando los dientes, sintió un salto en sus músculos.
- Esta bien, esta bien, ¡caramba! - dijo Sirius poniendo el libro frente a él como para detener a Remus. Remus tomó el libro y lo abrazó contra su pecho, todavía mirando penetrantemente a Sirius. El otro chico miró herido, no sabía que había hecho como para merecer aquella mirada tan fría.
- Lo siento, es solo que gasté mucho tiempo en esto. Eso es todo - murmuró Remus
- ¿Qué es? - preguntó
- Un Grimorie
- ¿Te refieres a esas cosas con nombres de demonios escritos en él? - Sirius preguntó con una mirada de espanto y a la vez de curiosidad.
- Ese es un tipo de Grimorie, este solo tiene hechizos interesantes, notas sobre hombres lobo y ese tipo de cosas - dijo remus
- ¿Puedo ver? ¿una poción de invisibilidad? ¿mapas con vida? ¡hasta hay un hechizo de cómo pegarse a las paredes! ¿dónde conseguiste todo esto? - Sirius preguntó incrédulamente con ojos amplios.
- Conseguí permiso para leer los libros de la sección prohibida con el pretexto de aprender sobre mi licantropía, pero leí otros libros también. Todas esas cosas las copié porque me parecían interesantes, pero no sé cómo trabajar en ellas. Sirius le devolvió un "hmm" en respuesta, al parecer estaba absorto leyendo algunos hechizos.
- Creo que puedo hacer este - pronunció lentamente. Pronto estuvieron discutiendo acaloradamente sobre la ética de hacer que los Slytherin se volvieran invisibles - solo piensa en esto, ¡nunca veras sus horribles caras de nuevo! - Sirius había dicho riéndose de sus pensamientos. Habían terminado la mitad del libro cuando su madre los llamó para la cena.
Sirius se había levantado e iba a las escaleras.
- ¡Sirius! - lo llamó Remus tras él. Sirius dio media vuelta con el ceño fruncido mientras una camisa era lanzada a su cara. El muchacho más alto miró la camisa y luego su pecho desnudo. "Ups" dijo sonriendo a Remus mientras se ponía la muy chica camisa.
Gracias a Dios la comida fue rápida, sobre todo porque cuando sus platos estuvieron llenos les dejaron comer en el cuarto de Remus.
- ¿Por qué tu cuarto esta en el sótano? - preguntó Sirius probando un bocado de su comida.
- Los hechizos de silencio necesitan ser muy fuertes, ya que el resto de los dormitorios están en el primer piso - dijo jugando con la comida de su plato.
- ¿hechizos de silencio? - preguntó Sirius alzando una ceja
- Yo... yo tengo pesadillas - refunfuñó - espero no despertarte
- nunca te oí - dijo Sirius confundido. cuando Remus lo miró perplejo se explicó - En la noche en nuestro dormitorio, nunca te oí
- Siempre me hecho un débil hechizo de silencio y una maldición de laringitis antes de dormir - explicó Remus.
- ¿Tú mismo te haces mudo? - dijo Sirius alarmado. Supuso que para alguien como Sirius estar callado era un terrible castigo.
- Ustedes tres no dormirían bien si yo no hiciera eso - dijo encogiendo los hombros - pero no puedo hacer eso esta noche, leyes de magia para menores de edad y todo eso. Sirius solo cabeceó mirando la pequeña cama con escepticismo.
- Entonces ¿qué lado vas a tomar? - preguntó
- ¿Qué? - Remus pregunto en sorpresa
- Qué lado de la cama - Remus se paró y cruzó los brazos, tratando ser severo.
- ¿Quién te dijo que ibas a dormir en la cama? - preguntó indignado. De ninguna forma iba a compartir la cama con el otro muchacho. Solo los dioses sabían que le haría cuando estuviera durmiendo - la manta debería ser cómoda - dijo finalmente lanzando una manta a Sirius.
- ¿No se supone que deberías ser educado con las visitas? - Sirius preguntó retóricamente, agarrando una almohada de Remus para ponerse cómodo.
- Eso implica que te hubiera invitado - murmuró Remus, pero lo lamento cuando Sirius se estremeció. Ambos estuvieron callados por un rato mientras preparaban sus camas, en el caso de Sirius, el piso. Remus estaba más o menos listo cuando se disponía a apagar la antorcha que alumbraba el cuarto cuando Sirius se volteó a sonreírlo.
- ¿Por lo menos puedes darme un beso de las buenas noches? - preguntó Sirius, meneando las cejas sugestivamente. Siguió con la sonrisa incluso cuando Remus le tiró una almohada.
- ¡NO! - resoplo Remus con indignación - ¡es por eso que duermes en el suelo! - dijo acostándose y tirando su manta sobre su cabeza.
- Buenas noches Moony - dijo riendo para sus adentros.
- Buenas noches imbécil arrogante - Remus murmuró bajo su aliento. Lo había dicho como un insulto, pero había sonado con cariño.
- ¿Qué? - Sirius preguntó entre dormido
- Buenas noches Sirius - lo dijo bastante fuerte para que el otro chico lo escuchara
Pero Remus había estado equivocado acerca de despertar a Sirius con sus pesadillas, ya que al momento en que él estaba teniendo una, aullando y jadeando de miedo, lo primero que se percató al despertarse, aparte del latido de su corazón, fueron unos susurros muy parecidos a los suyos. Lentamente avanzó al borde de la cama y vio abajo como Sirius parecía hacer parte de sus propias pesadillas.
Recordó a Peter decir algo sobre que sus padres lo dejaban dormir con ellos cuando él tenía pesadillas. Tal vez el calor del cuerpo ahuyenta a las pesadillas. Remus no lo sabía, sus padres nunca le habían dejado hacer eso, incluso antes de ser mordido.
- Si te atreves incluso a respirar de forma extraña... - pensó silenciosamente hacia Sirius mientras avanzaba lentamente por sobre su cama y hacia el piso. Debió haber algo de cierto en la idea, porque cuando se acostó al lado de Sirius el otro muchacho se calmó rápidamente. Él también, para consternación de Remus, dio un giro en sus sueños y puso su brazo sobre el chico mas pequeño. Remus suspiró derrotado, no molestándose en sacar el brazo de él para no despertarlo.
Él era, lamentablemente, el segundo en despertarse a la mañana siguiente. Lo primero que vio fue a no mas de tres pulgadas el rostro de Sirius. Brincó ligeramente de sorpresa, pero se quedó ahí. Sirius lo miró fijamente.
- No me dejaste dormir en tu cama, ¿pero tu viniste a dormir en el suelo conmigo? - Sirius preguntó con la vista fija en Remus.
- Perdona - refunfuño remus. No parecía correcto, ahora que pensaba en ello. Y ahora que el sol había salido, no recordaba que lo había hecho ir a dormirse junto a Sirius.
Ambos se asustaron al oír un golpe seco el la puerta de su habitación. En un instante Remus estaba acostado de espaldas en el suelo y al otro estaba en la mitad del cuarto agarrando sus cosas y empujándolas dentro de su mochila.
- ¡Nos iremos en 10 minutos, será mejor que estén listos! - Romulus gritó por la puerta. Remus no se habría sorprendido que le hubieran dicho a su hermano que los despertara media hora antes y él haya esperado en decírselos para que se metieran en problemas. Pero ambos pudieron ordenar sus cosas y subir con tiempo de sobra, para molestia de su hermano gemelo.
El camino hacia King's Cross afortunadamente fue tranquilo y pronto estuvieron sentados en un compartimiento del expreso de Hogwarts sofocando los bostezos y tratando de no quedarse dormidos.
- ¿Por qué estas tan cansado? - preguntó Remus "él no se despertó a la mitad de la noche como yo"
- Me golpeaste el estómago por las tres de la mañana y ya no pude dormir - dijo Sirius antes de volver a bostezar.
- O tal vez él lo hizo - dijo Remus silenciosamente.
- Lo siento - murmuró
- Está bien... - masculló, y de un momento a otro se durmió.
Remus casi se había quedado dormido cuando algo cayó sobre su hombro. Sirius había resbalado mientras soñaba y su cabeza ahora descansaba en el hombro de Remus. Remus decidía si empujarlo hacia el otro lado cuando la puerta se abrió y entró James.
- ¡Hey! - dijo James con energía, riendo al ver la escena que los dos hacían - ¿Tuvieron unas buenas vacaciones? - preguntó, como conociendo la respuesta.
- No - Dijo Remus, sobresaltando a james ante la frialdad de su voz - y Sirius aún peor -
- ¿Qué pasó? - dijo James, la preocupación inundaba su voz mientras se sentaba frente a Remus.
- ¿Alguna vez Sirius te habló sobre su padre? - preguntó al chico de anteojos.
- ¿Además del hecho de ser un cerdo, ignorante, muggle bastardo? No. ¿Por qué? - James jadeó de la sorpresa cuando Remus hecho a un lado el flequillo de Sirius mostrándole los cortes que aún no había sanado.
- Tiene docenas de éstos por todas partes - dijo gravemente - lo que pude sacarle fue que su padre lo atacó con un cuchillo - James lo miró horrorizado y después bajó la vista hacia el chico dormido.
- Él me dijo que era malo, pero... yo pensaba que en realidad era estricto o algo así. Nunca pensé que... - James se calmó, mirando apenado - Entonces él ah estado todo este tiempo con ese monstruo? - Remus se estremeció. No le gustaba la palabra "monstruo", incluso cuando se referían a alguien más.
- Le sucedió ayer, ah estado desde entonces en mi casa - dijo.
- ¿En tu casa? - preguntó James. Sorpresa y algo que Remus no podía identificar teñían la voz de James. Parecía algo presumido.
- No creo que haya sabido dónde tú vives, de otro modo hubiera ido contigo - dijo remus rápidamente.
- No estoy tan seguro. Él se ve bastante cómodo - observó James, mirándolos con una ceja levantada. Remus se ruborizó y fijó su mirada en la ventana.
- Él no puede gustarme. No realmente - dijo después de mucho tiempo.
- ¿Por qué? ¿Porque eres hombre?- preguntó James. Remus sacudió su cabeza.
- No soy un hombre. Ni siquiera un humano - dijo amargamente.
- eso no es verdad. todos los hombres lobo nacen como humanos ¿verdad? - dijo una voz en su oído. Sirius se había sentado y lo miraba con reproche - Me despertaste - Remus se dio vuelta para decir algo, pero sus palabras murieron en su garganta.
Peter estaba parado en la puerta con los ojos como platos, mirando a los tres como si les hubieran salido piel y colmillos. Sus pequeños ojos asustados cayeron sobre Remus y chillo "hombres lobo"? antes de huir al pasillo. Ambos, James como Sirius lo siguieron. Remus miró fijamente la puerta abierta del compartimiento por un momento y después se enroscó poniendo su frente sobre sus rodillas. 'Estúpido, estúpido, estúpido...'
Pero no había grito algunos de indignación o miedo entre los estudiantes del tren. Y mientras el Expreso se ponía en marcha, Sirius y James conducían al todavía tembloroso Peter al compartimiento, cerrando y echándole pestillo a la puerta.
- Cálmate Peter - Dijo James severamente al tembloroso muchacho. James lo sentó en el banco del frente, lo más lejos posible de Remus, tratando de hacer que dejara de farfullar como un idiota. Sirius salió de la entrada de la puerta y le hecho una mirada apologética a Remus.
- Peter - El chico redondo saltó cuando remus mencionó su nombre, se dio la vuelta mirando con ojos asustados - esta bien, no muerdo - los tres chicos lo miraron fijamente con los ojos muy abiertos antes de que Sirius comenzara a reír silenciosamente. Lo mismo hizo James, y pronto Peter se unió con una risita débil. Una vez que dejaron de reír, Sirius se sentó al lado de Remus y tocó su hombro.
- Moony, nunca nos hablaste obre tu sentido del humor - dijo con un reproche finjido. Remus solo giró sus ojos.
- ¿Moony? - dijo Peter, arrugando la frente en la reflexión.
- Si ,un apodo horrible para un hombre lobo ¿verdad? - Remus preguntó ligeramente, mirando la reacción de Peter. El nervioso chico solo sonrió un poco.
- Definitivamente es algo propio de Sirius - dijo con complicidad, Remus relajó su cuerpo en el alivio.
- ¿prometes no contarlo? - preguntó con esperanza. Peter cabeceó.
- y prometemos no dejar que nadie más lo averigüe - puntualizó James.
- Y no usarlo... - susurró Sirius, mirándolo por el rabillo del ojo. Remus no podía esconder la sonrisa en su cara.
- Gracias -
