"You can't hear what I'm not saying
And I can hold out long enough
Treading water to keep from sinking
Cause I'm not one for reaching
You say that I can play
a pretty convincing role
But I don't need you
I don't thinkI need you"
Sinking, Jars of Clay
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Desde el mes pasado Sirius había vivido el mejor momento de su vida. Despues de aquel día en el tren, James y Peter rápidamente adoptaron a Remus en su grupo. Aunque Peter aún estaba nervioso por el asunto del hombre lobo.
Y aquel libro de Remus había probado ser muy útil. Hicieron invisibles todos los libros de Snape y se rieron todo el día mientras él intentaba hallarlos. También usaron el encanto riza-pelo sobre Lucius de manera que sobre su cabeza se formara una gran bola de pelo que Sirius le dijo, entre risa, era la última moda de América. Sirius aún trataba de convencer a Remus que los dejara usar el hechizo pega-pared para colgar en el techo de las duchas de las mujeres, pero hasta el momento se había negado.
- Hmm¿estará celoso? - Sirius sonreía al momento de entrar al Gran Salón. Era un lindo pensamiento, aún cuando sabía que no era cierto.
Su atracción por el otro muchacho se había instalado bajo un fuego lento. Estaba siempre en su mente, pero la aplastante necesidad de ser el foco de atención ya no era tan fuerte como antes. Tal vez esto tenía algo que ver con el hecho que, ahora siendo amigos, Remus le sonreía cuando lo veía en la habitación.
Y hablando del delicioso hombre lobo, ahí estaba en la mesa de Griffindor a punto de tomar su desayuno.
- Siéntate allí - dijo Remus a modo de saludo, señalando el otro lado de la mesa.
- ¿Por qué? - preguntó Sirius, mostrando una imagen de sorpresa e inocencia.
- Porque tienes esa mirada esta mañana, y no quiero ser tocado en el desayuno - está bien, había puesto la mano en la rodilla de Remus una vez. ¡Una, y había sido hace dos semanas! pensaba que ya lo había perdonado.
- ¡No es verdad! - protestó. Pero Remus continuaba apuntando a través de la mesa.
- ¿Todavía acosando a Moony, Sirius? - preguntó James en algún lugar tras él.
- ¡Por su puesto! - dijo Sirius vigorosamente. Remus solo giró sus ojos mientras James y Sirius reían disimuladamente. Peter rió también, aunque no había entendido el chiste.
Sirius se sintió tentado de besar a Remus, solo para ver si recibía un castigo de parte del niñito, pero guardó sus hormonas y se sentaron a desayunar.
Pero Sirius no pudo resistirse a poner a prueba a Remus, entonces cuando todos estuvieron sentados, estiró su pie bajo la mesa hasta que hubo encontrado el de Remus. Había logrado meter su pie bajo el pantalón de Remus y a mitad de camino de su pantorrilla cuando Remus puso su pierna atrás y le dió bruscas patadas bajo la mesa.
- ¡ay!
- ¿Estas bien, Sirius - preguntó James, pero entonces vió la mirada de molestia de Remus y suspiró - ¿Que hiciste esta vez? - preguntó James con exasperación. Afortunadamente Sirius fue salvado de responder cuando una lechuza dejó caer una carta hábilmente frente a James. El dolor en su pierna fue olvidado, Sirius miró inmediatamente a James con expectación.
- ¿Es de tu papá? - preguntó esperanzado. James asintió y rápidamente rasgó la carta. Hace una semana habían escrito al padre de James una carta bastante larga explicándole el problema de Sirius y preguntando si él se podía quedar en su casa las vacaciones de verano. James alzó la vista y miro con el ceño fruncido la expectante cara de Sirius.
- Lo siento Sirius - dijo gravemente - dijeron que no te podías quedar con nosotros, no permanentemente. El corazón de Sirius se hizo polvo y bajó la vista hacia su desayuno, ya no tenía hambre.
- ¿Qué se supone que haré? -
- Puedes quedarte en mi casa si quieres - Sirius miró a Remus como si le hubiese brotado otra cabeza. Remus limpió su carganta y bajó la mirada hacia la mesa - eso, si puedes soportar a mi hermano, y tendría que ser tres semanas justas - balbuceó.
Sirius le sonrió agradecido y fulminó con la mirada a Peter cuando se encongió por la mención abierta de la licantropía de Remus.
- Bien, eso cubriría todo el tiempo exeptuando una semana porque mis padres dijeron que podías quedarte un mes - dijo James - y estoy seguro que Peter convenserá a sus padres de dejarte quedar con ellos una semana. ¿Verdad Peter? - continuó, empujando al redondo muchacho a su lado.
- ¡oh, si, seguro! - chilló Peter, dándole una sonrisa vergonzosa. Sirius los miró a los tres y les dio una sonrisa sentimental y agradecida. Debió de tener los mejores amigos del mundo.
- Mi papá tuvo otra idea - dijo James vacilante, sacando a Sirius de sus sentimentales pensamientos.
- ¿Si? - preguntó Sirius. James picaba su comida y no lo miraba.
- Dijo que tal vez tu podrías, bueno, intentar encontrar a tu mamá - Sirius lo quedó mirando por un buen rato antes de soltar un resoplido de risa.
- Todo lo que se sobre ella es que su nombre es Io Malius y probablemente ahora este casada, no creo que sea buena idea - dijo un poco molesto. Su madre no lo querría de todas formas, lo abandonó con su papá después de todo.
- Le podría pedir ayuda mi papá, después de todo es el Ministro de Magia, él podría sacar algunos expedientes con el gobernador muggle o ... algo ... ¿Qué? - preguntó James cuando sus tres amigos lo miraron con incredulidad.
- ¿Tu papá es el Misnistro de la Magia? - chilló Peter, con los ojos amplios. James los miró parpadeando como búho.
- ¿Ustedes no sabían eso, chicos? - preguntó sorprendido. Todos sacudieron su cabeza y luego Sirius puso una mueca de molestia y golpeó su cabeza contra la mesa. Lo oyeron murmurar "Soy un idiota" bajo su aliento antes de levantar nuevamente su cabeza.
- El nombre de tu papá es Harold¿verdad? - preguntó retóricamente.
- Si¿por qué? - pregunto confundido el chico con anteojos.
- Es algo sobre lo que el tipo del autobús noctámbulo dijo - dijo Sirius vagamente antes de volverse hacia Remus, sonriendo - ¿ves Remus, podría haber ido con James pero aún así decidí ir a verte¿no te sientes adulado?
- seguro... - dijo Remus evasivamente. Sirius sacudió su cabeza, James había dicho algo de lo que dudaba.
- ¿Crees que realmente podría encontrarla? - le preguntó a James, serio otra vez. James pensó un momento, mordiéndose el labio antes de responder.
- No lo sé - dijo finalmente - pero vale la pena intentarlo. Quiero decir, aún puedes quedarte con nosotros - señaló a Remus, Peter y a él mismo - si no funciona - Sirius asintió.
- Podría también...
- ¡Eeep! - todos se dieron vuelta para mirar a Peter, que desesperadamente intentaba acabar con el desayuno - ¡sha eh shoha e ah gashe - James y Sirius lo quedaron mirando confundidos.
- Ya es hora de la clase - aclaró Remus mientras se paraba y agarraba sus cosas. Sirius se paró también.
- ¿Puedo caminar contigo a tu clase? - Remus miró con el ceño fruncido.
- Yo tengo Runas, abajo, en el ala izquierda, al final del castillo - ¿no crees que estarías un poco fuera de camino, considerando que tienes adivinación en la torre norte? - preguntó Remus.
- Por tí, nada esta fuera de camino - dijo Sirius intentando sonar dramático cuando le hacía una reverencia a Remus. Cuando alzó la vista, vió que Remus ya estaba en las puertas que conducían fuera del Gran Salón.
- ¡Hey, espera! - Sirius gritó tras él. Agrarró sus libros y corrió para alcanzar al otro chico.
James le envió una carta a su padre después de conseguir toda la información que pudo de la boca de Sirius. Pero nada de eso fue mencionado desde entonces y todos pensaron que tendrían que hecharle una mano a Sirius dejándole quedarse en las tres casas todo el verano. La poca esperanza que Sirius había tenido de tener noticias sobre su madre rápidamente se fue empequeñeciendo y fue olvidada. El tiempo parecía volar y pronto se acercaban los exámenes finales. Y unánimemente decidieron hacer algunas vidas de los Slytherin miserables para olvidar el stress. Tuvieron suerte, vieron a Severus Snape caminando hacia ellos poco después de haber tomado esa desición. Una sonrisa maliciosa apareció en la cara de Sirius y empujó a los tres tras la esquina para preparar el plan de ataque.
- Entonces¿Que podríamos hacerle? - James revolvió sus bolsillos y encontró una bomba fétida.
- ¿Y qué tal este viejo truco? - sugirió. Sirius rió por lo bajo y asintió. Pensó durante un momento.
- Necesitamos una distracción - sus ojos examinaron a Remus y Peter, quienes solo estaban ahí parados dejándoles hacer el plan.
- Remus, tu irás y hablaras con Snape, déjalo que desvie su atención a tí
- ¿Por qué yo?
- Por que eres el menos sospechoco entre nosotros, y Peter no caminaría diez pasos solo - Peter protestó débilmente desde el fondo.
- ¿Pero qué se supone que debo... - empezó a preguntar y entonces paró, una amplia sonrisa cruzó sus labios, mostrando los dientes - está bien - dijo, se dió vuelta y caminó al corredor. James le dió la bomba fétida a Sirius y esperaron.
- Hola Severus - le oyeron decir a Remus.
- ¿Qué es lo que quieres, Lupin? - le contestó Snape bruscamente. Sirius llegó al punto máximo de la esquina, para poder ver lo que estaba ocurriendo.
- Me preguntaba si sabías dónde estaba Lily, quería hablar con ella.
- ¿Lily? - le oyó murmurar a James tras él y tuvo que intentar no reírse. La rivalidad de James y Snape había subido a un nuevo nivel cuando se dieron cuenta que les gustaba la misma chica. Pero James parecía estar ganando ya que tenía a sus amigos para ayudarlo.
- No tengo idea - soltó Snape resentido - ¿por qué no le preguntas a Potter?
- ¿Ella te gusta? - preguntó Remus cambiando repentinamente de tema. Snape frunció el ceño y cruzó los brazos.
- ¿Por qué lo quieres saber? - preguntó con escepticismo.
- Porque conozco a alguien que realmente quiere salir contigo - dijo Remus mirando casi tímido y recatado. Sirius decidió que Remus había distraído lo suficiente al Slytherin y había comenzado a andar a paso silencioso hacia ellos.
- ¿En serio? - el chico moreno preguntó justo cuando Sirius estaba tras él. Puso su dedo sobre sus labios y le guiñó a Remus.
- Si, digo, él nunca lo admitió pero... - empezó a decir Remus pero Snape lo interrumpió. Sirius se detuvo y lo miró confundido. Remus le sonrió.
- ¿Él? - el chico de Slytherin gritó de asombro.
- ... pero sé que a Sirius le encantaría salir contigo - dijo finalmente justo cuando Sirius metía la bomba fétida en la camisa del otro chico. Ambos gritaron "¿Qué?" a todo pulmón, mirándolo perplejo. Remus tenía la sangre fría para agarrar a Sirius de la muñeca y arrastralo a la vuelta de la esquina cuando la bomba empezaba a hacer efecto. James y Peter estaban apoyados en la pared, luchando por mantenerse en pie contra la fuerza de su risa.
- Estas muerto - gruñó Sirius. Remus solo le sonrió.
- ¡Potter, Black, Pettigrew! - la severa voz de la profesora McGonagall resonó por el pasillo mientras caminaba hacia ellos - ¿Qué han hecho esta vez? - preguntó una vez que estaba frente a ellos.
- Malditos bastardos, voy a... - gritó Snape mientras caminaba hacia la esquina, pero paró abruptamente cuando vió a la profesora McGonagall. Sirius y James comenzaron a abanicarse las narices cuando el olor de la bomba cruzó el pasillo.
La profesora McGonagall les frunció el ceño.
- Detención para los tres - dijo, se subió los lentes y frotó su nariz.
- Para los cuatro - dijo Snape - Lupin estaba también - dijo resentidamente. La profesora McGonagall se volvió para mirar a Remus, que al parecer hasta ahora no lo había notado. Él la miró con vergüenza.
- Es completamente mi culpa, yo lo forcé a que nos ayudara - dijo Sirius rápidamente. La profesora los miró y meneó la cabeza.
- Detención para los cuatro y Sr. Black, si pudiera venir conmigo - en esto, Remus abió los ojos y parecía que iba a defender a Sirius, pero ella lo interrumpió.
- Esto no tiene nada que ver con este pequeño incidente. El director quiere verte en su oficina para discutir algo contigo - Sirius asintió y la siguió, dándole a sus amigos una mirada de preocupación antes de que se perdieran de vista. Sirius había estado en la oficina de Dumbledore unas pocas veces antes, pero siempre era por haber hecho algo malo. ¿Por qué querría verlo ahora si no fuera por una travesura o algo parecido?.
Pararon frente a la enorme gárgola de piedra que afortunadamente se había encogido, al menos en la mente de Sirius, desde la primera vez que lo había traído en el primer año, absolutamente seguro que sería expulsado.
Con un murmullo "pluma de azúcar" de la profesora McGonagall, la gárgola se apartó y caminaron hacia la escalera espiral para llegar a la oficina circular de Dumbledore.
Se sorprendió al encontrar no solo al Director en la oficina, sino también a una mujer alta y de pelo negro. Tenía ojos oscuos y una expresión arrogante en su rostro, llevaba puesta ropa que parecía muy cara.
- Oh, bien, no te pareces en nada a él - Sirius le parpadeó a la mujer que estaba parada junto al escritorio de Dumbledore.
- ¿Qué? - preguntó completamtente confundido.
- Jared Black... ¿o era Mareth? - hizo una pausa y después agitó su mano con desdén - no importa. Estoy contenta de ver que te pareces más al lado de mi familia, conjuntamente con tu magia - ella sonrió de manera altanera. Sirius continuaba mirándola.
- ¿Qué? - él repitió. Nada de esto tenía sentido¿Quién era esa mujer?
- ¿No te lo dijeron? - ella peguntó, Sirius negó con la cabeza.
- ¿No? soy Io Lastrange... soy tu madre - los ojos de Sirius se agrandaron y la quedó mirando boquiabierto.
- Imagina mi sorpresa cuando recibí una lechuza del mismísimo Ministro de Magia preguntándome si era pariente de un chico llamado Sirius Hyperion Black, quién resultó ser amigo de su hijo - dijo escondiendo sus labios sonrientes tras su mano, lanzando una risa refinada - y pensar que, si hubiese sabido que no eras un squib no te habría dejado con ese horrible muggle.
- ¿Tu eres mi mamá? - Sirius preguntó, su mente le daba vueltas a esa posibilidad.
- Si - dijo ella.
- ¿Lastrange...? - no era el apellido que su papá le había dicho.
- Es mi apellido de casada. El nombre de mi marido es Quintus, pero deberías llamarle Sr. Lastrange cuando vengas a vivir con nosotros. Al menos hasta que estemos todos instalados - ella dijo como si fuera la cosa más normal del mundo.
- ¿Vivir contigo? - dijo Sirius asustado.
- A no ser que quieras seguir viviendo con ese muggle - dijo ella con aversión. Sirius pensó que ella en algún punto debió conocer bien a su papá.
- ¡No! no... me... me encantaría... mamá - dijo rápidamente con una enorme sonrisa en su cara.
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N. de la autora: Si, ella es quien piensan que es (piensen en el cuarto libro) lindos padres que tiene sirius, hm? (por favor no me maten ;;;)
