Capítulo 6. Ataque a Hogsmeade

Harry no sabía que estaba pasando, se había quedado un poco conmocionado a causa de la explosión, ¿de donde había venido?¿quien la había provocado? No sabia que hacer, hasta que, tras disiparse el humo causado por la explosión, la vio a ella…Hermione se encontraba tendida en el suelo, inconsciente y con algunas pequeñas heridas, y aunque no parecía grave, Harry sintió como su corazón estaba a punto de estallar de la tensión. Se levanto rápidamente y corrió al encuentro de Hermione, comprobó que aun tenía pulso y respiraba. De repente, vio a un grupo de 5 mortifagos acercándose a el, estos, apuntaron hacia donde se encontraba Harry y lanzaron sendos hechizos aturdidores, pero Harry, que se dio cuenta de sus intenciones, tuvo tiempo de sacar su varita y conjurar un escudo protector alrededor suya y de Hermione.

El escudo se estaba debilitando, Harry no sabia que hacer, los mortifagos no paraban de lanzar hechizos contra el, no podía moverse, si estuviera solo podría hacer algo, pero con Hermione allí, no quería arriesgar la vida de ella, cuando el escudo estaba a punto de ser traspasados, varios compañeros del colegio salieron en su auxilio, disparando hechizos aturdidores contra los mortifagos. Tras ser alcanzado uno de ellos y verse superados en número, uno de los mortifagos ordenó retirada, seguido de otra tremenda explosión que cubrió su huida, justo en el momento en que Lupin y Moody llegaban a socorrerlos.

Habiendo desaparecido el peligro, Harry se dirigió rápidamente al colegio, con Hermione en sus brazos, en una escoba que se encontraba apoyada en una pared, sin dar tiempo a nadie de su lado a reaccionar, hasta que se encontraba en el aire.

Llegó al colegio como alma que lleva el diablo, y entro volando hasta la mismísima enfermería, asustando a Señora Pomfrey:

- Por Merlín, señor Potter, que formas son estas de…?

- ¡¡¡Señora Pomfrey, rápido, ayúdeme, Hermione esta malherida, rápido, por favor!

- Acuéstela aquí, vamos.

Tras examinarla, Señora Pomfrey se dirigió a un estante y cogió una botella con un líquido blanco perla, y le dio a beber con dificultad a una inconsciente Hermione.

Al rato, sus heridas prácticamente habían desaparecido, pero aun no se despertaba.

- Señora Pomfrey, ¿por qué no se despierta?

- Ha sufrido una fuerte conmoción, pero no es grave, pronto despertará…Como se encuentra usted?

- yo estoy bien, gracias, cuide de ella, por favor, haga que se cure

- no tema, señor Potter, eso haré

En ese momento, el profesor Dumbledore entraba en la enfermería

- Harry, que ha pasado?

- Profesor Dumbledore, estábamos en el pueblo cuando un grupo de mort…

- Lo se Harry, ya me han informado, me refiero a Hermione, como se encuentra?

- Esta inconsciente, la explosión la alcanzo muy cerca, pero la Señora Pomfrey dice que se pondrá bien

- me alegro Harry, quédate junto a ella todo el tiempo que quieras, cuando despierte, avísame, por favor

- Gracias profesor, eso haré

Tras estas palabras, el profesor Dumbledore se marchó de la enfermería.

Al rato, Harry oyó como los alumnos volvían del pueblo y vio como Ron entraba en la enfermería.

- Harry, como estas? Como está Hermione? Te fuiste sin que nos diera tiempo a reaccionar a nadie y…

- Lo siento Ron, fue por instinto, no pensaba, solo quería poner a salvo a Hermione…Pude verte luchando contra los mortifagos, estuviste muy bien

- No fue nada, lo hicimos entre todos, al verte allí todos se dispusieron a defenderte sin pensarlo.

- Me halaga oír eso.

Ron solo sonrió.

Llegó el domingo y Hermione no despertaba. La Señora Pomfrey tan solo le decía a Harry que no debía preocuparse, que la conmoción había sido fuerte, pero que despertaría en cualquier momento.

Harry no se había separado de ella ni un solo momento de ella (menos para ir al water, claro) y ya por la tarde, estado sentado al lado de Hermione, sujetándole la mano, pudo escucharla como hablaba en sueños:

- Harry, nó, cuidado, detrás tuya, están detrás tuya, Harry! No por favor, no podría soportar perderlo, lo quiero demasiado, no!

Ante estas palabras, Harry no sabia que hacer, se había sonrojado al oírla, y se alegraba de que nadie más la hubiera escuchado.

Así callo la noche y Harry se quedó dormido con la cabeza apoyada en la cama.

Serian cerca de las 10 de la noche, cuando Hermione empezó a abrir los ojos. Se dio cuenta de que estaba en la enfermería, y recordó lo que había pasado.

Movió la mano izquierda y se topó con una cabeza. Allí estaba el, sano y salvo, la persona con la que había soñado durante dos días. No puedo resistir el impulso de acariciar sus cabellos. Esos cabellos revueltos e indomables que tanto le gustaban.

Harry noto como una mano se deslizaba por su cabeza, y abrió los ojos. Una inmensa alegría le invadió al ver a Hermione despierta sonriéndole. No pudo evitar el impulso de darle tal abrazo que pareciera que la vida se le iba en ello. Ella respondió con todo su corazón:

- Hermione, gracias a Merlín que estas bien, estaba aterrado, tenia miedo de perderte

- Harry yo también me alegro porque estés bien, temía que te hubiera pasado algo, no podría soportar que algo te ocurriera……..¿has estado aquí mucho tiempo?

- No me he separado de ti ni un segundo, llevo aquí desde que te traje

- Que día es hoy?

- Domingo, has dormido un buen rato

- y tu? No habrás descansado nada

- No hubiera podido dormir si antes ver como tú te despertabas

- Ejem, ejem. – se oyó toser a alguien

Ambos jóvenes se separaron rápidamente, con un fuerte sonrojo en sus mejillas

- Señora Pomfrey, Hermione a despertado y se encuentra bien

- Ya lo veo señor Potter, me alegro mucho, ¿como se encuentra señorita Granger?

- Mejor, gracias

La Señora Pomfrey recomendó a Hermione que se quedara esta noche en la enfermería y mañana podría reanudar las clases junto con sus compañeros, Harry le pidió que le dejara dormir en la enfermería, a lo que ella acepto, acostándose Harry en la cama del al lado.

Un buen rato tardaron ambos jóvenes en dormirse, ya que durante largo tiempo, estuvieron ambos tumbados, mirando a los ojos, sonriendo.

A el le cautivaban esos ojos color miel que tantas veces había visto mirarlo dándole cariño y compresión.

A ella, le volvían loca esos ojos verdes esmeraldas, brillantes por la noche, que tanta ternura soltaban, y que tanta seguridad le daban e ella cuando junto a el estaba. Poco a poco el sueño fue venciéndoles y ambos se durmieron