Capitulo 9. El día a día sin Hermione

A la mañana siguiente, Harry despertó peor de cómo se había acostado.

Aparte de que apenas había conseguido pegar ojo en toda la noche…no sabia que pensar, se sentía mal, se sentía sucio, era una sensación rara, como si hubiera traicionado a su mismísimo corazón, no podía creer lo que le había dicho a Hermione, no sabia que iba a hacer, no podía ni mirarla a la cara, se avergonzaba de si mismo, sentía asco de su persona.

Como pudo, se cambió y se dirigió al Gran Comedor para desayunar, no sabia que hacer al entrar y encontrársela allí…pero eso no ocurrió, miro toda la mesa y ella no estaba allí. Fue hasta donde se encontraba Ron y se sentó junto a el, aunque no tenia muchas ganas de comer.

- Ron, viste a Hermione esta mañana?

- No, creo que se encontraba mal, no ha salido de su habitación, al menos, eso me dijo Lavender, esta con ella en su habitación, junto con Ginny y Luna.

- Ya…

Harry sabía perfectamente que era lo que le pasaba a Hermione. Todo era culpa suya, en su afán de protegerla, era como si el mismo la hubiera matado, estaba hundido, había dañado a la persona por la que daría la vida, antes de que nadie pudiera tocarla, y solo el lo había hecho.

El resto del día fue para Harry el mas lento, aburrido y pesado que jamás había tenido en todos sus años en el colegio, y eso se debía en gran parte a que ella no estaba allí, no había asistido a las clases ese día, Harry cada vez se sentía peor, intentó preguntarle a Lavender que como estaba Hermione, pero esta solo le hecho una mirada de gran odio y pasó de largo. Harry comprendió perfectamente a que se debía esa mirada, suponía que Hermione le había contado lo que había pasado.

Ya la noche había caído, y Hermione no aparecía…Pensó que debía de hablar con ella, así que tras cenar se dirigió a la habitación de Hermione.

Picó a la puerta, y rápidamente Ginny la abrió. Se sorprendió un poco al ver ahí a Harry, pero antes de que este pudiera decir algo, oyó a Hermione gritar:

- Vete de aquí, no quiero verte, no quiero escucharte, no quiero saber nada de ti, no existo para ti ni tu para mi, me arrepiento del día en que te conocí…FUERAAA! – dijo mientras se levantaba y cerraba la puerta de un portazo.

Los días pasaban y la situación era la misma. Hermione lo ignoraba, era como si Harry no existiera, no lo miraba, lo le hablaba, cada vez que el se acercaba con intención de decirle algo, ella se alejaba rápidamente.

Harry no sabia que hacer, no podía soportar esa situación, sabia que le había hecho un daño terrible, y que no merecía perdón alguno, pero no encontraba sentido para seguir adelante sin ella, no era capaz de hacerlo.

Harry se había vuelto una persona triste, iba a todas partes con la cabeza agachada, su rendimiento en clase había bajado, no tenia interés por nada, ni siquiera por el Quiddicht, en los entrenamientos estaba pésimo, y había perdido el ultimo partido, en el que Harry no paraba de mirar a las gradas, deseando que Hermione estuviera ahí animándolo como siempre, pero eso no había ocurrido.

Antes de darse cuenta, la navidad se acercaba ya y aunque para Harry solían ser unas fechas felices, este año se le presentaban como cualquier otro día.