AVISO: este fic contiene SLASH (relaciones hombre/hombre). No es subido de tono (este capítulo) pero la tendencia es homosexual, así que si te ofende en algún punto no lo leas...
DISCLAIMER: Los personajes y escenarios son creación inigualable de J. K. Rowling y aclaro que mi fanfiction no está hecho con fines de lucro. Siempre trato de tener ideas lo más originales posibles, si llega a haber coincidencia con alguna otra creación pido mis debidas disculpas a su autor...
cordialmente,
La Dama Norris.
Disculpen la tardanza! ando atareada espero les guste.
Elian: jeje muchas x leer! antes que nada, intentare no torturarlo demasiado xD pero en fin, ya me diras! Me encanta que la gente se interiorice con parejas mas extrañas, a mi me gusta explorar pero el punto es que por lo gral no me gusta como escriben estas parejas, no es facil argumentar las relaciones d los personajes, pero asi uno va aprendiendo.
Siniestra Snape: Por favor no te averguences! q errores cometemos todos! ademas me encantas tus reviews, por favor no dejes d hacerlo porq haciendolo m ayudas mucho y m das compañía, no pienses que estas en falta en lo absoluto, ademas me encanta saber que has leido el fic en otra pagina y que te ha gustado. Y si, que vamos a hacer, lamentablemente hay gente que no tiene nada mejor que hacer que ofender a las personas, quiero darle las gracias por haberme dejado otro lindo rev en La Apuesta, muy considerado de su parte. Pero no creas que me afectan esas cosas, cada uno tiene su opinion, solo que creo que hay formas y formas de decir las cosas, pero si la gente no sabe expresarse como se debe es un problema de ella, no pienso preocuparme por su educacion. Otra vez muchas gracias! Espero que te guste la actualizacion d SH (repito, no dejes d entrar a esa pagina x mi culpa!)
Capítulo 3
Muchas personas dudan de la fuerza de un dragón. Mismo quienes tratan con ellos desde hace mucho tiempo, como Charlie Weasley, quedan estupefactos cuando ven media pared de piedra tirada abajo. Si bien se suponía que las mazmorras estaban bajo tierra, el terreno donde se encontraban las celdas de los dragones iba en declive, y a la altura del calabozo se pudo crear una ventana por donde entrara la luz y el aire, de otro modo Charlie no hubiera aceptado que los llevaran a aquel sitio, ni tampoco La Sociedad Protectora de Dragones de Rumania.
No había tiempo para avisar a nadie y, de todas formas, para hacerlo tendría que salir por el agujero a la altura donde se encontraba la ventana (varios metros más arriba, por no decir muchos) y volver por los senderos boscosos hasta la puerta principal del castillo. Miró a su alrededor y el mundo se le vino a los pies. Todos aquellos dragones le temían, por eso ninguno había huido de la celda volando como el dragón rojo (además de la influencia del collar). Él jamás había montado a ninguno de ellos, no podía pretender acostumbrarlos de un día para otro¿cómo haría para ir en busca del chico Malfoy, entonces? Si no lo traía de vuelta pronto tendría muchos problemas.
De repente, una criatura se acercó a la entrada del agujero y se asomó. Entonces, con la luz de la luna dándole de atrás, Charlie pudo ver recortada la figura de un dragón de tamaño medio, el único que estaba acostumbrado a vagar por el bosque desde pequeño.
"¡Draco!" se puso de pie con entusiasmo. Este dragonzuelo era joven pero vigoroso hasta la última escama, y ya tenía tamaño como para llevar a alguien en su lomo. Charlie era pesado, y un dragón no está capacitado para volar hasta después de sus doce meses. Pero también había que tener en cuenta que las dosis que se le eran suministradas para fortalecer sus huesos aceleraban su crecimiento.
Enseguida el dragón abrió sus alas y se dejó caer, planeando dificultosamente hasta llegar al suelo. Charlie, después de palmearlo cariñosamente y confiando en su teoría del crecimiento acelerado, se montó en él. Temía lastimarlo, temía que él lo rechazase ya que jamás había sido montado antes. Pero nada de esto ocurrió y Charlie tomó enseguida el control del dragón. Debía apurarse o no alcanzaría a localizar al dragón rojo.
"Este es tu primer vuelo, todo irá bien" le susurró a Draco intentando calmarlo "Te necesito, no me falles" Draco asintió obediente con la cabeza y en unos segundos emprendieron un vertiginoso vuelo. Sólo un lunático como Charlie montaría a un dragón tan joven con problemas de calcio en una noche como aquella… pero a decir verdad, no tenía muchas opciones.
-)-)
-)-)
No sabía bien que había ocurrido. Había perdido la consciencia y ahora estaba recuperándola sobre un suelo de roca húmeda y desigual de lo que parecía ser una caverna. El olor ya no era críptico y hermético como el de las mazmorras, sino más bien agreste y salvaje. Tenía los sentidos abrumados, como si hubiera estado internado en una cámara de gas por largo tiempo. Respiró profundamente antes de permitirse abrir los ojos por completo. Desde algún lugar llegaba una luz tenue y pudo oír el canto madrugador de los pájaros. Poco después se dio cuenta de que tenía frío, había estado acostado boca arriba con los brazos a los costados del cuerpo, y la tela de la camisa se había enfriado en la parte del pecho. Intentó sentarse, pero la cabeza le daba vueltas de manera abismal, así que se puso de costado y se hizo un ovillo. Por suerte para él, algo pesado y duro lo protegió del frío.
"¿Algo pesado y duro?"
Ahá, eso dije.
Echó un vistazo a la cosa que se encontraba sobre él y se sobresaltó. Lo primero que pensó antes de alejarse arrastrándose por el suelo fue "¡Una serpiente roja!". Pero cuando estuvo a distancia pudo ver que se trataba de una cola, una enorme cola de reptil. Sus ojos se encogieron y se dio cuenta que estaba compartiendo la caverna nada más y nada menos que con el ratón Mickey…
Mentira, con el dragón rojo, pero es obvio ¿no?
La criatura dormía pesadamente, y Draco se preguntó por qué diablos no se lo había comido. Lo había dejado en el suelo y se había acostado a su lado, estorbando el paso a la salida de la caverna. El chico rubio tragó con dificultad: no sabía donde se encontraba, probablemente hubieran volado algunos kilómetros, y de todas formas un milagro lo sacaría de allí con vida, teniendo en cuenta que era presa de un enorme dragón. Se sabe que los dragones son celosos con sus pertenencias, y cuando las consiguen no las dejan escapar fácilmente. ¿Y si esa criatura no lo había devorado porque quería conservarlo como una especie de "reliquia"?
Bueno, está claro que soy un diamante en bruto, pensaba Draco, pero si me convierto en tesoro de dragón quedaré encerrado por años, que digo,siglos en este apestoso lugar.
Suspiró impaciente. Desde pequeño había leído cuentos donde las doncellas quedaban cautivas de algún malvado dragón, pero jamás imaginó que algún día sabría lo que sentían. Comenzó a deslizarse pegado a la pared de roca, intentando hacer el menor ruido posible. Si metía panza y contenía la respiración quizá cupiese por el pequeño espacio entre la parte posterior del dragón y la pared. Y así lo hizo, no obstante, cuanto más avanzaba, más se aplastaba y las escamas le lastimaban la piel del torso. Continuó atravesando el recoveco rogando que el dragón no despertase, después de todo, para una bestia de esa inmensidad y dureza, la fricción de Draco era la de una seda y era muy probable que ni la sintiese.
Y así, la doncella de rubios cabellos logra llegar al fin de la caverna y corre libre por los prados para jamás volver a aquel horrible lugar…
Ese hubiera sido el final ideal para Draco. Pero al parecer, un príncipe desalineado se las arregló para frustrarle los planes.
Oyó un batir de alas y alcanzó a ver, desde su posición entre la piel del dragón y la pared, otro dragón más pequeño que entraba furtivamente a la caverna y aterrizaba. Poco después, un hombre bajó con destreza de la criatura y comenzó a buscar con la vista.
"¡Draco!" el dragón azul le tocó el hombro tratando de llamar la atención "¡No tú!", rió Charlie, y continuó llamando.
Por la escasa luz del alba, Charlie no veía que al fondo se encontraba el dragón rojo durmiendo y, sinceramente, no tenía miedo a enfrentarlo tampoco. Sin embargo, de haber sabido que Draco se encontraba en un lugar donde si el dragón movía un músculo podía llegar a estrangularlo se hubiera callado la boca.
"¡Diablos!" chillaba el rubio, sintiendo las escamas apenas moviéndose en su piel "¡Calla, calla!" murmuraba con los ojos acuosos.
"¡Draco!", Charlie comenzó a internarse en la cueva con Draco el dragón detrás.
"Perfecto¡ese idiota viene para aquí!" Draco intentó escurrirse, pero el dragón se había movido y la presión era mayor "¡Puta madre!" su rostro se frunció desesperado y comenzó a maldecir a toda la ignorante casta Weasley. Sudaba conforme sentía el estómago encogerse cada vez más.
"¡Draco¿estás aquí¡Responde de una vez!"
Estoy muerto, pensaba el chico rubio. Cerró los ojos esperando lo peor.
Pero fue Draco el dragón quien tiró de las ropas de Charlie y le señaló con una de sus manitas la ubicación del fugitivo. De haber sabido esto quizá Draco Malfoy se lo hubiese agradecido luego. Pero estaba claro para él que el dragón era más inteligente que su dueño.
"¿Qué haces…?", Draco abrió los ojos enseguida al oírlo tan cerca.
"¡Shhh¡Imbécil!" protestó con el poco aire que le quedaba.
"¿Así agradeces que venga a salvarte¡Valla con estos Slytherins! No tienen reme…", esta vez fue el dragón quien le tapó la boca al oír el bufido del dragón mayor.
Draco sollozó sintiendo otra vez las escamas cortándole la piel. Pero antes de que pudiera darle las gracias por cavarle su tumba, Charlie se acercó con avidez, apoyó una mano en las escamas y otra en la roca, y comenzó a forcejear para separar al dragón de la pared. ¿Acaso creía que podía correr a un dragón de semejante tamaño? El rubio se tragó toda réplica cuando los forzudos músculos del pelirrojo hincharon sus venas y gotas de espeso sudor se le resbalaron por el rostro. Ese hombre estaba haciendo una fuerza sobrehumana y ahora Draco recuperaba el aliento. Ni bien sintió que quedaba libre, pasó por debajo de uno de los brazos de Charlie y cayó al suelo rendido.
"Weasley, debes tomar un baño de vez en cuando" murmuró moribundo mientras regulaba la respiración, con la cabeza descansando en la roca húmeda.
A todo esto el dragón abrió los ojos y farfulló molesto al sentir aquella presión en la parte posterior. Comenzó a moverse incómodo, hasta que se percató de que faltaba algo y sus pupilas se encogieron. Abrió la boca y escupió una llamarada ardiente conforme se ponía de pie con lentitud. La caverna comenzó a temblar y Charlie ayudó a Draco a levantarse. Este, aferrado al brazo de Charlie con una mano y con la otra sosteniendo el estómago sangrando, apuró el paso tras él.
El dragón los percibió y volteó. Encontrar a Charlie lo desesperó tanto que sus manos aferraron el collar de cuero que llevaba al cuello y tiraron de él hasta romperlo. Este material no era difícil de romper para un dragón, pero no era normal que se lo quitara él mismo.
"¡Diablos!", Charlie cubrió a Draco con su cuerpo cuando la fiera arrastró su cola hacia ellos cual látigo, les pasó por encima y dio fuerte contra unas rocas que se desmoronaron enseguida. "Si esto sigue así pronto esta cueva quedará reducida a escombros" se agachó cuando una roca pasó zumbando sobre su cabeza.
Draco temblaba completamente, y cuando el dragón lanzó otra oleada de fuego por la boca hacia ellos, Charlie lo arrojó a un lado con violencia. Con mucha suerte sólo un pedazo del hombro de su camisa quedó carbonizado.
"¡Vete, que esperas!" gritó Charlie por sobre el estruendo.
"¡No sé adonde ir! Si me escapo y mueres no podré volver de todas formas", el dragón posó la vista en aquella voz que tan bien conocía y se dirigió a ella a zancadas. Draco se paralizó cuando la roja mano se estiró con la intención de tomarlo por la cintura.
"¡Elthir¡No lo hagas!" Charlie sacó su varita, pero el dragón no estaba mirándolo. Fue entonces que Draco sintió que algo se le metía entre las piernas y lo levantaba, salvándolo de quedar preso en aquellas manos escamosas. El dragón volvió a rugir y la caverna se sacudió.
"¡Draco, lleva a Draco lejos de aquí antes de que sea demasiado tarde!" que estúpido sonaba eso, quizá debería haberlo pensado dos veces antes de llamar al dragón de la misma forma que el hijo de Lucius. Pero bueno, para empezar de haber sabido que todo esto ocurriría habría suspendido el evento. Charlie esquivó otra llamarada y desde el suelo apuntó al dragón, lanzándole una maldición que lo estupidizó por unos segundos. Pero los ojos amarillos centellaban de furia y esta vez no tenía límites de ningún tipo.
Draco se mantenía sobre el dragón pero este no había cumplido la orden de Charlie. Se había quedado observando la escena que se le presentaba a lo lejos y se dijo a sí mismo que no podía abandonar a su criador. Se lanzó en picada de hacia el dragón rojo, con Draco encima chillando. Al oír su grito, el dragón mayor esquivó al azul y lo tomó por la cola haciéndolo detener bruscamente. Por esta coacción fue que el rubio cayó sin remedio al suelo, pero la altura no era la suficiente como para lastimarlo gravemente. Se puso de pie intentando que las rodillas dejaran de temblarle y fue automáticamente atacado por algo que se le aferró al cuello. Cuando llevó las manos a él descubrió que se trataba del collar de cuero.
Se dice que cuando un dragón se deshace de su collar domesticador este se aferra a su tesoro más preciado.
Cuando Elthir percibió esto, abofeteó al dragón azul que estaba revoloteándole y escupiéndole fuego, estampándolo contra una saliente rocosa, y tomó a Draco entre sus manos una vez más, observándolo con mórbida fascinación.
Charlie corrió hasta su dragón caído y lo obligó a levantarse y a remontar vuelo nuevamente, esta vez con él encima. Esa criatura tenía una fuerza increíble. Se alzaron a la altura de la de Draco.
"Elthir, escúchame por favor" pidió Charlie cuando observó que el dragón rojo se había calmado un poco observando a su prisionero "Eso que llevas en las manos…" Draco lo hubiese insultado por tratarlo de i eso /i "tiene collar¿lo ves?" el dragón desvió la vista hacia el pelirrojo "Los collares son un símbolo de pertenencia, tú te libraste de él y por eso ya no estás obligado a permanecer a mi lado, pero eso que tienes en la mano… me pertenece obviamente"
Draco frunció los labios.
Si piensa que convencerá a este dragón bestial con ese discurso está trastornado, pensó el rubio. Lo que él no sabía era que a los dragones es más fácil convencerlos rememorándoles sus principios que con fuerza bruta. Y, para su grandísima sorpresa, se encontró siendo entregado a Charlie en un corto viaje.
Cuando estuvo sobre el dragón azul, Draco miró a Charlie y murmuró con impertinencia:
"Tuviste mucha suerte"
"No lo creo… sólo sé hacer mi trabajo"
El dragón miró la escena con algo de suspicacia y Charlie se apresuró a susurrar: "No me cuestiones nada o el dragón se dará cuenta. Actúa como si me obedecieras"
Draco volteó los ojos.
"Date palmadas en la cabeza", ordenó Charlie. El rubio lo fulminó con la mirada. ¿Acaso estaba obligado a hacer algo tan estúpido como eso? Sintió el humo que despedían las fosas nasales del dragón y rápidamente se palmeó la cabeza un par de veces. "Ahora chúpate el dedo"
"¿Estás bromeando o qué?"
Charlie esbozó una sonrisa maligna: el muy maldito se estaba divirtiendo de veras. El dragón bufó desconcertado, y Draco enseguida se metió un dedo entre los labios hasta tocar su lengua. Era lo más humillante que hubiera hecho en toda su vida. El pelirrojo hubiera deseado sacarle una fotografía y publicarla en i El Profeta /i .
"Abre la boca y come esto", ahora Charlie le tendía una piedrita.
"¡Bueno, todo tiene un límite!", se quejó Draco.
"¿Nunca has comido piedras? Son sabrosas" Charlie tomó a Draco por la barbilla y lo obligó a dirigirle la mirada.
"¡Suélta…!" introdujo sus dedos y metió la piedra dentro de la boca del rubio. Sonrió. Siempre había querido hacer eso.
El dragón bajó la mirada y comenzó a buscar el collar que había perdido, al parecer con la intención de regresar a su dueño y así poder estar cerca de Draco. Charlie sintió pena por él pero, a decir verdad, se sentía bien tener a Malfoy obedeciéndole y con aquel collar puesto.
"Tenemos que irnos ya, Elthir. Sabes cual es el camino a casa, si cambias de opinión me encontrarás allí"
Sin perder más tiempo, Charlie y Draco salieron volando de la cueva sobre la colina, antes que el dragón se diera cuenta del ultraje y los persiguiera echando fuego. Draco escupió la piedra y se secó los labios con los puños de su túnica, costumbre poco común en él. Remontaron el cielo discretamente y en silencio, sintiendo un placer que pocas veces podían experimentar: el de volar. Draco sentía el viento en el rostro, purificando su respiración que tan atareada había estado dentro de la caverna.
Pero Draco el dragón estaba muy malherido y además cansado, por lo que no tardó en ir descendiendo conforme sus alas perdían equilibrio. Charlie sostuvo a Draco durante la costosa planeación y cuando tocaron suelo se bajó. Pero Draco no sabía como bajarse del maldito dragón, en su vida había montado uno y después de todas estas experiencias probablemente no volviese a hacerlo jamás. Charlie entonces lo tomó por las axilas y lo depositó en el suelo sin la menor dificultad. A Draco esto no le gustaba nada: en ese lugar era totalmente dependiente de Weasley.
Caminaron largo y tendido por los prados altos. No hacía demasiado frío, el clima era templado y acogedor. El cielo ya se pintaba de un celeste intenso y las nubes comenzaban un lento recorrido. Draco a veces cerraba los ojos mientras caminaba, porque de esa manera disfrutaba más cuando la brisa daba en su rostro y le revolvía los cabellos. Aunque jamás fuera a admitirlo, estaba disfrutando el paseo al aire libre. El estómago había cesado un poco de sangrar, no que las heridas hubieran sido muy profundas tampoco.
"Óyeme ¿y cuándo me desharé del collar?" preguntó de repente cortando el ambiente tranquilo y meditabundo "Es que, verás, no puedo quitármelo" intentó una vez más arrancarse el collar con las manos "¡Siquiera tiene una hebilla¿Cómo diablos se supone que se los colocan?"
Charlie palmeó al dragón azul para avisarle que se detuviese y volteó hacia el chico rubio.
"Bueno, como has comprobado estos collares se reconstruyen y se amoldan de acuerdo con el tamaño del cuello que agarran. Estos collares nunca terminan de romperse" se agachó a la altura de Draco e inspeccionó su cuello "Es la primera vez que veo este caso en humanos… con los dragones es más fácil, cuando quieres liberarlos les das la orden de que se los quiten y ellos solos lo hacen. Pero eso no podrás hacerlo tú definitivamente, así que hasta que no lleguemos a Hogwarts no puedo ayudarte en ese sentido"
"¿Ah, sí¿Y cuándo se supone que llegaremos a Hogwarts?"
"No hoy, claro está. Mira, a pocos metros hay una taberna, he parado allí varias veces y me han fiado la estadía. Pero no estoy seguro, según los rumores ha cambiado de dueño. De todas formas hay muchas maneras fáciles de hacer dinero por aquí" echó una mirada sombría a Draco.
"No iremos a trabajar¿verdad?"
"No, es más simple que eso. Con ese collarcito puesto te ves muy tentador… te vendo a cualquier mercenario, no creo que desprecie la oferta"
El chico rubio palideció de manera estrepitosa.
"N-no te atreverías…"
"Chico aristócrata de carnes firmes… 16 años, buena edad" asintió autosuficiente.
"¡Desgraciado!" Draco estaba al borde del llanto.
Charlie comenzó a partirse de risa.
"No seas estúpido, sabes que no haría tal cosa"
"No lo sé, no te conozco. Lo único que sé es que tu familia mataría por unos cuantos sickles" eso último se le había escapado, de haberlo pensado dos veces no lo hubiera dicho.
Esta vez el pelirrojo no se dejó llevar por sus instintos asesinos y contestó sin mirarlo.
"Mi familia tiene más dignidad que cualquier cara rota que proceda de la tuya. Nosotros basamos nuestras prioridades en otro tipo de cosas, el dinero no es más que una consecuencia, algo que se necesita para subsistir. Pero es obvio, un niño malcriado que ha bebido del pecho de su madre hasta los siete años y jamás ha sido sacado de su sillita de cristal no puede saber el verdadero valor del mugroso dinero. Aunque claro, ahora que lo dices no me vendrían mal un par de sickles, así que vete sacando la ropa que hay mucho público esperándote"
Draco quedó paralizado en su lugar aferrándose el cuello, sus ojos grises fuera de órbita. i Mucho público esperándote /i , no podía saber que contactos tenía ese hombre por esos parajes, sabía que tenía bastante mundo recorrido bajo esas botas. Y bueno, Draco no podía cuestionarle nada, tenía menos espíritu aventura que Argus Filch. Echó a correr tras Charlie cuando se dio cuenta que estaba perdiéndolo de vista.
"¡Espera¿Podemos arreglarlo de otra manera¡CHARLIEEE…………!"
-.-.-.-.-.-.-
Espero no haberlo hecho muy denso, pero la verdad me divertí mucho escribiendo el cap
Desde ya gracias por leer, como siempre, sean pacientes!
