DISCLAIMER: Los personajes y escenarios son creación inigualable de J. K. Rowling y aclaro que mi fanfiction no está hecho con fines de lucro. Siempre trato de tener ideas lo más originales posibles, si llega a haber coincidencia con alguna otra creación pido mis debidas disculpas a su autor...

cordialmente,

La Dama Norris.

Gracias a los que tuvieron la paciencia de esperarme y continúan leyendo, y gracias por todos los comentarios que me dejaron más colorada que las orejas de Ron Weasley n.n

krmn sk: me alegro haberte sacado unas risas, mucha gracias por leer! ojala siga gustándote.

osaderio: si bueno¿qué puedo decir? soy mala con Drake xD intentare menguarle el sufrimiento. Gracias por leer!

Siniestra Snape:Como siempre lograslevantarme el animo n.n Jeje,yo no creo que Charlie sea boboprecisamente, más bien creo que es un hombre con alma de niño, pero no por eso carece de inteligencia, a veces es un poco brusco. Pero no nos olvidemos que toda su vida fue independiente, esta claro que para él no hay responsabilidades sólo pasiones, y con Draco no hará diferencia(por ahora xD).Creo que en SH estan teniendo problemas con el server, pero a veces funciona y hay personas a las que le llegan las alertas de actualizacion, igual creo q la gente no actualiza por la misma razon. Yo actualice hace pocosi t interesa, y por favor no vallas a enloquecer por alguien como yo!ñ.ñu

Capítulo 4

El silencio de Charlie lo ponía histérico. Habían caminado bastante ya, y el hombre pelirrojo no se dignaba a mirarlo siquiera. No quería que esto lo preocupara, pero sinceramente no le hacía gracia que su destino pendiera de un hilo.

"Sé hacer muchas cosas aunque no lo creas", comenzó con naturalidad "Mi padre solía decirme que mi futuro estaba en ser un funcionario de gobierno…"

"Se rascan el ombligo mientras se les llena el escritorio de dinero, contestan llamadas, organizan reuniones y discursos hipócritas… Ahá, yo también te auguro ese futuro"

Draco frunció el ceño. La primera vez que le respondía en mucho tiempo y no había nada que le asegurara que Charlie cambiaría de opinión respecto a venderlo.

"¿Acaso es eso lo que piensas del empleo de tu padre?"

"Mi padre es uno de los pocos que ponen lo que nadie ahí adentro es capaz de poner"

"Por favor" bufó Draco escandalizado. Era obvio que si se ponían a hablar de política las cosas se tornarían muy negras, así que decidió abandonar la charla.

Ahora el suelo era pedregoso y bajo, tras ellos se alzaban las colinas que habían recorrido recién, y ahora se internaban en zonas arboladas. Cada árbol estaba a una distancia considerable del otro, el césped a los costados del camino era bajo y cálido, y si uno no miraba al horizonte donde estaban las colinas no podía deducir por donde había venido. El hecho es que caminaron bastante, a Draco el estómago le gruñía de manera alarmante pero se mantuvo callado. Charlie no oyó el estómago de Draco, pero sin embargo se detuvo a orillas de un arroyuelo. Se puso en cuclillas y lo observó un momento. Luego levantó la vista hacia el árbol más cercano y chasqueó la lengua.

"No es este", dijo con disgusto. Draco lo miró desconcertado. "Fíjate si encuentras un manzano, por esta zona debe haber alguno"

El rubio buscó con la vista entre los árboles.

"Si no te mueves no es probable que lo encuentres", aseguró el hombre mordaz.

"¿Por qué yo debo hacerlo?"

"¿Acaso pretendes que traiga la comida a tus pies o algo así?" Charlie se puso de pié, fue hacia su dragón y comenzó a revisarle un ala herida con cuidado.

"No, pero no te haría mal buscar también" Draco se arrodilló y comenzó a lavarse el rostro frenéticamente. Se arremangó la camisa y comenzó a frotarse los brazos.

"¿No es un poco exagerado?" preguntó cuando el rubio se mojó la cabeza frenéticamente.

"En éstas últimas horas me ha chupado un dragón, me he desmayado en una cueva mugrienta, mi ropa transpiró mares, me han salido cayos en los pies, sin mencionar que me subí a ese apestoso animalucho azul y, no obstante¡te toque¿Acaso no es suficiente?"

Charlie frunció los labios con repulsión.

"La gente como tú supera mis límites de entendimiento. Yo la pasé bien de veras, nunca había tenido una aventura con tanta adrenalina como esta", miró el cielo y sonrió "Faltan algunos kilómetros para la taberna" Draco sintió un escalofrío "Pero si quieres bañarte en el arroyo antes de que continuemos por mí no hay problema, necesito descansar y si encontramos algún fruto que comer mejor aún"

"No pienso bañarme contigo al lado… además este agua es…"

"Pura, más pura que la que pueda darte algún grifo con super filtro y clorificación en alguna instalación de tu mansión. Es agua de manantial, pero así como es pura es fría, yo me he bañado en estos arroyos miles de veces y es muy gratificante. Sólo debes tener cuidado con las piedritas del fondo y la corriente"

El rubio miró las aguas un momento. Era tentadora la idea de lavarse, pero definitivamente no en esas condiciones. Su estómago rugió con más fuerza y se puso de pie. "Lo pensaré" dijo, y caminó bordeando el arroyo hacia una zona de pastizales frondosos y árboles de tronco grueso. Charlie se llevó una mano a la barbilla meditabundo, preguntándose aún como diablos había llegado a todo esto. Lo último que se hubiese imaginado en la vida sería tener que lidiar en algún momento con un Malfoy en medio de un bosque. Miró a su dragón azul con cariño.

"Quizá se haga más soportable cuando comience a tener noción del tiempo y lo que nos falta para llegar a Hogwarts", Draco acercó el rostro para ser acariciado en el hocico "Tú estás muy mal acostumbrado¿sabes?" Charlie sonrió y comenzó a frotarle el hocico "Espero que al menos este niñato traiga algo de comer… y que no se pierda" el dragón levantó la cabeza enseguida, y siguió al chico rubio con la vista conforme este se perdía en la espesura "¿Te parece que debamos seguirlo?" Inquirió Charlie interesado, a lo que el dragón respondió con un asentimiento de cabeza.

No tuvo que caminar demasiado para encontrarlo. A unos metros alto y macizo se alzaba un árbol de pocas hojas y muchas ramas, de las que colgaban tiernas y jugosas manzanas. Draco tomó carrera y se lanzó al tronco, del cual se agarró con manos y piernas cuando el pecho dio fuertemente contra él. Ahogó un grito. Está más que claro que él en su vida había trepado un árbol, no había sido un niño efusivo y de espíritu aventurero, no correría por nada ni nadie, y no iría a buscar sus propias cosas si otro podía hacerlo por él. Así era Draco y así lo fue siempre. Eran estos los momentos donde renunciaba a una parte de sus principios y se permitía arriesgar su cuerpo trepando a un manzano, raspándose toscamente.

Ya estaba agarrado, echarse atrás sería una estupidez, y su vista seguía fija en una jugosa manzana roja, muy tentadora. No deseaba continuar hambriento, conseguiría la condenada fruta aunque terminase raspándose todo el cuerpo. Con las uñas clavadas en la corteza continuó subiendo, los brazos desnudos, los pies errando pisadas y los músculos muy tensos.

Las manos palpitaban dolorosamente y se habían puesto rojas, pero Draco no iría a rendirse tan fácil. Pudo aferrarse a una ramita baja, la cual terminó rompiéndose. Buscó una rama más ancha y se sostuvo de ella conforme continuaba trepando, hasta llegar a la copa. Subido a la rama comenzó a arrastrarse hasta el borde de esta, con la esperanza de atrapar la manzana que colgaba al final. Cerró los ojos y estiró la mano lo más que pudo.

Se oyó un terrible crac y la rama cayó. Draco ya veía su rostro estampado en el suelo, cuando sintió que algo lo detenía con violencia y lo dejaba colgando como un resorte. Su cintura había quedado atrapada entre dos ramas.

"Fue buena idea seguirlo", oyó la voz de Charlie y lo vio salir de detrás de un arbusto con el dragón azul detrás "No durarías un segundo sobreviviendo en el bosque" dijo conforme se acercaba al rubio colgado de cabeza y con cara de fastidio "Es un árbol, no un trapecio"

"¡Ja ja, que gracioso estás!", el chico con la sangre en la cabeza mostró a Charlie la manzana que había logrado agarrar y éste comenzó a aplaudirlo.

"Hay que reconocerle los méritos¿verdad, Draco?" el dragón largó un bufido burlón.

Entonces las ramas que sostenían a Malfoy se rompieron y el chico cayó al suelo con fuerza, golpeándose la nuca y parte de la columna vertebral. "¡Agh¡Diablos!" Draco empezó a gemir de dolor, confirmando que no podía levantarse "¡Duele, duele, duele!", repetía nervioso. Charlie se agachó a su lado y le estiró las piernas sobre el césped. Estas crujieron ruidosamente y Draco maldijo.

"¡Sólo a ti te ocurren este tipo de cosas!", Charlie lo levantó en brazos, obviando los quejidos del rubio por el dolor en la espalda. Miró al dragón "No conviene continuar así, esperaremos a que se recupere, no podemos arriesgarnos a seguir viaje teniendo aquí comida y agua"

"A… aguarda… ¿vamos a dormir aquí?"

"Por esta noche"

"Pero, pero…"

"¿Quieres dejar un segundo de quejarte? Bajo el ala de Draco no padecerás frío, y el césped es más que acogedor para tomar un descanso"

"¡Oh, me imagino!", contestó Draco Malfoy con sorna, pero no continuó replicando. Las había pasado todas, ya podía esperar cualquier cosa que fuera a sucederle.

Se resignó al punto de recostarse entre las piernas de Charlie para no tener que forzar la columna al sentarse y tomó la manzana que había rescatado del árbol y que el pelirrojo le había enjuagado, comenzando a comerla con orgullo. "Esto es patético" dijo con la boca llena, refiriéndose el hecho de necesitar el respaldo de Charlie para comer una manzana.

"Tú eres patético. ¡Quedarte atrapado en un árbol!"

"Oye, bueno, no es mi culpa, nunca he…" se calló de inmediato.

"¿Nunca has trepado un árbol?"

Draco se sonrojó levemente. Para Charlie si no se tenía vida silvestre no se tenía infancia. Pero convengamos que Draco tampoco había tenido una infancia demasiado aniñada, siempre había aspirado a ser sagaz y maduro, y a imitar actitudes adultas, nunca le había interesado darse un tiempo para jugar o probar sus destrezas físicas.

"No soy el único, mi padre jamás lo ha hecho tampoco"

"No me extrañaría en lo absoluto", Charlie mordió un apremiante pedazo de su manzana. Draco quedó impresionado, de una mordida había engullido al menos un cuarto entero de esa gran manzana. Masticaba de manera grotesca y se le resbalaba el jugo por los labios. Al principio frunció la nariz con asco, pero enseguida miró su manzana y le echó una mordida voraz parecida a la de Charlie, lamiendo el jugo que ahora se le escapaba por la comisura de la boca.

Caída la noche, Draco y Charlie habían preparado una fogata a pocos metros del manzano. Draco el dragón dormitaba con un ala extendida, para cuando ellos decidieran refugiarse bajo ella. Esta vez Charlie había traído un animal muerto que había enganchado a un palo, suponiendo que Draco comería eso de cena.

"¿Q-qué es eso?" preguntó el rubio apoyado de espaldas contra un árbol aún con problemas para mover la columna, poniendo cara de disgusto mientras observaba el regreso de Charlie por el borde del arroyuelo.

"¿Qué no ves?" acercó el animal muerto a las narices de Draco, quien cerró los ojos y contuvo las náuseas "Es un hurón" esta vez el rubio sintió escalofríos. "¿No vas a comer?" inquirió conforme ponía el animal al fuego. Draco no iría a decirle que por un segundo se sintió en la carne del animal, pero estaba claro que no iría a comer ese apestoso bicho. Tomó una manzana caída, la lavó bien y se dispuso a comerla sin remedio.

Charlie terminó de asar el hurón, lo miró con algo de asco y se lo lanzó al dragón azul, quien abrió la boca y lo tragó de un bocado.

"Está quemado", en otros momentos había comido hasta insectos, pero teniendo un manzano ¿quién comería un animal infecto y asqueroso? No conforme con tener manzanas caídas a sus pies, le sacó a Draco la que estaba comiendo, la enganchó al palo donde antes había puesto al hurón y comenzó a asarla, sin hacer casos a las aburridas réplicas del frustrado aristócrata.

A la hora de acomodarse bajo el ala fue otro dilema.

"¿Cómo dormiré sin sábanas?"

"¿De dónde rayos pretendes que consiga una maldita sábana?"

Draco pellizcó la rotosa campera de jean de Charlie y la levantó con el brazo bien extendido, abriéndola luego como si fuese un pañal de bebé usado.

"Me conformaré" dijo con autosuficiencia y se acurrucó bajo la campera.

El pelirrojo se cruzó de brazos, observando un segundo el proceder de ese sujeto. Bueno, por él podía quedarse con su campera total no tenía frío. Se echó al lado de Draco y le dio la espalda, dispuesto a descansar por primera vez luego de todo el traqueteo desde que habían abandonado Hogwarts.

"Weasley"

"…"

"Abstente de roncar"

"Y tú abstente de seguir hablando o dormirás con una manzana en la boca"

Draco lanzó un "je" algo desagradable y se dispuso, extraordinariamente, a dar las buenas noches antes de dormir.

"Buenas noches también, niño" contestó Charlie antes de cerrar los ojos.

Pero Draco no pudo dormir realmente. En primer lugar, el césped estaba frío y pinchudo, el suelo estaba duro, además esa campera agujereada lo menos que podía hacer era abrigarlo, ese molesto collar de cuero ya le daba picazón y los ronquidos estridentes de Charlie tampoco le facilitaban las cosas. Pero lo más importante: se sentía sucio. Estaba incómodo con su cuerpo, con el dolor en su espalda a pesar de que ya podía mantenerse en pié. Su cabello¡Santo Merlín, su cabello era un nido de aves, jamás lo había tenido tan sucio en toda su corta existencia.

Se levantó con cautela, aún manteniéndose en cuatro patas bajo el ala del dragón, y salió afuera. Era cierto que el manto de escamas amortiguaba bastante el frío, porque ahora sentía una brisa helada que le ponía la piel de gallina. Caminó entre los árboles hasta llegar al arroyo no muy lejos del manzano y se quedó observándolo pensativo, los ojos fijos en el reflejo de la luna sobre la superficie. Los rayos de luna hacían brillar la piel blanquísima del rubio en la oscuridad, algún pasajero podría haberlo interpretado como la visión de un ángel que ha caído del cielo, pero que aún resplandece con las bendiciones del paraíso.

Comenzó a desabrocharse la camisa y la arrojó al suelo. Se quitó los zapatos sucios y los miró con frustración¡tan buen charol que era! Se bajó los pantalones con rapidez y se los quitó. El frío pelaba su piel, pero el rubio no iba a seguir soportando ese olor a caballo muerto en el cuerpo. Se acercó a la orilla y tocó el agua.

"¡Mierda!", comenzó a temblar. Decidió que sólo sería un chapuzón. Se sacó la ropa interior antes de pensarlo dos veces, se sentó incómodo en la orilla apoyando las nalgas sobre el césped, y metió los pies. El arroyo era profundo en esa parte, apenas se veían las piedritas del fondo. Sintió un rato el correr del agua, acariciándole los pies, y extrañamente su cuerpo asimiló el crudo frío. Fue dejándose caer en interior, lento, muy lento. Se abstuvo de gritar o gemir, cuando el frío gélido le heló el cuerpo hasta los pectorales. Respiró profundo, los pezones se tornaron morados, al igual que sus labios. No sentía los dedos de los pies ni su pene entre las piernas, y las rodillas le ardieron. A la cuenta de tres se zambulló rápidamente. Bajo el agua el frío le pegó en el rostro de manera brutal, y cuando emergió sintió punzadas en la cabeza. Se llevó una mano a la frente y se quejó por el dolor, llegando a la conclusión de que no estaba hecho para esos baños indígenas y que debía salir pronto de allí. Llegando a la orilla, su pié derecho entumecido por el frío se acalambró con un violento 'CRAC'.

"¡AH¡Diablos, no es posible!", se frotó la pierna con desesperación, notando que perdía estabilidad. La corriente que al principio parecía inofensiva se convirtió en una salvaje ola de perdición y muy lento Draco fue alejándose de la orilla. Estiró un brazo pero no llegaba al césped y no podía moverse, ni usar las piernas. Intentó detenerse enterrando los pies en las piedras, pero sólo consiguió lastimarse. Sabiendo que nada podía hacer para salir de allí rápido y cegado por la desesperación decidió recurrir a su último recurso…

"¡Charlieeeee!"

Fueron varias las veces que tuvo que gritar para ser oído tras los árboles. Pero no fue Charlie el primero en despertar.

"¿Qué te ocurre?", protestó el pelirrojo al dragón azul que lo había empujado con la cabeza y al instante se dio cuenta que estaba solo "¿Dónde está Draco?"

"¡Charlie!"

El hombre de ojos claros intercambió una rápida mirada con su dragón. "¿Y ahora qué?" Se precipitó siguiendo los gritos del adolescente atacado por el pánico hasta llegar cerca del arroyuelo. Vio las ropas en el suelo y lo primero que pensó fue en algún intento de violación. El corazón se le fue a la boca "¡Draco¿Draco, dónde estás!" juntó la ropa con desesperación, buscando algún tipo de mancha de sangre…

"¡Aquí, levanta la cabeza!", vociferó Draco con los dientes apretados por el frío.

Apenas lo vio en medio del agua, dejó la ropa que estaba inspeccionando, se sacó la camisa sudada y comenzó a nadar hacia él.

"¿No sabes nadar?" preguntó a pocos metros del rubio.

"¡Se me acalambró una pierna!" sollozó este, para aferrarse poco después al cuello de Charlie cuando se le acercó. El pelirrojo se sintió extrañísimo ante ese contacto, sentía las carnes pueriles del muchacho pegadas a él por el frío, temblando como una hoja. De una brazada llegó a la orilla y depositó a Draco en tierra firme, dándose un tiempo para respirar antes de salir del agua. El rubio se abrazó a las rodillas para taparse ante Charlie y ocultó su rostro entre ellas porque el venir desnudo sobre los brazos del pelirrojo lo había sonrojado brutalmente. Había experimentado una descarga hormonal más violenta de lo normal y comenzó a recriminarse por su irremediable afinidad a la perversión.

Charlie le trajo su ropa y cobijó a Draco con su túnica, sabiendo que este no cambiaría de posición y por lo tanto, no se vestiría.

"¿Estás bien?" preguntó alarmado "¿Qué pasó¿Quién…?"

"Quería darme un baño, eso es todo" contestó el rubio con la cara aún entre las rodillas.

Charlie frunció el rostro.

"¿QUERÍAS DARTE UN BAÑO?", le dio en la cabeza secamente "¡Creí que te había pasado algo, imbécil, vi tu ropa ahí tirada y…¡No vuelvas a hacer este tipo de cosas!"

"¡Aguarda, aguarda¿Quién eres¿Mi madre?" reprochó molesto por el golpe, sus labios morados tiritando con fuerza "¡Me sentía muy sucio, era urgente!"

"Estás congelándote", Charlie le frotó los antebrazos sobre la tela de la túnica trasmitiéndole calor "Vamos antes que mueras de una pulmonía o algo", tenía que admitir que había heredado ciertos aspectos de su madre, como el de pronosticar enfermedades mortales por si las dudas. Draco fue escoltado bajo los brazos de Charlie, llevando la ropa que no había querido ponerse en las manos, hasta donde se encontraba el dragón azul quien al verlos llegar lanzó una mirada de suspicacia.

El rubio se escondió bajo el ala que había extendido para que durmiesen y se vistió. Cuando salió encontró una fogata algo rústica.

"Acércate al fuego" sugirió Charlie "De seguro vas a pescar un resfrío fuerte pero al menos calientas un poco el cuerpo antes de ir a dormir"

Draco bufó con sorna.

"Contigo roncando no creo que pueda conciliar el sueño" se paró frente al fuego y extendió las manos "Por cierto… gracias por ayudarme" sonrió de una manera que a Charlie le pareció bastante sensata.

"Si vas a agradecerme cada vez que te salve de algo va a convertirse en un exceso, así que digamos que es gratis"

El rubio alzó una ceja y otra vez adoptó el rostro arisco.

"Tienes razón" Charlie se sorprendió ante la respuesta "Pero si es gratis entonces deberías recapacitar sobre venderme, porque eso amerita que yo pague un precio que no merezco"

El hombre sintió que se tentaba de risa pero se contuvo. ¿Aún seguía pensando en eso?

"No dije que te vendería para pagar tu deuda conmigo por haberte salvado reiteradas veces. Te vendo para beneficios económicos personales y esto no incluye ningún pacto previo"

"¿De modo que sigues pensando en hacerlo?" a Draco le temblaron las rodillas levemente.

"Te propongo algo" comenzó Charlie en tono persuasivo "Si logras deshacerte del collar antes de que lleguemos a la taberna, cambiaré de opinión"

Los ojos grises se abrieron desconcertados.

"¿De qué hablas¡Este collar no sale con nada!"

"¿Has intentado sacártelo de otra forma que no sea con las manos?"

Draco lo meditó un segundo.

"No, pero…"

"Entonces no me discutas, vamos a dormir" chasqueó los dedos y el fuego desapareció al instante.

Draco replicó en vano, Charlie ya se había acurrucado bajo el ala del dragón y no parecía seguir oyéndolo. Comenzó a estrujarse las neuronas con desesperación. ¿Cómo se sacaba un collar de cuero sin tocarlo?

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Aquí los dejo!

Ténganme paciencia con esto, no soy de apurar a los personajes a que tengan relaciones ni nada por el estilo, porque si hago eso los deformo y eso es algo que no soporto, releer y no reconocer al personaje que represento.

Gracias por continuar leyendo, enserio!