MIEDO A PERDERTE-------- por Moonlight8
E-mail: juno1983@hotmail.com
Rating: PG13
Descripción: ¿Se han preguntado que sentiría Serena después de la batalla contra Galaxia?.¿Y si Darién decidiera irse de nuevo? Capítulo único.
Nota: Los caracteres  que aparecen en esta historia no son de mi propiedad ese gran honor le pertenece a Naoko Takeuchi.

Advertencia: Este fic contiene escenas de sexo, así que lo leen bajo su responsabilidad.

MIEDO A PERDERTE

-Darién, ¿Qué fue lo que te dijeron en tu universidad?...¿Para que te llamaron?- preguntó la chica vacilante, temerosa de la respuesta, los ojos color azul profundo de él se fijaron en los de ella por un momento, sin decir nada.

-Me llamaron para hablar lo de la beca, ya sabes que no pude ni siquiera llegar...- Darién hizo una pausa para esperar que su novia asimilara la idea, desde que había "vuelto" ella quería estar todo el tiempo posible al lado de él, y era comprensible, no podía siquiera imaginarse por lo que había tenido que pasar en ese tiempo que él estuvo ausente, ¿cuántas cosas habrán pasado por su cabeza?, él había querido abordar el tema varias veces, pero  ella se negaba, siempre decía que no tenía importancia ahora que él ya estaba a su lado, pero el chico sabía perfectamente aunque ella lo negara, que en el fondo, aún le seguía afectando lo que había pasado. Serena lo miró fijamente, esperando a que continuara, su corazón empezó a palpitar más de lo normal, temía oír las siguientes palabras pero aún así era necesario – La universidad me ofrece una segunda oportunidad... supieron que en los últimos meses sucedieron acontecimientos extraños y están concientes de que no fue mi culpa el que no me presentara en Harvard...-

-Entiendo...- Fue lo único que atinó a decir mientras bajaba su mirada que se tornó un tanto triste. –Esa carta...¿te la dieron ellos?-

-Sí, así es, es más o menos lo mismo que me dijeron en la universidad, sólo que es una constancia escrita...-

-¿Puedo verla?- Darién le entregó la carta a la rubia sin responder, las manos de Serena temblaban, era algo que sin duda se había imaginado que pasaría pero aún así guardaba la esperanza de que no ocurriera.

Señor: Darién Chiba

El consejo académico se permite comunicarle que la fecha límite para hacer efectiva la beca otorgada por la Universidad de Japón en la Universidad de Harvard que aparecía en los documentos correspondientes como expirada, ha sido extendida, así para el siguiente período académico usted podrá hacer uso de la misma. Con el ánimo de acelerar los trámites para dicha causa, la universidad le ofrecerá todos los servicios necesarios para su  ubicación y traslado a los Estados Unidos. Para  hacer efectiva dicha beca deberá comunicarse con nosotros antes del 3 de Septiembre, fecha en la cual deberá estar dispuesto a viajar a la mayor brevedad posible. Esperamos su pronta respuesta.

Cordialmente,

Consejo Académico

Facultad de Medicina

Al terminar de leer la carta a Serena se le había ido por completo el color de su cara, no podía creer que su pequeño sueño de tener a Darién a su lado había terminado tan pronto, en la carta esperaban una respuesta antes del 3 de Septiembre, era 4 de Septiembre ese día y Darién ya se había entrevistado con el consejo académico, eso quería decir que ya todo estaba decidido y supuso que esa era la forma de Darién para decirle que se iba de nuevo, ¿Por qué no se lo había dicho antes?, quizá porque había notado el nerviosismo que últimamente se apoderaba de ella cuando no tenía noticias de él por más de 5 horas, casi lo había obligado a hablarle dos o tres veces por día aunque fuera por teléfono, incluso Darién, para tranquilizarla había tenido que conseguirle un celular para que lo llamara cuando se le antojara, algunas veces se sentía tranquila, otras en cambio, había llegado a llamarlo 20 veces en un día, mientras que Darién pacientemente recibía una a una sus llamadas y con voz consoladora le decía que todo andaba de maravilla esperando a que ella se calmara, cosa que no funcionaba hasta que hubiera estado un buen rato con él personalmente ¿Cómo haría ahora que él iba a estar tan lejos? ¿Es que acaso iba a tomar un avión a la primera oportunidad que le diera un ataque de pánico y pensara que algo andaba mal?, Serena no pudo soportar la idea y sin esperar a que Darién le dijera algo, salió corriendo como si su vida dependiera de ello.

Darién noto el cambio de semblante en su pequeña princesa en cuanto hubo terminado de leer la carta, por unos instantes creyó que se quedaría sin oídos al escuchar sus gritos o quizá tendría que correr para evitar que Serena le matara, pero no fue así, la que corrió fue ella, algo que le tomó desprevenido, quiso alcanzarla pero no sabía como ni cuando Serena se había convertido en una chica tan habilidosa y escurridiza como para escapársele en tan sólo unos segundos.

El chico esperaba que después de unos minutos la rubia recapacitara y volviera con él, pero no fue así, esperó pacientemente durante dos horas en el banco de siempre en el parque pero fue en vano, ¿Por qué tenía que haber corrido como loca sin antes haber esperado una explicación suya? ¿Es que acaso no lo conocía?.

Sus ojos azul profundo empezaron a mostrar preocupación, había llamado a su casa, pero nadie le dio razón de ella, las chicas tampoco supieron darle razón de su paradero y había empezado a oscurecerse, vagó por las calles de Tokio sin saber a dónde dirigirse pero tampoco la halló, finalmente se dio por vencido y se dirigió a su apartamento exhausto.

Serena dejó que su corazón liberara todo el miedo y el dolor que lo agobiaba, siempre se preguntaba el porqué ella tenía que soportar todo esto, su vida se había destrozado desde el momento en que encontró a Luna, tal vez si jamás se hubiera detenido a socorrerla de aquellos chiquillos, ahora sería feliz, una simple chica de dieciséis sin ninguna preocupación, pero no, no era así, su corazón había madurado a golpes, de la peor forma, ya no podía saber si soportaría algo más, se maldijo a sí misma y a su destino, qué estúpida era la vida si después de todo su vida ya estaba escrita, ¿Porqué Darién tenía que causarle tanto dolor siempre?, sabía que no era su intención, pero así era, la mayor parte de sus sufrimientos los había causado él, quiéralo o no... la chica sintió ganas de gritar, ganas de arrancarse su corazón por sí misma, así ya no sentiría tanto dolor....... Pero una vez hubo dejado que sus lagrimas corrieran libremente, una vez que dejó que su corazón se liberara de tanto dolor, vio las cosas de una manera diferente..... No, no podía maldecir su destino, ¿cómo si no hubiera sido por su destino conocería a las chicas?, aquellas maravillosas personas que no habían dudado en entregar su vida por ella, aquellas quienes le habían enseñado el verdadero sentido de una amistad, ¿cómo si no hubiera sido transformándose en la sailor que se había convertido hubiera podido conocer la satisfacción del deber cumplido salvando a su planeta? ¿Cómo si no hubiera sido por sus amigas, Luna, su novio y las continuas batallas hubiera madurado? ¿Cómo si no hubiera sido por Darién conocería el verdadero amor?, no, a pesar de todo, su dolor valía la pena, el dolor era pasajero pero las enseñanzas no. La chica levantó su mirada con un deje de determinación, ¿Qué acaso aún era la niña llorona de hace unos años?... se limpió las lagrimas y miró fijamente a la Luna, algo que sin duda siempre le reconfortaba.... su humor cambió repentinamente, ahora se sentía tranquila, se sentía feliz.... si Darién iba a irse, tendría razones de sobra para volver, de eso iba a asegurarse ella.... el pensamiento que cruzó por su cabeza hizo que se ruborizara pero aún así iba a llevarlo a cabo, de eso no cabía la menor duda al mirarla a los ojos.

Darién se levantó totalmente somnoliento, la noche anterior no había podido dormir muy bien, su princesa no se lo había permitido, había telefoneado por última vez a la casa de los Tsukino a eso de las diez de la noche para recibir como noticia de su madre que la chica en cuestión había decidido quedarse en casa de una amiga, eso no lo tranquilizo más, por el contrario, lo dejó pensativo toda la noche ¿En casa de qué amiga podría estar?, no podía averiguar mas por el momento, tendría que esperar hasta que amaneciera.

Trabajó totalmente fuera de sí, apenas si era conciente de lo que hacía, una tal Molly le había informado que Serena estaba bien, que había dormido en su casa y que no se preocupara por su novia pero... ¿Cómo no iba a preocuparse después de la forma en que se marchó?... llegó a su casa totalmente exhausto, lo único que quería era un buen baño con agua caliente para relajarse y por supuesto una llamada de ella.... ¡Dios! ¡Qué testaruda era!, pero cuanto la amaba... En medio de su baño recordó la primera vez que la vio, recordó el examen de matemáticas marcado con un gran número en rojo: 30 puntos, una calificación muy baja, no sabía porque pero al ver que ella había sido quien había arrojado el papel, su sangre hirvió y sintió unos enormes deseos de fastidiarla, lo cual había resultado muy bien, la expresión que vio en su cara le había divertido mucho, pero más aún, le había dejado prendado de ella, muchas veces se negó a creer que una chica de 14 años pudiera gustarle, pero aunque lo negara, sus sentimientos le decían lo contrario, la única chica que lo ponía nervioso era ella, su corazón se aceleraba a la sola mención de su nombre o cuando ella estaba cerca y su mayor defensa era tratar de ofenderla, por eso siempre estaban peleando.

Darién salió de su baño con su bata puesta para descubrir que su apartamento estaba en penumbras, estaba seguro que había dejado la luz encendida, por eso se puso de inmediato en guardia, alguien había entrado en su departamento, eso era seguro.... de repente sintió una presencia conocida para él y una sonrisa se formó en sus labios, sintió una cálidas manos envolverse alrededor de su cintura por detrás de él mientras alguien le susurraba al oído –No podrás librarte de mí tan fácilmente-

-¿Y quién dijo que yo quería librarme de ti?- protestó el chico.

-Shhhhh- fue lo único que escucho él antes de que la chica se girara para quedar frente a él y capturar sus labios en un cálido beso. Ese beso lo embriagó, la dulce sensación de sus labios siempre tenían el mismo efecto en él, simplemente lo dejaba sin respiración... pero de repente algo que vino a su mente hizo que se tensara y se alejara de ella.

-Serena yo.....-

-Shhhh- volvió a replicar ella, silenciándolo con sus labios. El chico no pudo hacer más, experimentaba la sensación más maravillosa que podía imaginar, ella lo besaba con ansias, hambrienta, haciendo que sus sentidos se despertarán, era algo que ya antes había tenido la oportunidad de sentir pero que había sabido parar a tiempo... esta vez era diferente, la chica no quería ceder, no quería dejarlo, no quería soltarlo y su voluntad cada vez se hacía mas pequeña.

-Serena, por favor....- rogó el muchacho cuando pudo separarse de ella. La rubia lo miró dulcemente y le sonrió pero luego se puso muy seria.

-¿Es que no me deseas?- Preguntó con un hilillo de voz. El chico hizo una expresión de incredulidad como si lo que hubiese escuchado fuera un comentario sobre ovnis.

-¡Cómo puedes decir eso!- Protesto él enérgicamente  -claro que te deseo... es sólo que pienso que no....- Por tercera vez la chica no le dejó continuar, lo abrumó  abalanzándose hacia él y embriagándolo de pasión, los pensamientos del chico se nublaron, no podía razonar claramente y sin más protestas se rindió a sus caricias, correspondiendo al beso de lleno, con la misma pasión que ella, sus manos empezaron a recorrerla, al principio temerosas por ser la primera vez, pero cada vez se volvían más osadas, acariciando partes que jamás se habían atrevido a tocar. Ella empezó a suspirar, haciéndole saber que lo que estaba haciendo le gustaba, mientras su cuerpo insistía en pegarse más a él, algo que hacía que él se tensara sin intención. Se separaron por un momento totalmente agitados, él la miró confundido, pero lo que encontró en sus ojos le sorprendió, estaban llenos de decisión, un escalofrió recorrió su cuerpo, conocía muy bien esa mirada de determinación, esta vez no se escaparía, pero tampoco era que quisiera hacerlo.

El le sonrió dulcemente, se acercó a ella para acariciarle el cabello y por un momento la recostó en su pecho, ella sonrió complacida al oír que su corazón latía estrepitosamente sin control, Darién le acarició su mejilla mientras ella cerraba los ojos disfrutando la sensación, la alejó un poco para besarle su frente, luego sus ojos, su pequeña nariz y luego sus labios, ella empezaba a ponerse ardiente de nuevo pero él se separó rápidamente de la calidez de su boca dirigiéndose a su cuello.... le besó, le mordisqueó e hizo que ella suspirara de placer, bajó un poco hasta su pecho, desabotonando su blusa para dejar expuesta su piel, la prenda cayó al piso descuidadamente, mientras los jóvenes se dirigían a la habitación sin dejar de besarse. Al llegar a la habitación y separarse un poco de su novio, Serena notó que su blusa ya no la cubría y sintió como el rubor cubría sus mejillas, era la primera vez que Darién la veía en esa forma, pero al ver el amor que había en los ojos de él, su pudor desapareció. Darién la abrazó por la espalda, y le besó la mejilla para luego dejar que sus manos bajaran a su vientre, acariciando su tibia piel mientras le besaba de nuevo el cuello, algo que sin duda alguna hacía crecer la excitación de la chica, sentía miles de sensaciones recorrer su cuerpo, el chico la hacía temblar. Su deseo no pudo más, y decidió girarse para mirarlo a los ojos, y vio como una pequeña expresión de duda se reflejaba en ellos, pero no, ella estaba decidida, esa noche quería ser de él, esa mirada de ella hizo que al chico le corriera una corriente por su espalda, la mirada que veía no era de una niña, era la de una mujer llena de pasión.

Serena se sentía febril, su respiración no dejaba de acelerarse, pero quería más, quería sentir su piel, su varonil pecho la abrumaba y tímidamente abrió su bata de baño con dedos temblorosos, marcando cada músculo con sus manos, en un momento la chica perdió su pudor y dirigió sus labios hacia el torso de el queriendo ansiosamente probar su piel.

Él por su parte sentía a la perfección las cálidas caricias de su princesa que despertaban sus mas profundos deseos, haciendo que su mente le diera fugaces imágenes de lo que podría ser esa noche, aún seguía maravillándose de los sentimientos que podía provocar ella en él, era imposible ahora resistirse, su niña, no, la mujer de sus sueños, aquella a quien amaba se estaba ofreciendo a él en cuerpo y alma, siempre había querido evitar que llegara ese momento porque creía que era demasiado pronto para ella, pero allí estaba ella, diciéndole con sus actos lo equivocado que estaba.

Ahora los torsos de ambos estaban descubiertos, permitiéndoles sentir la piel del otro, esa sensación y los dulces labios de su novia en su pecho hizo que de repente el chico sintiera un enorme placer, un deseo que lo consumía, ver en la cara de ella una expresión llena de erotismo y sensualidad hizo que de sus labios saliera un gemido de placer, sus manos cobraron vida propia, llegando al borde de la falda de ella, queriendo sentir libremente su cuerpo, acarició sus glúteos insistentemente para luego dejar que sus dedos viajaran hasta el cierre de la falda para dejar que la prenda cayera al piso por sí sola... verla en ese estado, con sólo su ropa interior aumentó aun mas su excitación, ahora el placer no sólo era evidente en sus expresiones y suspiros, sino también en su cuerpo, la excitación de Serena también creció, sus manos se dirigieron hacia los hombros de Darién tratando de liberarlo por completo de la bata que antes había abierto, en unos segundos Darién también estaba en ropa interior. Ambos jóvenes se miraron por unos momentos contemplando el cuerpo del otro pero pronto el chico atrajo a la rubia hacia sí, la pegó contra su cuerpo, sintiendo como ella se estremecía al contacto de sus pieles, le besó el cuello, y le susurro al oído cuanto la amaba y al parecer esas palabras, hicieron crecer el fuego en la chica porque de inmediato lo beso con desesperación, ella sintió la reacción de él, sus manos se dirigieron a su espalda y sintió como sus dedos  luchaban por desabrochar sus sostén, con una sonrisa en sus labios la rubia le ayudo a él a despojarla de la prenda y cuando la tarea estuvo hecha un gemido ahogado se oyó salir de la garganta de él. Sus senos eran simplemente perfectos a su vista, su delicada piel blanca tan suave como un durazno le llamaba a tocarlos, la chica al sentir las manos de él sobre ellos sintió como un enorme calor invadía su cuerpo, era una sensación indescriptible, ahora era imposible sentir pudor, aun siendo la primera vez que estaba con Darién en esta situación, su mente estaba totalmente concentrada en sentir, este era Darién, el hombre al que amaba, el chico que le robaba la respiración cada vez que le veía, y ahora estaban allí, entregándose el uno al otro en cuerpo y alma.

Cuando sintió que la excitación de su novia era demasiada, la recostó en su cama, dándose tiempo de observarla completamente, su cuerpo era simplemente perfecto, sus senos, su abdomen plano, su pequeña cintura y.... sus ojos se posaron en una parte del cuerpo de ella en la que jamás se había permitido pensar, un rojo carmín se apoderó de sus mejillas, acarició sus esbeltas piernas con todo cuidado, era la hora, ya no soportaba más, la miró un momento a los ojos, para darse cuenta de que ella lo esperaba, ella tampoco podía más, el chico retiró con cuidado la ultima prenda que la cubría y con ayuda de ella, también se despojó de la suya, ahora sus cuerpos estaban totalmente desnudos, sus pieles se encontraban libremente emitiéndole a ambos continuos choques eléctricos que los hacia estremecer, Darién beso los labios de ella con toda la pasión y el deseo que lo embriagaba en ese momento, mientras sus manos exploraban su cuerpo, empezando por los rasgos de su cara, bajando por su cuello, sus senos, su abdomen.... la chica se agitó bajo sus manos y suspiro de placer, profundizó mas el beso y atrajo con sus manos el cuerpo de el hacia sí, algo que tomó por sorpresa al chico, pero que también lo complació, sus piernas se entrelazaron y sus brazos se envolvieron en la espalda de él dejándolo sin escapatoria, un cosquilleo invadió el cuerpo de él al sentir la piel de ella contra la suya, el sentir que sus cuerpos encajaban a la perfección le dejó sin razón, ella quería unirse a él y se lo hacía saber con cada movimiento, cada caricia, cada suspiro, no había razón o condición que valiera en ese momento, eran solo ellos dos, dos jóvenes que se amaban sin límite... sus cuerpos se fundieron en un solo ser, completaron la unión que otras veces habían deseado pero que no se habían atrevido a hacer, una explosión de emociones y sensaciones vivieron los dos jóvenes en su primera unión de amor, esa noche sus almas se entregaron completamente.

-¿Sabes algo?- preguntó la rubia recostada en su pecho.

-¿ummm....?- fue la única respuesta del chico que le miró con ojos somnolientos.

-Te amo- el chico le sonrió mientras acariciaba su mejilla.

-Yo también te amo mi pequeña- dijo mientras le daba un dulce beso.

Darién empezaba a dormirse cuando sintió las manos de su princesa ejerciendo presión contra él, ella se acomodó en su pecho y se aferró a su cuerpo con toda su fuerza, algo que de inmediato sobresaltó al chico.

-¿Qué sucede amor?- le preguntó mientras le miraba directamente a los ojos.

Serena evadió su mirada, fijándola en un cuadro en la pared –Por favor no me olvides- dijo en un susurro de voz.

Darién se sorprendió por la petición -¿De que hablas amor?... ¿Por qué piensas que voy a olvidarte?- esta vez sus manos en la barbilla de ella le obligaron a mirarlo fijamente.

-Es que... te vas de nuevo a América y...- sus visión empezó a nublarse, el sólo pensar en ello le hacía encoger su corazón.

-¿Pero quien dijo que yo me iba a ir?- Los ojos de Serena se agrandaron al oír la pregunta, ¿qué quería decir con eso?... la beca era en América y lo que decía la carta era... –Amor, pero que tontita eres- La chica de inmediato se incorporó y lo miró muy seria.

-¿Cómo puedes decir eso?...¿Crees que es tonto lo que siento porque te vas?- respondió un poco ofendida.

-Amor, sé que es lo que debes pensar, desde que leíste aquella carta he tratado de explicártelo, pero tu te adelantaste a los hechos.....-

-¿Qué quieres decir?...- Preguntó extrañada.

Darién también se incorporó -Serena, no me voy a ningún lado, el hecho de que en la universidad me hayan ofrecido de nuevo la beca no quiere decir que yo tenga que aceptarla... de hecho no la acepté...-

-¿Qué?.... Darién... pensé que era tu sueño...-

-Lo era, lo era mi niña, pero me di cuenta que hay otras cosas mucho más importantes para mí, de ser buen médico lo seré estudiando aquí en Japón o en cualquier parte...no voy a dejarte mi niña....no otra vez- Serena quedó sin habla.. y pensar que... de repente la conciencia de su desnudez y de que la sabana que la cubría se había deslizado hasta su cintura hicieron que se sonrojara, Darién lo notó y sonrió mientras la chica se apresuraba a cubrirse.

-Eso... ¿eso quiere decir que no vas a irte?...-

-Claro que no mi niña, no voy a irme a ningún lado, no, a menos que sea contigo...- la alegría de escuchar esas palabras era evidente en el rostro de la chica.

-¡¡Darién!!- exclamó la chica mientras tomaba una almohada para arrojársela a la cara -¿Cómo te atreviste a dejarme pensar que....?... ¡que malo eres!- Dijo en tono juguetón mientras en su alma sentía como un enorme peso se le quitaba de encima.

-¡Pero si yo no hice nada!- exclamó el en defensa quitándose la almohada de la cara.

De repente un tono rojizo invadía de nuevo el rostro de la chica, a su mente vino el pensamiento de que en verdad ella había asumido todo y que su decisión de entregarse a Darién había sido motivada por una confusión, no era que antes no hubiese sentido el deseo de hacerlo, pero simplemente se detenían antes de que las cosas pasaran a mayores, en cambio, esa noche ella no le había permitido a Darién dudar, todos los acontecimientos de la noche pasaron como una película en cámara rápida ante sus ojos haciendo que su sonrojo creciera aun más, sus acciones, pensadas en ese momento le parecían osadas, más aun así, por más que lo pensara, no se arrepentía.

Darién sonrió al ver la expresión de su novia, simplemente le parecía adorable que después de que pasaran la noche juntos aun sintiera pudor ante él, una expresión pícara se formó en su cara.

-Bueno, no hice nada pero ya verás lo que soy capaz de hacer....- corrigió mientras le besaba su espalda y retiraba la aprensiva mano de su novia de su pecho para que la sabana resbalara hasta dejar expuesta su piel, la chica se estremeció al sentir las caricias pero pronto se unió al juego de él para entregarse de nuevo a los placeres del amor con su amado.

Notas de la Autora: Espero que les haya gustado, es mi primer fic lemon, así que por favor, denme sus opiniones así sabré si soy mala para este género y me retiro.... En cuanto a mi otra historia, no se preocupen, no la voy a abandonar, mis deberes en la u. Me impedían escribir pero ahora que estoy en vacaciones por supuesto que voy a actualizar, por lo pronto ya puse manos a la obra. Me da gusto de nuevo poder estar con ustedes.

Con cariño....

Moonlight

29 de Noviembre de 2003