MIEDO A PERDERTE por Moonlight8
Rating: M

Descripción: No siempre todos los monstruos son irreales, no siempre los miedos son infundados, algunos miedos crecen como gigantes hasta ahogarnos en la realidad.
Nota: Los personajes que aparecen en esta historia no son de mí propiedad ese gran honor le pertenece a Naoko Takeuchi.

Advertencia: Este fic contiene escenas de sexo, así que lo leen bajo su responsabilidad.

CAPÍTULO 3: HOY TE VAS TÚ... MAÑANA ME IRÉ YO...

Todo había sido perfecto para ella en esos días, disfrutaba de los más maravillosos momentos al lado de su príncipe, ahora sentía que estaban más unidos que nunca y parecía que sus miedos poco a poco se disipaban, pero como siempre, era de esperarse que aquel mundo de sueños para ella, se arruinara, no podía dejar de pensar que de nuevo todas sus fantasías, quizá demasiado idealistas, que se iban realizando poco a poco al lado del pelinegro, se disiparan de nuevo como una nube de humo.

Tenía que reconocerlo, era demasiado soñadora, se envolvía en demasiadas nubes para escapar de su realidad, de sus monstruos que hacía unos días volvían a ella llenándola de pesadillas, era absurdo, lo sabía, pero no por saber eso se sentía más tranquila, su deseo casi enfermizo de permanecer al lado de Darien a cada momento la estaba asfixiando, lo sabía, y ahora la realidad le mostraba que no estaba menos equivocada, Darien tendría que marcharse por lo menos por un mes para hacer algunas prácticas de su carrera en un hospital algo alejado y ella sentía que le faltaba el aire, tenía ganas de gritar, de llorar, de correr, cualquier cosa que le quitara ese peso de encima que estaba sintiendo…. Pero no, eso no sería suficiente, además el admitir que le aterraba que Darien la dejara sola por temor de no volverlo a ver, sería mostrar debilidad y eso no, nunca, se prometió a sí misma no volver a llorar por tonterías, y esto que sentía, lo era. Así que, aunque sentía que el aire a su alrededor cada día se volvía más denso, más pesado y su respiración más dificultosa, mostraría siempre una sonrisa¿falsa, tal vez… pero el sentirse perseguida o atacada todo el tiempo era sólo su problema.

Así que hoy era la despedida, Darien hubiese preferido mil veces un momento a solas entre los dos, pero ella insistió en hacer una pequeña despedida junto con las chicas, así creía que era más fácil, aunque… ni siquiera una despedida quisiera, porque sentía que le estaba diciendo adiós para siempre…

-Ey¿Serena?... te estoy hablando…- oyó decir a Mina mientras sentía que sacudían su cuerpo.

-¿Eh?...- reaccionó ella, dejó de ver por la ventana para mirar a la rubia.

-¿En qué mundo estás, mujer?... te estaba preguntando que si crees que le moleste a Darien si filtramos un poco de saque en la fiesta- Serena la miró con el ceño fruncido.

-No es una fiesta, Mina, solo es una pequeña reunión…. Además…. Mina, aun no tenemos la mayoría de edad para andar bebiendo…-

-Está hecho, traeré un poco de saque a la fiesta para animar un poco la cosa…- dijo Mina ignorando por completo las palabras de la rubia.

-Aich… si vas a hacer lo que tú quieras¿Para qué preguntas?...- le dijo un poco molesta mientras negaba con la cabeza y se levantaba del lugar.

-Veamos… saque, ingredientes para la comida… de eso se encarga Lita…- seguía diciendo ensimismada la chica mientras revisaba una lista que tenía en sus manos y se marchaba, dejando a Serena hablando sola.

-Esta loca…- susurró para sí mientras se dirigió a la cocina para encontrar a las otras chicas.

-Serena!... ¡pensé que nunca te ibas a despegar de esa ventana!... toma… - apenas se dio cuenta de lo que pasaba cuando ya tenia un cuchillo y unas zanahorias en la mano.

-¿Eh?...- miró extrañada alternando su mirada entre Rei y las zanahorias.

-Lita necesita que piques esas zanahorias…- le dijo casi a modo de orden la pelinegra.

-Pero… pero…- trataba de objetar.

-… Y cuando termines ahí, bates bien aquella mezcla de allá- dijo señalando un recipiente.

-Oigan… ¿No creen que esto es demasiado?... sólo era una pequeña reunión…-

-aha… nada de eso, nada de cosas pequeñas, aquí se disfrutará como se debe…-

-¿Sabían que Mina va a comprar saque?...-

-AY! Menos mal me hizo caso… pensé que se le olvidaría….-

-¿QUÉ?... ¿ustedes saben y la dejan?...-

-¡AY Serena! Es sólo saque….-

-Y nosotras somos menores de edad…- dijo sonando como una abuela dando consejo a su nieto.

-Ya cálmate, Serena… no vamos a emborracharnos, ni nada de eso…-

-¡Amy!...- dijo a forma de regaño abriendo los ojos de par en par.

-Relájate Serena, estas muy tensa, pareces una mama regañona…- Le dijo Rei.

-Esto no va a gustarle a Darien…- dijo por lo bajo.

-Solo serán un par de copas….-

HORAS MÁS TARDE

-Bueno... bueno... ¿al fin que?... ¿la verdad o se atreve?...-

-La verdad...-

-jejeje- sonreía de forma malévola, mientras frotaba sus manos la una contra otra -... eso está muy bien...-

-¿Qué?... pregunta no más- dijo el rubio haciéndose el valiente mientras que por dentro calmaba los nervios que esos ojos pícaros le producían.

-No puedo creer que después de lo de tu novia, después de tanto tiempo, no haya nadie que te llame la atención, haber Andrew, confiesa, qué chica te gusta en este momento...- al escuchar la pregunta el rubio no se pudo poner más rojo, y sus ojos se fueron a posar automáticamente en una chica aunque solo por unos segundos, su inconsciente y por poco lo delata.

-¿Y por qué?... ¿por qué tiene que haber alguien que me guste?... ¿No puede un hombre andar solo por el mundo?...-

-¿Y por qué tartamudeas?... ¿Y por qué no simplemente respondes¿Eh?...-

-Pues al cabo que ni me gustan las rubias!...-

-¿Quién habló de rubias?- preguntó Rei mirando sospechosamente a Andrew y luego a Mina.

-Eh... nadie, No me gusta nadie, punto final...- respondió muy nervioso a la vez que una de las rubias del lugar no sabía si entristecerse o alegrarse.

-Ok, está bien, no te pongas agresivo, es suficiente para mí... ya supe lo que quería saber..- dijo de forma irónica mientras se volteaba y le guiñaba el ojo a Lita quien sonreía.

-Bien, giren la botella de nuevo...-

-SIIIIIIIII- gritó el rubio al ver que la botella señalando a Rei le daba su oportunidad de venganza.

-¿La verdad o se atreve?...-

-Pues... me atrevo...- Todos miraron al rubio, adivinando lo que propondría.

-Te atreves a besar a Nicolas...-

-¿QUEEEE?... Oigan, esto no se vale...-

-¿Por qué no Rei?...- preguntó Lita a quien le simpatizaba mucho la idea de Andrew –A Nicolas le toco salir a la calle vestido de mujer.

-Sí, pero a ninguna de ustedes le ha tocado besar a nadie...-

-Pero te tocó a ti, Rei...-

-Déjenla, yo lo que creo es que Rei no sabe besar... jajajajajajajajaja- dijo la peliazul riéndose, sorprendiendo a todos, pero era obvio que el saque había hecho ya efectos en la niña genio.

-¿En serio Rei no sabes besar?...- preguntó Mina asombrada mientras los demás la miraban de forma expectante.

-¡Ya basta todos ustedes!... Claro que sé besar, Nicolas, ven aquí...- dijo de manera autoritaria.

-Señorita Rei¿esta segura?...-

-Te digo que vengas aquí Nicolas...- volvió a decir casi gritando y señalando a donde ella estaba.

-Esta bien, esta bien – Contestó el chico parándose frente a la pelinegra. Rei se puso muy nerviosa al tener al chico enfrente.

-¿Y bien Rei?... estamos esperando...-

-Si Rei, ESTAMOS ESPERANDO!- gritó de forma eufórica Amy.

-Dame acá- le dijo a Mina arrebatándole un trago de saque que tenía en la mano, y tomándolo de un sorbo agarró a Nicolas y empezó a besarlo. El chico casi se cae por la sorpresa y ni decir de los demás que quedaron boquiabiertos por la forma apasionada en que besaba Rei a Nicolas.

-Se va a quedar sin aire el pobre chico...- comentó por lo bajo Serena después de estar presenciando el mismo espectáculo por más de dos minutos.

-Yo si creo...-

-¿Saben qué? ... Ya me harte de este jueguito, dejemos a la pareja de tortolitos solos, pongamos música y a bailar!- dijo Mina sin dar tiempo de decir nada a los chicos puesto que en un instante el cuarto estuvo invadido de música a todo volumen y de una rubia y una peliazul saltando a todo dar. Y como no había mucho mas que decir, los demás se unieron a las chicas, menos una pareja que estaba aún muy ocupada en su propio mundo.

Todos bailaban animadamente y entre canción y canción se tomaban un saque y con el pasar de la noche el ambiente se iba acalorando a pesar de que afuera caía una fuerte lluvia, razón por la cual todos decidieron quedarse en el templo, incluso Darien quien decidió que en la mañana iría a su departamento a recoger las maletas y mientras tanto, las chicas se desinhibían cada vez más.

-Oigan chicas, hace calor ¿no?...- preguntó Mina

-Sí, es verdad, estoy que me aso...-

-Sí, si, esta haciendo mucho calor...- le apoyaron todas.

-Yo no me aguanto más...- protesto la rubia a la vez que tiraba su camisa a un lado quedandose en brasiere, y estaba a punto de quitarse la falda cuando sus amigas la detuvieron. Por su parte, los chicos la miraban entre asombrados y apenados, en especial un rubio que sentía que le ardía la cara a no poder más y quería especialmente taparle los ojos a los otros dos chicos.

-Mina, Mina... tranquilízate...- le decía Lita mientras recogía la blusa del piso y la cubría.

-¿Pero si tengo calor?...- preguntó ella en tono ebrio.

-Sí, ya y por eso vamos a ir afuera a tomar aire...- respondió Serena conciliadoramente.

Y así paso la noche entre tragos, confesiones y destapes.

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-Lita… Lita…- llamaba la rubia mientras la sacudía para que despertara, pero era inútil. Entonces se dirigió a una de las otras –Rei, Rei… despierta…- pero sólo consiguió que la pelinegra le diera la espalda para seguir durmiendo. –Genial! Todas están ebrias!…- renegaba para sí misma mientras cautelosamente iba a intentarlo con la otra –Por favor Amy¡despierta! -Decía casi suplicante arrodillada frente a la peliazul, intento desabrigarla para que despertara, pero incluso así la chica seguía impávida en el mundo de los sueños, entonces su mirada rodó hacia la última, pensó en intentarlo pero al recordar su pésima actuación tan sólo hacia unos momentos, la descartó por completo, estaba sola, sola con la oscuridad, la lluvia y…. los rayos…

-Auch… no aguanto más, tengo que ir al baño…- hablaba para sí, intentando calmarse y apaciguar su miedo para poder cruzar el pasillo. –Vamos Serena, no pasa nada, nada pasa…- seguía diciendo mientras salía de la habitación envuelta en la cobija. –Bien, sólo tengo que cruzar…- decía cuando una luz proveniente del cielo alumbró toda la estancia seguida de un estruendo haciendo reaccionar a Serena de manera imprevista, quien de un tirón estuvo en su destino sin siquiera pensarlo, ni siquiera gritó, esta noche le resultaba aterradora, su fobia le tenía temblando todo su cuerpo… - ¡Maldición!- decía entre dientes mientras trataba de calmarse -¿Por qué tienen que existir las tormentas?- miró hacia el frente, y sólo había una cosa de bueno en todo esto, estaba justo donde quería… giro la perilla del baño aun con mano temblorosa, la lluvia golpeaba fuerte el techo del templo Hikawa y el viento azotaba contra las ventanas, haciendo que los latidos del corazón de la rubia se mantuvieran a un ritmo bastante acelerado, temiendo horriblemente porque otro rayo la sorprendiera fuera de la habitación donde dormía. Encendió apresuradamente la luz de la estancia y con una rapidez inusitada alzo su batola y bajó sus pantaletas y mientras cumplía con las necesidades de su cuerpo, recorría nerviosamente cada detalle del cuarto, evitando dejar demasiado tiempo su mirada en las sombras que el resto de la casa a oscuras permitía que se filtraran donde estaba.

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Se le había dificultado conciliar el sueño y hasta sólo hacía unos minutos dormitaba, hasta que unos pasos le sobresaltaron… abrió los ojos pero aun así no distinguía mucho, la habitación estaba completamente oscura y la luz que entraba del exterior era casi nula, se quedó inmóvil, aguzó su oído y seguía escuchando pisadas, podía ver 3 bultos alrededor suyo, por lo que descartó que fuera uno de los muchachos, su instinto de guerrero y mucho más, de protector, le obligó a levantarse para verificar quién o qué era lo que andaba merodeando en la casa, no quería que pasase nada malo con todas las chicas en un solo lugar…

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Recorría el último tramo del pasillo hacia la habitación donde se habían quedado a dormir las chicas ya más tranquila, era tonto que una muchacha de su edad temiera a una simple tormenta, después de todo… ¿Qué podía hacerle?... no era ni un monstruo ni un enemigo… nada de nada, sólo un fenómeno de la naturaleza… pero de repente, de nuevo aquella luz apareció iluminando todo, seguida de su aterrador estruendo, pero no, eso no fue lo que la hizo gritar, mucho más aterrador fue que al desvanecerse por un momento la oscuridad, vio una silueta de un hombre justo enfrente de ella. Su decisión fue gritar hasta que sus pulmones se quedaran sin aire, pero sólo pudo oírse un grito ahogado porque pasó sólo breves segundos para que una mano cubriera su boca, silenciándola por completo.

-Shhhhh… Serena… soy yo…- oyó que le susurraron y aunque reconoció la voz, todavía no podía reponerse del susto.

-¡Darien!- exclamó al mismo instante que lo abrazaba con los ojos bañados en lágrimas, no pudo evitarlo, fue un acto casi reflejo su llanto. El pelinegro correspondió al abrazo de manera firme.

-Sí, Serena… soy yo… perdóname, no quería asustarte…-decía ahora acariciando sus cabellos.

-Asustarme no, casi me matas…- dijo aun sin poder retener sus lagrimas.

-Pero… ¿Qué hacías tu levantada a esta hora?...-

-Sólo fui al baño, pero los estúpidos truenos me tenían aterrorizada…- respondió haciendo un puchero -… Y tu…-

-Yo escuché pisadas, y vine a mirar que no fuera nada extraño…-

-Y por poco haces que me dé un paro cardíaco…- dijo ya más calmada.

-Lo siento mucho…- dijo tomándola de la cara para darle un beso en la frente, al mismo tiempo que limpiaba sus lágrimas con sus dedos. –Ven, te llevaré de vuelta a tu cuarto…- terminó de decir, haciendo ademán de continuar el camino con la chica abrazada a su pecho pero ella opuso resistencia.

-No…- se quejó –Por favor, deja que me quede contigo… las chicas están dormidas profundamente y al parecer la tormenta no cesara pronto…- dijo obteniendo como respuesta otro trueno, que hizo que se aferrara más al pelinegro y cerrara los ojos.

-Esta bien… te quedarás conmigo…- dijo mirándola a los ojos a lo cual ella correspondió con una sonrisa. Cambiaron de rumbo con dirección contraria, pero a Serena le intrigó que incluso sobrepasaran la habitación donde dormían los chicos.

-Darien… ¿A dónde vamos?...- preguntó deteniendo sus pasos y a su vez haciendo que el pelinegro detuviera los suyos.

-Hay un futón extra en el salón de oración, además allí podremos encender fuego, así estarás más tranquila…-

-Tienes razón…- dijo dándole un beso en la mejilla.

-¿Te sientes más calmada?...- preguntó mirándola cuando hubo terminado de encender el fuego de la chimenea.

-Sí…- dijo simplemente a lo que Darien se unía a ella en el futón.

-Estás muy frío…- observó la rubia cuando sintió al pelinegro junto a ella.

-Y tu calentita…- objetó el.

-Ven, si te acercas un poco, estarás menos frío…- dijo cambiando de posición para que Darien se acomodara un poco más cerca de ella y este así lo hizo. –Que descanses…- le dijo dándole un breve beso en los labios para luego recostarse y cerrar los ojos. Darien intento hacer lo mismo pero no pudo, se incorporó un poco apoyándose en un codo para sostener su cuerpo por encima del de la rubia. La observaba atentamente, cada detalle, cada movimiento, veía como aun a su lado se tensaba cada vez que se oía el sonido de un trueno. ¡Cuánto iba a extrañarla! No pudo resistir el deseo y se inclinó para besar sus mejillas, aunque muy suavecito para no molestarla, y a la vez, pasó el dorso de su mano por la piel de sus hombros.

-Te amo…- le susurró al oído aunque estaba convencido que la rubia ya dormía.

-Yo también te amo…- le sorprendió escuchar de la chica.

-Pensé que dormías…- dijo él todavía acariciando sus hombros.

-No…- respondió ella al mismo tiempo que lo enfrentaba y acunaba en su mano una de las mejillas del pelinegro –No puedo dormir…-

-Tampoco yo…- ella lo miró a los ojos.

-Te voy a extrañar mucho…-

-Yo también pequeña…- le dijo sintiendo como accidentalmente, al moverse la rubia, las piernas desnudas de ella rozaban con las suyas, haciéndolo estremecer.

Serena sonrió pícaramente mientras se recostaba en el futón de manera provocadora y abría sus brazos hacia él, invitándolo a unirse a un abrazo que Darien no pudo rechazar, no podía evitarlo, cada sensación del pelinegro se hacía también suya.

-Podemos hacer algo mejor que intentar dormir y no conseguirlo…- susurró antes de sentir que sus labios eran cubiertos por los del pelinegro a la par que el cuerpo de él se recargaba contra el suyo.

-Algo como… ¿esto?...- pregunto mirándola pícaramente mientras que con una de sus manos subía su batola, acariciando en el proceso las piernas de ella.

-Sí…- dijo sonriendo, disfrutando de la sensación que le producía el toque casi mágico de sus manos –Y también algo como esto...- dijo mientras metía sus manos bajo la camiseta que traía puesta el y la subía, acariciando a la vez la espalda de el chico hasta conseguir que quedara con su torso desnudo. El la miro con los ojos encendidos en deseo, pero a la vez de amor, una mirada que Serena nunca podría olvidar.

-Regresaré pronto, lo prometo…- susurró cuando había terminado subirle la batola y quitársela. Pero Serena no quería escuchar más, sabía que las promesas se las llevaba el viento y que por más que lo intentara, el no regresaría a tiempo, de eso se aseguraría ella, así que optó por callarlo con un beso, uno de los besos más intensos y apasionados que Darien había llegado a sentir de ella, su lengua danzaba en su boca incansablemente y ella exigía el aire de él, le arrebataba el aliento. Pero no se detuvo a pensar el porque de su actitud, solo sentía y la sentía tan cerca de él que casi lo quemaba, y no era sólo en cuerpo, era su alma, sentía que ella no tocaba su cuerpo, tocaba su alma.

Y me limito a respirar, pues ni siquiera soy capaz de despedirme…

-Serena…- susurró jadeante cuando tuvo oportunidad de tomar aire, pero al parecer ella estaba decidida a fundirlo entre sus llamas, su boca suave y delicada casi siempre, lo atacaba ahora, brusca y exigente, pero no era una sensación molesta la que le provocaba, al contrario era una sensación casi asfixiante y desesperada de absorber hasta el último halo de su ser.

Talvez porque te pierdo; porque cada
momento, al acabarse, me conduce,
infalible me acerca
a morir, a perderte, a que me olvides.

-Darien…- pronunció ella su nombre de manera suplicante, al sentir que sus manos la recorrían intensamente por sobre su vientre y luego sus costados hasta llegar a sus pechos los cuales fueron masajeados de la manera más experta, y su boca le abandonó solo para ir a posarse en aquellos lugares donde habían estado sus manos, haciendo el mismo recorrido. Ella se aferró a el y arqueó su espalda, queriendo conservar aquella sensación de plenitud que le llenaba en ese momento.

-Me… me encanta este lugar entre tu cuello y tu hombro…- susurró jadeante a la vez que posaba su boca en el lugar al que se refería, llenándolo de húmedos besos, mientras sus manos se ocupaban de quitar el sostén que se atravesaba en su camino.

Ella por su parte suspiraba, el aliento cerca de su cuello y sus manos que rozaban una de sus partes más sensibles la enloquecía, era víctima de su propio invento, porque ahora sentía que era a ella a quien le besaban hasta la última fibra de su ser.

-"No me dejes, no te vayas…te necesito, es mi último momento…"- pensó la rubia en decir a la vez que una lágrima imperceptible salía de sus ojos, pero las palabras no salieron de su boca, en vez de eso se aferro fuertemente al cuerpo del pelinegro, envolvió sus piernas en la cintura de él y lo acercó hacia sí lo más que pudo, quería conservarlo para siempre impregnado en su piel. Sus pensamientos se nublaban, se deformaban en su mente, pero no quería pensar en el mañana, solo quería vivir este momento, quería calmar esa sensación de quemarse y consumirse por dentro.

Tomó por sorpresa al pelinegro al cambiar de posición por completo para quedar sentada encima de él, sus manos acariciaron su vientre para después pasar a hacer lo mismo con su lengua, mientras sus manos alcanzaban la parte más alta del pantalón y resbalaban este por su piel bronceada acariciando su entrepierna y sus muslos en el acto.

Serena sintió la firmeza de su virilidad y como con cada caricia la excitación del pelinegro crecía notablemente y eso la hizo sentir a ella misma abrumada en deseo.

Darien por su parte, sentía una corriente recorrer su espalda y como la esencia más íntima de la rubia humedecía sus panties e invadía el cuarto de forma embriagante.

-Serena... me vuelves loco...- dijo con la voz ronca por el deseo.

-Shhh...- dijo ella mientras se ponía a la altura de él y volvía a besarlo, primero de forma suave y lenta, lamiendo sus labios, acariciando su boca y luego de forma más profunda, mientras que el pelinegro alternaba entre caricias en su espalda, sus hombros y su pecho. Sus cuerpos fueron amoldándose el uno al otro y casi sin darse cuenta sus movimientos se volvían más rápidos y frenéticos procurándose más placer.

Pero aun quedaban un par de prendas sobre sus cuerpos que les impedía disfrutarse al máximo, así que sin más demoras, Darien invirtió de nuevo los papeles y se puso sobre la rubia y sin darle tiempo a experimentar su perdida, empezó a acariciar sus pechos, sus pezones, bajando por su cuerpo, hasta llegar a su vientre en donde dejó un rastro de besos húmedos para finalmente llegar a sus panties. Alzó por unos instantes su cabeza para mirar a Serena y ver su cara sonrosada, con gesto ansioso que le indicaba que esperaba por mas, y no pudo hacer más que sonreír y pensar en torturarla un poco más, pero era obvio para él que torturarla a ella sería torturarse a sí mismo porque ardía en deseo puro.

Dejo su pequeña divagación a un lado para volver a su tarea, con movimientos suaves y delicados iba retirando poco a poco los panties de ella, dando leves toques en la zona que iba quedando descubierta haciendo que la rubia se retorciera y lanzara gemidos de placer, cosa que lo volvía loco, después de eso y una suplica apenas audible de parte de ella para que la poseyera fue imposible para él conservar la calma. Así que se despojó a sí mismo de la última prenda que quedaba cubriendo su cuerpo y se posó sobre ella, sintiendo como la rubia temblaba al solo contacto de su piel.

Serena se sentía desfallecer, Darien estaba haciendo del momento un suplicio, pero un suplicio irresistiblemente acogedor que le llenaba el cuerpo y el alma, y ahora estaban el uno frente al otro completamente desnudos y libres para amarse, sintió el deseo salvaje de amarlo hasta perder la conciencia, lo beso intensamente, mordió sus labios, lamió su boca y su cuello, se aferró a su espalda como si su vida dependiera de ello y finalmente se fundió en su cuerpo hasta sentirlo dentro de sí. Fue un momento en el que pensó que el mundo fuera de ellos dos, no existía.

-Darien... Darien...- solo podía susurrar su nombre de forma entrecortada puesto que el pelinegro se movía y acariciaba sus entrañas de la forma más deleitable y tentadora llevándola al borde del éxtasis.

El ojiazul sentía que estaba siendo devorado por una fuerza devastadora, el ímpetu de su novia lo hacía sentir al borde de un abismo, no podía creer que se tendría que alejar de ella, dejaría de verla por más tiempo del que el quisiera, y en realidad no quería dejarla, deseaba estar con ella siempre.

Las manos de ella, de su mujer lo recorrían ávidamente y su cuerpo danzaba con el suyo de forma frenética inundándolo de las sensación mas maravillosa que había podido sentir desde sus piernas hasta su espalda y su cuello, su respiración se convirtió en un continuo esfuerzo por llevar aire a sus pulmones, su piel sonrojada por la actividad, era un cúmulo de sensaciones indescriptiblemente extasiadoras y su cuerpo colapsó cuando finalmente sintió su explosión dentro de ella.

-Te amo...- le susurró al oído a la chica que yacía exhausta entre sus brazos.

-"Yo también te amo y recuerda que yo estaré aquí…"- dijo poniendo su mano en el pecho de él –"en el mismo lugar…"-

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DOS DÍAS DESPUÉS

-Serena¿estas segura que tienes todo lo necesario en tu maleta?...-

-Sí mamá, ya te lo he dicho miles de veces, no me falta nada...- dijo con tono de impaciencia.

-Está bien hija, no te enojes, sólo quería asegurarme... es hora de irnos...-

-Cabeza de chorlito...- llamó Sammy detrás de Ikuko.

-Ey! Chiquitín, ven acá…- Invitó la rubia a su hermano quien se veía muy triste a pasar a su cuarto.

-Te voy a extrañar mucho Sery...- dijo abrazándola muy fuerte.

-Yo también Sammy, voy a extrañar darte de golpes...- dijo, el chico sólo sonrió débilmente.

-Prométeme que volverás...- dijo mirándola a los ojos. La imagen de su hermana la veía borrosa a causa de sus propias lágrimas. No podía entender como era que durante todo este tiempo había estado peleando con ella, en vez de disfrutar al máximo de su presencia, ahora no sabían a ciencia cierta hasta cuando podría estar con ellos, guardaba la esperanza de que en aquel país de medicina avanzada ocurriera un milagro.

-Sammy...- dijo ella sin atreverse a prometer lo que sabía, no podía cumplir.

-Prométemelo...- inquirió el.

-Te prometo que sin importar lo que pase, voy a estar con ustedes...- Y era cierto, pero no podía desafiar lo que ya era destino y un hecho, pero a pesar de que lo sabía, le dolía dejarlos.

-Serena...- susurró el entre sus brazos con los ojos bañados en lágrimas.

-Hija, se nos hace tarde...-

-Claro...- dijo ella, apartando a Sammy de sí para coger su maleta y bajar las escaleras.

-Papá...- habló cuando vio a su padre justo al pie de la puerta esperándolas, iba a abrazarlo pero desistió de su intento al ver que su padre se hacía a un lado y abría la puerta. No había querido decir ni una sola palabra sobre el viaje en los últimos días y hoy no sería la excepción, no se despidió ni de ella ni de su madre, sólo la miraba y le sonreía, estaba segura de que en el fondo el sabía que esta sería la última vez que se verían.

Cada sueño siempre nace, siempre muere…

Se subieron al auto que las llevaría al aeropuerto y con un ondeo de mano se despidieron de los dos varones de la casa, miró a su madre que tenía un gesto de absoluta resolución, ella había sido el pilar de la familia durante todos estos meses y estaba segura de que lo sería por mucho tiempo más, sólo que ella no estaría para verlo.

Abrió la hoja de papel que le había dado el veredicto final y la releyó de nuevo para convencerse a sí misma del porque se marchaba, en vez de quedarse y ser apoyada por sus amigos.

cantidad mayor de 5 blastos/uL en líquido cefalorraquídeo

aumento del número absoluto de linfocitos en sangre periférica, con características citomorfológicas e inmunofenotípicas

Resistencia a la radioterapia.

Fase III.

Para alguien que no tuviera conocimiento del tema leer aquello significaría menos que nada, pero para ella significaba el diagnóstico de leucemia en fase Terminal sin posibilidad de tratamiento para combatirla, y ese era el motivo de su viaje, un nuevo tratamiento experimental en Estados Unidos para dicha enfermedad y aunque cuando su madre le habló de ello, ella se rehusó al máximo a considerar esa posibilidad, a la final terminó aceptándola, pero no porque creyera que había alguna oportunidad de salvación en ello, no, lo consideró solamente porque concluyó que aquella era la única forma en la que evitaría al máximo posible el sufrimiento de las personas que la querían al verla marchitarse poco a poco. Ella sabía que no había retroceso porque... ella había visto su muerte.

Claro que sé perder

No será la primera vez (en otra vida también…)

Hoy te vas tú...

Mañana me iré yo...

FIN

NOTAS DE AUTORA: Quiero pedirle disculpas a todos los lectores que desde hace mucho me hicieron la petición de continuar este fic, la verdad ese era el proyecto original, tenía la trama general planeada, justo como me dijo alguien, hasta que naciera un bebe, pero no precisamente Rini (no me culpen, no quiero a esa niña) pero diversas cosas se me atravesaron en el camino, y este capítulo la verdad solo lo subo por ustedes, tuve grandes dificultades para terminarlo, con decirles que lo empecé a escribir en Abril y hasta la fecha vengo a terminarlo. Sé que queda algo inconcluso en esta parte pero les informo que para este fic no van más capítulos, definitivamente mi musa me ha abandonado casi por completo y digamos que mi situación actual no me da mucho para escribir sobre este género donde hay un mundo ideal y se destila miel a cada momento y de ninguna manera quiero caer en hacer un lemon grotesco, que esa era parte de la trama, una serie de lemons combinados con algunas situaciones cotidianas.

Para mis otros fics, la verdad no tengo idea de cuando vaya a actualizar, no me quiero excusar pero es que también ando muy atareada con el trabajo y la tesis de grado, pero principalmente, no hay inspiración, así q ni modo.

Bueno, también quiero aprovechar para agradecerle a tres personas muy importantes para mí.

JACKYCHAN: Gracias a esta pagina nos conocimos y me alegro que haya sido así porque indudablemente has sido un apoyo incondicional para mí en las buenas y en las malas y la verdad esta época de tiempos difíciles no hubiera sido lo mismo si no hubiera contado contigo, tu sabes perfectamente de que hablo. Nena, agradezco que estés en mi camino... Te quiero montones y recuerda la invitación a comer porque yo voy a ganar, y no obleas eh?

ISMA: La verdad cuando te conocí nunca pensé en la persona que te convertirías para mí, y más cuando casi perdimos contacto por completo, pero los hechos se han encargado de demostrarme que eres una personita muy especial y que es una gran ventaja tenerte como amigo, me has levantado el ánimo infinidad de veces y has estado ahí en momentos en que pienso que las cosas no tienen solución y que no cuento con nadie. Muchos besos loquito, seguiré siendo tu sicóloga por tiempito mas, al menos eso espero.

MARCE: Primis, ambas sabemos que nos une un lazo mucho mas fuerte que la sangre (recuerdas el pacto?) y a pesar de que somos tan diferentes sé que puedo contar contigo en cualquier momento, al igual que tu conmigo, no importa tiempo o distancia, sabemos que siempre estaremos juntas en buenas y malas, niña, te quiero de aquí al otro mundo. Besos y abrazos.

A ustedes tres, les dedico este capítulo y no por su contenido, sino porque si no fuera por ustedes, no estaría ni con ánimos de escribir ni de mucho más...

De nuevo mis disculpas con todos ustedes, porque yo también soy lectora y sé lo mucho que decepciona que dejen un fic botado o que no actualicen en mucho tiempo.

Un saludo a todos

Con cariño,

Moonlight8

23 de Octubre de 2005