-Hmmmm... no lo sé... todo esto me parece demasiado peligroso para ti, recuerda que serán tres días de campamento... Satoshi
-Bah!... relájate un rato Satoshi-kun! – Murmuró uno de sus compañeros de curso, Kato, un niño vivaz de ojos color violeta, 1,68 de altura y pelo negro corto en escalón con una gorra que solía usar a menudo. Estaba en el taller de periodismo del liceo y que sólo le interesaba tener algo para publicar– no le pasará nada... de todas maneras, aquí está Daisuke-Sensei para protegernos... no es así? Kato
-No hables tonterías – respondió un joven de unos 27 años, 1,83 de altura y con pelo rubio largo amarrado y ojos azules- û.û sé que soy un buen profesor, pero no es para tanto. Daisuke-Sensei
-El Sensei tiene tan baja auto-estima... no? ñ.n - Murmuró una niña bajita de pelo rubio con visos oscuros que le llegaba hasta los hombros - Ojalá eso no le haga mal en su relación con Sachiko-Sensei... eh? ¬.¬ Karen
-Ò/Ó De que demonios hablas! Daisuke-Sensei
-Que se le nota a metros, que acaso cree que no nos damos cuenta de cómo la mira? ¬¬ se nota a kilómetros que a usted le gusta Karen
-O.o De verdad Sensei? Le gusta la profesora Sachiko? – preguntó una niña pequeña, de facciones muy finas, 1.55 de estatura y un bello pelo café oscuro largo y rizado llamada Maho. -Y...yo... . de donde sacaron eso! Y si me gustase... ¿qué? Òó Ella nunca lo sabrá! Daisuke-Sensei
-ñ.ñ Esto será una exclusiva –dijo Kato apagando y guardando en el bolsillo una grabadora que hace algunos momentos tenía en la mano - imaginen la portada: "EXTRA! Amor en las Aulas - Daisuke-sensei reconoce su amor por Sachiko-Sensei " o mejor no molestes... Tsubasa
-Si... Hasta mañana las dos! Satoshi
-Buenas noches! Las Dos
Unas horas después en la carpa de los hombres...
Una visión borrosa apareció frente a los ojos de Satoshi, una imagen de un lugar que no conocía, de un lugar oscuro que parecía un callejón con el que le parecía haber soñado antes. Luego vio un carrusel de imágenes que no recordaba haber visto antes. Un castillo gigante, una planicie desierta, un chico con orejas de gato, gente vestida con harapos sucios, unos androides golpeando en el suelo a una niña de pelo corto, ellos, la gran grieta, y una isla flotante sujetada a tierra por una cadena. Todas esas visiones se desvanecieron, y sólo quedó una espada, una espada ensangrentada que empuñaba fuertemente, vió una pequeña sonrisa en sus labios, y a su lado, el cadáver ensangrentado de una chica de pelo color castaño.
Despertó.
-...Hmmm Satoshi
-Nggg... hmmmm... No, eso no, ya estoy lleno -- zZZ Kato
-¬¬ Satoshi
Afuera de la carpa se lograba escuchar un canto, proveniente de Haruka, esa voz, hizo recordar a Satoshi de los tiempos en que Haruka solía cantar también para él, de los tiempos en que solían estar mas juntos. Decidió dejar de pensar en eso y se comenzó a vestir.
Al salir de la carpa Satoshi vio a su hermana contemplando las estrellas montada en su silla de ruedas y a Haruka, que le hace unas trenzas mientras canta una extraña pero apacible melodía.
-¿Que hacen despiertas aún? Satoshi
-Bah! Si es temprano aún... no sé como querrías que me perdiera este cielo tan bonito... hay estrellas que no se ven en Arcadia... Tsubasa
-Si... eso es verdad... Pero hace mucho frío --... y ya es muy tarde... se me había olvidado que cantabas tan bien... Haruka Satoshi
- Arigatou! ... SatoshiKun... yo creo que por eso me eligieron para el coro de la iglesia... ¿no? U¬¬ Haruka
-Hmmm... supongo que si U satoshi
A Satoshi nunca le había agradado la iglesia... la encontraba tan callada... como una tumba, y esa sensación no le agradaba para nada, además, jamás creyó en la historia sobre los antiguos dioses, encontraba que sólo era una historia que contaron los religiosos para poder tener más control sobre la gente, hasta que ellos mismos comenzaron a creerse la historia, su padre continuamente le decía que había heredado la incredulidad de su madre, en cambio, a Haruka siempre le había gustado, siempre estaba involucrada en alguna celebración, algún rito, siempre estaba invitada a las diversas misas importantes que se celebraban en la parte baja de la iglesia, donde sólo algunos podían entrar.
-¿En que piensas, Onii-chan? Satoshi
En ese momento, se escucharon unos ruidos en los arbustos cercanos, y cerca de donde estaba Tsubasa, cayó algo, acompañado de un suave ruido metálico.
-Quién es? Hay alguien allí? Satoshi
-N...no será un fantasma? OO Haruka
-¬¬ deja de decir tonterías de una vez... los fantasmas no existen. Satoshi
-Oniisan, mira... por allí hay algo botado... Tsubasa
-Ah?... lo recoge que demonios es esto? Satoshi
-Que es eso? Tiene forma de llave Haruka
-Pásamelo! E... esto... me parece conocido... donde lo habré visto antes?... hmm... déjame recordar... ah! Si! El Libro que nos regaló Okaasan! Tsubasa
-Espera... OneeChan, lo tengo en la mochila!... Satoshi
-Aquí está! Satoshi
Pero al volver algo brillante estaba enfrente de su hermana.
-Que bonito... Tsubasa
De repente, Satoshi se da cuenta de que la llave que habían encontrado estaba brillando en la mano de su hermana pequeña, y a su lado Haruka estaba inmovil y con la vista perdida.
-No! Haruka!... OneeChan! Satoshi
-Es... tan... Lo toca Tsubasa
Corrió hacia ella pero el antes pequeño punto de luz se convirtió en un gran círculo de millones de colores y se estaba agrandando rápidamente hasta cubrir todo, dejándolos caer hacia un agujero sin fin.
/END of Chapter.-
