CAPÍTULO VI
Toque de queda
Eres, lo que más quiero en este mundo, eso eres..
mi pensamiento más profundo también eres...
Tan solo dime lo que hago, aquí me tienes...
Eres, cuando despierto lo primero eso eres...
Lo que ha mi vida le hace falta si no vienes...
Lo único precioso que en mi mente habita hoy...
¿Que más puedo decirte, tal ves puedo mentirte sin razón...
Pero lo que hoy siento, es que sin ti estoy muerto
Pues eres... lo que más amo en este mundo eso eres.
Eres, el tiempo que comparto eso eres...
Lo que la gente promete cuando se quiere...
Mi salvación, mi esperanza y mi fe...
Soy el que quererte como nadie quiere soy...
El que te llevaría al sustento día a día...
El que por ti daría la vida, ese soy...
Cada minuto en lo que pienso eso eres
Lo que más cuido en este mundo... eso eres...
.- Lleven a Saga y a Kanon a un lugar donde puedan atenderlos – ordenó la diosa griega – Los demás deberos regresar a vuestros templos y estar al pendiente por si notan a alguien. Shion, necesito que apostéis más guardias en las entradas y que otros tantos se encarguen de patrullar el resto de la noche. –
.- Como ordenéis –
.- Camus... – continuó la diosa volviéndose al caballero de la 11va casa - hablaremos mañana de esto –
.- Pero mi señora... – trató de protestar el francés ante la demora de respuesta por lo sucedido en el santuario esa noche, pero Saori lo interrumpió sobreponiendo su voz a la del caballero.
.- Nadie deberá hacer ningún movimiento hasta que se confirme muy bien lo que esta sucediendo – aclaró ella fríamente, primero viendo a Camus, y luego al resto de los santos de la orden – Es necesario primero asegurar el santuario. Tendremos una reunión mañana a las 10 para arreglar este asunto.
Fue lo último que ella dijo, y sin más, salió del santuario escoltada por el patriarca, mientras Aldebarán y Shura ayudaban con los gemelos. Por otro parte, Camus se había quedado helado por la decisión de su Diosa Atenea, no podía creer que aún a pesar de todo lo sucedido, cualquier tipo de plan a seguir, tendría que ser pospuesto más de 12 horas... Aferró impotente su mano al libro que había traído de la casa de Milo, y salió hecho una furia hacia la casa de Acuario. Algunos caballeros rezagados, tuvieron que abrirle paso al santo cuando paso a un lado de ellos sin siquiera voltear a verlos.
Llego hasta su templo y de un solo golpe cerro ambas puertas. Impaciente, dio un par de vueltas por la habitación tratando de concebir lo que pasado, y al no lograrlo, se sentó a su escritorio y releyó el escrito que Saga había anexado a la carta, que al parecer, por el escrito, Saga iba a dejarla en el templo de Camus, ya que explicaba en el varias cosas:
Sabia que había escuchado algunas de estas palabras antes. Es mitología nórdica, y cada palabra que Milo usó en la carta, tiene un significado. Aquí te dejo la lista, interprétala a gusto:
NORDI: Punto Cardinal (Norte)
VOLVE: Vidente
SYN: Cuida las puertas del cielo
NOTT: Noche
DAG: Día
RIMFAKSE: Corcel de Noche
SKINFAKSE: Corcel de Día
HRAESVELG: Viento
FORSETI: El juez
NORNAS: Deciden el destino de los hombres
URDUR, VERTHANDI, SKULD: Pasado, Presente, Futuro
SKOLL, HATTI: Son los lobos que persiguen a Dag y a Nott para devorarlos
VASAR: El más frió invierno
Si se sustituían las palabras en nórdico a sus posibles equivalentes, la carta que había dejado Milo daba un significado muy diferente al de la primera impresión. Si Camus no se equivocaba al interpretarla, Milo había decidido marchar al Norte (léase Asgard) siguiendo una especie de corazonada, y aunque con ello arriesgaba mucho, parecía ya no importarle demasiado por que había perdido algo muy valioso con sus acciones.
Camus cerró los ojos sintiéndose algo culpable por eso último. Tomó aire y continuó. Si se tomaba en serio aquello de que a Milo le desagradaba el invierno y todo lo relacionado con este, la frase "Solo Vasar reina en mi corazón", se tornaba en un significado de soledad o dolor, luego como dándose por vencido, aceptaba lo que estaba pasando y resignado pedía a los tres tiempos (Urd, Skuld y Verthandi) que lo ayudaran: Pedía al pasado por no olvidar a los suyos (cosa que aún no quedaba muy clara para Camus), pedía al presente por que lo guiara, y rogaba al futuro por volver a... ¿sentir el amor de su amado sol?... Camus releyó la línea y comprobó el significado de las palabras en la lista de Saga, donde notó un escrito que había pasado por alto, a un lado de la palabra "DAG", que al parecer, Kanon había anexado: "Vaya forma de referirse al señor de los Hielos: Camus de Acuario , ¿Quién diría que tú eres su sol?... Bicho raro ¬¬"
Leyó el último párrafo impaciente. Aunque era el más corto, parecía tener un mayor significado que el resto del mensaje. Tan básico como letal. Milo estaba dispuesto a arriesgar todo por evitar que alguien fuera tras Dag y Nott... ¿¿?
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Camus había pasado cuando menos un par de horas leyendo el libro que había tomado de la casa de Escorpión, y gracias a la lectura había podido descifrar algunas partes de las palabras claves que Milo le había dicho en sueños. Escuchó que alguien tocaba a su puerta. No muy convencido, dejó el libro a un lado y se acerco a la entrada. Debido a las condiciones de la nevada y al hecho de que sus sentidos estaban bloqueados por lo mismo, Camus dudo un poco antes de abrir la puerta.
.- Soy Mu – contestó una voz desde el otro lado ante la pregunta que el santo de la 11va casa había hecho desde el interior. Camus abrió la puerta de mala gana, no tenía muchas ganas de platicar con alguien. – Hola – saludó el carnero cordialmente ante la mirada inexpresiva del francés - ¿Podemos hablar? –
.- Am... – Camus dudó nuevamente. De seguro lo único que Mu quería, era enterarse de lo sucedido en la 3ra casa, cosa claro, que el francés no iba a comentar por nada – Bueno... – trató de excusarse, pero alguien empujó la puerta –
.- ¡Anda! – reclamo un molesto Shura cubierto por una capa delgada de nieve - ¡Esta helando aquí afuera! –
Resignado, el francés, dejó entrar a ambos santos y los llevo a la sala de estar, en donde, haciendo gala de su caballerosidad, atendió a lo dos visitantes con una bebida exquisitamente caliente, aunque, para el pesar de Mu y Shura, la bebida no era suficiente para apaciguar el frío morador de la 11va casa en conjunto con la nevada de afuera. Ambos suspiraron amargamente al no encontrar una chimenea en los alrededores, cosa que no les extraño...
.- ¿Haz sabido algo de Milo? – preguntó Mu dejando a un lado las cordialidades.
.- No – respondió el francés secamente.
.- Tampoco he sabido nada de Shaka – añadió el carnero, como tratando de alguna manera consolar a Camus.
.- Claro – aclaró Shura indiferente – Ni siquiera la misma Diosa Atenea sabe algo de ellos – Mu y Camus voltearon a verlo.
.- ¿Cómo sabes eso? – preguntó el francés calculadoramente.
.- Bueno... – contestó el capricornio con una sonrisa de complicidad – No eras el único que escuchaba la conversación del patriarca y de nuestra Diosa Atenea –
.- Am... – dijo Mu como apenado – Yo... también escuche la conversación, los gemelos nos jalaron a Aldebarán y a mi, aunque claro, el patriarca nos cacho en la movida y nos dio un sermón de aquellos ¬¬U. Pero luego – añadió haciendo una pausa para entornar bien los ojos en Camus – llamó a Saga para una misión.
.- También oí eso – dijo Shura dando un sorbo a su bebida.
.- Al día siguiente, pregunté a Saga que era aquello por lo que Shion lo había mandado llamar... Como siempre Saga no quiso decir nada, pero como siempre, Kanon soltó todo. Al parecer, aún bajo las ordenes de Atenea, Shion mando a Saga como espía a Asgard (cuando digo Saga, entiéndase Kanon por default ¬¬U), y esa misma noche habían partido al norte, aprovechando esa cualidad suya para poder transportarse entre dimensiones.
.- Entonces por eso los atacaron – dedujo Camus – Ellos pudieron sacar información –
.- Así es – confirmó Mu volviendo a su tonó mítico – Según lo que Kanon me dijo, la susodicha batalla en Asgard, solo fue un mito inventado por una estirpe de caballeros de la ciudad del Nifleheim, pasado de voz en voz para infundir la idea en todo Asgard y así poder confundir al santuario.
.- ¿Pero ellos sabían quien estaba detrás de todo esto? – preguntó Shura expectante
.- Bueno... – contestó Mu algo contrariado – Kanon me la quiso hacer mucho de emoción y solo me dijo algo así como... "Es el yote más temido entre los Asas"–
Camus alzó la vista de golpe al oír las palabras del primer santo del Zodiaco, y ante su reacción Shura y Mu le devolvieron miradas apremiadoras.
.- ¿Sucede algo? –
.- Es Loki... – murmuró el francés antes las miradas expectantes de sus compañeros – Es un Dios nórdico –
Dentro de los escritos que Camus había estado leyendo, se contaba la historia de un Yote (gigante) que mezcló su sangre con Odín para poder entrar al Asgard. Este Dios, era el correspondiente a Lucifer en las mitologías. Camus ya había escuchado esa frase en boca de Milo, pero no había puesto la debida atención a ellas. No fue sino hasta que Mu le hizo recordar esa frase, que había podido completar un acertijo más en todo este misterio, y que podía estar cada paso más seguro de las sospechas que tenía en contra de Asgard.
.- ¿Un Dios nórdico? – preguntó Shura pensativo – Entonces fue nuestro error al pensar que si Odín estaba de nuestra parte, los problemas con Asgard estaban solucionados... -
.- Y hablando de Asgard... –
.- Si – atajó Shura al leer las intenciones de los comentarios de Mu – No estoy seguro si viste a las personas que atacaron a los gemelos, y si los vistes, supongo que tienes tus razones para no decirlo... pero... ¿Cómo supusiste que Asgard nos atacaba? –
Camus no contestó inmediatamente, ya que no se le daba mucho eso de confiar en las personas, pero debido a las circunstancias y a lo sucedido, no podía darse el lujo de ser como siempre...
.- Solo digamos que últimamente he aprendido algo de mitología nórdica – contestó Camus – Milo averiguó algo antes de irse, y desde entonces he estado buscando algunas cosas por mi parte –
.- Que eficiencia – dijo el capricornio sarcásticamente mientras se recostaba en el sofá – y más viniendo de Milo, debió estar muy preocupado para tener que tomarse tantas molestias –
.- Más bien, lo preocupante es el hecho de que ahora cualquiera puede entrar fácilmente al santuario sin ser notado – añadió Mu al ver algo extraño en el mirar de Camus cuando Shura mencionó lo último – Quienes atacaron a los gemelos, debieron ser muy fuertes para que ni siquiera opusieran resistencia alguna –
.- «La pelea entre hermanos esta cercana, tomarán a 5 de ellos para enfrentar a los restantes» – pensaba Camus al escuchar los comentarios de Mu.
.- Y que lo digas – dijo Shura interrumpiendo los pensamientos del francés – Parecía como si ninguno de los dos hubiera podido atacar... –
.- ¿Estarán bien? –
.- Creo que sí. Ambos están inconcientes, pero sus heridas no son de cuidado, aunque ni lo especialistas saben porque no han despertado.
.- Que raro ¿No? – comento Mu pensativo - ¿Qué clase de personas ataca al santuario y deja vivo a sus espías? –
.- Alguien que no quiere matarlos – observó Camus – solo quería callarlos.
.- ¿Y por que no matarlos, es decir, eso es lo más común –
.- Esta raro – añadió Shura – Si las intenciones de Asgard son acabar con el santuario, ¿por qué no aprovecharse del hecho de que pueden entrar por el santuario sin que nadie los note? –
.- ... –
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-----------» Séptimo Día
.- Ciertamente las preocupaciones de Camus son importantes – aseguró ella después de que la pelea entre Shion y el francés acerca de lo que debía hacerse, se había prolongado demasiado – Shion – continuó la Diosa y el resto de los dorados voltearon a ver a su patriarca – Camus tiene razón al recordarnos que es importante cuidar ante todo, a nuestra propia gente – aclaró Saori y su mano derecha, Shion , asintió con una leve inclinación – pero Camus, Shion tiene razón al decir que nuestra prioridad es la de proteger a nuestro santuario y a todo al que habite en el –
No. No era eso lo que Camus iba a acepar como respuesta ante su petición de salvar a los caballeros dorados que habían parido al Asgard. Shion miró por lo bajo a Camus con una mirada triunfadora, y el francés interpretando aquello como un reto, volvió a hablar.
.- Mi Diosa – dijo casi impetuosamente, pero aún así, manteniendo su tono de caballerosidad característico en él – Lamento ser tan insistente – mintió – pero con todo el respeto que vuestra excelencia merece, ¿No cree usted que este asunto de Asgard es muy preocupante sabiendo que ni siquiera usted tiene noticias de los 3 caballeros de nuestra orden que partieron a las tierras del norte? – atajó el francés y el resto de los santos observaron primero a Camus con asombro por su atrevimiento, y luego a Atenea expectantes...
.- ¿Cómo sabes eso Camus? – preguntó ella conteniendo su asombro.
.- No solo soy yo – respondió el acuariano con el mismo tono – todo aquello que se considere un secreto en el santuario, es bien sabido por quienes lo habitan –
.- Ya veo – asintió la Diosa amargamente al ver como el resto de los caballeros dorados evitaban su mirar – Y ahora que lo pienso, es mejor así, cuando menos ahora saben muy bien a que clase de problemas nos enfrentamos –
.- Por eso mismo – rebatió Camus impaciente – No nos pida quedarnos de brazos cruzados –
.- Me sorprende de ti Camus – puntualizó Saori con un tono molesto – Eres uno de mis caballeros más tranquilos. Debe ser muy importante para ti algunos de esos caballeros para que arriesgues a otros tantos dorados –
.- Nunca dije eso – respondió el francés agachándose al fin en una reverencia y Saori sonrió complacida al ver que Camus al fin había entendido – No es necesario que nadie me acompañe – continuó fríamente – puedo arreglármelas yo solo –
.- ¡Suficiente! – exclamo la Diosa sumamente molesta por la respuesta de Camus – No voy a tolerar que uno de mis santos desobedezca una de mis ordenes... Ante todo – puntualizo – aún más que nuestros deseos personales, es la seguridad de aquellos a quienes protegemos – sentenció la Diosa y Camus trató de rebatir, pero ella sobre puso su voz – He dicho... Ahora, caballero de Acuario y al resto de ustedes – se volvió Atenea y miró fijamente a cada uno de ellos – Esta prohibido que cualquiera de ustedes, cualquiera que se diga ser un Santo del Zodiaco, abandone el santuario. Nadie podrá salir hasta nuevo aviso. –
El silencio se adueño del santuario, y todos se limitaron a ver como la Diosa Atenea salía del salón. Shion ni siquiera había tratado de seguir a la Diosa, no tenía caso, con lo molesta que iba era mejor tomarse una distancia prudente.
El silencio se prolongo bastante, mientras uno a uno los santos de las doce casas fueron saliendo del lugar. Camus, por el contrario, se quedo parado donde estaba con los puños sucumbiendo por la fuerza que les aplicaba al tratar por todos los medios de poder contener la desesperación y frustración que en esos momentos colmaba cada parte de su ser. Irritado, Camus giró sobre si y, bajo la mirada de algunos caballeros, abandonó el recinto sin decir nada. Aunque algunas de las miradas eran de desapruebo, como la del fiel Shura, al acuariano era cosa que le importaba poco o nada, aún a sabiendas de que una falta de esas proporciones a su Diosa, podía haberle costado su rango como caballero de la orden dorada.
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« - ¡¿Qué no entiendes! – soltó Camus por fin exasperado. »
«- Es que no se que tiene de malo – le respondió el escorpión sonriente.»
«- ¡No me gusta esa familiaridad que te tomas con migo! – exclamo el francés con su mejor mirada matadora – apenas si te conozco -»
«- ¿Y eso que tiene que ver? – preguntó el griego fascinado por la reacción de su compañero, a lo que Camus solo se limitó a volverse a otro lado para intentar ignorarlo – A mi no me molesta que TU, me digas Milo - »
« - Sabes mi apellido – contestó secamente el francés y empezó a andar para alejarse del bicho – Limítate a él – Milo sonrió y hecho a andar tras de él»
«- Algún día los harás Camus -»
«- Ya cállate - »
«- Ho, vamos Camus – continuó el griego incansable cerrándole el paso y dedicándole su mejor sonrisa – No puedo caerte tan mal -»
«- ¿Quieres apostar? – retó el acuariano maliciosamente y entonces el intento de alacrán al fin dudo un poco.»
« Luego volvió a sonreír y se adelantó a los pasos de Camus, se sentó sobre una roca cercana y se volvió para ver las estrellas. El francés amo, sin quererlo, esa expresión que Milo tomó al momento de hablarle. »
« - Oye Camus – dijo él y el francés se volvió a molestar a escuchar una vez más su nombre – Yo se que tu eres el Iceberg dentro de un Iceberg – sonrió Milo sin voltear a verlo, divertido por la nueva ocurrencia que había dicho – pero... – silencio-... Es... una pregunta que me hicieron hace tiempo... y ahora que te veo se me vino a la mente – Milo tomo un nuevo silencio perdido en sus pensamientos, luego volvió a hablar – Cuando inicié mi entrenamiento para ser un caballero del Zodiaco, la primera pregunta que mi sensei me hizo fue: "Si te dieran a escoger entre tu Diosa y la persona a la que más quieres... ¿A quien escogerías? – »
«- ¿Y que respondiste? –»
«- Bueno... me tomó algo por sorpresa, aunque creo que esa era más que nada la finalidad, y aunque dude en responderle a mi sensei, le conteste, que ya fuera por mi naturaleza egoísta o mi forma tan extravagante de priorizar las cosas, escogería sin dudarlo a mi ser querido – sonrió el insecto al recordar su decisión en aquel entonces, pero Camus pudo jurar que aún pensaba lo mismo que entonces – Pensé... que esa respuesta me costaría la armadura, pero mi sensei me aceptó sin decirme más e inmediatamente inicie mi entrenamiento - silencio... - ¿Tu que hubieras escogido Camus? –»
« - A mi Diosa – respondió el francés automáticamente... es decir, para que más hubiese estudiado y entrenado todo ese tiempo sino para ser un santo de la orden dorada al servicio de su Diosa -»
«- Claro – dijo el bicho distraídamente – por supuesto, era de esperarse... -»
«Milo guardó silencio y se volvió a perder en sus pensamientos, mientras que Camus se quedo viendo esa expresión tan rara que se había formado en aquélla sonrisa de bicho. Casi odiando lo que pensaba hacer, suspiró resignado, y fue y se sentó a un lado del insecto.»
«- Pensé que para ser un caballero del Zodiaco, era un requisito especial ser fiel a Atenea en todos los aspectos – comentó Camus enfuruñado -»
« - Pensé lo mismo – respondió el intento de alacrán distraídamente y nuevamente quedo en silencio - »
« - ¿De verdad escogerías esa opción? – añadió Camus intrigado al verlo tan pensativo -»
« - ¿Qué si la escogería? – repitió el ponzoñoso viendo con incredulidad a Camus y con su actitud corroboró las sospechas dela acuariano - ¿Cuántos caballeros más escogerían la opción que tu elegiste?»
« - Shura, Aioria -»
« - Sin dudarlo siquiera – comentó Milo sonriente – tal vez también, Dhoko y Aiorios -»
« - ¿Aiorios?... según el patriarca él nos traicionó -»
« - Según el patriarca, afrodita es el más hermoso de la orden – corrigió el insecto ponzoñoso sonriente – es decir, ¿qué no me ha visto?... -»
« - Shaka también lo haría – comentó Camus ignorando el último comentario -»
« - ¿Buda-Kun? – pregunto el griego – No lo creo, el no es así -»
« - A claro – comprendió el francés cayendo en cuenta – el caballero daría la vida por ti -»
« - ¡Claro! – respondió Milo divertido por notar como Camus se molestaba por el comentario - »
« - Y supongo que tu darías la vida por él -»
« - Sin dudarlo – exclamó Milo sonriente con gran seguridad y decisión y el francés sintió algo raro en el pecho – Buda-Kun es muy buen amigo – a completó el escorpión a conveniencia. -»
« - ¿Solo amigos? – preguntó Camus incrédulo -»
« - Si – confirmo el bicho – el mejor de todos... ¿Pues que pensabas? -»
« - Nada que te incumba – contestó fríamente el francés – y ya con eso respondes mi pregunta, preferirías jugarte la vida por cualquier otra persona que por la de tu Diosa -»
« - No cualquier persona – corrigió el ponzoñoso – solo por las personas especiales para mí. Y si, si lo prefiero. Llámame ignorante si así lo prefieres Camus, pero prefiero condenar mi alma por una eternidad y verte sonreír aunque sea una vez, que pasar el resto de la eternidad a lado de una Diosa que apenas si conozco -»
«Las palabras de Milo, tomaron por sorpresa a Camus... ¿era acaso que el bicho se estaba declarando?... La sensación incomoda en el pecho del francés se acrecentó un poco más e impidió que el acuariano pudiera pensar en algo como salir de aquello. Milo, que lo observaba, guardó silencio ante la aterradora mirada que Camus había puesto y luego al no obtener respuesta, se volvió nuevamente al cielo a contemplar las estrellas lamentando no haber logrado nada en ese intento... Sin embargo, la mirada turquesa del escorpión había hecho quedar muy claro a Camus, que esa noche, se había abierto una gran grieta en... el iceberg dentro del iceberg... »
«- Oye Camus... - »
« - ¿Si? - »
« - Te haz dado cuenta, que con esta, ya son 3 veces que te llamó por tu nombre y ya no me haz reclamado - »
«Para sorpresa de Camus, Milo tenía razón, con la plática ya se le había olvidado ese detalle...»
« - Ah... maldito bicho - »
« - ¡Hey! – tocaba el turno de reclamar a Milo – No me gusta esa familiaridad que te tomas para conmigo... "Señor bicho" para ti, ¿Entendido? – Fue lo último que dijo y se marcho del lugar, mientras Camus se retrasaba un poco para que Milo no lo viera sonreír a causa de sus estupideces »
De cualquier forma que lo viera, el momento para tomar esa decisión, había llegado para Camus. Aún estaba un poco alterado por lo sucedido en el templo de la Diosa, y aunque ella tenía razón al decirle que siempre había sido uno de sus más fieles caballeros, el francés se sentía frustrado por que la Diosa no le correspondió a todos lo sacrificios que él se había tomado por ella. Una vez más, se sorprendió por pensar como Milo, en verdad ese escorpión había atrofiado muchas de las ideas que Camus tenía... ¿o sería que les había dado un nuevo sentido?...
.- "Prefiero condenar mi alma por una eternidad" – cito Camus recordando las palabras que Milo le había dicho en aquel entonces, cuando acababa de ser condecorado como el Caballero de acuario - ... Solo por verte sonreír una vez más – completó el francés dispuesto a todo para ayudar a su amado Milo, aunque eso le costará su rango en la orden.
Aguardo a media noche para poder salir del templo sin ser notado, guardo su armadura en su respectiva caja y, antes de abrir la puerta, se volvió a ve el templo de acuario, convencido de que esta sería la última vez que lo vería como un santo dorado. Ya no importaba. Abrió la puerta y frente a él, aparecieron dos figuras oscuras que le bloquearon el paso, Mu y Shura.
.- ¿Adónde y sin permiso? – atajó Shura al verlo.
.- No te importa – espetó Camus
.- Shion supuso que harías algo así – comentó Mu – por eso nos mando a hacerte guardia –
.- Así que intentarán detenerme –
.- Claro - contestó Shura y de un empujón regreso a Camus al interior del templo. Shura y Mu entraron.
.- No respondo si tratan de detenerme – advirtió Camus en ofensiva –
.- ¿Detenerte? – peguntó Mu cerrando la puerta – Solo queríamos entrar –
.- Esta helando afuera – añadió Shura recostado en un pilar cercano viendo de manera extraña al acuariano –
.- Pero.. – Camus dudó
.- No queremos detenerte – dijo Mu sonriéndole – al contrarió, queremos ayudarte: iremos contigo –
.- Y a evitar que cometas una tontería – les espetó el capricornio sonriéndole desde el otro lado – sé que estás preocupado por Milo, pero antes hay que planear bien las cosas, no solo arrancarse y ya... No te conocía ese lado impulsivo tuyo, de seguro esto es culpa de ese insecto.
.- ¿Pero como es que?... –trató de preguntar Camus pero el mismo Shura se le anticipó a la pregunta.
.- Hace años que sé lo de Milo y tu... como tu mismo lo haz dicho Camus: "Todo aquello que es un secreto en el santuario, es bien sabido por quienes lo habitan".
.- O mejor dicho – corrigió Mu – Kanon y Saga le dijeron.
.- Pero pensé que... –
.- Somos fieles a nuestra Diosa Atenea, y la obedecemos cuando ella así lo desea. Ella prohibió que cualquier santo del zodiaco abandonará el santuario, pero no prohibió que un santo de la orden dorada lo hiciera ... –
.- Esas ideas locas te las pegaron los gemelos, ¿Verdad Mu? –
.- Es suficiente para mí... ¿Tu que dices? –
.- Bueno, estadísticamente algún día teníamos que estar de acuerdo con algunas de sus extravagancias –
.- Es que no es necesario que... –
.- Claro que lo es Camus – lo interrumpió Mu nuevamente – Esos bastardos de Asgard ya han podido con 4 de nosotros. Si vas tu solo, no será suficiente. 3 cabezas piensan más que una –
.- Pero si Atenea se entera de que... –
.- ¡¡Que nos condene por salvar a nuestros amigos! – Exclamó Shura exasperado – Ella no corre peligro en el santuario. Seiya y los otros llegaron esta tarde, mientras sus achichincles estén aquí, ella estará bien –
.- ¿Achichincles?... jejejejeje – repitió Mu divertido – Pero tienes razón, a nuestra Diosa se le da una forma extraña de priorizar a los caballeros de las órdenes. –
.- Ella solo hace lo que cree es mejor – reprochó el fiel Shura a Mu, y luego al ver que Camus intentaba volver a buscar un pretexto, se volvió a el - ¡Y tu ya deja de poner "peros", Digas lo que digas o hagas lo que hagas, de nosotros ya no te deshaces – Camus vio a Shura muy decidido, y a Mu a un lado de él asintiendo a las palabras del capricornio.
.- Bien – asintió el francés admirado por el apoyo de los caballeros... aunque aún no estaba muy seguro.
.- ¿Y que planeabas hacer? – preguntó Mu sonriente.
Moverse a la velocidad de la luz, les ahorró muchas horas de viaje, pero la ruta que Camus había elegido para entrar a Asgard, era un camino que definitivamente no hubieran escogido Shura y Mu. Cruzarían por Siberia y entrarían por debajo del Castillo del Valhala tomando las cuevas de Rind. Cosa claro que sonaba muy bien, por que con ello evitarían ser notados, pero había algo en "pasar por Siberia", que no acaba de convencer a sus acompañantes.
Cerca de los lindes de las frías tierras, habían dejado de usar sus poderes, cosmos y velocidad para evitar llamar la atención. Tal vez él invernó les bloqueaba sus sentidos, pero no podían estar seguros de que pasara lo mismo con los Asgards.
Entre las fuertes nevadas y los eternos hielos, Camus fue su incansable guía. El frío calaba a ambos santos hasta los huesos, e incluso, al mismo Santo de los Hielos, Camus, le afectaba semejante clima. Algo raro en él si preguntaban a Shura y Mu, ya que nunca habían visto sufrir al francés por frío. Al llegar a un lugar desolado, Camus ordenó a los dos santos que aguardarán en ese lugar, y se adelantó un poco. Se hinco sobre el suelo, y pareció buscar algo alejando con la mano la nieve en el piso, mientras lo hacía pronunciaba algunas palabras ilegibles por la tormenta de nieve que los golpeaba, y aún con escasa visión, al poco tiempo pudieron ver que no retiraba la nieve, sino que parecía dibujar algo en ella, dejando trazos dorados en su andar. Repentinamente, la nieve alrededor del Acuariano empezó a moverse como olas, y en cuestión de segundos un perfecto círculo se trazó en la nieve dejando al descubierto una lisa superficie de hielo. Camus estaba en el centro del circulo en donde la tormenta se apartaba para no entrar en él circulo. Shura y Mu permanecieron fuera del círculo asombrados por lo sucedido, y aunque la tormenta hacia presa de ellos, pudieron ver claramente como el francés quebrara de un solo golpe el hielo sobre el que estaba parado e introducía su mano a este lo más que podía, luego la saco y pareció agarrar algo en ella, pero una luz segadora les impidió ver que era exactamente.
.- Es tiempo de irnos –
Fue lo siguiente que escucharon y al abrir los ojos, solo vieron a Camus frente a ellos portando únicamente la caja de su armadura. Por detrás de él, el espacio desolado que antes yacía nevado y olvidado, había regresado a su estado normal, como si nunca nadie, hubiera estado ahí.
