Como es… disclaimer ¿: Bue el caso es que hago el fic solo por diversión y los personajes no me pertenecen (A excepción de Luca). Así que no me demanden si me quieran quitar lo poco que tengo. (Mi colección de comics ñ.ñ)

CAPTULO 6: "Regreso a casa"

Parte 1: "Viaje por el mundo"

Ya pasó un mes desde que salieron de Francia. Hasta ahora todo estaba genial, "excepto por una cosa" pensó Yuri ceñudo. Él estaba sentado frente a una mesita en unos almohadones y Sora, sonriendo, seguía los pasos de baile de una odalisca. Hace cuatro días que habían dejado Sudáfrica (donde hicieron el safari) y ahora estaban en Marruecos.

Yuri suspiró. Si su amigo el doctor no le hubiese advertido que el embarazo podría traer un cambio en el carácter de las mujeres, él ahora pensaría que Sora estaba loca y que tenía esquizofrenia. Es que, prácticamente desde que salieron de Francia, ella se había convertido en otra persona. Su carácter y personalidad habían cambiado completamente. Dio un giro de 180 grados como se dice.

Si antes Sora endemoniadamente ingenua ahora estaba bien despierta. Y bueno… Yuri no quería admitirlo, pero ahora ella se comportaba más descarda que antes. Ya no se sonrojaba por cualquier cosa. Por otro lado si ella antes parecía no enojarse por nada ahora ante la más mínima provocación explotaba. Si, gritaba y maldecía como una callejera. Yuri todavía recordaba –ahora con una sonrisa, pero en ese momento se había asustado y sorprendido- como ella había tratado a una vendedora de ropas para bebés (bueno ella había tenido la culpa). La vendedora les preguntó si deseaban algo más aparte del conjuntito para bebé que escogieron, pero luego agregó:

"Son una linda parejita –dijo sonriendo y mirando o devorando con la mirada a Yuri. Luego posó delicadamente la mano en la boa y con un gesto inocente agregó:- ¡Oh! Pero veo que no estás casados" lo dijo para avergonzar a Sora, pero esta la fulminó con la mirada y medio le gritó que:

"Si ellos estaban casados o no eso no era asunto suyo. Métase en sus propios asuntos vieja". Luego masculló cuando salía furiosa del negocio algo así como que "las personas mayores eran muy chismosas y metidas". La pobre vendedora no habrá tenido más de 25 años y Sora dijo eso por mura maldad. Logró que la vendedora casi se ponga a llorar por la crueldad de sus palabras (es bien sabido a que las mujeres no nos gusta que nos digan vieja… más si no lo somos)

Yuri, avergonzado y sorprendido, pagó lo que habían elegido y salió tras Sora. No se disculpó con la vendedora, porque después de todo ella se fue de boca, solo que él no esperaba esa reacción de Sora. Encima cuando salió encontró a Sora sentada tomando un helado y con una sonrisa en la cara, como si nada hubiese pasado. Fue allí donde notó los primeros cambios en ella.

Sus otros cambio incluían que ahora ella decía todo lo que pensaba –fuera bueno o malo-. Se preocupaba más por su apariencia. Si veía alguna prenda de vestir que le gustaba no dudaba en "comprársela", porque era Yuri quien pagaba. Cuando las cajeras le decían el total de todo lo que ella quería miraba a Yuri con carita de ingenuidad y decía:

"¿Dijiste que me comprarías todo lo que deseaba no?" Si… ahora también era hipócrita. Por suerte Yuri tenía con que pagar todo y le complacía satisfacer todos los caprichos de Sora. Aunque la estaba malcriando demasiado.

Ahora el nuevo placer de Sora era comprarse ropa. Todas las marcas y modelos que veía en la revista Vouge (se escribe así ¿?) Se la había comprado en el aeropuerto para tener algo que leer y ahora se había convertido en su Biblia. No bien estuvieron en Marruecos Sora insistió que lo primero que deberían hacer seria ir a… una peluquería.

"Su cabello, piel y uñas eran un desastre –dijo ella- y así no iba a salir en público"

Estuvo todo un medio día en el lugar y permitió que le hicieran de todo menos que le tocaran el largo del cabello. Cuando Yuri le preguntó el porque de esa decisión ella le respondió:

"Porque Luca me dijo que le gustaría que me dejase crecer el cabello. Así me veré más bonita" dijo sonriendo.

Yuri salió enojado del local y no regresó hasta que Sora termino con todo su "arreglo", aunque cuando volvió traía regalos para ella y para el bebé ()

Yuri pensó: "Este nuevo capricho me conviene". Ya que verla hermosa era un deleite para sus ojos y lo llenaba de orgullo llevarla del brazo cuando salían. En Marruecos los nativos casi no le prestaban atención pero los extranjeros se daban vuelta a mirarla. Al parecer la maternidad la había puesto más bonita.

"Un dólar por tus pensamientos" dijo Sora sentada frente a él con esa sonrisa que tenía como dibujada en la cara, ya que nunca desaparecía.

"¿Qué tal si mejor me das un beso?" dijo burlándose luego de la sorpresa de verse sacado de sus pensamientos.

"¿Qué tal si mejor te dejo la marca de mis 5 deditos en tu mejilla?" dijo enarcando un ceja y con una mueca pícara.

La Sora no-embarazada hubiese reaccionado con un rubor ante ese pedido. Pero esta Sora reaccionaba con humor… y bastante irónico.

Yuri suspiró y luego sonrió. Ya estaba casi acostumbrado a ese nuevo carácter de ella. Advirtió que le gustaba mucho. Y de ve en cuando le hacía soltar un carcajada.

"¿Y… te estás divirtiendo?"

"¡Por supuesto! –respondió con efusividad- Marruecos es todo lo que esperaba. Y por cierto… la bailarina me dijo que los trajes como los que ella usa se venden en una tienda acá a la vuelta" dijo con esa expresión y sonrisita que utilizaba para convencerlo de todo.

Con León a veces le funcionaba, con Yuri…

El suspiró.

"Si quiere uno te lo compraré"

"¡Gracias!" dijo y le dio un abrazo y un sonoro beso en cada mejilla.

… con Yuri siempre funcionaba.

"Pero con una condición" dijo él desprendiéndose un poco del asfixiante abrazo de Sora.

"¿Qué condición?2 preguntó frunciendo el entrecejo.

"Que yo sea el primero en vértelo puesto" dijo guiñándole un ojo.

Ella ni siquiera se sonrojó. En cambio levantó la barbilla, enarcó una ceja y con gesto de altivez respondió:

"Es una condición bastante sencilla, así que la cumpliré"

Yuri rió. Sin duda le gustaba mucho esta nueva Sora.

Y así fue, y no solo le vio puesto un traje sino los otros 3 que se probó antes de decidirse por uno. Estuvieron 15 días en Marruecos, días que aprovecharon para recorrerlo todo y, a pedido de Sora, degustar todas las comidas típicas del país.

Su apetito no era voraz, pero ella se aseguraba de tener algo a mano para cuando su estómago rugiera. Su snack favorito (que siempre tenía a mano) eran las papas fritas.

Su siguiente parada sería Egipto. Allí se encontraban ahora.

"Yuri… ¿Crees que León va a querer a su hijo?" preguntó melancólica.

Ante esa pregunta Yuri tragó con dificultad el té que estaba bebiendo y la miró. Estaban sentados fuera de una café descansando, y por insistencia de Sora, comiendo algo ligero. Acababan de recorrer la Esfinge. El desvió su mirada para ver que era lo que ella observaba tan atentamente. Veía a un hombre jugando con un niñito de unos cuatro años.

Su pregunta lo sorprendió, ya que hacía semanas que ella no mencionaba a León ni por casualidad. Tampoco empleaba ese tono de voz tan melancólico ni tenía esa expresión de tristeza en la cara. Con el mayor tacto posible preguntó:

"¿Te preocupa?"

Ella lo miró y suspiró.

"Aunque no lo parezca eh estado pensando en ello. No me preocupa mucho –se encogió de hombros- solo que quiero que mi hijo tenga un padre que lo quiera"

Yuri posó su mano sobre la que Sora tenía apoyada arriba de la mesa.

"Tu hijo puede tener un padre que lo quiera. Solo que no hace falta que sea el padre biológico preciosa" dijo en voz baja.

"¿Otra vez con eso?" dijo sonriendo.

"Nunca me voy a cansar de repetirte lo mucho que te quiero y de lo feliz que me harías al compartir tu vida y la de tu hijo conmigo" levantó la mano de Sora para besársela.

"Lo se. Aunque a pesar de eso siempre voy a saber que tu no eres el verdadero padre de mi hijo" Con eso logró que Yuri le suelte la mano. Eso era lo que no le gustaba mucho de esta nueva Sora… que diga todo lo que piensa sin importar que pueda herir los sentimientos de alguien.

"Tienes razón, pero considero que yo voy a querer más a tu bebé que su verdadero padre"

Sora puso una expresión de tristeza y se dedicó a seguir comiendo su generosa porción de torta de chocolate con merengue.

A Yuri le dolió ver esa expresión. El sabía que, a pesar de todo lo ocurrido, León seguiría amando a Sora y por supuesto que de seguro amaría a su hijo. Pero él no esta dispuesto a decirle esto a Sora, cuando en realidad quería que ella se olvidara de León para siempre y que lo considerara a él como su nuevo amor.

"¿Y bien? ¿Que vamos a hacer el resto del día?" preguntó ella sonriente y con una mancha de chocolate en la comisura de los labios.

Otra vez sorprendió a Yuri. Ese era otro de sus cambios. Ella pasaba de la tristeza a la alegría en cuestión de segundos.

"Lo que desees preciosa" dijo limpiando la mancha del rostro de ella.

"No debería malcriarme tanto Yuri – dijo con picardía- podría aprovecharme de tu generosidad y acostumbrarme a ella"

"Puedes aprovecharte de mi todo lo que quieras. Estoy aquí para cumplir tus deseos" dijo con una mirada encendida. Y sorprendido –porque no podía creerlo- la vio sonrojarse como hace tiempo no lo hacía.

Aunque su rubor continuo ella respondía con una mueca pícara:

"Pues si estas dispuesto a cumplir todos mis deseos quiero que esta noche me compres 5 kilos de helado –dijo como imaginándose el hecho- un kilo de sabor diferente y nos echemos en el sofá de mi habitación a mirar películas de vaqueros"

"¿De vaqueros eh?" dijo levantando una ceja con lago de incredulidad ante el pedido.

"Sip… hoy me canse mucho y lo único que quiero hacer el resto del día es echarme a haraganear y comer" dijo desperezándose.

"Sus deseos son ordenes para mi preciosa –dijo levantándose y ofreciéndole una mano para ayudarla a hacer lo mismo- Vayamos a prepararnos entonces para haraganear el resto del día"

Sonriente ella aceptó la mano y así, tomaditos de la mano, partieron rumbo al hotel para haraganear y comer helado. ()