Hola Gente (débil sonrisa). Me está costando un poco seguir, sobre todo, tener ganas de sentarme a escribir XP. Supongo que se me está yendo la inspiración, o me reclaman otros asuntos. Por eso voy a pedirles que me tengan paciencia, ando un poco depre. Este capítulo me ha quedado súper corto, pero igual es uno de mis preferidos, no sé por qué.

El Príncipe Mellizo: se me olvidó poner esa nota en el capítulo anterior, por el apuro de actualizar XP. Lo explico ahora. Al igual que "El príncipe mestizo" ¬¬ el "Príncipe Mellizo" es una traducción barata (es decir: el título no tiene nada que ver con lo que dice el libro ¬¬). Es "The Half-Charmed Prince" en el original. Snape escribió su tarea sobre un príncipe encantado que recibió la maldición de ser convertido en sapo. Pero el hechizo no salió del todo bien, entonces el día que recibió su beso salvador se convirtió en… bueno, en medio-príncipe. XP

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Muchísimas gracias a todos los que leen y me dejan reviews!

NatyTuk: Hola genia! Ya entendí lo de tu odio a Harry y un poquito de razón por ahí tenés. Pero es un diviiino. Ojalá que actualicen pronto Tras las Cortinas k quiero seguir leyendo! Un bezaso!.

Lechuza Black: Lo mismo que a Naty ;). Qué bueno que te haya gustado. Lo del chanchito! Uh, lo amo, lo amo, lo amo, quiero uno yo también! XD

Lady Ski Joe Black XD… lo que pasa es que salía con la hija de un muggle, por eso lo sacaron del tapiz XD. Gracias por leer siempre!

El Cadejos: Mil Gracias :). Lo de Harry Juanito después lo corregí: en word donde lo escribí decía Harry –tachado- y al lado Juanito. Pero FF net no lo admite, al parecer.

serenity-princess: Ojalá no te haya decepcionado La Vida es Corta. n.ñU. Un beso grande!

Moony Flowright: Muchas gracias! Fueron toques XD

o0kyoko0o si no hay pozo del perro ahogado… podemos ahogar a Canuto y construir uno! XD. Es verdad, en el apuro de actualizar me olvidé que tenía que agregar una nota explicando lo del "príncipe mellizo". Hice la explicación en este chap; todavía no me saco la indignación de que en "El Príncipe Mestizo" no haya ningún príncipe ni ningún mestizo XP.

Anna: Perdón, pero el fic ya estaba escrito y subido cuando recibí tu rvw. Y dale con lo del slash… XD Sabés? Estaba medio indecisa si debía ser un slash o no. Pero ya me decidí: seguí leyendo para ver cual fue mi decisión ;).

Helen Black Potter: Sí, era mi preciosísimo P-chan, mi amor platónico n0n! Sabés? Me diejaste pensando qué animal sería Harry si fuera un animago… Sará un topo miope? XD

The angel of the dreams: Cosmo, qué divino! Me encanta! Está re loco y le sale tan natural. XD

Nakuru Tsukishiro: No tenés de qué disculparte, no soy dueña de tu tiempo, te agradezco mucho por haber leído. Ay Sirius… XD, bueno, fue la mejor idea que se le vino a la cabeza, supongo XP. Qué buena la tarea, pero es obvio que Minerva no lo aprobara, no hay ni una sola transformación en ese cuento :P. Gracias por seguir leyendo!

Mariana8: uy, espero que no te hayas tomado muy en serio lo de la capacitación permanente n.nU. Por curiosidad, cuál es ese otro fic así puedo ir a verlo? Muaks!

Kizna Kazeai: probó tirarse agua fría en el capítulo anterior n.n, fijate XD. Gracias por leer!

Capítulo 5: Los libros no muerden

Ya era casi medianoche y Remus daba las últimas puntadas a su ya muy remendada túnica a la luz de una vela. Bostezó ampliamente y se levantó con un crujido de la cadera ("¿Realmente estoy tan viejo?").

Mientras subía la escalera oyó mucho ruido viniendo de la habitación de Sirius; tal vez por fin había encendido la televisión. Subió esperanzado los últimos escalones y entró al cuarto de Sirius.

Cuando lo hizo algo voló directo a su cara. Los pantalones de Sirius.

El televisor seguía apagado y juntando polvo, y todo ese ruido venía en realidad de Sirius, que estaba parado sobre la cama bailando y cantando apasionadamente, una vez más, la canción "you can leave your hat on".

- ¡Deberías estar dormido hace horas!

- No tengo sueño, no quiero dormir. –respondió Sirius saltando en la cama.

Remus casi quería llorar del cansancio y la desesperación. Pero puso para su amigo su mejor sonrisa y con un tono de súplica le explicó:

- Ya es muy tarde y ha sido un día muy largo. Mañana también tendremos que empezar muy temprano… Creo que es mejor que durmamos y…

- Pero yo no tengo sueño; no estoy cansado todavía.

Remus contó hasta diez. Miró de reojo al televisor que aún seguía ahí. Con sólo apretar un botón le daba a Sirius horas de entretenimiento. Horas que él podía usar para dormir como no había dormido en mucho tiempo.

Pero si creen que él es la clase de hombre que busca la salida fácil, Dumbledore nunca lo hubiera hecho un prefecto.

- Creo que voy a hacerle caso a Hermione. – murmuró para sí y, esquivando el televisor, marchó hacia una pequeña estantería y volvió con un pesado libro. - ¿Qué te parece si te leo un cuento?

Sirius se mostró encantado con el ofrecimiento, y dócilmente con una sonrisa de oreja a oreja, dejó de saltar y se metió bajo las sábanas.

- La cena estuvo deliciosa.

A Remus se le cayó un moco de la emoción. Esa era la primera vez que Sirius se mostraba considerado con él.

- ¿De verdad?

- Si. Mejor que la de él, al menos…

- ¿Qué tal cocina Severus?

- Él no cocinaba. Pero me trajo una bolsa de Eukanuba.

- Ya tendré una charlita con él por eso ¬¬… ¿Bien, qué cuento te gustaría que te lea?

- Mmmm… Caperucita y el bobo.

- ¿…? Caperucita y el lobo, querrás decir?

- Sí, como sea.

Remus abrió el libro en una página adornada con un dibujo de un feroz lobo con enormes dientes y hocico babeante que estaba a punto de atacar a Caperucita. Se estremeció.

- Nada con lobos, por favor, o voy a tener pesadillas.

- Está bien. Alicia en el país de Santadilla, entonces.

- En el país de las Maravillas.

- No, no: de Santadilla.

- O-o? Ese cuento no está aquí… -respondió dando vuelta las hojas.

- Bien… ¿Ratero y yo?

- ¡PLATERO y yo!

- No: ra-te-ro.

- Ese tampoco está.

- Okay. Mi preferido: Blancanieves y los siete pecados capitales.

- ¡Son siete enanos!

- No: los siete pecados capitales; ira, lujuria, gula, codicia… -contó con los dedos.

- ¡Sirius no inventes, ninguno de esos cuentos existe! –gritó exasperado. Se arrepintió rápidamente al recordarse en la misma situación que con la tele. –E—es decir… Sí, existen, pero no están aquí. Otro día buscaremos esos libros n.ñUuu.

- ¡Qué aburrido! Vamos, dame algo de tinta y pergamino y yo escribiré mi propio cuento.

- …Si…riuuuus… Por favor, ya es muy tarde…

Pero Sirius no parecía escuchar. Con sus últimas fuerzas sacó su varita y conjuró pluma, tinta y un rollo de pergamino, y se quedó dormido en el sillón donde estaba.

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