¡Buenas! Bueno, chicas, no sé si me complace exactamente anunciárselos, pero (por ahora) éste es el último capítulo de Esgrima.

Me duele en el alma, pero no puedo seguir por ahora con éste fic. Por ahí, en otro momento, haga un epílogo, o una continuación, no sé. Me gustó mucho escribirlo y le agradezco a todas ustedes el apoyo. Si no hubiera contado con sus reviews, ¡ni loca seguía escribiendo!

Ahora estoy con muchos líos con mis amigas, pero no es algo para entrar a detallar, no vale la pena, jeje :D Bueno, les quería pedir disculpas por no agradecer ni contestar los reviews en todo este tiempo, no tengo justificación.

Ahora, los agradecimientos: (MIL PERDONES DE NUEVO, ES QUE SON LAS 11:15 P.M. tendría que estar dormida ToT):

A Chouri, a Ishari, a Amidala Granger, a Dreams Kokoro, a Sakume Nohara, a Lady Esmeralda, a Akirachinty, a Sakurita86, a Aiko, a Sakshakili, a Kote-Otaku (a vos muy especialemente, jejeje), a 2Miru, a Kara, a Lore, a Pantera, a Yuliii, a Sakurita-Q, a Sango-chan, a Hik-chan (otra dedicatoria especial!), a Sof!a, (dedicatoria bien grandee), a Watery (dedicatoria biem grande!) a Saku-Cerezo4 (otra, tmb gigante! Muxa suerte en la UNI!), a Sakura-Ika, a Basileia Daidouji, a Aguila Fanel, a Denis, a Malfoys red-haired lover, y a Angel-Yanu...

Y a todas las que me escribieron en capítulos anteriores...

En fin, bueno, las kiero mucho! Ahora tengo una nueva historia (x ahí tmb la actualice ahora, o mañana, no sé... el capi ya está, pero bue, por respeto a ésta...)

Mucha suerte! Que lo disfruten!

"- Megumi, ¡Dios! ¿Qué demonios haces aquí? ¿Qué quieres?"

"- Yo te amo tanto, Shaoran, por favor, ¡vuelve a mí!

"- ¡Sueña! No te necesito, estoy comprometido."

"- ¿Tú, comprometido? ¿Y quién fue la tonta que cayó por ti?"

"- ¿Qué?"

"- ¿Realmente creíste que iba a volver por ti? Noo, yo tengo una vida hecha, exacto y como la quiero, esto fue solo un favor para Matt."

"- ¿MATT?"

"- Claro, tu sí que sabes de él. Y no temas, el no quiere quitarte a tu Sakura, es alguien más. Como dije, solo fue un trabajo, así que..."

"- ¡Vete de aquí, perra repugnante! Eres tan triste... Mira que rebajarte así por un hombre..."

"- Es Matt, yo daría lo que fuera por él."

"- ¿Y crees que él lo haría por ti? Lo dudo."

"- Tu no lo conoces, él es bueno."

"- Si, y es tan bueno que te manda a hacer cosas que le duelan a otras personas. Y a ti no te importa... Como sea, quiero ver a mi novia."

Y Shaoran salió caminando muy tranquilo. Cuando se acercó a la puerta, percibió un aroma muy tenue. Olía a Sakuras... Se aterró. ¿Habría visto algo... ?

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'Queridas Mei y T-chan:

Lo siento. Después las llamo. Mi padre tuvo un accidente, apenas si tengo tiempo de escribir, estoy tomando un vuelo a Japón.

No le digan nada a Shaoran, por favor. Quiero que esto se termine lo mejor posible. Si, lo lamento, pero es el fin. El ya tiene un amor, creo, y no soy yo. Por favor, denle mis saludos y mis más sinceros agradecimientos a la señora Ieran, pero esto realmente es de vida o muerte. Yo me encargo de avisarle a Touya.

¡Las extrañare! Escribiré pronto.

Besos.

Sak-chan.'

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Dos largos meses pasaron. Muchas cosas pasaron entremedio, tal vez demasiadas para poder contarlas todas, así que voy a resumir un poco:

El padre de Sakura comenzó a recuperarse, poco a poco. Touya se enteró después, mucho después, gracias al aviso de cierta desconocida, y llegó corriendo a Japón. Aunque Sakura creyó que lo primero que haría sería reprocharle, solo recibió un cálido abrazo de parte del joven y la pregunta '¿Cómo está papá?' Con una mirada de desesperación evidente.

Sakura no abandonó la esgrima. Por el contrario, se anotó en un campeonato nacional de esgrima y ganó un viaje, que postergó hasta que su padre se recuperara. Ella no iba a anotarse, pero Touya la incitó, alegando que debía desconcentrarse un poco del asunto.

Solo que la esgrima le traía recuerdos de una dulce época que empezaba a olvidar. Los recuerdos, cuanto más los evocaba, más negros se ponían. Las imágenes se oscurecían hasta ya no quedar nada.

En Hong Kong, a Shaoran le sacaron el yeso, pero no pudieron sacarle el desconcierto por la 'huída' de Sakura. Respetando el deseo de su amiga, Mei y Tomoyo no dijeron ni media palabra a su primo. Tomoyo le dijo a Eriol que viajaría y él, como todo un caballero, se ofreció a acompañarla. Ella aceptó y juntos viajaron a Japón a visitar al Fujitaka, a Touya y a Sakura. Mei se quedó con Shaoran, quien se negaba a salir de la sala 'secreta', (ya no tan secreta.)Todos los días, su madre le llevaba la comida y el periódico. Una tarde, mientras Shaoran leía la sección de deportes, se sorprendió al ver la fotografía de Sakura con el siguiente título:

" Sakura Kinomoto, una esgrimista innata"

Y seguía la nota, en la que ella contaba sus orígenes (algo modificados, para evitar problemas), y sus pasos por la esgrima. También comentaba haber encontrado el amor, y que había tenido que separarse ya que "él" no la quería en realidad. Pero era solo eso. No había nombres, ni fechas, ni lugares específicos. Sakura se había asegurado de no comprometer a nadie.

Y lo que sí notó, es que llevaba el anillo que él le había dado. Era algo extraño.

¿Pero quién dijo que el amor no te hace sentir extraño?

Luego, Sakura se mudó a un departamento muy lindo. Con el premio del campeonato pagaron el tratamiento de su padre y ahorraron algo más ya que le habían hallado un especialista en Estados Unidos, pero de todos modos, aún quedaba algo para cambiar de casa, de modo que se dio ese gusto.

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Dos amigas están reunidas en la mudanza de la otra. Están organizando. Es un dpto. muy grande y bonito. Prometedor. Ambas lucen bien, pero una mucho más triste que la otra.0

"- ¿Pero no puedes llamarlo, siquiera?"

"- ¡No, Tomoyo! Por supuesto que no, ¿cómo crees?"

"- Vamos, solo para preguntarle como está... Todavía no me dices por qué no le explicas lo que pasó con tu padre."

"- No lo considero necesario. Él está feliz, yo confío en eso."

"- ¡Ja! ¡TÚ confías! Según la última carta de Mei, él está muy mal."

"- No es cierto."

"- ¿Dices que Mei es una mentirosa?"

"- No, a lo que voy es a que puede fingir tranquilamente lo que él guste, es un chico muy serio también. Dios, no hablemos más de esto."– dijo Sakura, separándose de su amiga.

"- Sakura..." – susurró Tomoyo, preocupada.

"- ¡Basta! Para que sepas, le escribí, le envié la carta con esta dirección hace dos días por correo especial. Tiene que llegar entre hoy y mañana y allí le detallo todo. Yo soy feliz, el también. Fin del asunto."

"- No es el fin del asunto. ¿Cuánto durará esta felicidad? Sé que estás contenta, por la mudanza, la recuperación de tu padre, el torneo, son cosas alegres, pero, ¿cómo vas a estar bien sin amor? Yo me voy, Sakura, con Eriol a Inglaterra, a conocer a sus padres. Tu hermano se va con tu padre a Nueva York, Mei y Shaoran están en Hong Kong... Nos da miedo dejarte tan sola, en un barrio nuevo y con el corazón roto..."

"- No tengo el corazón roto, Tomoyo. Y voy a estar bien, en el nuevo barrio, me voy a hacer de buenos vecinos, no tengo miedo, eso es lo que tú crees. También voy a tener a Kero, y voy a ir a la escuela con Yue a practicar de nuevo, voy a estar con más chicos nuevos... tal vez me inscriba como profesora..."

"- Saku-chan... Escúchate, estás resignada a la soledad... ¿A vos te parece? Una chica como tú... Admítelo, estarás muy sola, cuando sea de noche, y Kero duerma, y recuerdes lo triste que es estar sola..."

"- Tomoyo, por favor, no me hagas a la idea de... no me quieras convencer." - Sakura se corrigió. "- NO voy a estar sola, por favor."

"- Si tú lo dices... sola no vas a estar, pero no vas a tener amor."

"- ¿Qué, acaso no me querrán más?"

"- Te faltará el amor que solo un hombre puede darte."

"- No necesito de su amor."

"- Te equivocas. ¡Sigues usando el anillo!" – Sakura bajó la mirada al anillo de compromiso que él le había dado antes de irse.

"- Tomoyo, él es feliz con su novia. Yo no puedo meterme."

Tomoyo, confundida, chilló:

"- ¿QUÉ NOVIA?"

"- No lo sé, una chica. Yo la vi besarlo, y él no se opuso."

"- Tal vez lo sorprendió y no atinó a hacer nada."

- Lo dudo. Sé que él va a ser feliz, solo espero que no vuelva a usar una mujer para olvidar a otra."

"- ¿Realmente crees que eso fue lo que pasó? ¿Te dejarás seguir engañando por lo que tus ojos vieron?"

Sakura no contestó.

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Hacía días que no comía. Y hacía 5 semanas que no sabía absolutamente nada de ella.

Todos los días, su madre le llevaba la comida, y hacía tres que no la tocaba. Su prima le enviaba mensajes y periódicos, para que no estuviera tan desconectado del mundo. Su madre le dejaba notas escritas por ella misma, (que él leía con avidez) y también libros, crucigramas, y hasta un mazo de cartas españolas, pero, aunque los leía, hacía y jugaba, no llamaban demasiado su atención ni levantaban su ánimo.

Llegaron a llamar a un médico, que les explicó, luego de hablar un rato con Shaoran, que estaba deprimido, por amor. Shaoran le había dicho que sentía que el amor de su vida se había ido por esa puerta la última vez que la había visto, (señalando la puerta de su habitación, un día en el que accedió a ir allí un rato para que el médico no se incomodara entre tantas espadas, y donde la había despedido por última vez, con la promesa de verse de vuelta), y que no quería irse de esa casa que guardaba tantos dulces recuerdos.

Pero ese día era distinto. A Ieran Li se le había ocurrido una gran idea: llevarle papel y lápiz.

El médico que lo había atendido también había dicho que a Shaoran le costaba expresarse, y luego de pensarlo, considerando todas las demás preocupaciones que tenía, se le ocurrió eso.

Si bien esa era una gran idea, que posiblemente lo ayudaría mucho, la había hecho surgir, en parte, el hecho de que esa mañana había llegado una carta de Sakura.

Habían llegado varias, todas en el mismo sobre, que iba dirigido a Mei. Era una carta para la última, una para Ieran, una para una chica llamada Courtney y una para Shaoran. Esta última era la más importante. La había puesto debajo del plato del postre, que consistía en un gran trozo de torta de chocolate, con mousse de chocolate y hasta crema.

Dejó le plato y le dijo:

"- Si crees que el postre es bueno, hay algo abajo que es aún mejor."

Y se fue, tan misteriosamente... Shaoran la observó. Ella volvió a entrar con un block de hojas y un pack de lapiceras. Él se mantuvo en silencio por unos segundos más. Cuando Ieran estaba por salir, dijo:

"- Gracias, madre."

Ieran sonrió y se retiró. Sabía que su hijo tenía que hacer eso solo.

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Ahora que estaba sola en su cuarto, la abriría.

Era una carta de Sakura. Las manos le temblaban, pero debía hacerlo.

Sabía el error que Sakura había cometido, pero sabía también que solo su primo podría resolverlo.

Se decidió, y la abrió. Decía:

"¡MEI! ¡TE EXTRAÑO TANTO!

Lamento haberme ido así, pero bueno, te explique, mi padre fue atropellado, y luego todo lo demás. Touya ahora está aquí conmigo, pero se va en unos días, con papá. No sé que, ya que Touya no quiso entrar en detalles, pero algo hay entre ustedes dos. ¡Dímelo!

Bueno, como verás por el remitente, ¡me mudé! Estoy en un departamento precioso, con vista a la calle, en el centro de Tokio, cerca de la escuela, donde voy a tratar de retomar. Sabrás lo del campeonato, creo... ¡me da vergüenza! Algunas personas me piden autógrafos por la calle, imagínate, ¿yo, autógrafos? Jajajajaja, ¡bastante imposible! Nunca creí que este deporte fuera a volverme famosa, pero, ya ves...

Me siento un poco extraña sin ti. No es lo mismo ser un trío que solamente dos, aunque entiendo que te hayas quedado a apoyar a tu primo, creo.

No es importante lo que haya pasado en nosotros dos... Por favor, ¡dime que no va a arruinar nuestra amistad! No creo que fuera algo que pudiera soportar.

Deja muchos saludos a todos ahí. Y no, Mei, no voy a volver. Ya armé de nuevo mi vida aquí. Tal vez vuelva a visitar el país, pero no por Shaoran.

Lo siento tanto...

¡Muchos besos! ¡Suerte y cuídate mucho!

Sak-chan."

Cerró la carta. No esperaba nada distinto de ella. Aunque lamentaba todo ese malentendido en el alma, había decidido no intervenir.

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Intentó ser paciente y comenzó a comer para distraerse, (y porque hacía mucho que no comía y su estómago le estaba rogando), pero no lo consiguió, y comenzó a mirar los papeles que su prima y su madre le habían dejado, absteniéndose del que estaba debajo de la torta. El de Mei decía:

"Querido primo: Sé que suelo contarte acontecimientos realmente geniales, pero esta vez, alguien más te dirá todo lo que te intriga de verdad, por mí. Muchos besos. Mei"

La de Ieran solamente contenía una frase:

"SIEMPRE SE PUEDE" escrito con rojo.

Y luego, la carta debajo de la torta. La levantó levemente y observó el remitente.

Era ella. Sakura Kinomoto, la mujer que podía moverle el suelo de un parpadeo.

Observó que la dirección era diferente, pero no se molestó demasiado con ese detalle. La abrió apurado y, con desilusión, observó su contenido, despacio:

Li:

Me dirijo por la presente nada más que para disculparme. Lamento no haber hallado otro medio para comunicarme contigo, pero no tengo tu e-mail. Me tuve que ir de improviso, por razones que aún desconoces, (las cuales estuvieron fuera de mi control) de modo que te detallo. Mi hermano mayor estaba muy ocupado en su post-grado, como sabrás, cuando me enteré del accidente de mi padre, así que debí viajar. Touya se enteró después y viajó enseguida. Mi padre no está recuperado aún, pero en unos días viajará conmigo él a Nueva York, dónde hay un médico excelente que se especializa en el problema de mi padre.

Sin nada más que agregar, te deseo un buen día, y una buena vida, con la mejor de las compañías.

Y con los mejores deseos, para usted, su familia y su pareja, se despide.

Sakura Kinomoto.'

¿Eso era todo lo que ella tenía que decirle? ¿Ni un reproche, aunque sea? ¿No lo lamentaba, no lo quería?

Y ahí, recién ahí, pudo confirmar su triste teoría: ella había visto a Megumi besándolo, y había entendido lo único que se puede entender cuando ves a tu nueva pareja besándose con un antiguo amor. No la culpaba, ni a él. Se reprochaba no poder haber actuado antes, pero él no la había besado. Sakura había interpretado cuanto pudo y se había ido a enfrentar sola el accidente de su padre.

Esa carta aclaraba todas sus dudas. Todo había pasado como había temido, solo que, ésta vez, él había sido el 'rompecorazones' – y lo sentía muchísimo.

Sabía muy bien de la relación que existía entre Tomoyo y Eriol, y que pronto viajarían a visitar a la familia del último. Y, por lo que la carta detallaba, también su padre y su hermano se irían del país por tiempo indefinido.

Significaba que ella quedaría sola, en una ciudad enorme, sin nadie que pudiera atenderla si necesitaba algo, sin nadie que pudiera abrazarla si se sentía sola, sin nadie que pudiera escucharla si se sentía ahogada...

"A menos que tenga una nueva pareja." – se dijo.

Ese pensamiento detuvo al resto, y casi tira por la borda la decisión que tomó: Iría por ella. Le explicaría la verdad, la besaría y le diría que nunca más la dejaría sola.

Pero primero quería llamarla, escuchar su voz una vez más, antes de decidirse. Quería oír su tono, y así saber si ella lo necesitaba o no.

Buscó en la memoria de su celular el número de la castaña y oprimió 'llamar'. Los segundos que tardó en conectar le parecieron horas, pero, finalmente, una voz dormilona le respondió:

"- Hmmmm, ¿hola? ¿Touya, eres tú? ¿Pasó algo con papá?"– dijo Sakura, quien, en su nuevo departamento, se había quedado dormida sobre la cama, ya que Tomoyo había bajado al kiosko a comprar una gaseosa. Al no obtener respuesta, insistió: "- ¿Hola? ¿Touya, eres tú? ¿Eriol, Tomoyo, Mei, hay alguien ahí?"

Shaoran se había quedado paralizado, no podía hablar. En su dulce tono dormido, sintió pesar y un poco de pena, como volviendo a la realidad.

Sakura, ya un poco harta, miró la pantalla del celular para saber que número la había llamado. Curiosamente, este estaba cargado en la memoria de su celular. La pantalla decía:

"Llamada entrante de: Shaoran Li."

"- Shaoran, sé que eres tú. ¿Te llegó mi carta, no? No sé si te lo di a entender, pero todo está bien aquí, no tienes que llamar. Espero que este todo bien con... bueno, no sé como se llama, pero, parece buena persona si tú la escogiste. Me tengo que ir, que tengas un buen día y una buena vida, Li."– dijo ella, aún un poco shockeada, pero muy segura de sus palabras. Después de todo, ¡no era justo que la llamara cuando ella se había propuesto ser feliz de nuevo! El departamento había sido un nuevo comienzo, para desligarse de Shaoran, de Matt y sus amigos, de esa zorra que había besado a Sakura, en fin, de todo eso que le había dolido tanto.

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Para nadie era fácil empezar de cero, y ella ya lo había hecho una vez, y no había aprendido una importante lección; uno puede esconder el pasado, hundirlo, pretender que no pasó... pero si lo haces, hay que tener por seguro una cosa: el pasado va a volver por vos, y te va a hundir con él... Olvidar el pasado significa también olvidar las enseñanzas que nos dejó. Olvidar el pasado indica también obviar una parte de nosotros mismos, porque el pasado y sus heridas (cerradas o abiertas) son lo que nos marcan como somos.

Y ellos dos, cada uno a su modo, estaban marcados. Él, por una mujer a la que quiso olvidar, una que lo enamoró y lo desilusionó tan rápido que apenas si se dio cuenta. Ella, por un hombre que no dudó en hacerle daño para debilitarla moralmente, en atacarla del peor modo con tal de conseguir favor de su jefe, y, también, por diversión.

Y sus pasados ahora los separan. La vuelta de Megumi y la experiencia mala que Sakura tuvo en el amor, con Matt, los distanció.

Tal vez el destino los quiera volver a juntar.

Tal vez ellos dos quieran volverse a juntar, sin que el destino los guíe.

Pueden pasar muchas cosas, uno no sabe bien qué.

Pero hay que arriesgarse.

Así como Sakura se arriesgó a viajar, así como Shaoran se animó a comprarle el oso, así como ambos se animaron a cantar, o así como se animaron a confesarse su amor, o así como ella se animó a separarse de él por múltiples motivos, o así como él tal vez se anime a buscarla.

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Shaoran seguía sentado junto al teléfono, sin saberse como reaccionar. Ella no había cortado, su respiración se escuchaba del otro lado de la línea, lo cual ponía más nervioso a Shaoran. Pero, luchando contra eso, se decidió a decirle algo, cuando ella preguntó:

"- Li, sé que estás ahí, de enserio. Está bien que no me quieras hablar, aunque no estuviera feliz debí decirte algo, y lo siento, pero ya me disculpé. Ahora me tengo que ir, estoy ocupada con mi padre."– mintió ella del otro lado del cerebro. Un foco de lucidez se encendió en Shaoran, que le dijo que ella mentía, que estaba sola o con alguien importante y por eso no podía hablar. Juntó aún más valor y le dijo:

"- Bueno, Kinomoto... comprendo si no puedes hablar, ya corto si quieres." – lo dijo en un tono despectivo, que sorprendió a Sakura y, a decir verdad, a él mismo. Quería que sonara más preocupado, o triste, pero no. No había podido.

"- Me parece bien, Li, y para que sepas, no tengo a nadie conmigo, estoy sola. No te hagas ningún problema. Mucha suerte en tu vida."– y cortó.

Shaoran se quedó mudo. Comprendió, con dolor, que ella no mentía, y con una punzada se dio cuenta que los muros de ambos volvían a erguirse, el orgullo no tardaría en aparecer en él.

Y ella seguiría sola.

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Sakura cortó con lágrimas en los ojos. Había tenido que ser dura, muy a su pesar. ¿Cómo se atrevía a molestarla así? ¿Acaso ese hombre no sabía como mantenerse al margen de su vida? Ella ya no lo quería, ¿verdad? Solamente quería que él fuera su pasado, ya no quería que la molestaran más.

Se decidió, nuevamente, por enterrar su pasado.

Era un grave error.

¿Pero quién podría detenerla? Tomoyo y Eriol no estarían allí, ni Mei, ni su hermano, ni su padre. Se decidió por dejar a Shaoran, a Matt y a la mujerzuela en una etapa pasada. Tenía una nueva casa, sí, así que ahora, sería una nueva vida. Tal vez comenzaría otra escuela de Esgrima, o, en una de esas, se inclinaba por las artes marciales. (N.A: Tengo un amigo que va a kendo :D) Si la cuestión era cambiar su vida, ella estaba más que dispuesta a volver a empezar de cero.

Pero ella sabía que esta vez no podría hacerlo. El pasado siempre volvía, no se permitía quedarse atrás... Comenzaba a comprenderlo...

Pero de todos modos, haría su esfuerzo.

Se secó las lágrimas y miró las múltiples cajas que se arremolinaban a su alrededor. Sintió el sonido de la puerta y se metió en el baño. Sintió la armoniosa voz de su amiga llamarla y luego de lavarse bien, salió del cuarto de baño y trató de ponerse a organizar.

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Dos días después...

La gente se arremolina en ese concurrido lugar. Todos los días entran y salen miles de personas por distintas puertas, algunas que los dirigen a casa, sin tener que hacer más que un rato de viaje, y otras que los dirigen a otros lugares del mundo.

Se pueden observar caras felices, caras de tristeza, algunos niños enojados, y mucha seriedad. Circulan cientos de personas con carteles en sus manos. Pero él sabe que nadie lo espera del otro lado, no específicamente. Más bien, lo que él espera es llegar del otro lado.

Está haciendo un viaje internacional. De China a Japón, sin escalas.

¿Por qué lo haría? Porque la extraña, porque la necesita, porque la ama. Tampoco está muy seguro de por qué la extraña, la necesita y la ama, solo sabe que le pasa.

Ya le habían roto el corazón una vez, y sabía perfectamente el dolor que eso ocasionaba. La diferencia fue que ella esta vez también le rompía el corazón al mantenerse alejada, tal vez inconscientemente, pero lo hacía.

Entonces, sin pensarlo demasiado, se levantó, juntó algo de ropa, la metió en un bolso y salió derechito para el aeropuerto. Compró el pasaje para el avión que saliera más próximamente a Japón y se sentó a esperar. Mei Ling, encargada por su tía, lo acompañó. Ella no se mantenía muy optimista. Sabía que Sakura era muy testaruda, y de lo difícil que era hacerle cambiar de opinión... Pero Shaoran no decía ni media palabra. Solamente esperaba.

Dentro de su bolso para el avión tenía hojas y papel a raudales. Las llevaba para escribir un poco sobre sus sentimientos. También le escribía cartas a Megumi, en su época. Ella las recibía, en su parecer, gustosa, aunque ahora eso era algo que se hallaba en tela de duda.

"- El próximo vuelo a Japón se está abordando por la puerta A73. Favor de abordar..."– el mensaje se siguió repitiendo en unos cuantos idiomas más. Shaoran sostuvo la valija con fuerza y se paró.

"- En fin, vamos."

"- Está bien."

"- ¿Seguro que quieres hacerlo?"

"- Si, Mei... Algo por mí sintió alguna vez, no creo que ya me halla olvidado como si nada."

"- Yo te acompaño, pero recuerda que esta es tu pelea, no la mía... igual, no olvides, por favor, que me tienes ahí para ti."

Él sonrió. Era una sonrisa pequeña, nada especial. Pretendía reservar las mejores sonrisas para ella.

Horas después...

"- Sabemos que tiene muchas opciones para viajar, así que agradecemos que haya elegido nuestras aerolíneas. Tenga un buen día." – decía la voz de la azafata en varios idiomas mientras los chinos iban bajando del avión.

"- Ya es hora." – susurró el castaño.

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Mientras, en un pequeño barrio de Tokyo...

"- A ver, a ver... El alimento balanceado para Kero, agua mineral, lechuga, tomate, cebolla, un pollo..." – la castaña repasaba la lista de compras, postrada al lado del carrito. Miraba todo con gran atención. "- A ver si tengo... ¿una torta de chocolate? ¿Cuándo anote esto?" – se sorprendió de sus propios pensamientos, al recordar el divertido episodio de la torta de chocolate que había hecho para... "- ... Shaoran..." – también recordó la conversación que había mantenido con él... Esa misma tarde le había contado de la participación de Matt en la historia de su vida, pero él no le había dicho nada de la... zorra esa.

Una lágrima, rebelde a sus convicciones de olvidar (igual a sus pensamientos, que la traicionaban) escapó por su ojo izquierdo. La limpió presurosa, y sonrió lo más que pudo, para aparentar estar bien frente a unos pequeños que con su madre elegían el alimento para su mascota.

Mientras seleccionaba el balanceado favorito de Kero, a su cabeza la golpeó un dato muy importante: ella no odiaba a Shaoran. Estaba dolida, solo eso. (N.A: Aunque, considerando, no es un "solo eso"...) Si le hubieran preguntado dos meses atrás, tal vez habría dicho que lo odiaba, pero ella era incapaz de odiar, menos a él, el primer hombre que, románticamente hablando, ella se había interesado. Pero el dolor por la traición abundaba y, algunas noches, era más, mucho más de lo que podía soportar. Lloraba en silencio, porque sabía que no podía dejar de amarlo. Trataba de darse un tiempo, de no pensar en él, pero cada noche ella soñaba con hermosos momentos juntos, y, justo antes de despertar, el beso que la había devuelto a Japón con un padre accidentado y un corazón roto en mil pedazos.

Se había sentido, otra vez, como la tonta de todos. No aspiraba a ser perfecta, no. Sabía que era un ideal imposible, pero, como una mujer perfecta, debía callar y soportar el dolor, como viniera, y confiar en que pronto acabaría.

Pero, con sinceridad, no guardaba rencor. Se había propuesto que, de cruzarse con Shaoran (ya que tenían amigos en común, era posible que sucediera, por ejemplo, en la boda de Tomoyo y Eriol, que se realizaría dentro de poco, ya que la joven pareja estaba perdidamente enamorada), fingiría que nada sucedía y seguiría su camino, ignoraría su presencia, y si él quería hablarle, solo cortarlo secamente y por lo sano y volver a la fiesta como toda una diosa.

Una nueva lágrima amenazó. Ella no quería hacer eso. Quería hallarlo, decirle que lo amaba y que si estaba de veras enamorado de ella, que lo perdonaba. Pero esto era algo muy distante a suceder. Sakura trató de cambiar sus pensamientos, pero de un modo u otro, terminaba pensando en él.

Terminó las compras, se fue a su nuevo departamento y, con ayuda del portero, consiguió poner todo en el ascensor. Antes de que se fuera, este le dijo:

"- Señorita, hay un joven que quiere verle. Debe estar en la puerta de su casa, ya que se imaginará que no lo dejé entrar."

"- ¿Cuál es su nombre?" – dijo la castaña con emoción, en su corazón, una esperanza renacía y se fortalecía cada segundo. "- ¿Shaoran, Xiao Lang?"

"- Oh, me temo que no, señorita. Me dijo que se llamaba Matt..."

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Shaoran llegó tan rápido como pudo a la dirección que la hoja le marcaba. Dejó a Mei en el departamento con las maletas y salió a la velocidad de un rayo.

Cuando llegó al edificio, notó que no era cualquier edificio. Era un penthouse de unos 10 pisos. Por el remitente de la carta, ella estaba en el 8vo. Agradeció al taxista y dejó una propina cuantiosa. Bajó y comenzó a tocar el correspondiente timbre, pero nadie respondía. Vio al portero cerca y se le acercó:

"- Disculpe, señor... ¿En este edificio vive Sakura Kinomoto?"

"- Si, por supuesto. En el 8vo B. ¿Es amigo de ella o de la visita? ¿Están organizando una fiesta?"

"- ¿Visita?"

"- Si, un joven... dijo que se llama... Matt, sí. La estaba esperando arriba cuando ella llegó del supermercado y..." – el portero estaba por darle un gran discurso de la reacción de la castaña, pero el joven, tras maquinar un apresurado plan, lo cortó en seco y le dijo:

"- Mire, ese hombre es un criminal peligroso, llame a la policía."

"- ¿QUÉ?" – dijo el ingenuo hombre. Se abalanzó sobre el teléfono, pero antes, Shaoran dijo:

"- Por favor, haga que todo suceda en el mayor de los silencios. Este hombre nunca trabaja solo y no es para nada de fiar, y no tengo pruebas en su contra aún. Solo haga lo que le pido."

Cuando el hombre alcanzó a tartamudear un sí, Shaoran ya había entrado al ascensor.

"- No te atrevas a tocarla, Matthew..." – susurró.

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"- ¿Qué haces tú aquí?" – dijo la voz de una mujer, la cual se oía furiosa. "- ¿Cómo conseguiste la llave?" – la voz salía del 8vo B...

"- Vine a darte la bienvenida a Japón, claro está... Y bueno, tu sabes, tengo mis contactos."

"- Pues salúdamelos, pero ya vete. Shaoran está por llegar y no quisiera que te viera aquí, podría ponerse violento."

"- ¿Ah, sí? Sé bien que no vendrá. Está más solo que un perro, en Hong Kong, y te aviso que te equivocas, vaya que entendiste mal, ¡mira que irte así!" – Matt hablaba con sarcasmo evidente, y Sakura lo miraba furiosa. Tenía sus espadas un poco alejadas, así que debía pensar en un plan para ir acercándose a ellas. "- Está bien, si quieres matar el tiempo y 'esperarlo', puedo hacerlo. El tiempo me sobra. Es más, te contaré una historia de amor. Tal vez te abra la cabeza."

Sakura frunció el ceño.

"- A ver, te escucho... Pero no te atrevas a decirme nada sobre lo que fue de nosotros porque, bueno, tu sabes, eso no fue una historia de amor."

"- No tiene casi nada que ver con nosotros, apenas si nos incluye." – dijo Matt, muy seguro de sí mismo.

"- Habla." – lo instó. Le picaba un poco la curiosidad, pero debía mantenerse con sus pensamientos en las espadas.

"- Muy bien. Existió una mujer, su nombre es Megumi. Es bellísima, un esgrimista excelente que asistía a una escuela en Japón hace unos 3 ó 4 años, más o menos." – hizo una corta pausa para observar a Sakura. Ella notó la mirada, pero ni se inmutó.

Fuera del departamento, un hombre marcaba un número en su teléfono celular que lo desviaba directamente al contestador de mensajes. Esto comenzó a grabar.

Dentro, Matt seguía con su relato.

"- Era también, una actriz soberbia. Engatusaba a cualquiera que ella quisiera, todos le creían. Podría llamarse manipulación, pero, a mi modo de ver, es todo un arte." – una nueva pausa. La cara de Sakura no había cambiado un ápice. "- En fin, una vez, conoció a un hombre. Millonario, duro, estúpido, en su vida se había enamorado. Y se enamoró de ella..." – Sakura comenzó a prestar más atención, Matt lo notó. – "Lo hechizó, como a tantos otros. Estaba loco por ella."

"- Mira tú..."

"- Ajá... Bueno, un día, algo sucedió, un hecho que el recordará por mucho tiempo. Estaba tan enamorado, que decidió que no quería pasar ningún otro momento de su vida lejos de ella. Y, aún teniendo 16 años, le pidió matrimonio. Ella aceptó, no por amor, si no porque, como te dije antes y como bien tu sabes, él era y es un millonario importante en el mundo. Una tarde, días después, él le pidió que le devolviera el anillo. Tiempo después, ella supo que la vio besándose con otro hombre. Él destruyó el anillo delante de ella, quien ni se inmutó, y también le juró, en su cara, que jamás volvería a amar. Otro detalle al que ella le restó importancia."

"- Pues veo, que chica más buena, se ganó el cielo. Ahora que te escuché, quieres explicarme, ¿qué tenemos que ver nosotros en eso?"

"- Bueno, solo para que te hagas a una idea, eh, te diré que ese fue el fin del romance entre Megumi Hisharo y Shaoran Li." - Sakura se puso blanca de la impresión. "- Creí correcto que lo supieras."

"- Crees correctas muchas cosas, Matthew. Por ejemplo, meterte conmigo."

"- ¿Por qué no? ¡Si estás más sola que el Grinch en nochebuena! Tomoyo se fue con su novio nuevo, Mei ni siquiera está en el país y tu hermano está atendiendo a tu padre, pobre, que feo accidente, por cierto..."

"- ¡TU LO PROVOCASTE! ¡CASI LO MATAS!"

"- Un pequeño precio que tuve que pagar... Y, siguiendo con la lista de lo sola que estás... Tampoco tienes a tu dulce Shaoran, ¿no?"

"- Ella no esta sola, nunca."- dijo una voz varonil desde la puerta. La castaña, que se encontraba dándole la espalda a la entrada, se dio vuelta y lo vio.

"- Shaoran..." – susurró, y sintió como todo su mundo daba vueltas.

"- Sakura, lo siento tanto, yo..." – Shaoran comenzó a acercarse. En sus manos tenía su equipaje de mano. Pero Matt, en un movimiento rápido, tomó uno de los sables que estaba cerca (de los que Sakura quería tomar uno) y lo puso en el cuello de ella.

"- Un paso más y la mando a la otra vida."

"- No lo harás."

"- Pruébame."

"- La necesitas para tu jefe. Tu no la quieres, todo es por un trabajo que te encomendaron hace años. Si la matas, te matan."

"- Pues la heriré, y la verás sufrir... Abajo están esperando unos cuantos mis órdenes, eh... Ten mucho cuidado con lo que haces."

"- Pues, abajo también hay gente a mis órdenes, tu los conoces bien, ¿te suena el término policía? Sé que eres un criminal buscado."

"- Si un policía sube, la mato." – Matt apretó más a Sakura contra sí.

"- No subirán. Ahora, suéltala y pelea como un hombre."

"- ¿Por qué? ¿Me vas a pegar?"

Shaoran hizo un rápido movimiento y del bolso de mano sacó una larga espada, incrustada en diamantes en el puño.

"- Shaoran... es el sable de tu padre."

"- Voy a pelear contigo como esgrimista."

Matt la soltó y la lucha comenzó. Shaoran llevaba la ventaja, al estar más acostumbrado a pelear con sables, pero Matt no se quedaba atrás. Su defensa era excelente, pero, en una distracción, Shaoran le pateó la mano y éste soltó el sable. Puso la espada en la axila de Matt y este, amenazado, dijo:

"- ¿Qué me vas a hacer desde ahí?"

"- Mira, puedo cortarte de la axila a la muñeca y morirías desangrado en unos minutos, pero no lo voy a hacer, a menos que te confieses."

Y Matt, asustado, habló. Había comenzado a trabajar para este hombre a los 15 años. Parecía que él buscaba a Sakura por su belleza, y, aunque no entendieron muy bien los motivos, parece ser que sus colegas trabajaban buscando otras muchachas y que se habían cometido varios asesinatos.

Un mes después, el juicio terminó. Aunque Touya y Fujitaka tuvieron que irse (por supuesto que primero Touya le dio un par de golpes a Matt, en la cárcel, motivo por el cual casi el hacen pasar la noche en la comisaría al hermano de la castaña), Tomoyo y Eriol se quedaron y testificaron de la persecución y de las amenazas. Aunque la sentencia de Matt quedó más corta por la declaración, fueron varios los años de cárcel que le destinaron.

Pero, con todo el ajetreo del juicio, Shaoran y Sakura no encontraron tiempo para habar hasta que se dictó la sentencia y Tomoyo y Eriol no se fueron a Inglaterra.

Así que, la última tarde del juicio, Shaoran le ofreció a Sakura acompañarla hasta su casa. Sakura aceptó.

Casi no hablaban en el transcurso, puras formalidades. Cuando pasaban por la plaza del rey Pingüino, Shaoran se paró enfrente de Sakura y le dijo:

"- Por favor, no me seas indiferente. Megumi no significó nada para mí en ese momento, te lo ruego, perdóname. No te usé, yo, yo te amo con toda el alma. Sé que probablemente sigas rencorosa y me odies, pero te pido otra oportunidad. Yo te lo puedo explicar..."

"- No hay nada que explicar, Shaoran, yo entendí... Lamento haberme ido así..."

"- Y yo lamento haberte ocultado la verdad... Pero vi que nunca dejaste de usar el anillo que te di."

"- No quería alejarme de él ni un segundo, es símbolo de tu amor, y, estaba tan lejos... No me quería desprender de tu recuerdo, aunque fuese una simple ilusión..."

"- Mi amor no es una ilusión... No sé si es lo mejor, ya que siempre que lo digo algo malo pasa, pero... ¿te casarías conmigo?"

"- ¡SI!"

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Y con un largo suspiro, les digo que éste es el:

FIN (?)