Este es el tercer capítulo y con él llegamos al punto central de la historia. Pretendo terminar pronto, antes de agobiarme con las clases de la universidad, que acaban de empezar, así que pronto estará completa. Otra vez gracias por leerme. Me hace mucha ilusión cuando miro los "stats" y veo a todos los que os habéis dado una vuelta por mi fanfic.
A IsisF: En el próximo review (porque, claramente, espero uno por capítulo XD) me dirás lo que significa "Do Vidjenja"¿okey?
Nada más. Os dejo con Abby y como siempre, espero que os guste.
3. Abby
Es curioso. Algunos días, entrar en el County casi me parece como entrar en casa. Una casa extraña, compuesta por gente que se turna para venir por la mañana o por la noche, pero al fin y al cabo algo parecido a un hogar. Lleno de tensiones, de conflictos, con algunos momentos divertidos, de amistad, incluso de amor. Con mejores y peores días, mejores y peores compañeros, pero no hay nada que hacer porque no puedes elegirlos. En ese sentido, al menos, me recuerda mucho a una familia.
Supongo que, tal vez por eso, el día de ayer y el cursillo me parecieron tan irreales. Aquí todos nos conocemos, hay relaciones muy íntimas entre nosotros, pero en el fondo es frío, casi nunca tenemos ocasión de hablarnos los unos a los otros de nuestros verdaderos sentimientos, aspiraciones, o miedos. De vez en cuando alguno estalla, a fuerza de contener todo eso, pero al día siguiente todo está olvidado. Si me paro a pensar, tampoco conocemos tan bien la vida personal de otros compañeros, o tal vez es que gran parte de nuestra vida se reduce a estar en este departamento de urgencias. Puede que sea por eso que las relaciones entre nosotros nunca terminan de funcionar, por mucho que lo intentes. Ahora mismo pienso, en concreto, en Luka y en mí. Nos llevamos bien, podemos conversar, tener una cierta intimidad, pero en cuanto empezamos a acercarnos más, todo acabó derrumbándose. No sé, quizá nos habíamos idealizado el uno a la otra, acabamos descubriendo que la persona con la que salíamos no era como pensábamos en un principio. O quizá yo soy un desastre para estas cosas, lo destrocé con Richard y después con Luka. Lo estoy pensando desde anoche, y por eso decidí volver a mi casa. Tengo que pasar un tiempo sola, reflexionar, descubrir qué es lo que estoy haciendo mal, o si no es culpa mía. Porque lo cierto es que hay veces que pienso que con Luka no todo está perdido, como hace cinco minutos, mientras hablábamos en la puerta. Y al mismo tiempo algo me dice que no iría bien.
Interrumpo esos pensamientos, que han ocupado los primeros minutos de mi turno, cuando una mujer se me acerca llevando en brazos a un niño pequeño, vestido con el pijama y un anorak encima. Anuncia asustada que el niño se ha caído de la cama mientras dormía y se ha golpeado en la cabeza. Le digo que se tranquilice mientras lo examino. Está llorando como un condenado, pero me parece que se debe más bien al típico miedo de los niños a los médicos, ya que sólo le veo un chichón como los que mi hermano y yo nos hacíamos a cientos cuando éramos pequeños, sin que nuestra madre nos llevara nunca al hospital... aunque mi madre es un caso aparte. Decido llevar al pequeño a una cortina para asegurarnos de que en realidad no es nada, y me dirijo a buscar un médico cuando de repente casi choco con Carter, que aparece aún con la bata a medio poner tratando de disimular que ha llegado casi un cuarto de hora tarde.
-¿Con retraso?- le pregunto.
-El tráfico está demencial, no te lo imaginas- me responde mientras se sienta en un taburete, junto a la cama, y entabla conversación con la señora preocupada.
A mí me toca arrancar al niño de los brazos de su madre, lo que no es tarea fácil. Grita y se retuerce con una fuerza increíble para tener cinco años. Casi te hace replantearte las ganas de tener hijos. Finalmente se calma un poco, Carter termina de examinarle y tras tranquilizar a la madre los manda a ambos a casa y da por terminado su primer caso de la noche.
Lo que más me sorprende es que luego da media vuelta y sin mirarme siquiera se dirige al tablón como si ése fuera su mayor interés en la vida. Vaya falta de educación. Bueno, después de verle desafiar a la autoridad metiendo un vibrador en la taquilla de Weaver podría esperar que se hubiera pasado al lado oscuro.
-¿Desde cuándo no me saludas?-le pregunto.
-Estoy trabajando- me responde sin más explicaciones.
-¿Ah, sí¿Y desde cuando prefieres trabajar a hablar un rato con una amiga?-bromeo.
-Se llama responsabilidad-contesta, cínico, girándose apenas un momento para mirarme.
-Vale, vale, tampoco hace falta que te pongas así.- si los hombres ovularan, habría deducido que Carter estaba en sus días fértiles, y que no lo llevaba demasiado bien.
-¿Así cómo¿No se supone que es lo que debo hacer?- le da la vuelta a mi pregunta.
Llega hasta el mostrador y empieza a rebuscar entre las historias, buscando algo suave, imagino. Es lo que todos tienden a hacer, descargar los casos más desagradables en otros compañeros. Un acto de gran solidaridad.
-¿Te pasa algo?-insisto, al ver que no coge las indirectas.
-¿A mí? No¿por qué?-sigue él haciéndose el inocente.
-Bueno, cuando te pones en plan irónico, tipo "estoy-de-vuelta-de-todo", es porque te pasa algo, Carter- le digo.
Él suspira, para sus adentros, ignorándome. Sigue rebuscando entre las historias, sólo que ahora por el otro lado. Evitándome, al parecer.
-¿Y en caso de que me pasara, tendría que contártelo?-dice finalmente, levantando la mirada y clavando sus ojos en los míos. Me está desafiando.
-Soy buena psicóloga- replico de forma neutra.
-No es algo de tu incumbencia.
Me lo ha advertido, pero veo que comienza a abrirse. Unos segundos más de presión y conseguiré que me lo cuente todo. No sé por qué, pero es el objetivo que me he propuesto hoy.
Carter abre la boca para hablar y creo que lo he logrado cuando oigo la voz de Randi que dice:
-Nos traen dos traumas. Atraco y tiroteo en un supermercado. Llegarán en cinco minutos.
-El primero es para mí- casi la interrumpe Carter. Me dirige una última mirada y se va hacia la entrada de ambulancias... dejándome con las ganas de llegar hasta el final.
No vuelvo a pillarle hasta varias horas más tarde, de nuevo junto al mostrador. Ya falta poco para que amanezca, para que se acabe esta noche y nos vayamos a casa, y olvidemos todo lo que hemos visto. Cuando vuelvo a verle, acaba de terminar de examinar a una chica. Está muy activo esta noche. Quizá se concentra en el trabajo para olvidar... o quizá no le pasa nada y yo esté montándome una película con su actitud.
-Una noche frenética- le comento.
-Sí, eso parece- responde.
-Ya sé que no es de mi incumbencia¿pero estás convirtiéndote en un adicto al trabajo por algo en especial o sólo te has pasado con la dosis recomendada de café?
Intento enfocarlo como un broma, tal vez así pueda sonsacarle.
-En realidad sólo necesito emociones fuertes-bromea también él- No sé que podría ser esta vez¿una muñeca hinchable en el despacho de Romano¿O tienes otra idea?
-¿Por qué demonios tienes que ser tan crío¿Quieres ir a otro cursillo de orientación sexual o qué?
-Yo me lo pasé bien-declara.
-Precisamente porque eres un crío.
Echo un vistazo al pequeño corte que le hizo Luka ayer en la mejilla, mientras jugaban a las espadas, y él se da cuenta. No puedo evitar tocarlo con un dedo, y cuando lo hago él se queja y yo sonrío.
-Perdona-digo, haciendo el amago de apartar la mano.
Lo que pasa después es increíble. Carter me coge la mano y la guía, haciéndome acariciarle la herida. Es apenas una décima de segundo, pero me siento como una adolescente tras su primer beso. Tan atónita como complacida.
-En el fondo no está tan mal- dice, en un susurro, y después me suelta suavemente y sonríe. Le devuelvo la sonrisa involuntariamente y acto seguido le veo alejarse, como si no hubiera pasado nada.
Los hombres me confunden. Porque si no fuera porque no puede ser, pensaría que eso... que ése... había sido un verdadero momento de romanticismo. Pero en fin, soy un desastre para estas cosas, así que seguramente estoy equivocada.
Al final Carter no me ha dicho le pasaba. Pero, la verdad¿a quién le importa ahora?
Próximo capítulo: Carter
Ya ni siquiera debería decirlo... pero estoy abierta a cualquier comentario o sugerencia (vale, vale, prometo que en el próximo capítulo no os lo recordaré, pero no lo puedo evitar)
