Hola de nuevo!

WUAW, que cantidad de reviews! Me encanta! GRACIAS! Aquí esta su recompensa, un capí nuevo!

Antes de empezar quiero aclarar un par de cosas que noté luego de leer los reviews

En el fic intento mostrar el lazo que hay entre padre e hijos por igual, asi que van a ver mucho KENSHIN también (ohh Kenshin, suspiro). Así que en la medida de lo posible le voy a dar el mismo lugar a todos mis personajes. Claro que Kiriko es la hija adorada! Y que patea traseros eso no hay duda, pero no es la unica protagonista.
Recuerden que Watsuki-sama dijo que Kenji era muy inteligente y que aprendió Mitsurugi Ryu solo con historias.

Bueno, imaginen como puede ser el muchacho entonces si además de todo se lo enseñaron personalmente Hiko y Kenshin. En mi historia Kiriko tiene el mismo tipo de inteligencia y por eso también es tan cool.

El Kenji que vemos en el ultimo ova es en mi opinión un idiota arrogante, creció odiando a su padre (casi con razón) y lo único que quiere es ser una leyenda más grande que Kenshin (piensa salir a asesinar medio japón o que? Es medio berserker ese muchacho). Acuérdense que el kenji de este fic es mi versión de cómo crecería el muchacho acompañado de una familia completa.

BUENO, esta vez me extendí bastante con mi palabrería.

ARRIBA EL TELÓN ABRE la ESCENA Y APARECE YAMAGATA

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Ikijigoku: El infierno en la tierra
Capítulo II: Acuerdo
Por Myks

La habitación quedó paralizada y Kenshin miró severamente a Yamagata. Nunca permitiría que su hija cayera en manos del gobierno y la utilizaran como a él. Nunca.

Kaoru iba entrando cuando escuchó las palabras de Yamagata. Un día, hace muchos años, otra persona había venido y se había llevado a Kenshin. No permitiría que se llevaran a su hija, no importaba la excusa. Kenji estaba detrás de ella, pivoteando de un pie a otro, el muchacho también había escuchado.

Kenshin vio a su familia y dijo "Kenji, Kaoru, siéntense con nosotros, tenemos mucho que discutir con Yamagata-san".

Los dos integrantes de la familia mencionados se sentaron al lado de Kenshin y Kiriko.

"No haré que mi hija se involucre en ninguna actividad peligrosa" comenzó Kenshin. Kiriko abrió la boca para protestar pero su padre le tiró una mirada dura.
"Antes de rehusarte, no quieren escuchar lo que necesito?" preguntó el hombre pacientemente.

"Dilo entonces" dijo Kenshin.

Yamagata asintió "Bueno, estamos preocupados por una serie de eventos, asesinatos de características dudosas, en el último mes el número a aumentado alarmantemente y se ha extendido, pero hemos descubierto una zona de más actividad"

"Tiene que ver con las jovencitas asesinadas?" dijo Kenshin. Kaoru se mostró sorprendida de que su esposo supiera algo del tema. Le tiró una mirada para que su anata supiera que iban a conversar acerca de mantener secretos, otra vez.

"Desafortunadamente si, la zona de Takayama ha sido especialmente afectada, sólo en el último mes murieron cinco muchachas"

Kenshin suspiró, ya sabía a que había venido Yamagata.

"Difícilmente un asunto que tiene que ver personalmente el cabecilla del departamento de defensa" dijo Kenshin.

"En este caso, Himura-san, la hija de un importante político extranjero fue asesinada, y digamos que estoy muy presionado para encontrar algún tipo de respuesta".

"Y quieres que mi hija sea tu carnada, absolutamente no" dijo Kenshin cruzándose de brazos.

"Otou-san!" dijo Kiriko seriamente "No podemos permitir que siga muriendo gente!"
"No jovencita, ninguna cacería de asesinos para ti" dijo Kaoru con mirada reprobatoria.

"Según he escuchado Himura-san, las habilidades de tu hija son muy impresionantes, ninguna niña de doce años común y corriente gana tres campeonatos de kendo con tanta facilidad"

"Aun así, no" dijo Kenshin.

"Otou-san, cual es el punto de estudiar Mitzurugi Ryuu? Tengo un deber con esa..."

"No... y no quiero escuchar otra palabra" dijo Kenshin mirando a Kiriko severamente. Con una mueca disgustada la joven se paró y dijo "BIEN!" salió de la habitación golpeando el shoji cuando lo cerró. Kawaji, que había estado en silencio durante todo ese tiempo miró a Kenji, pensativo.

"Mmm... tengo una idea que podría funcionar"

Kenshin vio la mirada del bigotitos fijarse en su hijo y no le gustó para nada. "Que tal si Himura-kun se disfraza?" dijo señalando al adolescente.

"Nani?" dijo el chico.

"Excelente idea Kawaji. Himura-san, si temes por tu hija entonces podemos pedir la asistencia de tu hijo mayor. Seguramente no temes que sus habilidades sean insuficientes para este caso" Yamagata tenía una sonrisa.
Kenshin miró a su hijo, su Hiten Mitzurugi Ryuu era comparable al de él cuando tenía la misma edad... tal vez incluso mejor. Cualquiera que fuera la misión, seguramente Kenji podría manejarla. Aún así...

"Iie," dijo Kenshin.

"Otou-san" dijo Kenji, molesto porque la decisión fuera quitada de sus manos. "Iie Kenji, enseñanza número uno de Hiten Mitzurugi, es la espada que protege. LIBRE" dijo Kenshin mirando a su hijo seriamente.
"Hai otou-san... aún así, gomen nasai" agachó ligeramente la cabeza, se dio vuelta y miró a Yamagata "Cuál es la misión?"

Kenshin se mostró horrorizado y molesto al mismo tiempo. El cabeza del departamento de defensa sonrió; tan noble como su padre, pensó "Bien Himura-kun, básicamente necesitamos que poses como muchacha en la zona de Takayama"

"Carnada?" dijo Kenji levantando una ceja.

"Si, y no, podemos poner a cualquier persona como carnada. Pero necesitamos a alguien con excelentes habilidades, para ver si finalmente podemos descubrir quien está detrás de estos desafortunados eventos"

"Bien, cuando me esperan en Takayama?" preguntó el muchacho.

"La semana entrante si quieres" dijo Kawaji.

"Hai" dijo Kenji.
Kenshin se veía muy molesto, pero no habló una palabra más. Kaoru simplemente estaba shockeada.

Finalmente los dos hombres se fueron dejando instrucciones de contacto.

"Kenji" dijo su padre mirándolo fijamente "No apruebo...Mañana iremos al departamento de defensa a cancelar la propuesta" su tono era definitivo.
"NANI!" dijo Kenji. "Pero padre, es mi deber como sucesor de Hiten Mitzurugi" Kenji intentó razonar. Sus hormonas de catorce años le pedían que gritara y que se enojara como un loco, los genes de Kaoru que viajaban por su sangre también. Respiró hondo intentando mantener la paciencia.

"Iie, no dejaré que te involucres con el gobierno"

"Si mal no recuerdo, desde que tengo memoria TRABAJAS para el gobierno" dijo Kenji cruzándose de brazos y levantando levemente la voz.
"Eso es distinto, elijo muy bien los casos en los que voy a trabajar" dijo Kenshin.

"EXACTAMENTE MI PUNTO! NO ES COMO SI ME HUBIERAN PEDIDO QUE ABRIERA GENTE A LA MITAD Y HUBIERA DICHO QUE SI, NO!" finalmente Kenji perdió su poca paciencia. Kenshin quedó paralizado, el golpe de Kenji pegó profundo, es verdad, él tenía la edad de Kenji cuando eso sucedió...

"HIMURA KENJI!" dijo Kaoru severamente "Discúlpate con tu padre, eso fue muy rudo de tu parte jovencito!" manos en la cintura.

"Iie," dijo Kenji "Solo dije la verdad" golpeando el shoji como lo hiciera su hermana más temprano, se fue de la habitación.

Kaoru miró a Kenshin, el pelirrojo tenía los ojos escondidos detrás de su espeso cerquillo rojo. Abrazó a su marido y dejó que el escondiera su cabeza en la base de su femenino cuello. "Shh, Kenshin, mañana conversaremos con los chicos"

"Kaoru... de pronto... me siento tan... viejo"

"Kenshin anata, ya verás que saldrá todo bien, tus hijos te adoran y además, nunca harían nada de lo que nos arrepentiríamos, ya lo verás"

Kenshin solo pudo asentir, pero eso no le hizo sentir mejor.

X x x

Kenji encontró a su hermana en el bosque de bambú. La joven estaba castigando a la pobre vegetación que había alrededor, con una explosión de kenki y un movimiento de batoujuztu partió un tronco, incluso con la katana de práctica que tenía poco filo. Kenji quedó genuinamente impresionado.

"Que quieres?" dijo la pelirroja sin siquiera mirar a su hermano. Conocían su kenki a la perfección.

"Nada, vine a ventilarme, y te encontré aquí de casualidad"

"Te peleaste tu también?" dijo Kiriko enfundando.

"Hai" respondió el pelirrojo "pero acepté la oferta de Yamagata, creo que otou-san fue injusto al negarte la oportunidad" dijo Kenji acercándose a su hermana.

"Lo crees?" Kiriko levantó la mirada sorprendida.

"Hai Kiriko-chan. Si otou no quería que te metieras en asuntos peligrosos entonces mejor te hubieran enseñado a bordar o algo" dijo Kenji sentándose en un tronco.

"Sé como se siente... pero" Kenji respiró hondo "pero realmente creo que puedes ayudar en este caso".

Kiriko sonrió abiertamente, acaso su hermano le había dicho algo lindo? En el correr de los años y a medida que crecían y se volvían más fuertes Kenji y su hermana habían limpiado las calles de tokio de los rufianes que tenían la mala suerte de cruzarse con ellos. Desde el día en que habían sido secuestrados tantos años atrás, los dos hermanos habían desarrollado una habilidad increíble para combatir juntos. Separados eran fuertes, juntos, eran impresionantes.

"Acepté la propuesta del viejo ese" dijo Kenji a la manera tan respetuosa de un adolescente sin adultos alrededor. "Quiero que vengas conmigo" agregó, no es que necesitara a su hermana para la misión, pero le molestaba la actitud de su padre, y como todo buen muchacho de catorce años, desafiar a sus padres era como un reto personal, aunque lo hiciera inconscientemente.

"Otou-san nunca me dejará" dijo Kiriko bajando la mirada.
"A mi no me dejó, crees que eso me detuvo?" dijo Kenji.

"Pero Kenji... eso es difícilmente honorable!" dijo Kiriko algo escandalizada.
"Che. No puede llenarnos la cabeza toda la vida con ideales para negárnoslos en la cara cuando intentamos aplicarlos" dijo Kenji cruzándose de brazos. Kiriko entendió el punto.

"Te digo algo Kiriko, retemos a otou-san. Si le ganamos nos vamos, si no, nos quedamos en casa como los bebés que piensa que somos" dijo Kenji con una sonrisa.

"NO" dijo Kiriko "Como puedes decir eso Kenji?"

"Vamos Kiriko, sólo con Shinais, no vamos a lastimarlo!" dijo Kenji riéndose.

"Okay... mañana en la mañana... ni bien salga el sol" dijo Kiriko. Su hermano asintió. Aparentemente se sentían tan confiados como para ganarle al Battousai.

Regresaron a su casa dos horas mas tarde y los esperaba una molesta Kaoru en la puerta, linterna en mano.

"Me quieren decir donde diablos estaban, estaba muy preocupada por ustedes" dijo Kaoru intentando lucir atemorizante.

"Pensando" dijo Kenji. Kiriko llevaba el rostro en blanco, nada podía sacarse.

"Vayan a lavarse que está pronta la cena, tenemos invitados" dijo su madre intentando no perder el temperamento.

"Quien vino?" dijo Kenji.
"Sano, Megumi y Souzou" dijo Kaoru. Kenji y su hermana asintieron y fueron a lavarse.

Sanosuke había escuchado la historia de su deprimido amigo, no podía creer que el pelirrojo se hubiera peleado con sus hijos. Aunque entendía la posición de los chicos. A la tierna edad de diez años Yahiko anduvo corriendo por todo japón poniéndose en varios peligros junto al Kenshin-gumi. Aparentemente lo mismo no era aplicable para los hijos de Kenshin. También entendía la posición de Kenshin. Acarició el negro cabello de su hijo de tres años que dormía en su falda tranquilamente, Souzou era algo precioso y entendía a la perfección los sentimientos de su pelirrojo amigo.

Megumi y Sano quedaron helados ante la forma fría en la que trataron a su padre los dos adolescentes durante la cena. Finalmente, antes de retirarse por el día Kenji dijo.

"Otou-san" su tono serio. Kenshin levantó la mirada de su plato y miró a su hijo a los ojos. La intensidad de la mirada del muchacho le quemaba el alma.

"Kiriko y yo iremos a Takayama juntos... te guste o no" dijo el muchacho.
"NANI?" dijo Kaoru escandalizada.

Kenshin se vio reflejado a si mismo a la misma edad, así que esto fue lo que sintió Hiko aquellos años atrás cuando intentó prohibirme entrar a la revolución, pensó. Shishou, debes estar disfrutando esto, pensó Kenshin amargamente.

Muy lejos de allí, Hiko se sonrió, sin saber porqué.

La habitación se había congelado y Megumi podía jurar que la tensión se podía cortar con un cuchillo.

"No lo permitiré" dijo Kenshin levantando la voz levemente y sorprendiendo a todos.
"Kiriko y yo... mañana al alba, contra ti. Si logramos un golpe nos vamos, Sino, nos quedamos como los bebés que crees que somos" dijo Kenji dándose vuelta sin esperar respuesta. Su hermana le siguió.

"De ninguna manera" dijo Kenshin levantando la voz levemente "No pienso levantar mi espada contra mis propios hijos".

"Shinai, un match a un golpe con shinai, si no estas allí mañana, entonces nos iremos" Kenji no esperó respuesta y desapareció de la habitación con su hermana de cerca.

Kenshin quedó boquiabierto. Acaso sus hijos le habían retado a un duelo?-

Sanosuke tampoco lo podía creer, antes de ir a su casa con su esposa e hijo, esa noche pasó por la casa de Yahiko y le contó las novedades.

X x x

La siguiente mañana a primera hora del alba los encontró a los tres enfrentados en el patio trasero del dojo. Yahiko y Sano estaban allí, no se perderían esto por nada en el mundo.

Kaoru levantó el brazo... Los tres pelirrojos se estudiaban uno a otro. De pronto el brazo de Kaoru bajó y la acción se movía tan rápido que si los espectadores no hubieran sido también experimentados guerreros se habrían perdido de la mayoría de las cosas.

Mostrando su espíritu joven y activo, Kenji fue el primero en moverse, desapareció aplicando velocidad divina. Hiko había hecho un buen trabajo, pensó Kenshin. Aún así, Kenshin era maestro de su arte, y las miles de batallas vividas eran más valiosas que la energía adolescente que poseía su hijo. Pensando que había sido muy inteligente, Kenji apareció en el costado inferior de su padre, intentando romper su defensa con un Ryo Zo shen. Kenshin bloqueó a su hijo que venía por la izquierda y en el mismo fluido movimiento movió su shinai hacia la derecha, bloqueó a Kiriko.

Siguieron danzando de esa manera durante varios minutos. Sanosuke podía decir que Kenshin no estaba atacando, simplemente conteniendo los golpes de sus hijos.

Por un momento le pareció ver esa escena que lo había recibido el día que volvió de japón, dos pequeños niños pelirrojos jugando y riendo con su padre mientras practicaban.

Sacudió la vista, no, esto no era ningún juego. La situación era bastante distinta.

Kenji y Kiriko se alejaron con un salto. Midieron a su padre nuevamente. Kenshin tenía una máscara en el rostro, no demostraba nada, al menos eso pensaban sus hijos. Por dentro, el ex hitokiri estaba sufriendo mucho, si quería que se quedaran y no fueran con Yamagata tenía que pelear en serio. Proyectó su Kenki con un movimiento de su brazo "DO RYU ZEN!" GRITÓ

Su padre había utilizado ese ataque contra ellos! Ahora Kenji sabía que la cosa iba en serio! Reaccionando rápidamente también gritó "DO RYU ZEN!" ambos ataques chocaron en el medio creando una pequeña explosión de tierra. Los pelirrojos tuvieron que cubrirse la cara con los brazos.

Cuando la tierra se dispersó Kenshin pudo ver a su hija aparecer de entre una nube de polvo. La joven comenzó a chocar shinais con él en una técnica combinada entre Hiten y Kashiyn. Kenshin la contuvo sin problemas, hasta que sintió un poderoso kenki detrás de él.
Kenshin desapareció, y sus hijos chocaron entre ellos, hubiera sido gracioso si no fuera por la seriedad del asunto. Sin pensar mucho en sus errores ambos jóvenes se levantaron al instante, colocaron espalda con espalda. Kenshin apareció frente a ellos, mirada feroz y penetrante, kenki radiante en rabia, no se lo diría a sus hijos, pero había escapado de su pequeño truco por un pelo.

La fuerza del espíritu de su padre era casi intimidante. Kenji miró a su hermana con el rabillo del ojo, susurró "Jujutzu, Kiriko, tu delante, yo detrás..."

Su hermana entendió. Ambos muchachos cargaron. Kenshin decidió que era hora de ponerlos en su lugar. Kiriko vino de frente y su hermano saltó por arriba de Kenshin.

Kenshin enumero las acciones, primero se haría cargo de Kiriko y luego de Kenji. Se disponía a darle un suave pero firme toque de shinai a su hija cuando la niña soltó su arma y gritó "KAMIYA KASHYIN OUGI!"

Con horror, Kenshin vio que su propia arma volaba de su mano. Un segundo después sintió que su hijo le tomaba del brazo y se lo torcía detrás de la espalda.

Kiriko le apuntaba con su propio shinai.

Sano, Kaoru y Yahiko no podían creer lo que acababan de presenciar. La acción estaba congelada. De pronto, con una explosión de Kenki Kenshin se dio vuelta arrojando a su hijo hacia su hermana y con el pie golpeó tan fuerte el piso que el shinai de Kenji voló a su mano. Apuntó hacia sus hijos que estaban uno sobre el otro en el piso, totalmente impresionados.

"Hagan lo que quieran..." dijo Kenshin con respiración dificultosa mientras soltaba el shinai, dejándolo caer al piso con un suave golpe. Sus ojos quemaban casi dorados, se dio media vuelta y caminó en dirección de la puerta del dojo. Kaoru corrió hacia él, pero el pelirrojo levantó una mano, quería estar solo, obviamente.

El patio quedó en silencio por unos segundos que parecieron horas. Yahiko respiró hondo y caminó hacia los jovencitos desparramados en el piso.
"Y BIEN?" dijo cruzándose de brazos con mirada recriminatoria. "Espero que sepan que le acaban de hacer mucho daño a ese hombre" dijo el joven a quien no le importaba parecer muy duro.

Kiriko y Kenji se veían avergonzados. Sanosuke aprovechó a meterse como buen 'tio' "Che. Tienen razón al querer ser respetados, pero no tienen derecho a tratar así a Kenshin"

"Podrían haber al menos intentado conversar con su padre! En lugar de salir a sacudir shinais como un par de BAKAS!" dijo Kaoru muy molesta.

Alejándose de sus hijos se podían escuchar los murmullos furiosos de la mujer mientras se metía en el dojo "como si no alcanzara todo lo que sufrió... sus propios hijos le hacen pelear con ellos, MOU!" aunque Kaoru no tenía intenciones de decirle eso a los adolescentes, ellos igual alcanzaron a escucharla.

Kiriko comenzó a llorar, levantándose corrió hacia su padre quien ya estaba a unos cuantos metros del dojo "Otou-chan" dijo suavemente.

Kenshin se dio media vuelta y la miró... no con los suaves y tiernos ojos lilas que su padre llevaba todo el tiempo, sino con una mirada fría, vacía, una practicada máscara para ocultar las mas doloras emociones. Kiriko respiró hondo... labio inferior temblando. Corrió hacia su padre y se arrojó en sus brazos. Kenshin se quedó inmóvil en el momento, dos segundos después estaba retornando el gesto de su hija. Tres segundos después sintió otro par de brazos alrededor de su cuello. Una vos masculina le decía "Gomen nasai".

Kenji.

"Aishiterou otou-chan... gomen nasai" suspiró Kiriko.

"Iie..." dijo Kenshin suavemente y depositando una mano en un hombro de cada hijo "yo también debo pedirles perdón. Creo que a su viejo padre le cuesta ver que sus hijos no son niños"
"Nani? VIEJO?" dijo Kenji riéndose "Otou-san, ese debe haber sido el movimiento más myoushu que he visto en mi vida!"

/myoushu (movimiento virtuoso o de maestro)

"Hai!" dijo Kiriko reconociendo lo mismo "Y nosotros pensamos que te teníamos, JEJEJE, Yahiko-nii tiene razon, somos unos bakas" dijo Kiriko. Kenshin sonrió un poco.

Kenji miró a su padre seriamente "Iremos a Takayama... pero solo si vienes con nosotros". Kenshin asintió con la cabeza.

"Hai" dijo Kiriko "Porqué no tenemos una aventura como las que nos contó Yahiko-nii? YA SE! Podemos ser el nuevo y mejorado Kenshin-gumi!" la niña sonreía contenta con su 'brillante' idea.

Kenshin no pudo evitar reír, claro, fuerte, y desde el corazón, sus hijos se le unieron.

Para cuando llegó el día de la partida la pelea había sido casi olvidada, la actual conmoción dentro del dojo era muy distinta a la de unos días atrás.

"ABSOLUTAMENTE NO!" gritó la voz de Kenji desde su cuarto. Fuera del shoji le esperaban con muecas expectantes Sanosuke, Yahiko, Kaoru y Kiriko.

"Vamos hijo, no es tan malo, te vez bien!" dijo Kenshin casi riéndose.

De pronto el shoji se abrió y Kenshin empujó a su hijo fuera.

El grupo casi se desmaya, Kiriko empezó a reír.

Kenji tenía una mirada poco feliz.

"No tenías esa cara el otro día cuando dijiste que harías el trabajo" dijo Kaoru dulcemente, pero con sarcasmo. Su hijo tenía el look 'battousai', lo cual era gracioso si se consideraba su vestimenta.

Kenji apuntó al gran moño rosa que adornaba su cabello y dijo "ESTO ES DEMASIADO!"

Además del moño, kenji llevaba un kimono azul con flores amarillas y un obi de colores pasteles en tonos naranjas.

Kenshin abrazó a sus dos hijos por detrás y dijo "Ahhh, la vida es buena, tengo un par de hermosas hijas (de gozaru)", su tono era de broma.

A Kenji le comenzó a saltar una vena cuando el grupo empezó a reír.

"AWWW, siempre quise una hermanita!" dijo la joven saltando y agarrando a su kimoneado hermano.

"AHORA VAS A VER!" gritó Kenji que se dispuso a perseguir a su hermana, misteriosamente un boken se materializó en sus manos.

Kiriko empezó a alejarse cuando se escuchó un golpe fuerte. Kenji estaba boca abajo desparramado en el piso.

"ESTUPIDO KIMONO!" gritó el muchacho. Evidentemente el grupo encontró esto aún más gracioso. El martirio del joven apenas había empezado.

X x x x

Luego de un breve encuentro en la oficina de Yamagata, donde el hombre con una divertida sonrisa felicitara a Kenshin por sus hermosas hijas, la familia partió hacia Takayama.

Llegaron al otro día, ya que la hermosa ciudad estaba algo lejos. Primero tuvieron que tomar un tren y el resto del viaje lo hicieron en carruaje. Era costoso, pero el gobierno pagaba.

Se quedaron en un hospedaje haciéndose pasar por una familia de comerciantes, aunque no les gustara, bokkens y sakaba viajaban envueltas en unas telas.

En el camino hacia la habitación donde se quedarían, Kenji apretó un puño y mirando a su padre de reojo dijo "Otou-san... si otro hombre me sonrié de esa manera, POR FAVOR, detenme antes de que lo envíe a Tokio con un Ryu tsui zen en el trasero".

Kiriko escuchó el comentario y dijo "Aww Kenji, no lo pueden evitar, después de todo eres una joven hermosa!"

Kenji se disponía a perseguirla por todo el inn cuando su padre le colocó una mano en el hombro "actúa como una dama" recordó a su hijo.

"Gezz. Ohh Kiriko-chan, gracias, es tan difícil ser tan bella, no como mi HORRIBLE HERMANA!" Kenji había empezado con una patética imitación de dama en apuros y terminó gritando en una voz demasiado tenor como para ser de niña. Kaoru respiró hondo, estas serían unas largas 'vacaciones'.

Finalmente se instalaron, el plan era que Kenji y Kiriko anduvieran lo más posible paseando por todo el pueblo, incluso las zonas peligrosas. Kenshin no los seguía de cerca, no quería arriesgar a que le descubrieran siguiendo a los chicos y así arruinar la posibilidad de que los agresores se mostraran, pero estaba informado de que rutas tomarían en todo momento.

Luego de dos días de paseos por toda la ciudad nada se había logrado.
"ODIO ESTA COSA!" dijo Kenji tirandose de su kimono esperando así poder liberar un poco más sus piernas y caminar más cómodamente.

"Te acostumbrarás" dijo Kiriko. Los pasos de los chicos hacían apenas ruido, los negocios estaban cerrando y las calles tenían poca gente. Ya estaban regresando al inn luego de un agotador día de búsqueda infructuosa.
"Espero que no!" dijo Kenji algo horrorizado. "Además, el boken me está matando!"
"A mi también" dijo Kiriko sacudiéndose un poco. Ambos llevaban sus armas escondidas debajo de su ropa. Era algo muy incómodo, pero los kimonos eran lo suficientemente amplios para que esto pasara desapercibido.

Kenji sintió una presencia y levantó la vista. Seguro, frente a él había un hombre que medía por lo menos metro ochenta, complexión robusta, parecía un gigante al lado de los dos pelirrojos.

El hombre de pelo negro y grasiento sonrió y dijo "Que hacen dos hermosas flores caminando solas sin compañía masculina?" su sonrisa era grotesca ya que los dientes amarillos y sucios eran desagradables.

Su aliento aún peor-

Kenji rodó los ojos. Ser mujer apestaba, pensó. En los últimos dos días había recibido elogios y cargadas de todo tipo, por momentos pensó en olvidar todos sus principios y battousai los traseros de todos los pervertidos.

"Y bien? No me han respondido? Quieren acompañarme a tomar? Les dejaré que me sirvan sake"

EWWW, pensó Kiriko. Realmente ella no tenía interés en hombres, la invitación le resultó doblemente desagradable, a los hombres los veía como iguales, en parte porque era muy niña todavía, y por otra parte había crecido en un ambiente lleno de kendo.

"No gracias," dijo Kenji intentando ser femenino. Dudaba que este bruto fuera parte de lo que estaban buscando.

"Hay, VAMOS! Solo un traguito" el grasoso se animó a poner la mano en el hombro de Kenji.

A pesar que la mano era tres veces más grande que la suya, Kenji apretó la misma y dijo "no...me...TOQUES" con un movimiento rápido le torció la muñeca al pervertido y lo dobló en el suelo.

El hombre quedó adolorido frotándose la mano mientras los niños se alejaban.

"Aw Kenji, eso fue aburrido, no llegué ni a golpearlo un poquito" dijo la mas baja de las 'niñas'. Kenji se encogió de hombros, sonrisa de rurouni.

Para sorpresa de nadie, el feo hombre se incorporó y cargo hacia ellos, no dejaría que una jovencita lo doblegara de esa manera!

Kenji rodó los ojos, por un momento deseó no tener el molesto kimono apresándole las piernas, sería divertido confundir al hombre con su velocidad divina. No la necesitó. El hombre besó la tierra cuando intentó cargar hacia las 'pequeñas' y solo se encontró con aire.

"QUE? Estaban aquí hace un momento!"

"Ja ja ja, creo que viste nuestras sombras" dijo Kenji.

El confundido hombre intentó cargar una vez mas, sólo que ahora y sin darse cuenta en el último segundo, su cabeza terminó contra una pared. Se desmayó.

"Pobre hombre" dijo Kiriko "Ni siquiera tuvimos que golpearlo" Se encogió de hombros y como si nada hubiese pasado siguieron camino a su temporal hogar.

X x x x

Si no fuera por la constante preocupación que suponía que sus hijos estuvieran recorriendo las calles en busca de asesinos, Kenshin y Kaoru la hubieran pasado bien en Takayama. La antigua ciudad tenía unas hermosas vistas y templos antiguos para visitar, sus calles estaban vivas con gente pasándola bien.

Por su parte Kaoru se sentía culpable de haberle dejado toda la responsabilidad del dojo a Yahiko, el pobre muchacho debía trabajar desde el alba hasta el anochecer para poder cubrir todos los grupos de alumnos que iban allí diariamente. Pero por otro lado, estaba feliz de haber acompañado a su familia. Ella era tan apegada de sus hijos como Kenshin, y no descansaría tranquila sin tenerlos por lo menos en la misma ciudad, aunque sabía en el fondo, aunque odiara admitirlo, incluso Kiriko era más capaz que ella en un combate. En parte por los genes de Kenshin, supuso Kaoru, pero en su corazón, sabía muy bien que la diferencia estaba en la técnica.

Kamiya Kashyin era inquebrantable dentro de las paredes de un dojo, pero fuera, con una katana real, significaba muerte segura. Por esto Kaoru le prohibió a sus hijos usar Hiten en los campeonatos de Kendo. Los niños ganaban igual sin la técnica supersónica de su padre. 'Sip' pensó Kaoru, 'definitivamente los genes de Kenshin'.

La mujer interrumpió sus pensamientos cuando levantó la vista y miró hacia su marido. Kenshin estaba leyendo un libro a la luz del atardecer, sentado al lado de la ventana y aprovechando la brisa que entraba. Con amor, notó que su marido para 44 años estaba muy bien conservado, de echo, parecía que tenía unos treinta. Su cuerpo estaba tan firme y fuerte como el día en que lo conoció. Kenshin entrenaba sin descanso, aún en estos tiempos pacíficos. A Kaoru esto poco le molestaba... de echo le gustaba, se sonrojó furiosamente.

'KAORU HENTAI!' pensó para si misma.

De pronto Kenshin levantó la vista y con una sonrisa dijo "Kaoru koishii... anou... este kanji" comenzó el pelirrojo. Su esposa sonrió y se acercó, tomó el libro y Kenshin le señaló el molesto símbolo, lo estudió un momento "Paradigmático" dijo Kaoru.

"Arigatou Koishii"

Kaoru apenas podía recordar los días en los que Kenshin se había sentido avergonzado en pedirle ayuda con algún símbolo extremadamente complejo. Por supuesto el pelirrojo sabía leer muy bien, y escribir también, aunque su letra fuera horrenda.
Pero los libros que el ex rurouni estaba leyendo eran un tanto complejos. Al principio Kenshin solía bromear diciendo que lo único que necesitaba leer un Hitokiri eran amenazas de muerte y blancos para asesinar, por eso los libros eran todo un reto para él. Kaoru le dijo que era un baka y lo obligó a que le pidiera ayuda si le costaba interpretar algún kanji. Eso ya no pasaba casi nunca, si algo podía asegurar Kaoru es que su marido tiene un intelecto como el de poca gente.

La mujer se sonrió, si no conociera tanto al pelirrojo pensaría que estaba en paz. Pero sabía que por dentro, el ex rurouni se moría por ir a chequear a sus hijos.

Aún conservando su sonrisa, la única morocha de la familia siguió con la tarea de coser el kimono de su hijo, aparentemente Kenji había tropezado otra vez, rasgando el fino material.

X x x

En un lugar no muy lejos de Takayama.

En la habitación enteramente de madera iluminada únicamente por unas rendijas cerca del techo y unas pocas velas había varios individuos cuyas características estaban escondidas, gracias a las múltiples sombras creadas por la iluminación. Sin embargo, en el centro del lugar cuatro hombres se distinguían claramente. Un pentagrama en el suelo formaba un circulo perfecto a su alrededor.

"BEBELO!" le gritó un hombre de piel morena y constitución musculosa a otro hombre que estaba siendo sostenido en ambos lados por otros dos en uniformes negros.

El hombre que estaba sujeto apretó los labios más fuerte. Obviamente no le quedaban fuerzas para hacer más nada que esto, ya que múltiples golpes y cortes adornaban su delgada pero aparentemente fuerte figura.

Su cabello negro llovía hacia delante, acompañando su cabeza gacha, casi desmayada.

El moreno lo tomó por el cuello de su camisa y lo forzó a mirarle a la cara. El prisionero lo escupió en el ojo. Esto sólo consiguió enfurecer al masivo hombre que recompensó su acción con un golpe en el estómago.

Una gota de sangre salió volando de la boca del joven victimado, las pocas fuerzas que le quedaban se habían agotado. Uno de los ayudantes de negro le apretó la nariz para bloquear el oxigeno mientras el musculoso hombre obligaba a su víctima a beberse un vaso lleno de un líquido rojo y espeso.

Inmediatamente después lo soltaron y se apartaron. El muchacho de unos veinte años cayó al piso, el golpe hizo eco en el silencio. De pronto, una figura que hasta ahora había pasado inadvertida se incorporó desde el fondo de la habitación donde una hermosa mujer lo estaba abanicando.

El hombre caminó hacia el muchacho tirado en el suelo. Este se retorcía en el piso en evidente agonía. Todos los presentes se agacharon en muestra de respeto cuando vieron a su jefe aproximarse.

Este llevaba una sonrisa grande cuando se inclinó junto al agonizante hombre y le colocó una mano en la frente.

"SIENTE LAS BRAZAS DEL INFIERNO!" gritó mientras su mano se iluminaba. Los gritos de dolor más allá de toda razón hicieron eco en todo el lugar.

La figura que acababa de aplicar tan brutal castigo comenzó a reír en maniática felicidad cuando el pentagrama se iluminó con el color del mismísimo averno.

X x x x

Kenji estaba considerando poner posters en las calles que dijeran 'Hola, soy una joven hermosa e indefensa, si quieres asesinarme puedes encontrarme en el hospedaje ...' la idea le parecía atractiva al muchacho. Su hermana le dijo que era un baka.

La misión ya le estaba cansando al joven, esto de caminar como mujer por todos lados ya no le sentaba bien. El quería ser el héroe del día, tal vez salvar alguna damisela en peligro. PERO NOOOOO aquí estaba con su fea (según su opinión) hermana mirando lo que sería la décima tienda de chucherías de occidente que habían visto en el día.

Lo habían intentado todo, desde entrar a callejones sin salida hasta vagar sin rumbo en el medio de la noche. Kenji comenzó a dudar la cordura de Yamagata, de toda una ciudad llena de gente, pensó, era absurdo asumir que él o su hermana serían víctimas de unos ataques que ocurrían un par de veces al mes. Bueno... al principio al menos, según 'el viejo ese' los asesinatos habían aumentado drásticamente, de 2, a 4 o 5 por mes.

Ahí fue cuando Kenji empezó a prestar atención a sus alrededores, no sólo buscando atacantes, sino que se fijó en la gente. Como era de suponerse, no encontró ninguna niña ni jovencita en la zona. La gente estaba asustada.

Luego de varias horas de observación, Kenji se dio cuenta que él y su hermana eran las únicas 'jovencitas' que había visto. Tal vez después de todo, ese Yamagata no era tan tonto, pensó el muchacho.

Sorprendentemente, mientras se encontraba pensando profundamente su hermana se había quedado callada. El estómago de Kenji crujió, deseaba llegar a casa pronto, el sol se estaba poniendo y la cena le urgía.

Vio que se estaban acercando al puente de madera que los llevaría camino a su temporaria residencia.
"KENJI, CARRERA HASTA EL OTRO LADO DEL PUENTE!" gritó Kiriko mientras se alejaba a gran velocidad.

"OYE ENANA! ESO NO ES JUSTO; NO PUEDO CORRER EN ESTA MALDITA COSA" Kenji de todas maneras lo intentó, pero no podía aplicar velocidad real sin arriesgarse a la ira de su madre en caso de caer y romper el único kimono sano que le quedaba.

Pronto su adorada/despreciada hermanita había llegado al final del puente, aparentemente estaba haciendo una danza de la victoria mientras le sacaba la lengua. Sacudiendo la cabeza Kenji respiró hondo y caminó L E N T A M E N T E para molestar a Kiriko.

"QUE TE PASA SAPO? Quiero llegar a casa, tengo hambre!"

Kenji miró hacia el río, el atardecer reflejaba hermosamente en el agua. De pronto sus ojos se ensancharon y se le cortó el aliento. Había unas cuantas personas en la orilla con expresiones de horror mirando fijamente un objeto en el agua.

Alarmada por la reacción de Kenji su hermana miró en la misma dirección.

"NO MIRES" dijo Kenji. Muy tarde. Kiriko tenía la mano en la boca e intentaba suprimir un alarido ante la vista que la recibió.

Un cuerpo desnudo de una niña flotaba boca abajo en el río, en su espalda un pentagrama engravado profundamente en su piel.-

X x x

Bueno, Ahí ta!
Me duelen los deditos!

Me pregunto si alguno de ustedes sospecha algo del enemigo? HMM?
Espero que les haya gustado y nos vemos en el próximo capitulo.
Estoy con mucho trabajo así que no sé cuando podré actualizar, pero les prometo que será pronto.

Les gustó este capi? Cuéntenme que piensan, ok?

Muchas gracias a mis reviewers del capi anterior
ayane32, Chi2-chan, Kao-ryu, HADA-chan, AoMe Hisoshima, gabyhyatt

NOS VEMOS,
Myks