Titulo: Como un Fénix I

Author: K-tra

Email: wesleymarsters (ARROBA) The Dark Lord – Voldieyes (http/ www. / snoldemort y en http/ www.fanfiction. net/u /888368/

PARTE 2 - Recuerdos

Harry y Ron eran compañeros de trabajo, ambos eran Aurores.
Ron había logrado su sueño de quinto año, ser Auror; o por lo menos eso creía él que era su sueño.
Harry recién le había contado de las nuevas locas aventuras de Hermione, volver a Hogwarts.

Porqué, digo, tiene dinero como para tapizar las paredes con él, no es que paguen mucho como Profesor, pero, para que trabajar.?-

Debe estar aburrida. O lo toma como vacaciones, quien sabe.- Dijo Harry.

Y como Profesor de Defensa Cont...-

Ya no hay más maldición..- Lo interrumpió Harry con una expresión cansada.

Si, ya lo sé, pero ... porqué?-

Ron seguía siendo su mejor amigo, pero a veces era un.. poquito insoportable. Así que Harry decidió sacarlo un... poquito del tema. -No lo sé, pero podríamos ir a verla.-

No se si será buena idea, hace siglos que no la veo.- Dijo Ron mirando sus zapatos con desánimo.

No exageres que la vimos tú y yo hace unos días en mi cumpleaños. Es verdad que estabas borracho hasta las patas cuando ella llegó, pero tenés que acordarte.!-

Moviendo la cabeza enérgicamente mientras seguía mirando sus zapatos.

- Nop, nones...nada de nada.-

Harry no entendiendo porque su amigo se comportaba de esa forma, -Bueno mira, el 19 es su cumpleaños, dentro de dos semanas, que tal si la visitamos los dos, Eh?-

Ron levantó la vista, lo miró seriamente y luego de unos segundos le dijo –Querrá vernos?-

Como puedes decir eso, por supuesto... porque no querría.?-

Ron volvía a mirar a sus zapatos -Es tan famosa aquí y allá y millonaria y éxitosa y...-

Y nada, sigue siendo nuestra Hermione, mas rezongona talvez y ahora rubia de botella, pero sigue siendo ella. Y sí, será todo eso que dices y más pero no nos ha olvidado, sino mira sus libros. -

Si, ya sé... -

Los has leído? –

Si - Y levantando la cabeza, mira a Harry y frunciendo el seño le pregunta a su amigo.
-Le diste permiso para escribir todo eso de ti, porque yo seguro que no. –

Harry sonrió -Ella no necesita mi permiso. Me gusta lo que esta haciendo. A ti no?-

- Ehhh, mmhhh - Pero Ron no dijo más nada.

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Habían pasado varios días y Hermione realmente estaba disfrutando de su nuevo trabajo.
Griffindor la adoraba, Slytherin la evitaba y el resto la apreciaba.

Pero algo que ella había temido que sucediera ya estaba pasando. Los fantasmas del pasado se habían presentado.
Sus amigos y compañeros perdidos. Cada nuevo paso que daba dentro o fuera del castillo le traían viejas memorias, buenas y malas.
Hagrid.
Su casita sigue ahí. Vacía.
Hermione no podía evitar la lágrima que ya corría por su mejilla cada vez que miraba a las afueras.
Extrañaba a Hagrid, y a Fang. "Que habrá sido de Fang?.Ya debe haber muerto de viejo"- pensaba Hermione.

Se alejó de la ventana y bajó su cabeza, mirando el piso con su brillo eterno continuó por el pasillo hasta las escaleras, hacia sus cuartos, perdida en sus recuerdos.

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Harry le había escrito comunicándole su intención de visitarla el Lunes 19, día de su cumpleaños, y que llevaría a Ron con él.
Hermione había corrido hasta la lechuzera y utilizando un ave del Colegio le respondió lo contenta que la harían si venían a verla.

Sabía que La director le estaba planeando celebrarla en el Gran Salón con todos presentes. Pero ella no quería a toda el Colegio en su festejo. Así que le había pedido permiso a Minerva (como ahora McGonagall quería que la llamaran) para hacer sólo una pequeña reunión con el staff de Profesores y ahora sumando sus dos mejores amigos.
Como caía un Lunes, era día de clases, festejaría el día anterior con su familia.

Mirando su muggle reloj de muñeca vio que se acercaba la hora de la cena, así que se decidió a tomar un baño y cambiarse para cenar.

Hermione no se había alejado por completo del mundo mágico¿cómo podría, pero hacía tiempo que no tenía oportunidad de vestir clásicas ropas de bruja.
Así que eligió una de sus túnicas, la de color bordó, la más ajustada que tenía. Era simple, lisa, sin adornos. Pero como dicen que lo simple es lo mejor, decidió no agregarle nada, podría hacerle unos pequeños cambios aquí o allá con su varita, siempre había sido buena en Transformaciones, pero no, así estaba perfecta.
Decidiendo llevar un puntiagudo sombrero esa noche (no en la mesa por supuesto) pero durante el resto de la noche, se acercó a su escritorio para recogerlo cuando junto a él descubre una carta.

"Alguna lechuza llegó mientras me bañaba. Sólo espero que no sea urgente, porque con el hambre que tengo no estoy de ánimo para nada."
Abriendo el pergamino con una mano mientras que con la otra cerraba la puerta de su estudio, comenzó a caminar rápidamente hacia el comedor.

Había ya llegado al Gran Salón y aún no había podido leer su carta.

Esta bien que los Griffindors saben que los quiero, pero no pueden esperar que les perdone todo. Organizar un duelo en medio del corredor principal, cómo si en mi época me hubiesen dejado hacer lo mismo.

Aún no habían llegado todos los alumnos pero los Profesores ya estaban ahí, menos Minerva.
"Yipi!(volviendo en control y mirando a su alrededor) Llegué antes que ella, hoy no puede decirme nada." - Y rápidamente buscó su asiento en la esquina izquierda de la gran mesa.
La director apareció unos segundos después y tomó su lugar en el centro de la mesa y automáticamente la cena apareció.

Unos minutos más tarde, ya todos disfrutaban de su cena, algunos profesores conversaban en susurros al otro lado de la mesa. McGonagall parecía estar muy interesada en la conversación pero no intervenía. Y Hermione recordó la carta. –"Es de mala educación leer en la mesa pero nadie me está viendo." Pensó Hermione, y sacó su carta de uno de sus profundísimos bolsillos, a los cuales los había encantado para ampliar su capacidad sin abultar y así no tener que cargar con los libros en sus brazos de un lugar a otro, ya hacía tiempo que no tenía una mochila como en aquellos años.

Volviendo a abrir la carta comenzó a leer.
Hermione, leyó una y otra vez. La carta no era muy gentil, pero lo que más le llamó la atención fue de quién (ella creía) provenía.

"No podía ser.
Cuándo algunos ya lo creían muerto.
Cuando Harry vea esto." –

Señora Hermione Granger.

He recibido la noticia de que Usted ha vuelto al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
No me explico su motivo, pero tampoco me interesa.

Le dirijo esta carta para darle la bienvenida al mundo de la enseñanza, por el comienzo de su nueva carrera como Profesor.
El haber sido una de las mejores alumnas de su generación abre la posibilidad de que se convierta en una excelente Profesora; pero no lo garantiza.

Y el que la hayan aceptado para el cargo sólo demuestra lo decayente que está la educación hoy en día. Pero aún así, espero que cumpla su trabajo con esmero y de esa forma ayude a mantener el status del Colegio.
Hogwarts fue, Es y debe seguir siendo el mejor Colegio de Magia y Hechicería de toda Europa. De Usted y de sus colegas depende que así continúe.

S.S.

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Harry no podía parar de ver esas iniciales, -"el grasoso aún seguía vivo y se atrevía a escribirles, ...bueno... a Hermione no a ellos."
Pero Harry estaba seguro que Snape sabría que los tres leerían esa carta.

Tiene que ser Snape (Decía Hermione), no sólo por la firma 'S.S.' , sino también si se fijan, durante la carta hay pistas de que es él. –

Su dulzura esta reflejada en casi cada palabra.. – decía Ron, en tono burlón.

El pelirrojo, esta vez sobrio, acompañó a Harry a ver a su antigua amiga, era su cumpleaños, sin embargo al parecer ella les había dado el regalo. Una prueba de la existencia de Snape.

El Ministerio y los Aurores lo habían estado buscando por años sin conseguir pista alguna. Pero después de un tiempo los rumores volvieron a tomar fuerza, y actualmente todos creían que Snape había muerto a manos de Lord Voldemort como al principio les había dicho el espía Lupín..
Pero Harry sospechaba que no podía ser así. Él había estado ahí esa tarde, él había escuchado todo.
Pero casi nadie pudo creerle en aquel tiempo. Hasta que el pasar de los años y el renacer de la paz en la sociedad confirmaron sus palabras.
Pero aún así era difícil de creer.
Aún cuando lograron capturar a gran parte de los Mortifagos en el exacto lugar y momento donde Lord Voldemort le había dicho a Harry que los encontrarían.

Quién podría creer. Lord Voldemort dando un paso atrás. Mhh, imposible dijeron todos.
Pero era verdad.

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(Siete años atrás – setiembre 1997).

La Orden había continuado su lucha aún después de la muerte de su líder, Albus Dumbledore.
Era 1997, Setiembre había comenzado y Hogwarts no iría a abrir sus puertas este año. Y según el Ministerio, ni este ni ningún otro año hasta el fin de la guerra. Lo cuál podía llevar décadas.

Harry había dejado a los Dursley hacia exactamente un día y dos horas con trece minutos, según el reloj de pie de la sala principal de la ex-casa de los Black, su nuevo hogar.

Jamás olvidaría ese momento. No se podía decir quién estaba más contento, si Harry o los Dursley. "El monstruo de la familia se mudaba y no volvería. Y ellos volverían a ser una familia 'Normal'." Pensaba el tío de Harry.
Como sería ese día para sus tíos que Tía Petunia le había pedido a Dudley, su primo, que lo ayudara a empacar y así no perder tiempo.
Pero las pertenencias de Harry eran pocas y eso usó como excusa su primo para no hacerlo y escapar con sus amigos.

Ron, Ginny y Hermione ya habían llegado a el número 12 de Grimmauld Place. Harry no había esperado a nadie, él había juntado sus pocas pertenencias en su baúl y se había marchado del número 4 de Privet Drive, sabiendo que de todas formas sus amigos comprenderían en su deseo de hacerlo sólo y lo esperarían minutos después en la casa de su padrino.

Ya había soltado a Hedwig con la orden de esperarlo junto a ellos en su nueva casa.
Harry se despidió de su tíos con la mano desde la puerta sin esperar respuesta, y aparató.

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Los ataques de los Mortifagos iban en aumento, con más frecuencia y más violencia.
Pero aún nadie había visto ni a Snape o a Draco en ninguno de los ataques. Nadie sabía nada de ellos.
La Orden seguía con sus reuniones y Remus Lupín había pasado a convertirse en el mejor ubicado espía que tenían al momento.

Y con la ayuda del Ministerio y los datos obtenidos por Lupín, la Orden junto con Aurors habían logrado pequeñas victorias aminorando o evitando grandes daños causados por ataques de Voldemort al mundo mágico.
Los Muggles seguían en pura ignorancia.

A Harry no le habían permitido estar en ninguno de esos ataques ayudando a la Orden, debido a que el único lugar seguro para él era en la casa de sus tíos, al menos hasta el día de su cumpleaños número 17 (el último día del mes de Julio), el día en que el hechizo que lo protegía de Lord Voldemort por el simple echo de convivir con sus relativos por ser menor de edad, dejaría de funcionar.

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Todo seguía casi igual que dos meses atrás con el cambio de que ahora La Orden seguía con sus reuniones con Minerva McGonagall al frente.

Harry estaba sobre la pista de uno de los Horcruxes. Pero aún no había encontrado la forma de poder llegar a el. Ahora que Harry era libre tenía mucho mas tiempo para dedicarlo a su misión.
Ron y Hermione habían decidido quedarse en la ex –casa de los Black y cumplir con su promesa de ayudar a Harry.

Pero como Hermione había pasado las últimas vacaciones con sus padres y no había visto a Ron desde el último día de clase. Harry sospechaba acertadamente de que sus amigos estaban recuperando el tiempo perdido en alguna parte de la casa y en cualquier momento los vería. Mientras, él utilizaba todo su tiempo sentado en la biblioteca de su 'nueva' casa, pensando en su misión.
De repente un montón de plumas rojas rozaban su cabeza y hacían rodar su ya vacía taza de té por la mesa.

Fawkes, Fawkes!
Pero... qué haces aquí? –

Fawkes se posó sobre el respaldar de una de las sillas de la mesa y miraba a la ventana.

Levantándose, Harry se acercándose al ave diciéndole - Fawkes! Amigo, dónde estabas.- y mientras acariciaba las rojas y doradas plumas Harry siguió la mirada del Fénix hacia la ventana. Pero no veía nada, dejó al ave y dio unos pasos acercándose un poco más y ahí notó a un cuervo brillosos que se acercaba a él, corriéndose Harry justo a tiempo antes de que el cuervo entrara en la biblioteca y chocara con el.
Harry volvió a su silla cuando notó que el cuervo era alguna clase de suplente de lechuza ya que traía un pergamino atado a una de sus patas.
El cuervo estaba quietito esperando que le desataran el pergamino y en cuanto lo libraron de su deber se marchó inmediatamente, no siendo mas que una pequeña manchita negra en el cielo a los pocos segundos.

Un asombrado Harry miró a Fawkes y le preguntó – Lo conoces? -
Fawkes le entregó una mirada curiosa. Como si él también estuviera sorprendido.

Encogiéndose de hombros, Harry desató y desenrolló el pequeño trozo de pergamino mientras pensaba – "Será nueva moda, cuervos en lugar de lechuzas. Cuando se lo cuente a Hermione. Aunque mejor no le digo nada, ella no tiene una lechuza... mhh"-
Saliendo de sus pensamientos y posibles regalos de cumpleaños para su amiga comenzó a leer la carta bajo la atenta mirada de Fawkes.

Sr. Harry Potter

PRIVADO!