Author: K-tra
Email: wesleymarsters (ARROBA) The Dark Lord – Voldieyes (http/ www. / snoldemort y en http/ www.fanfiction. net/u /888368/
PARTE 8 – Sin Sentido
¡Y ahora como vuelvo! – gritaba Harry.
Lord Voldemort se había desvanecido. Algo que el joven nunca antes había visto hacer a nadie. No aparato, no voló, simplemente se hizo un bola de nube dorada que se fue achicando rápidamente a la altura del suelo mientras se alejaba del lugar.
Eso nunca me enseñaron en el Colegio, y esto es tan injusto!- seguía gritando a la nada.
"No puedo aparatar dentro de los terrenos de Hogwarts, pero tampoco puedo aparecerme dentro de mi casa. Que con la protección y todo eso, de seguro reboto y caigo en medio de la calle Grimmauld Place, que con mi suerte estará llena de muggles que vuelven a sus casas."
Mirando su reloj de pulsera ve que solo han pasado un poco más de 15 minutos.
Sabía que tenía que regresar rápido e informarles a todos lo sucedido, ver que Ron este a salvo y que Hermione y Ginny ya hallan regresado.
Como le gustaría un fuerte y dulce té negro que lo ayudase a despertarse y aclarar en su cabeza lo sucedido.
Y ahí se acordó.. –Hagrid!-
Corriendo Harry se dirigió hasta la cabaña del semi-gigante.
Se veía pequeñita y parecía vacía.
Corrió y corrió incontables minutos hasta llegar a la puerta y prácticamente caer sobre ella.
¡Hagrid!- grito el joven, esperanzado de encontrar a su amigo. Y este no lo hizo esperar.
Harry, que haces aquí?- le pregunto el gigante mientras con una mano levantaba al agotado joven de su entrada, lo llevaba al interior y lo ayudaba a sentarse en una de las sillas.
Harry tomaba grandes bocanadas de aire a la vez que se sostenía un costado debajo de las costillas por haber corrido tanto trató de explicarse.
Ha.. grid. Ayú..da...me..-
Preocupado el gigante se arrodilla frente al joven para quedar un poco mas a su altura, pero fracasaba enormemente
Que sucede, que haces aquí, no deberías andar por aquí y solo.-
Ya recuperando su aliento Harry comienza.
Vold..emort, Voldemort me tra..jo. Tengo ...que vol..ver a la casa.-
Viendo la cara que estaba poniendo su amigo, y ya pudiendo respirar mejor Harry se apura para explicar.
Ya se fue, hablo conmigo y se fue, pero necesito volver a casa y ver si todos están bien.-
Harry, que estas diciendo, seguro estas bien?-
Y Harry empujando la manota que su amigo le había puesto en la frente en busca de fiebre obviamente, Harry le responde.
Mira, necesito volver a casa, pero no puedo, no traje mi escoba, no puedo aparatar directamente allá por los hechizos de seguridad de la casa. Me puedes ayudar de alguna forma?. –
Si por supuesto.. ehh.. como?-
No se. Polvos Flú, tienes? Dime que tienes.-
No, no tengo, veras soy un poco grande para caber en una estufa.. y.. -
No tienes, y ahora que hago?-
Y aún mirándolo con preocupación Hagrid dice - Pero en el castillo debe haber. Estas seguro que no te golpeaste en ningún lado.-
Pero Harry no le prestó atención porque ya estaba de pie yendo hacia la puerta de la cabaña a buscar en el castillo.
"Olvide mi varita"- pensó y en cuanto abrió la puerta grito –Accio varita!-
Hagrid salió detrás de él y veía como una cosita alargada venía a toda velocidad hacia ellos.
La varita de Harry en segundos había llegado a sus manos.
Harry se dio media vuelta y de frente a su amigo le preguntó -¿Hagrid, hay alguien más en el castillo, digo, como, elfos o alguien..?-
Si, por supuesto. Los Elfos, Filch y su gata, Madame Pomfrey.-
El gigante seguía preocupado. – Harry, las clases no comenzaron pero no por eso vamos todos a abandonar nuestros puestos. Es que nunca se sabe... ves.-
Harry entendía, pero tenía cosas que hacer ahora mismo y agradeciéndole a Hagrid salió corriendo hacia el castillo.
El castillo parecía vacío, pero todo estaba limpio y en su lugar.
Recorrió los pasillos tratando de encontrar abierta alguna de las oficinas de algún profesor que tuviera un poco de polvos Flú.
En una vuelta de esquina del tercer corredor se encontró con Madame Pomfrey que al parecer se había encontrado con Hagrid y le había avisado del joven y su búsqueda.
Ahora ella y Harry corrían de vuelta hacia la enfermería donde la Medimaga tenía los polvos y de ahí mismo Harry podría salir hacia su casa.
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Ya eran las cinco y cinco de la tarde y Remus no podía sentirse mas exaltado, lo recordaba todo, lo tenía todo. "Solo queda llegar a lo de Sirius.(no. corrección) a lo Harry y contar todo en la reunión que ya debe de haber empezado." Pensaba el lobo.
Golpeando en la puerta trataba de ponerse calmo. Cuando de golpe, frente a él con una mano en la puerta estaba Ron y Minerva mirándolo con grandes ojos.
Entra Lupín, tenemos un problema.- decía una muy seria y tensa Minerva.
"Problemas, no ahora", pensaba el lobo – Que sucede?-
Harry desapareció, estaba en la casa y de repente ya no.- dijo un asustado Ron.
Lupín tuvo que sentarse en lo primero que encontró, un viejo sillón. "Justo ahora que todo parecía ir bárbaro."
Hermione, Ginny y Tonks estaban sentadas cerca de él en un amplio sillón de tres partes y Minerva tomo el asiento de enfrente, con su varita en sus manos y apoyadas en sus rodillas. - No se que hacer.- confesó.
En eso aparece el Auror retirado Ojoloco Moody, bajando las escaleras, después de haber inspeccionado toda la casa en busca del joven o de algún intruso.
Remus levantó la vista y al ver al ex–Auror recordó,
Tengo mucha información, y es terriblemente importante que se los diga ahora mismo.-
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Al fin dejó de girar y salió despedido de la chimenea. Los lentes colgando de una oreja, el pelo y la cara completamente tiznados, al punto que si no fuera por la ropa nadie lo reconocería. La chimenea de Madame Pomfrey sí que necesitaba limpieza y urgente.
Había llegado a la sala de estar de su casa y lo rodeaban un montón de varitas, la mayoría apuntadas a su cara.
Una no muy segura Ginny fue la primera en gritar -¡PAREN, es Harry.., creo..-
Y todos se enloquecieron. Varias manos lo sujetaron de los hombros, de los brazos y otras de la ropa, ayudándolo a levantarse del suelo, mientras Ginny trataba de sacudirle un poco el hollín que lo cubría.
Hermione estaba en lágrimas, Ron intentaba abrazarlo por sobre todas las manos que lo sujetaban, mientras McGonagall, Lupín y Moody hablaban todos a la vez sobre su cabeza.
Paren, paren, paren, paren... de a uno.. gracias. –
Ginny ya esta, deja de golpearme.- pero de inmediato sonrió al ver la expresión que Ginny tenía en su cara.
No te preocupes (mientras tosía) es solo un poco de polvo.-
Minerva McGonagall fue la primera, - ¿Donde estabas, sabes lo preocupados que nos tenías, llegue a pensar en tantas cosas que te podían estar pasando... -
Una sola palabra sería suficiente para que todos enloquecieran.
Voldemort.-
Y Lupín tuvo que volver a sentarse. Era demasiado para un solo día.
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A las siete de la tarde ya gran parte de la Orden del Fénix estaba presente en el número 12 de Grimmauld Place.
Remus Lupín había puesto al tanto a todos los presentes de los hechos ocurridos en la reunión con aquel-que-no-debe-ser-nombrado.
El futuro ataque de los Mortifagos, Las nuevas caras descubiertas y la muerte de Severus Snape en manos de su propio Lord.
Yo vi el cadáver. El desgraciado nos trajo el cuerpo de Snape cargándolo en sus brazos y nos lo mostró a todos. Estaba prácticamente desecho, tenía huesos rotos y algunas quebraduras expuestas, uno de sus brazos colgaba en un ángulo extraño, obviamente quebrado varias veces en diferentes partes. Le faltaba la carne en uno de sus costados, llegué a verle las costillas! Y su cara tenía un pómulo roto y la nariz también..., lo torturó durante mas de media hora.
Todos los que estábamos ahí escuchamos los gritos.
Y luego de mostrárnoslos como 'ejemplo', se fue a otra habitación. Después de eso salí del lugar y vine lo más rápido que pude.-
Se lo merecía.-
Fue el primer comentario que se pronunció en la cocina.
Pero nadie más dijo nada.
Aunque la mayoría estaba de acuerdo.
No lo sé.- dijo Lupín. – Snape merecía un castigo por traicionarnos y por matar a Dumbledore. Pero el no torturó a Dumbledore.-
Que quieres decir con eso, que deberíamos perdonarlo?- preguntó un enrojecido Ron.
No. Pero yo vi y escuché por lo que paso Snape esta tarde y no merecía tanto.-
Viendo la mirada asesina que le dirigían algunos de los presentes en la mesa, él agregó.
No lo estoy perdonando, ustedes no presenciaron lo que yo vi y oí.
Draco Malfoy estaba allí. Y estoy seguro que lo vi llorando escondido al fondo del salón.-
Malfoy llora por todo últimamente.- agrego Harry - el bastardo se lo tenía merecido.-
Harry no sabes lo que dices- murmuro Lupín, mirando a cualquier parte menos a al joven.
Pero Minerva intervino antes de que empezara una discusión entre los dos magos.
Muy bien, muy bien, ahora Harry, dime, estas seguro de que nos has contado todo lo que sucedió en los terrenos del castillo?.-
Sí.-
Harry ya estaba cansado, le habían obligado a contar todo al menos tres veces ya y no iba a hacerlo una cuarta vez.
Estas seguro de que era él, porque francamente me parece imposible.- le decía Hermione.
Era él, ok!. Se lo que vi. El era Fawkes todos estos días y el entro y salió de esta casa todas las veces que se le dio la gana, y era él cuando tú, Hermione lo alimentaste, y era él el que recibió tus caricias Ron, y era él, Voldemort el que estuvo en la cocina cuando yo y Gin...- poniéndose colorado como un tomate Harry logro callarse a tiempo y veía que Ginny hasta había dejado de respirar.
Maldito desgraciado- y pateando la silla Harry se fue de la reunión.
Ginny había quedado muy interesada mirando un botón de su camisa, tratando de esconder la cara, mientras Hermione y Ron se miraban uno al otro sin decir nada.
Voy a romper este silencio incomodo para todos- dijo Ojo-loco – y propongo que alguien le avise al jovencito que no patee los muebles en la próxima reunión. O mejor lo hago yo ahora mismo.-
Y levantándose salió tras Harry, aunque dudaba que el joven quisiera hablar con alguien en este momento.
Un rato mas tarde Harry aún no había vuelto, pero sí Ojo-loco.
Ginny había preparado té para acompañar unos bollitos de crema que su madre había preparado para esa reunión.
Como prueba de confianza el Lord nos entrega sus ejércitos.- repetía Ron –no me lo creo.-
Se dan cuenta que si todo esto resulta ser cierto él estaría traicionando a su propia gente.-
No se Hermione; nada tiene sentido, todo parece una trampa, pero es muy confuso. ¿Porque no mató a Harry cuando pudo.? Ves, eso ya, no tiene sentido.- decía Lupín moviendo la cabeza de un lado a otro.
Minerva McGonagall no participaba en los intercambios de opiniones, reservando la suya para si misma, pero escuchando atentamente lo que los demás tenían que decir.
Y todos parecían estar de acuerdo con lo mismo, Aquel-que-no-debe-ser-nombrado era hoy mas peligroso que nunca. Ya que nadie comprendía sus acciones y que futuras consecuencias estas traerían.
Nunca se podía saber lo que una mente desquiciada planeaba o llegaría a hacer.
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Este era el día.
No todo el Ministerio estaba preparado para el ataque de los Mortifagos.
Por razones de seguridad no se les comunicó a todos los empleados de la situación. Se temía que El Señor Oscuro tuviera mas espías dentro del Ministerio.
Pero la hora ya estaba cerca, y nadie estaba seguro si podrían detener el ataque.
El edificio estaba mas lleno que nunca debido a la presencia de un ejército de Aurors en las sombras.
