EL GENIO DE LA LÁMPARA
- ¿Y qué se supone que tenemos que hacer para detener a estas cosas?- preguntó Sirius, viendo horrorizado como la baraja de lleno los rodeaba.
- Lánzales hechizos- contestó como si fuera lo más obvio Remus.
- ¡Pero no podemos fuera de Hogwarts!- exclamó, muy extrañado Sirius, pues su amigo nunca solía saltarse las normas, y era posible que los pudiesen expulsar del colegio.
- Tú hazme caso- dijo Remus. Susan y Sirius intercambiaron una mirada extraña-. Confiad en mí.
No tuvieron otro remedio, pues una carta ya había hecho un corte, con su afilada esquina en el brazo de Susan, así que la chica elevó su varita:
- ¡Impedimenta!- exclamó y la carta, el tres de picas, cayó al suelo, quedando inmovilizada.
- ¡Brujos!- chilló la reina de corazones-. ¡Hacen brujería! ¡No les cortéis la cabeza, quemadlos en la hoguera!
- ¡Petrificus Totalus!- gritó Remus, petrificando a cuatro cartas, que cayeron rígidas al suelo, mientras Sirius desmayaba a otras cuantas.
La reina de corazones, al verse en desventaja, chilló furiosa y se abalanzó sobre Sirius cuando éste estaba de espaldas, pero Susan la vio:
- ¡Desmaius!- dijo Susan, apuntando con su varita a la carta líder del resto, haciendo que cayera al suelo, inconsciente, aunque pudo hacerle un rascazo en la espalda de Sirius.
- ¿Se puede saber qué te crees que estás haciendo?- Lily miraba furiosa a James, muy perturbada y contemplándolo fijamente, sin pestañear.
- Demostrarte que no estás soñando- repuso él, encogiéndose de hombros y sonriendo, pues había logrado hacer lo que se había propuesto: perturbar a la joven pelirroja, que ahora lo miraba, entre confusa y rabiosa.
- Eres idiota- sentenció, empujándolo de un modo ¿travieso?-. ¿Cómo se supone que salimos de aquí?- preguntó, apremiante, algo apenada de que el heredero del trono de Godric no hubiera contestado a su provocación-. No esperarás que ande por este estúpido bosque otra vez, ¿verdad?- añadió, frunciendo el entrecejo.
- Lo primero, encontrar a Sirius y a Susan- decidió James.
- Vaya, vaya, el principito dice algo coherente por una vez en la vida- ironizó Lily, todavía molesta, mientras levantaba la varita, James, temiendo que le atacara, retrocedió, pero la pelirroja lanzó unas chispas al aire.
- Yo no fui el que antes empezó a danzar y a decir barbaridades- contestó James, picado-. Y tampoco soy el que está usando magia fuera de Hogwarts- añadió-. Princesita, te vas a meter en un buen lío.
- Oh, vamos, esto es absurdo- dijo ahora la "princesita"-. Hay personajes de cuentos por todos lados y esto no tiene ni pies ni cabeza. Estoy convencida de que si hago magia aquí no la podrán detectar- dijo con total seguridad.
Entonces, en el cielo se distinguieron otras chispas, algo alejadas de allí, que formaron las palabras: QUEDAOS ALLÍ.
Un rato después, allí estaban Sirius (todavía sangrando algo en la espalda), Susan y, para sorpresa de Lily y James, también estaba allí Remus. Comprendiendo que tendría que empezar a explicar bastantes cosas, Remus empezó a hablar:
- Seguramente os preguntaréis cómo he llegado aquí. Pues bien, estaba yo de vacaciones en Rusia, cuando de repente, cojo la rueca de mi madre, que quería que se la llevase a su mesa para poder coser, y yo, me pinché con la aguja, y acabé, inexplicablemente aquí- los otros cuatro se miraron, extrañados-. Ya he pasado por el cuento de la bella durmiente y por el de los siete cabritillos- Susan, Sirius y James estaban extrañados, porque al provenir de familias de magos, no conocían los cuentos tradicionales muggles.
- Pero... ¿dónde estamos?- preguntó Lily, después de que se hiciera un silencio algo incómodo.
- Algo así como en un universo paralelo- explicó Remus-. Donde los cuentos son reales, más o menos- ni James, ni Susan ni Sirius entendieron muy bien eso, pero Lily empezaba a encontrarle sentido:
- Claro, nosotros llegamos aquí de la misma forma que lo Alicia, la del país de la maravillas- se ganó una mirada interrogante de James, Susan y Sirius-. Y Remus llegó aquí... de la misma forma que La Bella Durmiente cayó en un sueño de cien años.... Es otro cuento tradicional muggle- añadió al ver la cara de los tres de siempre, en cambio Remus, el cual tenía una madre muggle, conocía la historia.
- Vale- intervino Sirius con expresión de no entender mucho-. Suponiendo que todo ese rollo sea verdad, ¿por qué nos dijiste que utilizáramos magia? Yo creo que los del Ministerio están suficientemente capacitados para detectar la magia incluso en los universos paralelos.
- Pero esto no es un universo paralelo normal, ¿no?- inquirió Susan, mirando a Remus-. Quiero decir, que en la mayoría las cosas van al revés, o no llegaron a suceder un hecho que cambió todo, o algo así... Nunca he oído hablar de universos paralelos donde los cuentos cobraran vida.
- Supongo que algo así- murmuró Remus-. Además, si no nos han enviado todavía una lechuza con la queja, dudo que lo hagan.
El resto estuvo de acuerdo en ese punto, aunque James no parecía muy contento de estar en un universo tan raro, donde Remus y Lily eran los únicos que tenían algo de idea sobre de qué iban los cuentos. En cierto sentido... le ponía celoso que ambos supieran de qué iba todo eso.
- Y... ¿cómo vamos a salir de aquí?- preguntó Sirius, mirando a su alrededor, donde el frondoso bosque no dejaba visibilidad a ninguna salida.
- Supongo que la salida estará al otro lado- dijo Remus, y con un movimiento de varita hizo aparecer una especie de plano, que se sostuvo en el aire-. Nosotros estamos aquí- dijo señalando unos diminutos puntos rojos-. Creo que la salida es ésta- ahora señalaba el extremo opuesto del mapa-. Tendremos que pasar por varios cuentos, los he logrado descifrar casi todos, menos este último y grande- señaló el que había justo al borde.
- Entonces... deberíamos ir por aquí- sugirió Lily, señalando un camino a su derecha.
- Creo que...- empezó Remus, pero James lo interrumpió, interviniendo por primera vez en la conversación.
- ¿No oís ese ruido?- preguntó, mientras el resto se volvía hacia él, extrañados.
- ¿Qué...?- empezó Susan, pero James los chistó.
Aguzaron el oído. No se oía nada... bueno, ahora que lo decía.... un débil zumbido se oía algo lejos, pero se acercaba cada vez más.
- Suena como...- empezó Sirius, al recordar el ruido-. Como alguien que vuela sobre una escoba.
Y antes de que nadie pudiese añadir algo más, encima de ellos apareció una bruja, de los cuentos tradicionales, sin duda, encima de una escoba voladora, que reía, y sonreía, al ver a sus nuevas presas:
- Niños... ¿no queréis ir a mi casa de chocolate?- preguntó con una falsa sonrisa amable, mientras el resto la miraban fijamente.
- ¡¿Casa de Chocolate?!- preguntaron a la vez Sirius y James, pensando en lo delicioso que podría ser algo así, mientras Susan fruncía el entrecejo.
- ¡Ni de broma, es una trampa!- chilló Lily, y la bruja, que antes había sonreído ante la reacción de James y Sirius, ahora volvió la vista hacia la joven princesa pelirroja, muy furiosa, y empezó a descender en picado, en dirección a la chica-. ¡Corred!- fue lo último que pudo decir Lily, antes de que todos empezaran a correr hacia el sitio que antes había señalado la pelirroja.
Todos salieron corriendo, mientras la bruja los perseguía, lanzando extraños rayos.
- Venid aquí, pequeños, que tengo una bonita casa de chocolate para vosotros- decía la bruja, con su toque de voz infantil (N.A: Ya sabéis, como Umbridge... xDD)
Aunque Sirius, al correr, hacía muecas de dolor. Su herida en la espalda que le había hecho la reina de corazones le estaba escociendo bastante. De repente, Remus se paró:
- Quietos- dijo, y el resto le obedecieron, extrañados-. Ya no está- les informó, y era verdad. No había rastro de la bruja ni del zumbido de su escoba.
- ¿Por qué se ha ido?- preguntó Susan, mientras los otros tres se hacían la pregunta mentalmente.
- Hemos cambiado de territorio- contestó simplemente Remus-. Creo que no pueden salir de su territorio, por eso ha dado media vuelta- explicó con simpleza.
- ¿En qué...?- James iba a preguntar en qué territorio se encontraban ahora, pero su pregunta fue acallada por un ruido sordo de alguien cayendo al suelo. Era Sirius.
- ¡Está sangrando!- exclamó Susan, al ver la parte trasera de su camiseta ensangrentada. Sirius había tropezado con algo.
- No es nada...- mintió Sirius, restándole importancia al asunto, pero lo cierto es que le dolía bastante-. ¿Qué es esto?- preguntó para distraer la atención de Susan, que le miraba ceñuda, al coger una especie de lámpara antigua.
- ¡La lámpara de Aladino!- exclamó Lily, al recordar las ilustraciones de sus libros.
- Efectivamente, estamos en el territorio de Aladín- afirmó Remus, sonriendo a la pelirroja, mientras James fruncía el entrecejo y sentía que le hervía la sangre.
- Aaaah- dijo Sirius, sin entender nada-. ¿Y para qué se supone que sirve este trasto viejo?- preguntó después de observar la lámpara minuciosamente.
- Tienes que frotarla- le apremió Lily, como si le estuviera preguntando una estupidez-. Así saldrá el genio.
Ahora sí que se ganó una mirada de total desconcierto por parte de Susan, James y Sirius, pero el último, se encogió de hombros y empezó a frotar lámpara con su mano. Lo que sucedió a continuación, ninguno de los tres muchachos provenientes de familias enteramente de magos, se lo esperaba.
Un líquido azul salió de la pequeña abertura, y se fue materializando, hasta que le formó la figura de una persona, muy sonriente, a la que los cinco muchachos conocían muy bien.
- ¿Profesor Dumbledore?- preguntaron los cinco a la vez, muy sorprendidos.
CONTINUARÁ....
No tengo muxo tiempo pa contestar reviews, asi q como mañana tengo examns, los contestare en el siguient capi, comprendanme, si? Perdon, cuidense y dejen reviews.
